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jueves, 22 de febrero de 2018

Masonería, FARC y Paz en Colombia

Masonería, FARC y Paz en Colombia
Publicado el 25 de junio de 2016

El Colombiano de la historia, no es Simón Bolívar, ni Francisco de Paula Santander,ni Alberto Lleras, ni Jorge Eliecer Gaitán, ni Luis Carlos Galán, ni Álvaro Uribe…

Es Tomás Cipriano de Mosquera: Su espíritu masón aún se cierne sobre nuestra Colombia amada.

Al poco tiempo de Juan Manuel Santos asumir la presidencia de Colombia en 2010, y al ver como daba un giro de 180 grados con respecto al gobierno anterior en el cual el mismo había participado, me asaltaron muchas dudas y preguntas, y cada vez mas estuve seguro de que lo sucedido no era fortuito, sino el resultado de un cuidadoso plan ejecutado magistralmente, en el cual Santos era la ficha clave mas no el autor ni gestor del mismo.

Entre más lo pensaba, más preguntas surgían, y revisando nuestra historia y los vínculos del partido liberal con la masonería y con la guerrilla de los años 50 en Colombia empecé a hallarle algún sentido a lo sucedido.

Al leer la entrevista que Alfredo Molano le concedió a El Espectador y más adelante su libro A Lomo de Mula, encontré mucha información, muy valiosa para poder esbozar una hipótesis que le diera sentido a lo sucedido. Con sorpresa me enteré de Tirofijo ya se había desmovilizado en una ocasión, y se desempeño como capataz de obra en el programa Nacional de Rehabilitación que para tal fin creo el Gobierno de Alberto lleras Camargo. Dos connotados masones supervisaban este proyecto: El gobernador del Tolima, Darío Echandía, y José Gómez Pinzón, reconocido Gran Maestro masón y empresario destacado.

Fue entonces decidí escribir estas líneas, bajo el entendido de que el conflicto Colombiano no es de los últimos 52, años sino que viene desde el siglo XIX, y ha tenido varias etapas. La más reciente está por culminar si los diálogos de La Habana tienen éxito en la mesa y luego en las urnas.

No pretendo hacer un relato con estricta sujeción a la historia, ni un estudio acerca de la masonería, ya que no soy experto en la materia. Conozco de esta organización algunos datos históricos, que comparto con carácter informativo. Sobre sus orígenes remotos no hay acuerdo pero sabemos que en tiempos modernos sus surgen en Inglaterra entre los sindicatos de albañiles. Conocemos sus principios de secretismo y discreción. Su creencia de que “El Gran Arquitecto del Universo” es el ser superior rector de la creación, su inclinación por las ciencias y su apego a los principios de la fraternidad y desarrollo social. Estos son a grandes algunas de las características de esta organización. No pienso que sean satánicos ni que busquen la perdición del hombre ni mucho menos. Están inspirados por causas nobles. Por lo tanto este no es un escrito en contra de la masonería, ni de sus actos, simplemente comparto una teoría que a mi me ha ayudado a comprender lo que sucede en la Colombia actual.

La masonería moderna surge en Inglaterra en 1717. La corriente anglosajona es la que más adelante se difundirá en otras regiones de Europa y Estados Unidos, es muy estricta en limitar la discusión de temas religiosos y políticos, así como en el rechazo la inclusión de mujeres. La otra corriente conocida como masonería continental, surge en el noreste francés, y es abierta a la discusión de estos temas, y acepta regularmente la iniciación femenina.

Desde los orígenes de Colombia la masonería influye en la política y asume posiciones claras en los conflictos socioeconómicos de nuestra historia. Desde Antonio Nariño, quien es el pionero de esta organización entre nosotros hasta Alberto Lleras Camargo, brillante estadista y dos veces presidente de Colombia, pasando por Bolívar, Santander, Tomas Cipriano de Mosquera, José Hilario López, Murillo Toro, Benjamín Herrera, Rafael Uribe Uribe, Enrique Olaya Herrera y Eduardo Santos, han ondeado decididamente sus banderas políticas, basadas el la no tan publica agenda masona, que se ha puesto al servicio de los sectores menos favorecidos, en contra de los intereses burgueses que el partido conservador ha defendido históricamente. Estas diferencias finalmente desencadenaron La Guerra de los Mil Días, tras décadas de conflictos socio-económicos entre comerciantes, artesanos y campesinos.

