El ritual del cristianismo primitivo se deriva de la antigua Masonería… 2 de 3
La gnosis pitagórica estribaba en lo mismo: en “el conocimiento de las cosas tal como son en si”.
Epicteto habla de estas instrucciones encomiásticamente: “Nuestros Maestros son los autores de todo lo establecido en ellas con objeto de instruir a los hombres y de corregir nuestras costumbres” (apud. Arriam Dissert, lib. cap. 21). Platón dice lo mismo en Fedon, pues, según este filósofo, el objeto de los Misterios consistía en restablecer la pureza primitiva
del alma, en volverla al estado de perfección que había perdido. Llegó una época en que los Misterios se desviaron de su pureza, como ocurre con las religiones exotéricas. Esta desviación comenzó a producirse cuando, siguiendo el consejo de Aristigón, el Estado decidió obtener de los Misterios de Eleusis una fecunda y constante fuente de ingresos. A este efecto, se dictó una ley según la cual nadie podría ser iniciado sin pagar cierta suma por este privilegio. De modo que lo que hasta entonces sólo podía lograrse a costa de un esfuerzo constante y casi sobrehumano hacia la virtud y hacia la perfección, pudo adquirirse ya con oro. Una vez aceptada esta profanación, los laicos y los sacerdotes perdieron el respeto antiguo por los Misterios internos, lo cual condujo a la profanación de la ciencia sagrada. El desgarrón hecho en el velo fue haciéndose más grande en cada siglo, y los sublimes hierofantes, temerosos como nunca de que los secretos más sagrados de la naturaleza fueran divulgados y profanados, se esforzaron por eliminarlos del programa interno, limitando su conocimiento a un reducidísimo número de elegidos. Estos, que fueron puestos aparte, eran los únicos guardianes del divino patrimonio perteneciente a las eras pasadas.
Siete siglos más tarde, escribía Apuleyo en el “Asno de oro”, a pesar de su sincera inclinación por la magia y la mística, una amarga sátira contra la hipocresía y libertinaje de ciertas órdenes de sacerdotes semi–iniciados. También cuenta este autor que en su época (siglo II de nuestra era), los misterios se habían hecho tan comunes que se iniciaba a todo el mundo, a personas de todas las condiciones y clases, tanto hombres como mujeres y niños. En aquellos tiempos, la iniciación era tan necesaria como lo es hoy el bautismo para los cristianos: una ceremonia sin significación y de pura fórmula. Algún tiempo después, los fanáticos de la nueva religión descargaron su pesada mano sobre los Misterios.
Los Epoptai los “que ven las cosas tal como son”, desaparecieron uno a uno, emigrando a regiones inaccesibles para los cristianos. Los Mystes (o velados), “los que ven las cosas tal como parecen ser”, no tardaron en convertirse en los únicos dueños de la situación.
Los primeros, los puestos aparte, son quienes han conservado los verdaderos secretos, mientras que los Mystes, o sea, los que sólo conocen las cosas superficialmente, son los que colocaron la piedra fundamental de la Francmasonería moderna. De esta fraternidad primitiva de masones, semipaganos, semiconversos, ha nacido el ritual cristiano y la mayoría de los dogmas.
Los Epoptai y los Mystes reciben, a su vez, el nombre de masones (constructores) porque todos ellos, fieles al juramento prestado a sus Hierofantes o “Reyes” desaparecidos desde hacía mucho tiempo, reconstruyeron su Templo; los Epoptai, “inferior”, y los Mystes, “superior”, pues con estos nombres se designaban irrespetuosamente en ciertas regiones de la antigüedad, así como en nuestros días. Sófocles habla en su Electra de los fundamentos de Atenas –el emplazamiento de los Misterios eleusinos– diciendo que constituyen “el edificio sagrado de los Dioses”; es decir, construido para los Dioses. La iniciación se describía como “un paseo dentro del templo”, y la “purificación” o “reconstrucción del Templo” se refería al cuerpo del Iniciado en la última y suprema prueba (véase el Evangelio de San Juan. Capítulos XI y XII). La doctrina exotérica se designaba a veces con el nombre de “Templo”, y la religión exotérica popular con el de “ciudad”. Construir un templo significaba fundar una escuela esotérica; construir un templo en la ciudad era establecer un culto público. Por consiguiente, los verdaderos supervivientes de los Masones son los del Templo inferior o cripta que era el lugar sagrado donde se verificaba la iniciación; ellos son los únicos guardianes de los verdaderos secretos masónicos hoy en día perdidos para el mundo.
No tenemos inconveniente en otorgar a la moderna fraternidad de los masones el título de “constructores” del “Templo superior”, si bien es tan ilusoria la superioridad dada a priori por el adjetivo como la llama de la zarza mosaica que arde en las Logias de los Templarios.
Herbert Oré.
“Asno de oro”, a pesar de su sincera inclinación por la magia y la mística, una amarga sátira contra la hipocresía y libertinaje de ciertas órdenes de sacerdotes semi–iniciados.
ResponderEliminarLos cristianos: una ceremonia sin significación y de pura fórmula. Algún tiempo después, los fanáticos de la nueva religión descargaron su pesada mano sobre los Misterios.
emigrando a regiones inaccesibles para los cristianos. Los Mystes (o velados), “los que ven las cosas tal como parecen ser”, no tardaron en convertirse en los únicos dueños de la situación.
Los verdaderos secretos, mientras que los Mystes, o sea, los que sólo conocen las cosas superficialmente, son los que colocaron la piedra fundamental de la Francmasonería moderna. De esta fraternidad primitiva de masones, semipaganos, semiconversos, ha nacido el ritual cristiano y la mayoría de los dogmas.
El nombre de masones (constructores) reconstruyeron su Templo; los Epoptai, “inferior”, y los Mystes, “superior”, y la “purificación” o “reconstrucción del Templo” se refería al cuerpo del Iniciado en la última y suprema prueba.La doctrina exotérica se designaba a veces con el nombre de “Templo”, y la religión exotérica popular con el de “ciudad”. Construir un templo significaba fundar una escuela esotérica; construir un templo en la ciudad era establecer un culto público.
Los Masones son los del Templo inferior o cripta que era el lugar sagrado donde se verificaba la iniciación;Los únicos guardianes de los verdaderos secretos masónicos,la moderna fraternidad de los masones el título de “constructores” del “Templo superior”, si bien es tan ilusoria la superioridad dada a priori por el adjetivo como la llama de la zarza mosaica que arde en las Logias de los Templarios.
“Nuestros Maestros son los autores de todo lo establecido en ellas con objeto de instruir a los hombres y de corregir nuestras costumbres”,
este filósofo, el objeto de los Misterios consistía en restablecer la pureza primitiva-El ritual del cristianismo primitivo se deriva de la antigua Masonería…
Herbert Oré.:Grazie!
Occultus,knowledge of the paranormal as opposed to knowledge of the measurable referred as science or religion on the other side spiritual!