Encubrimientos Arqueológicos ¿Una trama para controlar la historia?
[Biblioteca Pleyades]
Cada vez que usted alegue que está sucediendo una conspiración, especialmente en el campo de la ciencia, usted está pisando en hielo delgado. Nosotros tendemos a ser muy escépticos acerca de las conspiraciones—a menos que vengan de la Mafia o algunos radicales Musulmanes detrás de la supuesta conspiración. Pero la evidencia es abrumadora, y la ironía es que mucho de ello está a la vista.
La buena noticia es que los jugadores son obvios. Su estrategia, o incluso sus tácticas de ‘juego-por-juego’ son transparentes, una vez usted aprende a ubicarlas. Sin embargo, no es tan fácil penetrar a través de la cortina de humo de la propaganda y desinformación, para lograr sus subyacentes motivos y metas. Sería conveniente si pudiéramos señalar a una unidad de fontanería, y a un descarado mentiroso como Richard Nixon, pero esta es una operación más sutil.
Las malas nuevas: la conspiración es global, y hay muchos grupos de intereses personales encubiertos. Una investigación superficial produce los usuales sospechosos: científicos con un hacha teórica para despedazar carreras a futuro y el status quo a mantener. Su modus operandi es “La Gran Mentira” – y mientras más grande y más extensamente publicitado, mejor.
Ellos se apoyan invocando sus credenciales académicas para apoyar sus argumentos, y la suposición es que nadie tiene el derecho de cuestionar sus autoritarias declaraciones, de que:
En 1993, la NBC, en los Estados Unidos, ventiló Los Misterios de la Esfinge, presentando evidencia geológica que demostraba que La Esfinge era por lo menos el doble de antigua (9,000 años) de lo que afirmaban los egiptólogos. Ha llegado a ser muy bien conocida como “la controversia de la erosión por agua”. Una vista cercana a la politiquería que despliegan los egiptólogos para combatir esta minimización de su territorio es instructiva.
El egiptólogo autodidacta, John Anthony West sacó el tema de la erosión por agua a la atención del geólogo, Dr. Robert Schoch. Ellos fueron a Egipto y lanzaron una intensiva investigación en el sitio. Después de estudiar a fondo, y de primera mano la Esfinge, el geólogo llegó a compartir la conclusión preliminar de West, y anunciaron sus hallazgos.
El Dr. Zahi Hawass, el jefe de los Monumentos de Giza no perdió tiempo en disparar una barrera de crítica pública a este par. El renombrado egiptólogo, Dr. Mark Lehner, quien es visto como el primer experto mundial en la Esfinge, se unió al ataque. Elacusó a West y a Schoch se ser “ignorantes e insensibles”. Esta fue una curiosa acusación, la cual llevó el tema fuera del nivel profesional, colocando el asunto entero a nivel personal. No abordaba los hechos o temas para nada, y era altamente muy poco científico.
Pero debemos observar la táctica estándar de desacreditar a cualquiera que se atreva a cuestionar las teorías aceptadas. Cambiando el enfoque fuera de los temas, y “personalizando” el debate es una estrategia altamente efectiva – una que es a menudo usada por políticos que se sienten inseguros acerca de sus posiciones. Hawass y Lehner invocaron su estatus intocable y su presunta autoridad. (Uno pensaría que la asesoría de un geólogo tiene más peso en este punto en particular).
Poco tiempo después, Schoch, Hawass y Lehner fueron invitados a poner el tema a debate en la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia. A West no le fue permitido participar porque carecía de los credenciales requeridos.
Esto señala a una suposición cuestionable que es parte del arsenal del establecimiento: solamente científicos con credenciales pueden practicar ciencia. Dos filtros mantienen al investigador independiente, sin credenciales, fuera del juego: (1) los credenciales, y (2) peer review. Uno no llega al número dos a menos que tenga el número uno.
La ciencia es un método que cualquiera puede aprender y aplicar. No requiere credenciales para observar y registrar hechos, y pensar críticamente acerca de los mismos, especialmente en las ciencias sociales no-técnicas. En una sociedad libre y abierta, la ciencia debe ser un proceso democrático.
Sea como sea, West fue descalificado. Los elementos del debate han sido llevados hacia adelante y hacia atrás desde entonces, sin llegar a una resolución. Es similar a la controversia sobre quien construyó las Pirámides de Giza y de que manera fueron construidas.
Esto trae a colación el tema de La Gran Mentira, y cómo ha sido promovida por generaciones delante de Dios y de todos. La controversia de cómo fue construida la Gran Pirámide es un ejemplo. Sería fácilmente establecido si los egiptólogos quisieran resolver la disputa. Una simple prueba podría diseñarse y arreglarse por ingenieros imparciales que probarían o desaprobarían su teoría disputada durante mucho tiempo – que fue construida usando las herramientas primitivas y métodos de ese tiempo, aproximadamente 2,500 A.C.
¿Porqué no han hecho esto?
La respuesta es tan obvia que parece imposible: ellos saben que la teoría es falsa.
¿Podría un científico entrenado y altamente educada realmente creer que 2.3 millones de toneladas de piedra, algunos bloques pesando hasta 70 toneladas, podrían haber sido transportadas y levantadas con métodos primitivos?
Esto parece improbable, aunque no tienen ningún remordimiento en contra de mentirle al público, escribiendo libros de texto y defendiendo esta teoría contra las teorías alternativas. No obstante, debemos notar que no permitirán ser sujetos a una prueba radical final.
Pensamos que es titular o de apoyo para cualquier científico llevar la carga de la prueba de su tesis; no obstante, los científicos sociales quienes hacen estas afirmaciones o demandas, nunca dan la cara para esta clase de escrutinio. Esto es porqué debemos sospechar una conspiración. Ninguna otra disciplina científica se saldría con la suya flexionando las reglas de la ciencia. Todo lo que han hecho los egiptólogos alguna vez es ‘batearse’ o botar teorías alternativas, usando tácticas pasadas por debajo de la mesa. Ya es tiempo de que se insita que prueben sus propias propuestas.
¿Porqué intentarían los científicos esconder la verdad y evitar cualquier prueba de su hipótesis?
Sus motivaciones son igualmente transparentes. Si puede probarse que los egipcios no construyeron la Gran Pirámide en 2,500 AC, usando métodos primitivos, o si la Esfinge puede ser fechada hasta 9.000 AC, toda la casa de cartas se viene abajo. Puntos de vista ortodoxos de la evolución cultural están basadas sobre una cronología de la civilización habiendo comenzado en Sumeria no antes de 4,000 AC. La teoría no permite que una avanzada civilización haya existido antes de ese tiempo. Fin de la discusión. La arqueología y la historia pierden su significado sin una línea fija de tiempo como unto de referencia.
Puesto que la teoría de la “evolución cultural” ha sido atada a la teoría general de la evolución de Darwin, hay mucho más en juego. ¿Explica esto porqué son negadas y/o ignoradas las anomalías y enigmas? Sin embargo, así es.
Las ciencias biológicas de hoy están basadas en el Darwinismo.
Ahora vayamos a otro caso muy diferente. En 1966, el Dr. Javier Cabrera recibió una piedra como regalo de un granjero local muy pobre, en su nativa Ica, Perú. Sobre esa piedra estaba tallado un pez, lo cual no puede haber significado mucho para el aldeano promedio, pero significó bastante para el educado Dr. Cabrera. El lo reconoció como una especia hace mucho tiempo extinta. Esto levantó su curiosidad. El compró más piedras del granjero, quien dijo haberlas recolectado cerca del río después de una inundación.
