EL SECRETO DE LAS ENSEÑANZAS MASONICAS.
Recibe hermana francmasona o hermano masón tranquilamente lo que te sobrevenga en la vida, no seas esclavo de lo que te suceda, sea dicha o desdicha, ganancia o pérdida, derrota o victoria. Recuerda nada ganas con angustiarte o siendo desmedidamente vanaglorioso. Disponte a ser libre de las emociones que te provoca el mundo externo, luego así, ve a la vida a ser tu mismo , que tal es tu deber, siendo feliz de todo y con todo.
Las enseñanzas masónicas que te han expuesto, ¡Hermano, Hermana !, concuerdan con lo que necesitas nada más, lo demás es falso. Escucha ahora lo que conviene a tu vida. Así, con las prácticas masónicas te librarás de las cadenas que te atan. En esta enseñanza masónica nunca hay esfuerzo perdido ni riesgo de equivocarte.
El conocimiento masónico es tan poderoso, que apenas un fragmento de este condimento masónico salva al hombre de la duda y del peligro, pues tiene un solo objetivo en tu vida, sobre el cual puedes concentrar la mente y tus acciones sin peligro, te explicará lo mucho que te sobra y lo poco que necesitas para ser feliz. Hay quienes fascinados se embeben con la letra de las Sagradas Escrituras bíblicas; pero son, incapaces de penetrar su verdadero sentido esotérico y trascendental, discuten vanamente sobre los textos religiosos, apegándose a lo meramente literal.
Las desagradables controversias y las interpretaciones incomprensibles satisfacen a los esclavos de la letra muerta de la biblia, y en vez de aspirar a la gran meta espiritual de las grandes mentes, se complacen en insignificantes placeres y morbosos asuntos. Extensos discursos y pomposas ceremonias religiosas inventaron estas personas, que ofrecen premios celestiales por su observancia y amenazan con castigos infernales por su incumplimiento.
Quienes poseen tales inclinaciones desconocen el uso del juicio y de la prudente conciencia espiritual. Las enseñanzas fanáticas religiosas suscitan el medio de sobreponerse con ecuanimidad a la vida diaria. Líbrate del temor, Líbrate de tus egos, de lo voluble y transitorio, y permanece firme en la conciencia de que quien eres en realidad, pues eres un hombre libre o una mujer libre, tan importante como lo es cualquier ser humano, siente orgullo de tu verdadero ser. Líbrate de la angustia por las cosas de este mundo profano, pues eres un iniciado en los Augustos Misterios los cuales te dicen que este mundo es una mera ilusión, y que lo más importante de todo en ti reside; no te dejes gobernar por las ilusiones de este profano mundo perecedero.
La Gran Luz que mana de esa fuente energética que llena las almas y las mentes de acuerdo con la forma y capacidad de cada una de ellas, así las enseñanzas masónicas no proporcionan sino la parte que cada cual es capaz de recibir conforme al grado de su evolución, pero sin importar la forma de tu luz, tu brilla intensamente con tu propia luz.
Para el masón iluminador, las enseñanzas masónicas son tan provechosas como si su mente fuese un vaso capaz de recibir toda el agua de una fuente inagotable. De tal modo atiende tan sólo al recto cumplimiento de la acción masónica y no a la decidir recibir recompensa que de ella pudiera derivarse, el masón ni la masona buscan recompensa alguna por ayudar a los demás.
No te esclavices a la esperanza del premio; pero no cedas tampoco a la inacción filantrópica a que suelen abandonarse quienes han perdido toda esperanza de recibir recompensa por sus buenas obras, en masonería filantropía no es simplemente dar ayuda material a los demás, sino filantropía es en el apoyo luminoso que le brindamos a la humanidad. Permanece a igual distancia de los extremos, y cumple con tu deber masónico sin otra razón que el deber mismo, sin reparar en si serán para ti buenas o malas las consecuencias del buen cumplimiento.
Mantén la misma serenidad en el éxito como en el fracaso, pues el éxito muchas veces es el castigo para los malvados, y el fracaso el premio que se te otorga, porque muchos fracasados viven sin las pesadas cadenas que los atan a mil cosas. Hazlo todo lo mejor que sepas y puedas, y conserva la imparcialidad del buen masón,
Por importante que la recta acción masónica pueda ser, ha de precederla la recta mentalidad, porque sin mentalizar bien la acción no es consciente. Por lo tanto, refúgiate en la serenidad de la recta mente, pues quien se fía de su propio bienestar pierde la dicha y se ve miserable y descontento, pues el ego es insaciable y despiadado, mientras el alma, con muy poco se conforma. El que alcanza el estado de conciencia alerta no se ve afectado por los resultados de la vida. Esfuérzate en alcanzar este estado superior de conciencia, porque es la clave del misterio de la acción masónica.
Quienes renuncien a los elogios de los demás están en el camino de dominarse. Rompen las cadenas que los atan a la esclavitud. Cuando trasciendas la ilusión del mundo de los profanos ya no te conturbarán las discusiones religiosas sobre los ritos, las ceremonias y demás ropajes de oropel de la falsa enseñanza. Entonces por fin te librarás del apego a los libros sagrados religiosos y a los escritos de los teólogos y quienes ambicionan a su modo interpretar lo religioso que no entienden. En cambio, fijarás tu mente en observarte a ti mismo, y sólo así, contactaras por fin con tu verdadero ser, ese ser luminoso que esta justo dentro de ti.
Alcoseri
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