La Guerra de los Mil Días termina con Paz del Wisconsin. Poco después Uribe Uribe es brutalmente asesinado, y Benjamín Herrera es derrotado en las urnas por Pedro Nel Ospina. Se caldean los ánimos y sucesos, como las matanzas en las bananeras, donde el ejercito disparó contra civiles, conducen a la derrota electoral del partido conservador por parte del partido liberal, tras 40 años en el poder. El masón Enrique Olaya Herrera es elegido presidente.

Lideres masones del continente, como Benito Juárez en México, José Martí en Cuba y Eloy Alfaro en Ecuador, encabezaron masivos movimientos populares implantando en sus países, importantes reformas sociales y económicas, con profundo contenido social. En Alfonso López Pumarejo aterriza esta tendencia en Colombia y la plasma en la reforma de 1936. Llama a su programa de gobierno La Revolución en Marcha y le imprime un profundo contenido social con énfasis en lo solidario.

Las reformas son populares y el partido liberal se consolida en el poder. Es elegido Eduardo Santos, otro líder masón, tío abuelo de Juan Manuel Santos, quien asume la presidencia, en 1938. En 1942 López Pumarejo es reelegido, pero debe renunciar por el comportamientos indelicados de personas cercanas a él. López renuncia en 1944, y el Designado Alberto Lleras Camargo concluye el mandato.

En 1946 los conservadores retoman el poder con Mariano Ospina Pérez. Durante su mandato es asesinado el caudillo liberal disidente, Jorge Eliecer Gaitán. El día del magnicidio, 9 de abril de 1948, se considera la fecha de inicio de La Violencia partidista en Colombia.

El liberalismo, encabezado por líderes masones o influidos por estos, promueve fuerzas irregulares para combatir a las fuerzas del gobierno conservador. Estas últimas legítimas unas veces y otras no. Surgen lideres insurgentes liberales como Sangrenegra, Guadalupe Salcedo y el Mariachi, se enfrentan a fuerzas conservadoras algunas veces legitimas y otras no, gestando una época sangrienta que se prolonga hasta hoy. Dentro de estos líderes, sin la importancia y protagonismo de los arriba mencionados, aparece el joven Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda Vélez, alias Tirofijo, quien más adelante crearía las FARC. Al morir en 2008 Tirofijo era el guerrillero más veterano del mundo.

Los Chulavitas, El Cóndor Lozano y Efraín González son representantes de algunas de las fuerzas irregulares conservadoras, posibles antecedentes del paramilitarismo contemporáneo.

Tras el gobierno de Ospina Pérez, Laureano Gómez fue elegido presidente, sin oposición liberal en las elecciones. Gómez, quien se incapacitó al poco tiempo de ser elegido, es depuesto por el General Gustavo Rojas Pinilla. En medio de un ambiente de violencia escalada. Los líderes masones del liberalismo aplaudieron y propiciaron el golpe. Más adelante lo repudiaron. No pudieron controlar a Rojas.

Alberto Lleras Camargo, logra un acuerdo para pacificar el país, con Laureano Gómez quien estaba en el exilio. Nace el Frente Nacional, un sistema político polémico y excluyente, en el cual el conservadores y liberales se alternaron en el poder por 16 años, en periodos de 4 años cada uno, entre 1958 y 1974.

Bajo el gobierno de Lleras Camargo, se registran algunos hechos cuyas consecuencias nos afectan hasta nuestros días. Las bandas guerrilleras, liberales se desmovilizan en gran medida. Algunos entregan las armas, al gobierno, y se da un proceso de paz y reconciliación que busca dar por cerrado el capitulo de la violencia partidista en Colombia.