El Dr. Cabrera acumuló más y más piedras, y una palabra de su existencia y potencial valor alcanzó a la comunidad arqueológica. Pronto, el doctor había amasado miles de “Piedras de Ica”. Las talladuras sofisticadas eran tan enigmáticas como fascinantes. Alguien había tallado hombres luchando con dinosaurios, hombres con telescopios y hombres ejecutando operaciones con equipo quirúrgico. También contenían dibujos de continentes perdidos.
Varias de la piedras fueron enviadas a Alemania, y fueron fechadas a una remota antigüedad. Pero todos sabemos que los hombres no pudieron haber vivido en el tiempo de los dinosaurios; que el Homo sapiens ha existido desde hace solo 100,000 años.
A la BBC le llegaron rumores de este hallazgo, y se apresuraron a producir un documental acerca de las piedras de Ica. Esta exposición a los medios de comunicación detonó una tormenta de controversia. Los arqueólogos criticaron al gobierno peruano por ser negligentes acerca de reforzar leyes en antigüedades (pero esa no era su verdadera preocupación). Se le aplicó presión a los oficiales del gobierno.
El granjero que había estado vendiendo las piedras a Cabrera fue arrestado; el afirmó haberlas encontrado en una caverna, pero se negó a descubrir la ubicación exacta a las autoridades, o, por lo menos, así lo afirmaron.
Este caso fue descartado con tanto arte que enorgullecería a cualquier político corrupto. El gobierno peruano amenazó con enjuiciar y encarcelar al granjero. Le ofrecieron una apelación de canje; él, entonces, re-contó su historia y “admitió” haber tallado las piedras, él mismo. Esto parece altamente improbable, puesto que era analfabeto e inexperto, y allí estaban unas 11,000 piedras. Algunas eran bastante grandes, e intrínsicamente talladas, con escenas y animales que el granjero no podía haber tenido conocimiento de ello sin ser paleontólogo. Habría necesitado trabajar cada día durante varias décadas para producir ese volumen de piedras. Sin embargo, los hechos fundamentales no estaban, ni aquí ni allí. Las piedras de Ica fueron etiquetadas como “broma” y olvidadas.
El caso no requirió una confrontación cara a cara, o una descrédito público de no-científicos por científicos; se ocuparon de esto con tácticas invisibles de presión.
Puesto que estaba registrado bajo “broma”, la enigmática evidencia nunca tuvo que tratarse, como tampoco se trató el siguiente ejemplo.
El caso del autor Michael Cremo, está muy bien documentado, y también demuestra cómo el establecimiento científico abiertamente usa tácticas de presión en los medios de comunicación y el gobierno. Este libro, ‘Arqueología Prohibida’ examina muchos ejemplos previamente ignorados, de artefactos que prueban que la antigüedad del hombre moderno excede bastante la edad dada en las cronologías aceptadas.
Los ejemplos que presentaron él y su co-autor son controversiales, pero el libro se convirtió en mucho más controversial que su contenido, al ser usado en este documental.
En 1996, la NBC transmitió un especial llamado ‘Los Misteriosos Orígenes del Hombre’, en el cual presentó material del libro de Cremo. La reacción de la comunidad científica se salió de la escala de Richter. La NBC fue inundada con cartas de científicos iracundos que llamaban al productor “un fraude”, y todo el programa “una broma”.
Pero los científicos fueron más allá que esto – mucho más. En una secuencia extremadamente desmedida de bizarros movimientos, ellos trataron de forzar a la NBC de no re-transmitir el popular programa, pero su esfuerzo falló. Entonces tomaron el paso más radical de todos: ellos presentaron su casi al gobierno federal y solicitaron a la Comisión Federal de Comunicaciones que interviniera, y bloqueara a la NBC de poner nuevamente este programa al aire.
Esto no fue solamente una violación a la libertad de palabra y un obvio intento de frustrar la comercialización, fue un esfuerzo sin precedentes de censurar el diálogo intelectual. Si el público, o cualquier agencia gubernamental hiciera un intento de esposar al establecimiento científico, el público jamás hubiese escuchado el final.
La carta al FCC, escrita por la Dra. Allison Palmer, Presidenta del Instituto para Estudios Cambrianos es reveladora:
Yo creo que tenemos algunos buenos sondeos de quien es la “Policía del Cerebro”. Y realmente no creo que “conspiración” sea una palabra demasiado fuerte – porque para cada caso de esta clase de intento de supresión que es expuesto, se exponga que otros 10 continúan exitosamente.
No tenemos idea de cómo muchos artefactos enigmáticos o fechas habrán sido etiquetadas como “errores” y descartadas en bodegas de almacenaje o archivos circulares para nunca más ver la luz del día.
Hay un caso de alto perfil, de la Dra. Virginia Steen-McIntyre, una geóloga trabajando para la Inspección Geológica Estadounidense (USGS), quien fue despachada hacia un sitio arqueológico en México, para fechar un grupo de artefactos en los años setenta. Esta parodia también ilustra cuan lejos irán los científicos del establecimiento para custodiar los dogmas ortodoxos.
McIntyre usó equipo altamente avanzado, y respaldó sus resultados usando cuatro diferentes métodos, pero sus resultados estaban fuera de los estatutos. Los arqueólogos principales esperaban una fecha de 25,000 años o menos, y el hallazgo de la geóloga fue de 250,000 años o más.
La figura de 25,000 años o menos era crítica para la teoría del “cruce” del Estrecho de Bering, y esta fue la motivación detrás de los revolucionarios resultados de la principal arqueóloga, Steen-McIntyre en el archivo circular, y pidiendo una nueva serie de pruebas de fechado. Este tipo de reacción no ocurre cuando las fechas concuerdan con el modelo cronológico previsto, que apoya las teorías aceptadas.
A la arqueóloga Steen-McIntyre se le dio una oportunidad de retractor sus conclusiones, pero ella la rechazó.
Más tarde se encontró con la dificultad de que publicaran sus papeles, y perdió su empleo de enseñanza en una universidad estadounidense.
En Nueva Zelanda, el gobierno realmente entró y decretó una ley que prohibía al público entrar a una zona arqueológica controversial. Esta historia apareció en el libro, ‘Antigua Nueva Zelanda Céltica’ de Mark Doutré.
Sin embargo, como averiguaremos (y como lo prometí al principio del artículo), esta es una conspiración complicada. Los científicos tratando de proteger sus “santificadas” teorías, mientras avanzan en sus carreras no son los únicos que quieren suprimir artefactos e información. Aquí es donde la situación se vuelva pegajosa.
El Bosque Waipoua se convirtió en un controversial sitio en Nueva Zelanda porque una excavación arqueológica, al parecer, mostró evidencia de una cultura no-Polinesia, precediendo a la Maorí – un hecho con el cual la tribu no estaba muy feliz. Ellos supieron de los resultados de las excavaciones antes que lo hiciera el público en general, y se quejaron con el gobierno. Según Doutré, el resultado fue “un documento oficial de archive, que claramente mostraba una intención por parte de departamentos del gobierno de Nueva Zelanda de retener información arqueológica del escrutinio público durante 75 años.
Al público le llegaron rumores de este fiasco, pero el gobierno negó la demanda. No obstante, documentos oficiales muestran que había sido puesto un embargo en el sitio. Doutré es un estudiante de historia y arqueología de Nueva Zelandia. El está preocupado, porque dice que los artefactos probando que hubo una cultura más temprana que precedió a los Maoríes hacen falta en los muesos.
