Herbert Oré Belsuzarri (*).
Los HH:. Que con paciencia y dedicación
trabajan su piedra bruta, posiblemente en algún momento oyeron esta sentencia
lapidaria:
«[…]
entre nosotros nada valen y para nada sirven quienes no estudian, no piensan,
no meditan, no analizan y no proponen».
Y como las enseñanzas son recogidas,
conforme a la preparación única, especial e individual de cada H:. Seguro que estudian
con detenimiento los diferentes aspectos del “Arte Real”, pero algunos, aún no
han entendido a cabalidad lo que nos quisieron trasmitir.
La sentencia aludida, no solo nos recuerda
que debemos estudiar, sino que además debemos pensar, meditar, analizar y
proponer lo que es pertinente y beneficioso para la orden y la sociedad en la
que nos desarrollamos. Es decir cumplir con nuestro deber masónico que
constantemente nos exhortan para que “no piense el mundo que aquí hemos trabajado inútilmente gastando nuestras fuerzas en vano, pues nuestra obra
esta con el Señor y nuestra recompensa en el cielo”.
Y que: “Todo
hombre tienen derecho a nuestros buenos oficios y así nos encargan que hagamos bien a todos”.
Entonces ¿Que es la masonería?
“Un sistema peculiar
de moralidad, velado por alegorías
e ilustrado por símbolos”.
Si ello es así, ¿Cuales son
los grandes principios
sobre los que esta fundada la Orden ?
Amor Fraternal, Caridad y Verdad.
Quienes o, ¿Cuáles son las personas
aptas y llamadas a ser masones?
Los hombres justos, rectos
y libres, de edad madura, sano juicio y
severa moral.
Por esta razón los HH:. Suplicamos, que los rayos del cielo derramen sus influencia sobre todos los HH.·. Reunidos para iluminarnos en el sendero
de la Virtud y
de la Ciencia. Y como nuestros
trabajos son en bien de la humanidad felices nos hemos encontrado,
felices nos debemos separar hasta que nos volvamos a reunir, decimos.
El masón constantemente se prepara para su
purificación como hombre, para que su alma pueda viajar en busca de las
doctrinas, cosmogonía, antropología y teología (manejo de la observación,
concentración, meditación-abstracción y contemplación), necesarias para formar
conceptos sólidos del universo y del hombre; etapa espiritual, donde el
pensamiento, sentimiento y voluntad, buscan la unión del universo con la
dimensión divina.
Por tanto si el masón, con dedicación y
acuciosidad ha labrado su piedra bruta, el H:. Podrá decir que: ya sabe, ya quiere,
ya se atreve y calla todo aquello que no es pertinente. Su conciencia le dirá que él no es un efecto sino una causa.
Que el gobierno de las instituciones, no ha
de estar vinculado a una sola persona, aunque posea grandes cualidades. Las
personas en las que haya que depositarse el poder, han de ser elegidas por todos
los gobernados, atendiendo únicamente a la mayor y más cualificada sabiduría y
aptitud. Aceptar que el progreso es indefinido y constante. Que es más
conveniente pensar antes que hablar. Superar la ignorancia, el fanatismo y la
ambición, con la «sabiduría, la tolerancia y la generosidad. »
Exaltar el privilegio de la razón, como la
facultad que le sirve al hombre, para alejarse y defenderse de los prejuicios
ancestrales, de la superstición y del fanatismo. Define sus derechos y el
cumplimiento del deber, considerando esto último como Ley masónica inflexible,
tan exigente como una necesidad, y tan imperativo como el destino. Que la vida es
corta y que tenemos misiones que cumplir. Pero a la vez, no nos aflige la
muerte, porque ya una vez fuimos condenados a muerte por la ignorancia, el fanatismo
y la ambición, y que renacimos a una nueva vida, por la «sabiduría, la
tolerancia y la generosidad ». Que nos encontramos en el centro del círculo, que
poseemos la acacia, que simboliza la inmortalidad, que ya hemos recibimos la
corona de olivo (bendición) y de laurel (paz). Que el masón, aprovecho de su
oportunidad, de hacer de su vida útil y benéfica, con un constante progreso
intelectual y espiritual, que cruzo descalzo el desierto de la oscuridad hasta
encontrar la luz. Que logro instaurar el orden a partir del caos. Y que puede
en paz y tranquilidad ocupar su columna en el Oriente Eterno.
El masón se esfuerza por ello, y “Eso, es lo que se espera de un masón”.
* Herbert Oré Belsuzarri, es un autor y escritor masón peruano, de reconocido prestigio internacional por sus trabajos masónicos y otros de interés general, caracterizados por su amena y didáctica manera de exponer ideas.
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