Dentro de estas medidas el gobierno diseña el Programa Nacional de Rehabilitación, y designa para dirigirlo al ingeniero José Gómez Pinzón. En el Tolima este programa se implementa bajo la supervisión del gobernador masón, Darío Echandía.

Gómez Pinzón exitoso empresario en el sector privado, y reconocido como líder supremo de la masonería en Colombia por muchos años, también fue fundador de la prestigiosa firma, Cuellar Serrano Gómez. Gómez Pinzón tuvo esporádicas participaciones en el sector público entre las cuales se incluye la promoción la facultad de arquitectura en 1938. Recordemos la importancia de los arquitectos y albañiles para los masones.

A Gómez Pinzón se le encargó la misión de reintegrar a Pedro Antonio Marín, Tirofijo, a quien se le asignó la tarea de construir la carretera Aleluyas-El Carmen, en desarrollo del mencionado programa. En esta época Tirofijo devengó sueldo del estado en esta época. Para redondear sus ingresos manejaba taxi en Neiva.

Al asumir la presidencia Guillermo León Valencia, su gobierno dio al traste con esta iniciativa de paz y el General José Joaquín Matallana inicia la Operación Soberanía, en Mayo 9 de 1964. El 14 de Junio de 1964 Marquetalia es arrasada, según relata el General Belarmino Pinilla en la obra de Molano.

Ese día nacen las FARC, dando inicio a esta nueva etapa del conflicto que desde el siglo XIX azota a Colombia, y está próximo a terminar. Los subversivos, al mando de Tirofijo, se auto denominan como FARC y al poco tiempo se distancian del liberalismo y se afilian al movimiento comunista Castro – Guevarista que se acababa de gestar en Cuba.

Lo que sigue ya es más conocido. La guerrilla se mantiene en zonas limitadas del país por varias décadas, sin que hubiese un propósito claro del gobierno en combatirlas a fondo. En 1982 se inicia un proceso de paz por el presidente conservador, Belisario Betancur, el cual fracasa ante el exterminio de La Unión Patriótica, brazo político de las FARC, a manos de la extrema derecha.

El liberalismo masón retoma el poder y se sostiene en el con Virgilio Barco, Cesar Gaviria y Ernesto Samper. Durante este periodo hay tímidos intentos por iniciar procesos de diálogos de paz. Gaviria logra desmovilizar al M-19, pero las FARC, fruto de experiencias anteriores no se desmovilizan y en Tlaxcala se rompe un intento de diálogo promovido por el Presidente Cesar Gaviria. El Bombardeo de Casa verde en 1991, acaba con esta posibilidad.

En las décadas de 1980 y 1990 es cuando se fortalece el narcotráfico en Colombia y se generan complicaciones muy delicadas a nivel político, económico y social. Reconocidos capos de la mafia llegan al congreso, y los lideres que los denuncian y persiguen son asesinados inclementemente. Este ambiente hace difícil que la búsqueda de La Paz sea viable.

En primer lugar evidencia de corrupción en el gobierno, con el tristemente célebre proceso 8000, castigando duramente al partido liberal, el cual termina desacreditado y pierde el poder después de 12 años.

De otra parte las FARC encuentran en el narcotráfico una fuente de ingresos virtualmente inagotable, que los fortalece como nunca antes y por primera vez intimidan seriamente al gobierno y a la sociedad civil.

El liberalismo pierde el poder con Andrés Pastrana quien intenta unos diálogos con las FARC, cediendo generosamente una amplia zona del país para su desmovilización. Las FARC nunca se desmovilizaron, y por el contrario aprovecharon esta tregua para fortalecerse.

La oportunidad que Pastrana ofrece, es rechazada por las FARC, pero que sirve para propiciar el apoyo de EE UU al estado colombiano que se fortalece militarmente de una manera sin precedentes.