El pregunta que pasó con varios remanentes anómalos:
Desafortunadamente este no es el único incidente así. El Etnocentrismo se ha vuelto un factor en la conspiración, para esconder la verdadera historia de la humanidad. El Autor Graham Hancock ha sido atacado por varios grupos étnicos por reportar similares hallazgos enigmáticos.
El problema para los investigadores preocupados por establecer la verdadera historia de la humanidad es que las metas de los nacionalistas o grupos étnicos que quieren poner demanda de haber sido los primeros en estar en un lugar en particular, a menudo se mezclan con las metas de los evolucionistas culturales.
Los arqueólogos son rápidos en ir a suprimir esta clase de hallazgos anómalos. Una razón por la cual los egiptólogos guardan tan celosamente la fecha de la construcción de la Gran Pirámide tiene que ver con un asunto de orgullo nacional.
El caso de las momias del Desierto de Takla Makan en el oeste de China es otro ejemplo de este fenómeno. En los años ‘70s y ‘80s, una inexplicable cultura caucásica fue repentinamente desenterrada en China. El ambiente árido preservó los restos de gente de cabellos rubios y ojos azules, que vivían en la China pre-dinástica.
Ellos usaban finas ropas muy coloridas, así como coloridos eran sus botas, medias y sombreros. Los chinos no estaban muy contentos acerca de esta revelación, y le han restado importancia al enigmático hallazgo, aunque los asiáticos fueron encontrados, enterrados a la par de estas momias caucásicas.
El escritor para National Geographic, Thomas B. Allen reflexiona en un artículo, en 1996, acerca de su hallazgo de una cerámica llevando la huella digital del alfarero. Cuando el preguntó si podría llevar el fragmento donde un antropólogo forense, el científico chino preguntó si el “sería capaz de decir si el alfarero era un hombre blanco”. Allen dijo que el no estaba seguro, y el oficial empaquetó el fragmento y silenciosamente se alejó. Parece que muchas cosas se cruzan en el camino de los descubrimientos y hallazgos científicos.
La existencia de la cultura olmeca en el México antiguo siempre ha planteado un problemas. ¿De donde vino la gente negroide representada en las colosales cabezas? ¿Porqué hay caucásicos tallados en las estelas, en lo que es la semilla de la civilización mexicana? Lo que es peor, ¿porqué no se encuentran gentes indígenas mexicanas en los artefactos Olmecas?
Recientemente, una arqueóloga mexicana resolvió el problema haciendo una fantástica afirmación: que las cabezas Olmecas – las cuales, generaciones de personas de todos los grupos étnicos han estado de acuerdo en que tienen una llamativa semejanza a los africanos – realmente eran representaciones de la tribu local.
El público no parece para nada enterado del hecho que el establecimiento científico tiene un doble estándar cuando set rata de un libre flujo de información. En esencia, transcurre de esta manera…
Los científicos son altamente educados, bien entrenados e intelectualmente capaces de procesar todo tipo de información, y pueden hacer distinciones correctamente críticas entre los hechos y la ficción, la realidad y la fantasía. El vil público es simplemente incapaz de operar en esta plano altamente mental.
El noble ideal del científico altamente calificado, imparcial y apolítico, como observador y ensamblador de hechos establecidos, hacia un útil cuerpo de conocimiento parece haber sido destrozado bajo las presiones y demandas del mundo real. La ciencia ha producido muchos beneficios positivos para la sociedad; pero deberíamos ya por ahora saber que la ciencia tiene su lado escuro, negativos. ¿Qué no fueron, pues, esos mansos compañeros en impecables batas de laboratorios, quienes nos dieron las bombas nucleares y las armas biológicas? La edad de la inocencia terminó en la II Guerra Mundial.
la comunidad científica tiene una actitud de superioridad intelectual es levemente disfrazado bajo un disfraz de unas muy cuidadosamente orquestadas relaciones públicas. Siempre vemos a la Ciencia y al Progreso caminando mano a mano. La Ciencia, en una institución en una sociedad democrática, deberá funcionar de la misma manera en que funciona la sociedad en grande; deberá abrirse a debates, argumentos y contra-argumentos. No hay lugar para un autoritarismo sin cuestionamiento. ¿Estará la ciencia moderna alcanzando y resolviendo estos estándares?
En el otoño del 2001, la PBS aireó una serie de siete partes titulado Evolución. Tomándolo en valor de cara, esto parece lo suficientemente inofensivo. Sin embargo, mientras el programa fue presentado como un periodismo científico puro, objetivo, investigador, falló completamente en siquiera alcanzar los estándares mínimos de la divulgación imparcial. La serie fue pesadamente cargada hacia la visión de que la teoría de la evolución es un “hecho científico” que es aceptado por “virtualmente todos los científicos reputables del mundo”, y no como una teoría que tiene debilidades y críticas fuertemente científicas.
Al producir esta serie, ni siquiera se molestaron en entrevistar a científicos que tiene críticas sobre el Darwinismo: no “creacionistas”, sino que científicos auténticos y de buena fe. Para corregir esta deficiencia, un grupo de 100 científicos disidentes se sintieron impulsados a publicar un lanzamiento de prensa, “Una Disensión científica del Darwinismo”, en el día en que estaba programado que saliera al aire el primer capítulo.
El nominado al premio Nóbel, Henry “Fritz” Schaefer estaba entre ellos. El estimuló a abrir un debate público de la teoría de Darwin:
Hemos viso este mismo acercamiento “no-científico”, aplicado a la arqueología y la antropología, mientras que los “científicos” simplemente se niegan a probar sus teorías, y sin embargo se apuntan a sí mismos como los árbitros finales de “los hechos”. Sería ingenuo pensar que los científicos que cooperaron en la producción de la serie estaban inconscientes de que no habría otra presentación de contrapeso, por parte de críticos de la teoría de Darwin.
Richard Milton es un periodista de ciencias. El ha sido un ardiente y verdadero creyente de la doctrina Darwiniana, hasta que sus instintos investigadores lo golpearon un buen día. Después de 20 años de estar estudiando y escribiendo acerca de la evolución, el repentinamente realizó que había muchos agujeros desconcertantes en la teoría. El decidió tratar de aliviar sus dudas y probar la teoría a sí mismo, usando los métodos estándar del periodismo investigador rutinario.
Milton se volvió un visitante regular del famoso Museo de Historia Natural de Londres. El cuestionó cuidadosamente cada dogma importante y las clásicas pruebas del Darwinismo a prueba. Los resultados lo ‘sacudieron’. El encontró que la teoría ni siquiera podía encarar ni los mínimos rigores del periodismo investigador rutinario.
El veterano escritor de ciencia tomó una medida drástica y publicó un libro titulado: “Los Hechos de la Vida: Rompiendo los Mitos del Darwinismo”. Está claro que el mito darwiniano había sido roto por el, pero muchos otros mitos acerca de la ciencia serían también aplastados después de que su libro fuera lanzado a publicación. Milton dice:
Experimenté la actividad de ‘cacería de brujas’ de la policía darwinista de primera mano - fue profundamente desilusionador encontrarme a mi mismo siendo descrito por un prominente zoologista de Oxford, Richard Dawkins, como “chiflado”, “estúpido” y “necesitando ayuda psiquiátrica”, en respuesta a reportes puramente científicos.
(¿Sonará esto como las historias que vinieron de la Unión Soviética hace 20 años, cuando los científicos disidentes allí comenzaron a hablar públicamente?)
