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domingo, 25 de agosto de 2013

La Exaltación


La Exaltación 


El nivel nos enseña que el corazón sigue siempre sus inclinaciones y mi corazón siempre quiso, apasionadamente, aprender el oficio de la Masonería. 


Al encontrar esta Logia, siempre tuve la sensación, no de llegar, si no de volver; de volver, por fin, a casa después de un largo peregrinaje y de encontrar aquí a mis verdaderos hermanos. 

Y así, empecé a deletrear, con la esperanza de que un día pudiera articular las partes, reuniendo lo disperso. 

El aumento de salario, al grado de compañero, me evoca, sobre todo, el inmenso trabajo a realizar; trabajo de profundizar en los conocimientos tradicionales de nuestra hermandad y trabajo, sobre mi mismo, de desbaste y pulido de la compleja personalidad. Pero me enseño, sobre todo, el verdadero compañerismo y de que forma tan honda, el espíritu masónico y el sentimiento de la fraternidad, iba calando en mi interior. 

La exaltación a Maestro, supone para mi, en primer lugar un gran honor. La sensación que tengo es la de obtener algo muy querido, muy esperado, aunque también de algo que me sobrepasa, de algo inmerecido, puesto que la palabra Maestro evoca la imagen de alguien que ha alcanzado la cima de su Arte o Ciencia y que puede, por tanto, ejercer su Magisterio. 

De esta doble sensación, de alcanzar algo muy querido y a la vez inmerecido, surge un firme compromiso del deber, siento aun mas fuerte el deber de edificarme a mi mismo, el compromiso de trabajar en la talla personal para llegar a ser, cada día mas, un humilde pero digno, merecedor de tal nombre. 

Por lo tanto, aunque la exaltación a Maestro, represente la culminación de la carrera masónica, yo la considero mas como un principio. 

No he sentido que las iniciaciones sean un punto de llegada, si no siempre un comienzo. Un acontecimiento importante, un hito iluminando el camino, pero mas bien como algo que irradia su influencia a través del tiempo, que nos acompañara siempre, haciéndonos reflexionar sobre el profundo simbolismo que encierra y que rendirá sus frutos, probablemente, mucho tiempo después de acontecer el evento. 

Por otra parte, se que, mas que respuestas, obtendré preguntas; pero esto es mucho, puesto que el buen planteamiento, el enunciado de una buena pregunta, es el primer paso para obtener la respuesta. Más aun, sabemos que las preguntas no son más que otras formas de expresión de las respuestas. 

Al recibir el honor de pasar del cuadrado al circulo, mostrándome como el compás que tiene sus dos puntas sobre la escuadra se que se me invita a recorrer el camino del gradual acercamiento al verdadero lugar del maestro masón, en la cámara del medio, entre el cielo y la tierra, ejerciendo su función de mediador. 

VICENTE ALCOSERI.

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