Howard Carter: el descubridor de la tumba de Tutankamón
Howard Carter es un nombre importante para aquellos amantes de los descubrimientos y misterios egipcios. Sin duda, su labor fue de las más destacadas de la época, ya que descubrió la tumba de uno de los faraones más famosos hoy en día: la tumba de Tutankamón.
Howard Carter nació el 9 de mayo de 1874 en Kensington, Londres. Su padre fue Samuel Carter, un exitoso artista. Fue un niño enfermizo, con una salud delicada, por lo que fue mandado a vivir con sus tías en Norfolk. Allí recibió clases particulares en casa y tuvo una educación artística desde bien temprano. Cuando su padre pintó un retrato de un afamado egiptólogo, Howard comenzó a interesarse por esta área.
Gran Bretaña había ocupado Egipto a finales del siglo XIX. Durante este periodo creció el interés europeo por la egiptología y todo lo relacionado con el antiguo Egipto. Hasta allí fueron grandes científicos y arqueólogos para llevar a cabo excavaciones en antiguos yacimientos.
Howard comenzó su carrera arqueológica cuando encontró un trabajo en el equipo del arqueólogo P. Newberry, ya que éste necesitaba un artista para pintar sus descubrimientos. Howard llegó a Egipto en 1891, contaba con 17 años por aquel entonces. Allí estuvo trabajando en tumbas del Imperio Medio en Beni Hassan. También trabajó en las excavaciones hechas en El-Amarna, Deir el Babri, Tebas o Abu Simbel. Allí aprendió innovadores y modernos métodos para plasmar los relieves y otros hallazgos. Además, en 1899 ocupó el cargo de inspector jefe de antigüedades del Alto Egipto de los Servicios de Antigüedades Egipcio y también lo sería del Bajo Egipto poco después.Renunció a sus cargos en 1905.
En 1907 fue contratado por un rico aristócrata inglés, Lord Carnarvon, que estaba fascinado por la egiptología. Gracias a su apoyo y financiación, Carter organizó la excavación de las tumbas de nobles egipcios. En 1909 comenzó las excavaciones en una necrópolis tebana. Durante los primeros años descubrió varias tumbas reales vinculadas a faraones como Amenofis I, Tutmosis IV o la reina Hatshepsut.
A comienzos de los años 20 obtuvo el permiso para poder excavar en un lugar conocido como el Valle de los Reyes. Allí comenzó a excavar en una zona restringida con la esperanza de encontrar la tumba del faraón Tutankamón. Las pistas y datos sobre el joven faraón eran muy tenues y realmente no revelaban nada esclarecedor. Además, el Valle había sido excavado con anterioridad y no se había logrado encontrar nada relacionado con él, por lo que las expectativas de encontrar algo no eran demasiadas.
En 1922 sólo quedaba un sitio donde excavar, las ruinas de unas casas de obreros que se encargaban de construir las tumbas reales. Un chico que trabajaba como aguador se puso a escarbar en el suelocon un palo, dando la casualidad de que encontró un peldaño. Acto seguido decidió informar a Carter y su equipo del descubrimiento que acababa de hacer.
El 4 de noviembre de 1922, apenas a unos pocos metros de la tumba de Ramsés II, encontraron unas escaleras que se adentraban en la roca. Al terminar de descender por la escalera se toparon con una puerta sellada. Ésta tenía los sellos rotos por antiguos saqueadores, lo que les decepcionó, pensando que la tumba estaría saqueada y no quedaría nada de valor en su interior. Sin embargo, junto con lord Carnarvon, decidió abrir el tabique para ver lo que había en su interior. Al ver el interior de la tumba, cuando le preguntaron qué veía, él respondió: “Veo maravillas”.
Dentro de la tumba se encontraba una inmensa colección de tesoros pertenecientes al faraón, perteneciente a la XVIII dinastía. La tumba estaba formada por varias cámaras. Dentro se encontraba el gran ajuar del joven faraón, incluyendo carros, muebles e incluso joyas de oro macizo, aunque desordenado. Esto mostraba que habían entrado saqueadores pero habían tenido que huir antes de poder hacer nada. Siendo Tutankamón un faraón de escasa importancia, al ver estos tesoros dio que pensar sobre qué tipo de contenido tendrían las tumbas saqueadas de faraones mucho más importantes como Ramsés II o Seti I.
Una de las primeras medidas que tomó fue la de sellar la tumba para poder reunir un gran equipo de profesionales para documentar y conservar todo lo encontrado. Después de varias semanas entraron en ella. Lo más destacado y fascinante eran los tres sarcófagos en que se encontraba el ataúd que guardaba la momia del faraón. Al abrir este último pudieron observar la momia intacta cubierta por la máscara de oro macizo y piedras de colores que tapaba el rostro del faraón.
Era tal la abundancia de objetos hallados en el interior de la tumba que se tardaron unos diez años en catalogar y documentar las piezas para su posterior traslado al Museo de El Cairo y su exhaustivo registro. Gracias a este descubrimiento se pudo esclarecer conocimientos como la tradición funeraria egipcia, que tantos misterios guardaba.
Poco tiempo después regresó a Londres y trabajó como coleccionista para varios museos. También viajó a Estados Unidos para dar conferencias sobre Egipto y lo encontrado allí, acrecentando el interés sobre el Antiguo Egipto. Falleció el 2 de marzo de 1939 en Londres. Según las habladurías de la gente de la época murió a causa de la maldición del faraón por haber profanado su tumba. Fue enterrado en el cementerio Putney Vale de Londres.
http://redhistoria.com/howard-carter-el-descubridor-de-la-tumba-de-tutankamon/#.VPcshvmG9CY
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