Dawkins lanzó una campaña de escritura de cartas a los editores del periódico, implicando que Milton era un “espía” creacionista, cuyo trabajo debería ser descartado. Cualquiera que tenga alguna familiaridad con la política reconocerá esto como una táctica estándar maquiavélica de manual de un “asesinato de carácter”. Dawkins es un científico altamente respetado, cuya reputación y situación en la comunidad científica tiene mucho peso.
Según Milton, el proceso vino a la cabeza cuando el Suplemento de Alta Educación del periódico Times de Londres lo comisionó a escribir una crítica al Darwinismo. La publicación presagió lo que estaba por venir: “Próxima Semana: Darwinismo – Richard Milton ataca”. Dawkins supo de esto, y no perdió tiempo pellizcando esta herejía en el brote.
Él contactó al editor, Auriol Stevens, y acusó a Milton de ser un “creacionista”, y prevaleció sobre Stevens para halar la palanca sobre el artículo. Milton supo de este apuñalamiento detrás de los telones, y escribió una carta de apelación a Stevens. Al final, esta excavó dentro de Dawkins y rasguñó la pieza.
Imagínese que sucedería si un político o burócrata usara tales tácticas de presión para matar una historia de los medios masivos de comunicación. Esto detonaría un enorme escándalo. No así para los científicos, quienes parecen ser vistos como “vacas sagradas” y más allá de la reprobación. Hay muchos factores perturbadores relacionados con estos casos. La teoría de la evolución, de Darwin, es la única teoría rutinariamente enseñada en nuestro sistema de escuelas públicas, y jamás ha sido sujeto a un riguroso escrutinio; ni han sido permitidas ninguna de las críticas en el plan de estudio...
Este es un interesante hecho, porque una reciente encuesta muestra que el público estadounidense quiere que la teoría de la evolución sea ensañada a sus niños; sin embargo, el “71% de los encuestados dicen que los maestros de biología deberían enseñar tanto el Darwinismo, como la evidencia científica en contra de la teoría darwinista”. No obstante, no hay planes para implementar este acercamiento más equilibrado.
Es irónico que Richard Dawkins ha sido asignado para la posición de Profesor del Entendimiento Público de la Ciencia en la Universidad de Oxford. El es un clásico “Policía del Cerebro”, patrullando las líneas frontales neurológicas. El establecimiento científico occidental, y los medios masivos de comunicación se enorgullecen de ser foros abiertos al público, desprovistos de prejuicios o censura. No obstante, ningún programa de televisión que examine los errores y debilidades del Darwinismo ha sido puesto al aire en el país natal de Darwin o en los Estados Unidos. Un científico que se opone a la teoría no puede conseguir que le publiquen documento alguno.
Los Misteriosos Orígenes del Hombre no era un ataque frontal contra el Darwinismo; simplemente presentaba evidencia que es considerada anómala por los preceptos de esta teoría de la evolución.
Volviendo a nuestros bastiones de integridad intelectual, Forest Mims era un sólido y habilidoso periodista de ciencia. Jamás ha sido el centro de ninguna controversia, y así, fue invitado a escribir en la columna más leída, en la prestigiosa revista América Científica, “El Científico Aficionado”, una tarea que el aceptó con mucho gusto. Según Mims, el editor de la revista, Jonathan Piel, entonces, supo que el también escribía artículos para varias revistas cristianas.
El editor llamó a Mims a su oficina y lo confrontó.
Su respuesta no afectó la decisión de Piel de desbaratar la popular columna después de solamente tres artículos.
Esto tiene el desagradable olor de una cacería de brujas. El escritor nunca transmitió públicamente sus puntos de vista privados o creencias, por lo que parecería que los “stormtroopers” ahora creen tener órdenes de asegurarse que los pensamientos “no aprobados” jamás serán divulgados en público.
Así, pues, los monitores del “buen pensamiento” no son como los de la élite o de la comunidad científica, como hemos visto en varios casos; son productores de televisión y editores de revistas, también. Parece claro que todos ellos son guiados por el singular imperativo de fomentar “la educación pública sobre ciencia”, como lo planteó tan aptamente el presidente del Instituto Cambriano.
Sin embargo, hay un segundo artículo en la agenda, y es para proteger al público de pensamientos “no-científicos” e ideas que pudieran infectar la mente de las masas. Nosotros señalamos algunos de esos tabú al principio del artículo, ahora debemos agregar que son también “malsanos, incompletos” e inaceptables” para engancharse en ninguna de las búsquedas siguientes de investigación:
Para volver a exponer cómo comienza esta conspiración, será con dos filtros: credenciales y revisión por parte de otros. La Ciencia Moderna es ahora un laberinto de tales filtros, puestos para promover ciertas teorías ortodoxas, y al mismo tiempo, filtrar fuera aquella información que ya está pre-juzgada a ser inaceptable. Los principios guías no son precisamente la evidencia y el mérito. Estos principios de objetividad, acceso y apretura han sido reemplazados por conformidad y posición, dentro de la comunidad establecida.
Los científicos no vacilan en lanzar los más indignantes ataques personales en contra de aquellos que ellos perciben ser el enemigo. El eminente paleontólogo, Louis Leakey describió este ácido de una sola línea acerca de la “Arqueología Prohibida”, (Forbidden Archeology)
“Su libro es puro disparate, y no merece ser tomado en serio por nadie que no sea un tonto.”
De nuevo, vemos el empuje de un ataque personal: los méritos de la evidencia presentada en el libro no son examinados o debatidos. Es una embotada y autoritaria declaración o pronunciamiento.
En una próxima parte, examinaremos algunos casos más, documentados, y cavaremos más profundo en las dimensiones más sutiles de la conspiración.
Referencias y Fuentes
"La Policía del Cerebro” y "La Gran Mentira"
Cada vez que usted alegue que está sucediendo una conspiración, especialmente en el campo de la ciencia, usted está pisando en hielo delgado. Nosotros tendemos a ser muy escépticos acerca de las conspiraciones—a menos que vengan de la Mafia o algunos radicales Musulmanes detrás de la supuesta conspiración. Pero la evidencia es abrumadora, y la ironía es que mucho de ello está a la vista.
La buena noticia es que los jugadores son obvios. Su estrategia, o incluso sus tácticas de ‘juego-por-juego’ son transparentes, una vez usted aprende a ubicarlas. Sin embargo, no es tan fácil penetrar a través de la cortina de humo de la propaganda y desinformación, para lograr sus subyacentes motivos y metas. Sería conveniente si pudiéramos señalar a una unidad de fontanería, y a un descarado mentiroso como Richard Nixon, pero esta es una operación más sutil.
Las malas nuevas: la conspiración es global, y hay muchos grupos de intereses personales encubiertos. Una investigación superficial produce los usuales sospechosos: científicos con un hacha teórica para despedazar carreras a futuro y el status quo a mantener. Su modus operandi es “La Gran Mentira” – y mientras más grande y más extensamente publicitado, mejor.
Ellos se apoyan invocando sus credenciales académicas para apoyar sus argumentos, y la suposición es que nadie tiene el derecho de cuestionar sus autoritarias declaraciones, de que:
- No hay ningún misterio sobre quien construyó la Gran Pirámide, o cuales fueron los métodos de su construcción, y que la Esfinge no muestra señales de daños por agua.
- No existieron los humanos en las Américas antes de 20,000 A.C.
- La primera civilización data hacia atrás no más allá de 6000 A.C.
- No existe información acerca de anomalías documentadas, inexplicables o enigmáticas para tomar en cuenta o considerar.
- No hay tales civilizaciones perdidas o no tomadas en consideración.
- ¡Dejemos que la evidencia de lo contrario nos cuente!
