Autor: Herbert Ore B.
El calendario zodiacal más antiguo que se
conoce es el de los sumerios que se inicia con el signo de Tauro. Este gran
reloj del cielo nocturno que compartimos con nuestros antepasados ha permitido
que muchos profetas a través del tiempo hayan vaticinado terribles eventos con
un pesimismo espantoso. Claro esta que los antiguos no disponían de tanta
tecnología para hacer más eficientes sus cálculos, sin embargo desde entonces
el zodiaco es considerado una gran rueda giratoria de doce constelaciones que
dan una vuelta completa cada 25,920 años, teniendo ascendiente cada 2,160 años
una de las doce constelaciones por turno.
Se estima que estos cálculos fueron
hallados mucho antes incluso que la escritura y naturalmente la astrología fue
la cosa más seria que ocupo a los hombres más inteligentes de sus
correspondientes culturas en esas épocas. A ellos se les denomino “um-mi-a”
(Maestro), “ses-gal” (Gran hermano), “astrologo”, “magos” entre otras cosas y sus
estudios son los que mayor respaldo tuvieron en sus lugares de origen.
Estos “hombres de ciencia” tuvieron una
gran estima de los pueblos y culturas en Sumeria, Egipto, Centro América, América del Sur, India,
China, Europa y otros, quienes como muchos de sus descendientes, observaron la
influencia de los signos zodiacales en sus vidas y costumbres.
Según la tradición zodiacal, la ascendencia
de cada signo zodiacal cada 2,000 años va acompañado de acontecimientos
profetizados que la humanidad tiene
miedo que se cumpla, porque en el pasado estos cambios dejaron huellas en la
historia de la humanidad. Asi en el cambio de Leo a Cáncer tuvo lugar conforme
a las tradiciones el hundimiento de grandes islas en el Atlántico, el paso de
cáncer a Géminis coincidió según se supone con el impacto de un cometa a la
tierra o al entender de otros esto ocurrió con la llegada de Venus. La
aparición de Tauro luego de Géminis señalo el nuevo comienzo de la humanidad,
mientras que la llegada de Aries significo el fin de la cultura sumeria y el
gran desarrollo de la egipcia (El calendario Zodiacal Egipcio de Dendera se
inicia en Aries), el cambio de Aries a Piscis coincidió con el surgimiento y
difusión del cristianismo (Los primeros cristianos se identificaban con el
signo del pez mucho antes al de la cruz).
El pase de Piscis a Acuario fue prevista como una época de degeneración
materialista y de máxima destrucción, sin embargo esta aún presente en el
subconsciente las profecías del francés
Nostradamus que en el siglo XVI dijo:
El
año 1999, séptimo mes
Del
cielo llegará un gran rey de terror…
La historia nos relata como vivía la
humanidad en el año 999 y estaba profetizado que en el año 1000 terminaría el
mundo. Dicen que los hombres y mujeres cambiaron de actitud, de pronto todos se
hicieron más buenos para alcanzar el cielo, los templos e iglesias se llenaron
de tal cantidad de fieles que no se daban abasto. Los usureros perdonaban las
deudas, los ricos compartían con los pobres, todos se arrepentían de sus malas
acciones y estaban dispuestos a cambiar, pero el mundo no acabó y todos
volvieron a sus andanzas.
Sin embargo el miedo al fin del mundo sigue
latente, así como el temor o la esperanza a las profecías más personales que se
pueden obtener de los astrólogos y estudiosos de los signos zodiacales. Los
hombres más poderosos en todos los tiempos y culturas esperaban que las
estrellas les auguren un buen porvenir y si no la posibilidad de conocer, los
hechos antes que ocurran, a fin de poder evitarlos. Toda esta “ciencia”, nació
en las noches del tiempo, pero fue en sumeria donde se le dio la formalidad y
los estudiosos de ella tuvieron un trato muy especial y se escribieron los tratados
más antiguos sobre esta materia (1830-1530 a.C. el texto “Oración a los Dioses
de los Noche” donde se mencionan 17 estrellas o signos zodiacales al igual que
en la tablas de Mul-Apin). Esta ciencia también tuvo una gran importancia en
Egipto, Grecia, Roma y todo el mundo accidental. Similar aspecto ocurrió en la
India, China, Rusia, África, América, etc. Es decir es un arte universal y sin
tiempo. Ya que en la antigüedad como ahora goza de un gran prestigio; ricos y
pobres recurren a estos adivinos, astrólogos, magos, videntes o como quiera llamárselas
Hay quienes dicen que su suerte efectivamente cambio gracias a estas artes y
otros dicen que es un fiasco, pero allí esta ahora, como en la antigüedad.
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