¿Existieron realmente los famosos
Illuminati?
A la luz de la historia y la tradición, podemos
realizar algunas reflexiones al respecto
Cortesía: R:.H:. CARLOS NAPOLEON DEL CARPIO
En muchas ocasiones a lo
largo de los últimos años me han preguntado por el tema de los “Illuminati” y el oscuro papel que, según algunos
autores, han jugado desde su aparición en la historia de la sociedad europea. ¿Qué hay de cierto en todo lo que se
cuenta? ¿Cuál es la verdad? Si damos crédito a la versión que Dan Brown nos
narra en su novela Ángeles y Demonios, esta sociedad secreta
nació en Italia en el siglo XVI. Más aún, se dice que todavía existen y que
están conspirando contra la humanidad, donde quiera que estén, por medio de una
multitud de redes ocultas, en casi todas las áreas de la actividad humana: la
política, la economía, los medios de comunicación, la ciencia, etc. En una
palabra, que estarían en el mismo corazón de la “teoría de la conspiración” de la que muchas personas hablan y que difunden en Internet, por
no hablar de la multitud de libros sensacionalistas escritos sobre el tema con
fines puramente comerciales.
En el
mundo del esoterismo y la espiritualidad, lamentablemente algunas personas
confunden la realidad con la fantasía, algo a lo que los rosacruces debemos
estar especialmente atentos. No obstante, muchas veces algunas fantasías
también tienen sus pequeñas trazas de realidad. A este respecto, es cierto que
existió una sociedad secreta similar a la que Dan Brown describe en su libro.
Sin embargo, es necesario realizar algunas matizaciones. Por lo que sabemos no
surgieron en el siglo XVI sino en el XVIII, y tampoco fue en Italia, sino en
Alemania; de igual forma, no utilizaron el nombre de “Illuminati”,
sino el de “Illuminaten” o sociedad de los Iluminados de Baviera. Ahora bien, a pesar de
que esta sociedad secreta no fue directamente en contra de la Iglesia Católica,
como afirma la novela de Brown, es cierto que trabajó para socavar sus dogmas e
intentó el establecimiento del ateísmo y el racionalismo de forma activa. Al
parecer, utilizó su influencia sobre algunas logias masónicas para
alcanzar sus objetivos, hasta que su actividad fue suspendida en 1784, por
decreto de Carlos Teodoro de Baviera.
En vista de lo anterior,
podemos entender fácilmente que el término “Illuminati” es inadecuado para designar a la
sociedad de los “Illuminaten” que apareció en Alemania en el siglo
XVIII y que, como mucho, el autor del citado libro se está inspirando en esa
sociedad para crear una ficción. Lamentablemente, algunas personas crédulas y
poco críticas en el mejor de los casos, o manipuladoras en el peor, aprovechan
la ocasión para alimentar ciertas teorías conspiratorias que, si bien no tienen
ningún fundamento, se venden muy bien. Lo mismo se ha dicho en el pasado (y se
sigue diciendo hoy) de otras órdenes y sociedades, como la de los masones o los
propios rosacruces.
Personalmente
estoy muy alejado de estas “teorías
conspiratorias”. Desde mi punto de vista, no debemos buscar en
los presuntos conspiradores la causa de los problemas a los que se
enfrenta la humanidad en varios campos, sino en el comportamiento
individual y colectivo de todos los seres humanos. Ciertamente, es más cómodo
pensar que sufrimos las malas acciones de unos pocos que actúan en la sombra, a
ponerse uno mismo en tela de juicio. Pero esta es una actitud que me parece a
la vez ingenua e irresponsable. ¿Acaso no son los que alimentan esas teorías
los que realmente manipulan la verdad? En realidad, los Illuminati, en el sentido
Rosacruz del término, no tienen nada que ver con eso
Desde el
punto de vista tradicional, existe otro aspecto de los Illuminati que,
si bien no es muy conocido, pues forma parte de los altos grados de la Orden,
merece la pena resaltar en este momento. De acuerdo con la tradición Rosacruz, “Illuminati” es el nombre que utilizaban los miembros de una antigua Orden
mística que fue fundada en el siglo XII, en la época de las primeras Cruzadas, con el fin de promover la comprensión entre el cristianismo y
el Islam, que combatían en aquella época en el nombre de Dios. Esta Orden
estaba compuesta por cristianos y musulmanes, e incluso por Judíos. Todos
tenían un deseo común, a saber, el de poner fin a las Cruzadas y promover la
tolerancia religiosa. Hoy en día, la Antigua y Mística Orden de la Rosa-Cruz ha
asumido la misión de perpetuar estos ideales de paz y tolerancia religiosa, por
lo que una de las secciones de sus enseñanzas es llamada “de los Illuminati”. Estaréis de acuerdo
conmigo en que esta idea está muy lejos de lo que generalmente se dice sobre
los Illuminati por aquellos que, muy a menudo, no saben de lo que están
hablando.
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