Ataques Personales: Disputa sobre Edad de la Esfinge y la Gran Pirámide
En 1993, la NBC, en los Estados Unidos, ventiló Los Misterios de la Esfinge, presentando evidencia geológica que demostraba que La Esfinge era por lo menos el doble de antigua (9,000 años) de lo que afirmaban los egiptólogos. Ha llegado a ser muy bien conocida como “la controversia de la erosión por agua”. Una vista cercana a la politiquería que despliegan los egiptólogos para combatir esta minimización de su territorio es instructiva.
El egiptólogo autodidacta, John Anthony West sacó el tema de la erosión por agua a la atención del geólogo, Dr. Robert Schoch. Ellos fueron a Egipto y lanzaron una intensiva investigación en el sitio. Después de estudiar a fondo, y de primera mano la Esfinge, el geólogo llegó a compartir la conclusión preliminar de West, y anunciaron sus hallazgos.
El Dr. Zahi Hawass, el jefe de los Monumentos de Giza no perdió tiempo en disparar una barrera de crítica pública a este par. El renombrado egiptólogo, Dr. Mark Lehner, quien es visto como el primer experto mundial en la Esfinge, se unió al ataque. Elacusó a West y a Schoch se ser “ignorantes e insensibles”. Esta fue una curiosa acusación, la cual llevó el tema fuera del nivel profesional, colocando el asunto entero a nivel personal. No abordaba los hechos o temas para nada, y era altamente muy poco científico.
Pero debemos observar la táctica estándar de desacreditar a cualquiera que se atreva a cuestionar las teorías aceptadas. Cambiando el enfoque fuera de los temas, y “personalizando” el debate es una estrategia altamente efectiva – una que es a menudo usada por políticos que se sienten inseguros acerca de sus posiciones. Hawass y Lehner invocaron su estatus intocable y su presunta autoridad. (Uno pensaría que la asesoría de un geólogo tiene más peso en este punto en particular).
Poco tiempo después, Schoch, Hawass y Lehner fueron invitados a poner el tema a debate en la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia. A West no le fue permitido participar porque carecía de los credenciales requeridos.
Esto señala a una suposición cuestionable que es parte del arsenal del establecimiento: solamente científicos con credenciales pueden practicar ciencia. Dos filtros mantienen al investigador independiente, sin credenciales, fuera del juego: (1) los credenciales, y (2) peer review. Uno no llega al número dos a menos que tenga el número uno.
La ciencia es un método que cualquiera puede aprender y aplicar. No requiere credenciales para observar y registrar hechos, y pensar críticamente acerca de los mismos, especialmente en las ciencias sociales no-técnicas. En una sociedad libre y abierta, la ciencia debe ser un proceso democrático.
Sea como sea, West fue descalificado. Los elementos del debate han sido llevados hacia adelante y hacia atrás desde entonces, sin llegar a una resolución. Es similar a la controversia sobre quien construyó las Pirámides de Giza y de que manera fueron construidas.
Esto trae a colación el tema de La Gran Mentira, y cómo ha sido promovida por generaciones delante de Dios y de todos. La controversia de cómo fue construida la Gran Pirámide es un ejemplo. Sería fácilmente establecido si los egiptólogos quisieran resolver la disputa. Una simple prueba podría diseñarse y arreglarse por ingenieros imparciales que probarían o desaprobarían su teoría disputada durante mucho tiempo – que fue construida usando las herramientas primitivas y métodos de ese tiempo, aproximadamente 2,500 A.C.
¿Porqué no han hecho esto?
La respuesta es tan obvia que parece imposible: ellos saben que la teoría es falsa.
¿Podría un científico entrenado y altamente educada realmente creer que 2.3 millones de toneladas de piedra, algunos bloques pesando hasta 70 toneladas, podrían haber sido transportadas y levantadas con métodos primitivos?
Esto parece improbable, aunque no tienen ningún remordimiento en contra de mentirle al público, escribiendo libros de texto y defendiendo esta teoría contra las teorías alternativas. No obstante, debemos notar que no permitirán ser sujetos a una prueba radical final.
Pensamos que es titular o de apoyo para cualquier científico llevar la carga de la prueba de su tesis; no obstante, los científicos sociales quienes hacen estas afirmaciones o demandas, nunca dan la cara para esta clase de escrutinio. Esto es porqué debemos sospechar una conspiración. Ninguna otra disciplina científica se saldría con la suya flexionando las reglas de la ciencia. Todo lo que han hecho los egiptólogos alguna vez es ‘batearse’ o botar teorías alternativas, usando tácticas pasadas por debajo de la mesa. Ya es tiempo de que se insita que prueben sus propias propuestas.
¿Porqué intentarían los científicos esconder la verdad y evitar cualquier prueba de su hipótesis?
Sus motivaciones son igualmente transparentes. Si puede probarse que los egipcios no construyeron la Gran Pirámide en 2,500 AC, usando métodos primitivos, o si la Esfinge puede ser fechada hasta 9.000 AC, toda la casa de cartas se viene abajo. Puntos de vista ortodoxos de la evolución cultural están basadas sobre una cronología de la civilización habiendo comenzado en Sumeria no antes de 4,000 AC. La teoría no permite que una avanzada civilización haya existido antes de ese tiempo. Fin de la discusión. La arqueología y la historia pierden su significado sin una línea fija de tiempo como unto de referencia.
Puesto que la teoría de la “evolución cultural” ha sido atada a la teoría general de la evolución de Darwin, hay mucho más en juego. ¿Explica esto porqué son negadas y/o ignoradas las anomalías y enigmas? Sin embargo, así es.
Las ciencias biológicas de hoy están basadas en el Darwinismo.
Tácticas de Presión: Las Piedras de Ica del Perú
Ahora vayamos a otro caso muy diferente. En 1966, el Dr. Javier Cabrera recibió una piedra como regalo de un granjero local muy pobre, en su nativa Ica, Perú. Sobre esa piedra estaba tallado un pez, lo cual no puede haber significado mucho para el aldeano promedio, pero significó bastante para el educado Dr. Cabrera. El lo reconoció como una especia hace mucho tiempo extinta. Esto levantó su curiosidad. El compró más piedras del granjero, quien dijo haberlas recolectado cerca del río después de una inundación.
El Dr. Cabrera acumuló más y más piedras, y una palabra de su existencia y potencial valor alcanzó a la comunidad arqueológica. Pronto, el doctor había amasado miles de “Piedras de Ica”. Las talladuras sofisticadas eran tan enigmáticas como fascinantes. Alguien había tallado hombres luchando con dinosaurios, hombres con telescopios y hombres ejecutando operaciones con equipo quirúrgico. También contenían dibujos de continentes perdidos.
Varias de la piedras fueron enviadas a Alemania, y fueron fechadas a una remota antigüedad. Pero todos sabemos que los hombres no pudieron haber vivido en el tiempo de los dinosaurios; que el Homo sapiens ha existido desde hace solo 100,000 años.
A la BBC le llegaron rumores de este hallazgo, y se apresuraron a producir un documental acerca de las piedras de Ica. Esta exposición a los medios de comunicación detonó una tormenta de controversia. Los arqueólogos criticaron al gobierno peruano por ser negligentes acerca de reforzar leyes en antigüedades (pero esa no era su verdadera preocupación). Se le aplicó presión a los oficiales del gobierno.
El granjero que había estado vendiendo las piedras a Cabrera fue arrestado; el afirmó haberlas encontrado en una caverna, pero se negó a descubrir la ubicación exacta a las autoridades, o, por lo menos, así lo afirmaron.