Esta circunstancia hace que el nuevo presidente, Álvaro Uribe Vélez de origen liberal pero distanciado del liderazgo tradicional del partido, cuente con todas las herramientas para combatir la subversión. Los golpes que sufre la guerrilla son tan duros que se teme que puedan ser derrotados, sometidos y hasta exterminados. Sobretodo con los certeros golpes propinados por un ejercito altamente motivado y profesionalizado a ordenes del Ministro de Defensa estrella… Juan Manuel Santos Calderón.

No conozco que compromiso habría entre los masones y las FARC, pero para mi es evidente que la masonería no podía dejar que las FARC fueran exterminadas. Para evitarlo era imperioso retomar el poder. Es aquí donde yo me aventuro a afirmar que la masonería organiza una de las más formidables conspiraciones conocidas. Sus principios del secretismo, fraternidad y discreción se pusieron a prueba, y con éxito diseñaron y ejecutaron un plan, de manera impecable.

Juan Manuel Santos, cercano a la masonería por su abuelo, su tío abuelo y su hermano mayor, quien es cercano a las FARC, fue reclutado para que se infiltrara en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, fuese el más leal y consecuente de los colaboradores del presidente y durante este tiempo demostrara obediencia absoluta.

Tan bien ejecutado fue este plan, que durante el gobierno Uribe atacó de frente a liberales masones como Rafael Pardo, Cesar Gaviria y Horacio Serpa. ¿Quien podría dudar que sería él y solo él, quien terminaría lo que Uribe había iniciado, y darle a la derecha conservadora una victoria final en este prolongado conflicto?

La sorpresa de todos los colombianos fue grande. Una vez en el poder, Santos destapó sus verdaderas intenciones. Rápidamente promovió a los mas distinguidos liberales masones a cargos de responsabilidad, e inició, sin mayor dilación, un proceso de paz con las FARC. Proceso que va a sacar adelante contra viento y marea, a sabiendas de que puede ser la última oportunidad de lograrlo.

Mi conclusión es que este es un tema más grande que Uribe y Santos. Desde hace más de un siglo hay dos corrientes ideológicas irreconciliables en Colombia, y han rivalizado en la arena política y militar. Los masones han tomado las banderas del cambio social contra un a línea conservadora que la resiste y defiende los privilegios de una clase acomodada.

Las FARC son el resultado de esta confrontación, y surgen como brazo armado del liberalismo inspirado y liderado desde el modelo masón. Durante los gobiernos liberales nunca hubo una determinación real de combatirlas, pero el surgimiento de la derecha encabeza de Uribe fue una alarma, y había que actuar. Actuaron: planearon y ejecutaron. El plan funcionó y los masones rescataron a sus pupilos de las FARC antes de su total exterminio.

Termino de escribir esto el 23 de Junio de 2016, cuando se firma el acuerdo de terminación del conflicto entre gobierno y FARC en la Habana. Ojala el espíritu de Hemingway, que habita allá, inspire a las FARC para su definitivo “Adiós a las Armas”.

Referencias:

Molano, Alfredo, 2016, A Lomo de Mula, Aguilar

http://juancarlosalvarezmolina.blogspot.com/2015/04/los-arquitectos-de-la-republica-liberal.html

http://www.elespectador.com/entrevista-de-cecilia-orozco/peligroso-acercarles-un-fosforo-esos-polvorines-alfredo-articulo-620523

http://masones.blogia.com/2006/061001-disputas-y-rivalidades-sobre-los-masones.php

http://logiagenesis33.tripod.com/masones_presidente_colombia.html

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-2948591

http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/uribrafa.htm

https://es.wikipedia.org/wiki/Benjam%C3%ADn_Herrera

https://es.wikipedia.org/wiki/Francmasoner%C3%ADa

https://es.wikipedia.org/wiki/Francmasoner%C3%ADa_en_Hispanoamérica

http://www.semana.com/especiales/articulo/el-poder-de-los-masones/33389-3

http://juancarlosalvarezmolina.blogspot.com/2015/04/genealogias-masonicas-en-colombia.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Francmasoner%C3%ADa_en_Ecuado

https://es.wikipedia.org/wiki/Jacinto_Cruz_Usma

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