Este caso fue descartado con tanto arte que enorgullecería a cualquier político corrupto. El gobierno peruano amenazó con enjuiciar y encarcelar al granjero. Le ofrecieron una apelación de canje; él, entonces, re-contó su historia y “admitió” haber tallado las piedras, él mismo. Esto parece altamente improbable, puesto que era analfabeto e inexperto, y allí estaban unas 11,000 piedras. Algunas eran bastante grandes, e intrínsicamente talladas, con escenas y animales que el granjero no podía haber tenido conocimiento de ello sin ser paleontólogo. Habría necesitado trabajar cada día durante varias décadas para producir ese volumen de piedras. Sin embargo, los hechos fundamentales no estaban, ni aquí ni allí. Las piedras de Ica fueron etiquetadas como “broma” y olvidadas.
El caso no requirió una confrontación cara a cara, o una descrédito público de no-científicos por científicos; se ocuparon de esto con tácticas invisibles de presión.
Puesto que estaba registrado bajo “broma”, la enigmática evidencia nunca tuvo que tratarse, como tampoco se trató el siguiente ejemplo.
Censura del "Pensamiento Prohibido" – Evidencia de la Gran Antigüedad de la Humanidad
El caso del autor Michael Cremo, está muy bien documentado, y también demuestra cómo el establecimiento científico abiertamente usa tácticas de presión en los medios de comunicación y el gobierno. Este libro, ‘Arqueología Prohibida’ examina muchos ejemplos previamente ignorados, de artefactos que prueban que la antigüedad del hombre moderno excede bastante la edad dada en las cronologías aceptadas.
Los ejemplos que presentaron él y su co-autor son controversiales, pero el libro se convirtió en mucho más controversial que su contenido, al ser usado en este documental.
En 1996, la NBC transmitió un especial llamado ‘Los Misteriosos Orígenes del Hombre’, en el cual presentó material del libro de Cremo. La reacción de la comunidad científica se salió de la escala de Richter. La NBC fue inundada con cartas de científicos iracundos que llamaban al productor “un fraude”, y todo el programa “una broma”.
Pero los científicos fueron más allá que esto – mucho más. En una secuencia extremadamente desmedida de bizarros movimientos, ellos trataron de forzar a la NBC de no re-transmitir el popular programa, pero su esfuerzo falló. Entonces tomaron el paso más radical de todos: ellos presentaron su casi al gobierno federal y solicitaron a la Comisión Federal de Comunicaciones que interviniera, y bloqueara a la NBC de poner nuevamente este programa al aire.
Esto no fue solamente una violación a la libertad de palabra y un obvio intento de frustrar la comercialización, fue un esfuerzo sin precedentes de censurar el diálogo intelectual. Si el público, o cualquier agencia gubernamental hiciera un intento de esposar al establecimiento científico, el público jamás hubiese escuchado el final.
La carta al FCC, escrita por la Dra. Allison Palmer, Presidenta del Instituto para Estudios Cambrianos es reveladora:
Como mínimo, la NBC debería ser obligada a pedir disculpas en las horas sustancialmente de mayor difusión, a su audiencia televisiva durante un suficiente período de tiempo, para que la audiencia claramente entienda el mensaje de que fueron engañados. Además, la NBC debería, quizás, ser multada suficientemente como para poder establecer una importante recolección de fondos para la educación pública en ciencias.
Yo creo que tenemos algunos buenos sondeos de quien es la “Policía del Cerebro”. Y realmente no creo que “conspiración” sea una palabra demasiado fuerte – porque para cada caso de esta clase de intento de supresión que es expuesto, se exponga que otros 10 continúan exitosamente.
No tenemos idea de cómo muchos artefactos enigmáticos o fechas habrán sido etiquetadas como “errores” y descartadas en bodegas de almacenaje o archivos circulares para nunca más ver la luz del día.
Rechazo de Datos: Fechado inconveniente en México
Hay un caso de alto perfil, de la Dra. Virginia Steen-McIntyre, una geóloga trabajando para la Inspección Geológica Estadounidense (USGS), quien fue despachada hacia un sitio arqueológico en México, para fechar un grupo de artefactos en los años setenta. Esta parodia también ilustra cuan lejos irán los científicos del establecimiento para custodiar los dogmas ortodoxos.
McIntyre usó equipo altamente avanzado, y respaldó sus resultados usando cuatro diferentes métodos, pero sus resultados estaban fuera de los estatutos. Los arqueólogos principales esperaban una fecha de 25,000 años o menos, y el hallazgo de la geóloga fue de 250,000 años o más.
La figura de 25,000 años o menos era crítica para la teoría del “cruce” del Estrecho de Bering, y esta fue la motivación detrás de los revolucionarios resultados de la principal arqueóloga, Steen-McIntyre en el archivo circular, y pidiendo una nueva serie de pruebas de fechado. Este tipo de reacción no ocurre cuando las fechas concuerdan con el modelo cronológico previsto, que apoya las teorías aceptadas.
A la arqueóloga Steen-McIntyre se le dio una oportunidad de retractor sus conclusiones, pero ella la rechazó.
Más tarde se encontró con la dificultad de que publicaran sus papeles, y perdió su empleo de enseñanza en una universidad estadounidense.
Supresión y Etnocentrismo Gubernamental: Evitando Evidencia Anómala en NZ, China y México
En Nueva Zelanda, el gobierno realmente entró y decretó una ley que prohibía al público entrar a una zona arqueológica controversial. Esta historia apareció en el libro, ‘Antigua Nueva Zelanda Céltica’ de Mark Doutré.
Sin embargo, como averiguaremos (y como lo prometí al principio del artículo), esta es una conspiración complicada. Los científicos tratando de proteger sus “santificadas” teorías, mientras avanzan en sus carreras no son los únicos que quieren suprimir artefactos e información. Aquí es donde la situación se vuelva pegajosa.
El Bosque Waipoua se convirtió en un controversial sitio en Nueva Zelanda porque una excavación arqueológica, al parecer, mostró evidencia de una cultura no-Polinesia, precediendo a la Maorí – un hecho con el cual la tribu no estaba muy feliz. Ellos supieron de los resultados de las excavaciones antes que lo hiciera el público en general, y se quejaron con el gobierno. Según Doutré, el resultado fue “un documento oficial de archive, que claramente mostraba una intención por parte de departamentos del gobierno de Nueva Zelanda de retener información arqueológica del escrutinio público durante 75 años.
Al público le llegaron rumores de este fiasco, pero el gobierno negó la demanda. No obstante, documentos oficiales muestran que había sido puesto un embargo en el sitio. Doutré es un estudiante de historia y arqueología de Nueva Zelandia. El está preocupado, porque dice que los artefactos probando que hubo una cultura más temprana que precedió a los Maoríes hacen falta en los muesos.
El pregunta que pasó con varios remanentes anómalos:
¿Dónde están las antiguas muestras de cabello Indo-Europeas (cabello ondulado, rojo cobrizo), originalmente obtenidas de un refugio de roca cerca de Watakere, que estuvieron en exhibición en el Museo Memorial de la Guerra en Auckland durante muchos años? ¿Donde está el esqueleto gigante encontrado cerca de Mitimati?
Desafortunadamente este no es el único incidente así. El Etnocentrismo se ha vuelto un factor en la conspiración, para esconder la verdadera historia de la humanidad. El Autor Graham Hancock ha sido atacado por varios grupos étnicos por reportar similares hallazgos enigmáticos.
El problema para los investigadores preocupados por establecer la verdadera historia de la humanidad es que las metas de los nacionalistas o grupos étnicos que quieren poner demanda de haber sido los primeros en estar en un lugar en particular, a menudo se mezclan con las metas de los evolucionistas culturales.
Los arqueólogos son rápidos en ir a suprimir esta clase de hallazgos anómalos. Una razón por la cual los egiptólogos guardan tan celosamente la fecha de la construcción de la Gran Pirámide tiene que ver con un asunto de orgullo nacional.
El caso de las momias del Desierto de Takla Makan en el oeste de China es otro ejemplo de este fenómeno. En los años ‘70s y ‘80s, una inexplicable cultura caucásica fue repentinamente desenterrada en China. El ambiente árido preservó los restos de gente de cabellos rubios y ojos azules, que vivían en la China pre-dinástica.
Ellos usaban finas ropas muy coloridas, así como coloridos eran sus botas, medias y sombreros. Los chinos no estaban muy contentos acerca de esta revelación, y le han restado importancia al enigmático hallazgo, aunque los asiáticos fueron encontrados, enterrados a la par de estas momias caucásicas.
El escritor para National Geographic, Thomas B. Allen reflexiona en un artículo, en 1996, acerca de su hallazgo de una cerámica llevando la huella digital del alfarero. Cuando el preguntó si podría llevar el fragmento donde un antropólogo forense, el científico chino preguntó si el “sería capaz de decir si el alfarero era un hombre blanco”. Allen dijo que el no estaba seguro, y el oficial empaquetó el fragmento y silenciosamente se alejó. Parece que muchas cosas se cruzan en el camino de los descubrimientos y hallazgos científicos.
La existencia de la cultura olmeca en el México antiguo siempre ha planteado un problemas. ¿De donde vino la gente negroide representada en las colosales cabezas? ¿Porqué hay caucásicos tallados en las estelas, en lo que es la semilla de la civilización mexicana? Lo que es peor, ¿porqué no se encuentran gentes indígenas mexicanas en los artefactos Olmecas?
Recientemente, una arqueóloga mexicana resolvió el problema haciendo una fantástica afirmación: que las cabezas Olmecas – las cuales, generaciones de personas de todos los grupos étnicos han estado de acuerdo en que tienen una llamativa semejanza a los africanos – realmente eran representaciones de la tribu local.
STORM-TROOPERS PARA EL DARWINISMO
El público no parece para nada enterado del hecho que el establecimiento científico tiene un doble estándar cuando set rata de un libre flujo de información. En esencia, transcurre de esta manera…
Los científicos son altamente educados, bien entrenados e intelectualmente capaces de procesar todo tipo de información, y pueden hacer distinciones correctamente críticas entre los hechos y la ficción, la realidad y la fantasía. El vil público es simplemente incapaz de operar en esta plano altamente mental.
El noble ideal del científico altamente calificado, imparcial y apolítico, como observador y ensamblador de hechos establecidos, hacia un útil cuerpo de conocimiento parece haber sido destrozado bajo las presiones y demandas del mundo real. La ciencia ha producido muchos beneficios positivos para la sociedad; pero deberíamos ya por ahora saber que la ciencia tiene su lado escuro, negativos. ¿Qué no fueron, pues, esos mansos compañeros en impecables batas de laboratorios, quienes nos dieron las bombas nucleares y las armas biológicas? La edad de la inocencia terminó en la II Guerra Mundial.
la comunidad científica tiene una actitud de superioridad intelectual es levemente disfrazado bajo un disfraz de unas muy cuidadosamente orquestadas relaciones públicas. Siempre vemos a la Ciencia y al Progreso caminando mano a mano. La Ciencia, en una institución en una sociedad democrática, deberá funcionar de la misma manera en que funciona la sociedad en grande; deberá abrirse a debates, argumentos y contra-argumentos. No hay lugar para un autoritarismo sin cuestionamiento. ¿Estará la ciencia moderna alcanzando y resolviendo estos estándares?
En el otoño del 2001, la PBS aireó una serie de siete partes titulado Evolución. Tomándolo en valor de cara, esto parece lo suficientemente inofensivo. Sin embargo, mientras el programa fue presentado como un periodismo científico puro, objetivo, investigador, falló completamente en siquiera alcanzar los estándares mínimos de la divulgación imparcial. La serie fue pesadamente cargada hacia la visión de que la teoría de la evolución es un “hecho científico” que es aceptado por “virtualmente todos los científicos reputables del mundo”, y no como una teoría que tiene debilidades y críticas fuertemente científicas.
Al producir esta serie, ni siquiera se molestaron en entrevistar a científicos que tiene críticas sobre el Darwinismo: no “creacionistas”, sino que científicos auténticos y de buena fe. Para corregir esta deficiencia, un grupo de 100 científicos disidentes se sintieron impulsados a publicar un lanzamiento de prensa, “Una Disensión científica del Darwinismo”, en el día en que estaba programado que saliera al aire el primer capítulo.
El nominado al premio Nóbel, Henry “Fritz” Schaefer estaba entre ellos. El estimuló a abrir un debate público de la teoría de Darwin:
Algunos defensores del Darwinismo abrazan estándares de evidencia para la evolución que, como científicos, jamás aceptarían, en otras circunstancias.
Hemos viso este mismo acercamiento “no-científico”, aplicado a la arqueología y la antropología, mientras que los “científicos” simplemente se niegan a probar sus teorías, y sin embargo se apuntan a sí mismos como los árbitros finales de “los hechos”. Sería ingenuo pensar que los científicos que cooperaron en la producción de la serie estaban inconscientes de que no habría otra presentación de contrapeso, por parte de críticos de la teoría de Darwin.
Richard Milton es un periodista de ciencias. El ha sido un ardiente y verdadero creyente de la doctrina Darwiniana, hasta que sus instintos investigadores lo golpearon un buen día. Después de 20 años de estar estudiando y escribiendo acerca de la evolución, el repentinamente realizó que había muchos agujeros desconcertantes en la teoría. El decidió tratar de aliviar sus dudas y probar la teoría a sí mismo, usando los métodos estándar del periodismo investigador rutinario.
Milton se volvió un visitante regular del famoso Museo de Historia Natural de Londres. El cuestionó cuidadosamente cada dogma importante y las clásicas pruebas del Darwinismo a prueba. Los resultados lo ‘sacudieron’. El encontró que la teoría ni siquiera podía encarar ni los mínimos rigores del periodismo investigador rutinario.
El veterano escritor de ciencia tomó una medida drástica y publicó un libro titulado: “Los Hechos de la Vida: Rompiendo los Mitos del Darwinismo”. Está claro que el mito darwiniano había sido roto por el, pero muchos otros mitos acerca de la ciencia serían también aplastados después de que su libro fuera lanzado a publicación. Milton dice:
Experimenté la actividad de ‘cacería de brujas’ de la policía darwinista de primera mano - fue profundamente desilusionador encontrarme a mi mismo siendo descrito por un prominente zoologista de Oxford, Richard Dawkins, como “chiflado”, “estúpido” y “necesitando ayuda psiquiátrica”, en respuesta a reportes puramente científicos.
(¿Sonará esto como las historias que vinieron de la Unión Soviética hace 20 años, cuando los científicos disidentes allí comenzaron a hablar públicamente?)
Dawkins lanzó una campaña de escritura de cartas a los editores del periódico, implicando que Milton era un “espía” creacionista, cuyo trabajo debería ser descartado. Cualquiera que tenga alguna familiaridad con la política reconocerá esto como una táctica estándar maquiavélica de manual de un “asesinato de carácter”. Dawkins es un científico altamente respetado, cuya reputación y situación en la comunidad científica tiene mucho peso.
Según Milton, el proceso vino a la cabeza cuando el Suplemento de Alta Educación del periódico Times de Londres lo comisionó a escribir una crítica al Darwinismo. La publicación presagió lo que estaba por venir: “Próxima Semana: Darwinismo – Richard Milton ataca”. Dawkins supo de esto, y no perdió tiempo pellizcando esta herejía en el brote.
Él contactó al editor, Auriol Stevens, y acusó a Milton de ser un “creacionista”, y prevaleció sobre Stevens para halar la palanca sobre el artículo. Milton supo de este apuñalamiento detrás de los telones, y escribió una carta de apelación a Stevens. Al final, esta excavó dentro de Dawkins y rasguñó la pieza.
Imagínese que sucedería si un político o burócrata usara tales tácticas de presión para matar una historia de los medios masivos de comunicación. Esto detonaría un enorme escándalo. No así para los científicos, quienes parecen ser vistos como “vacas sagradas” y más allá de la reprobación. Hay muchos factores perturbadores relacionados con estos casos. La teoría de la evolución, de Darwin, es la única teoría rutinariamente enseñada en nuestro sistema de escuelas públicas, y jamás ha sido sujeto a un riguroso escrutinio; ni han sido permitidas ninguna de las críticas en el plan de estudio...
Este es un interesante hecho, porque una reciente encuesta muestra que el público estadounidense quiere que la teoría de la evolución sea ensañada a sus niños; sin embargo, el “71% de los encuestados dicen que los maestros de biología deberían enseñar tanto el Darwinismo, como la evidencia científica en contra de la teoría darwinista”. No obstante, no hay planes para implementar este acercamiento más equilibrado.
Es irónico que Richard Dawkins ha sido asignado para la posición de Profesor del Entendimiento Público de la Ciencia en la Universidad de Oxford. El es un clásico “Policía del Cerebro”, patrullando las líneas frontales neurológicas. El establecimiento científico occidental, y los medios masivos de comunicación se enorgullecen de ser foros abiertos al público, desprovistos de prejuicios o censura. No obstante, ningún programa de televisión que examine los errores y debilidades del Darwinismo ha sido puesto al aire en el país natal de Darwin o en los Estados Unidos. Un científico que se opone a la teoría no puede conseguir que le publiquen documento alguno.
Los Misteriosos Orígenes del Hombre no era un ataque frontal contra el Darwinismo; simplemente presentaba evidencia que es considerada anómala por los preceptos de esta teoría de la evolución.
Volviendo a nuestros bastiones de integridad intelectual, Forest Mims era un sólido y habilidoso periodista de ciencia. Jamás ha sido el centro de ninguna controversia, y así, fue invitado a escribir en la columna más leída, en la prestigiosa revista América Científica, “El Científico Aficionado”, una tarea que el aceptó con mucho gusto. Según Mims, el editor de la revista, Jonathan Piel, entonces, supo que el también escribía artículos para varias revistas cristianas.
El editor llamó a Mims a su oficina y lo confrontó.
- “¿Cree usted en la teoría de la evolución?” preguntó Piel
- Mims respondió, “No, no creo, y tampoco lo cree Stephen Jay Gould.”
Su respuesta no afectó la decisión de Piel de desbaratar la popular columna después de solamente tres artículos.
Esto tiene el desagradable olor de una cacería de brujas. El escritor nunca transmitió públicamente sus puntos de vista privados o creencias, por lo que parecería que los “stormtroopers” ahora creen tener órdenes de asegurarse que los pensamientos “no aprobados” jamás serán divulgados en público.
Tabú o No Tabú?
Así, pues, los monitores del “buen pensamiento” no son como los de la élite o de la comunidad científica, como hemos visto en varios casos; son productores de televisión y editores de revistas, también. Parece claro que todos ellos son guiados por el singular imperativo de fomentar “la educación pública sobre ciencia”, como lo planteó tan aptamente el presidente del Instituto Cambriano.
Sin embargo, hay un segundo artículo en la agenda, y es para proteger al público de pensamientos “no-científicos” e ideas que pudieran infectar la mente de las masas. Nosotros señalamos algunos de esos tabú al principio del artículo, ahora debemos agregar que son también “malsanos, incompletos” e inaceptables” para engancharse en ninguna de las búsquedas siguientes de investigación:
- fenómenos paranormales
- OVNIs
- fusión en frío y energía libre,
- ¿Tendrá esto un anillo familiar en él?
- ¿Estaremos escuchando los débiles ecos del fanatismo religioso?
- ¿Quien le dio a la ciencia la misión de ingeniería y dirección de las búsquedas inquisitivas de los ciudadanos del mundo libre?
Para volver a exponer cómo comienza esta conspiración, será con dos filtros: credenciales y revisión por parte de otros. La Ciencia Moderna es ahora un laberinto de tales filtros, puestos para promover ciertas teorías ortodoxas, y al mismo tiempo, filtrar fuera aquella información que ya está pre-juzgada a ser inaceptable. Los principios guías no son precisamente la evidencia y el mérito. Estos principios de objetividad, acceso y apretura han sido reemplazados por conformidad y posición, dentro de la comunidad establecida.
Los científicos no vacilan en lanzar los más indignantes ataques personales en contra de aquellos que ellos perciben ser el enemigo. El eminente paleontólogo, Louis Leakey describió este ácido de una sola línea acerca de la “Arqueología Prohibida”, (Forbidden Archeology)
“Su libro es puro disparate, y no merece ser tomado en serio por nadie que no sea un tonto.”
De nuevo, vemos el empuje de un ataque personal: los méritos de la evidencia presentada en el libro no son examinados o debatidos. Es una embotada y autoritaria declaración o pronunciamiento.
En una próxima parte, examinaremos algunos casos más, documentados, y cavaremos más profundo en las dimensiones más sutiles de la conspiración.
Referencias y Fuentes
- Cremo, Michael A. y Richard L. Thompson, Forbidden Archeology (Arqueología Prohibida), Govardhan Hill, USA, 1993.
- Cremo, Michael A., "The Controversy over 'The Mysterious Origins of Man'" (La Controversia sobre ‘Los Misteriosos Orígenes del Hombre’”, NEXUS 5/04, 1998; Forbidden Archeology's Impact (Impacto de la Arqueología Prohibida), Editorial Bhaktivedanta, USA, 1998, sitio Web: http://www.mcremo.com.
- Doore, Kathy, "The Nazca Spaceport & the Ica Stones of Peru" (“El Puerto Espacial de Nazca y las Piedras de Ica del Perú”),http://www.labyrinthina.com/ica.htm; vea la página Web para copia del libro del Dr Javier Cabrera, "El mensaje de las piedras talladas”.
- Doutré, Mark, Antiguos Celtas en Nueva Zelanda, Dé Danann, New Zealand, 1999, website http://www.celticnz.co.nz.
- Milton, Richard, Hechos de la Vida: Rompiendo los Mitos del Darwinismo, Corgi, UK, 1993, http://www.alternativescience.com.
- Steen-McIntyre, Virginia, "Suppressed Evidence for Ancient Man in Mexico", NEXUS 5/05, 1998.
- Sunfellow, David, "La Gran Pirámida y La ESfinge", Noviembre 25, 1994, en http://www.nhne.com/specialrepots/spyramid.html.
- Tampa Bay Tribuna, Octubre 12, 2001 (Darwinism/evolution quote), http://www.tampatrib.com
TOMADO DE:
C.1040 © 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario