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viernes, 9 de septiembre de 2016

EL MISTICISMO DE LA MASONERIA 4 de 5

EL MISTICISMO DE LA MASONERIA 4 de 5
Clymer Swinburne

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“Solo el Perfecto Maestro (aquel que ha vivido la vida de acuerdo con la Ley, hasta que el Alma es llevada a la Conciencia) puede desmenuzar la piedra para revelar en toda su grandeza y hermosura el Divino Ideal, y dotarla con el aliento de vida (Inmortalidad). Tal es la construcción del carácter. La fábula de Pigmalión y Galatea es, después de todo, más realidad que historia. El hilo de la historia no está en hechos aislados, unidos por conjeturas y urdidos para las opiniones ignorantes, fanáticas y pasajeras, de los hombres. El verdadero hilo debe buscarse en el tema que se desliza a través de la sinfonía de la creación; en los altos ideales que inspira la vida del hombre y que lo guían, del suelo y las tierras bajas donde rondan los fantasmas de la superstición y el miedo, a las montañas de luz donde habitan por siempre la inspiración y la paz. Estos ideales son el Cristo (de la verdadera iglesia), Hiram (de las Ordenes Masónicas) y los Perfectos Maestros (de las Fraternidades Ocultas).

Ningún Masón genuino, imbuido en el espíritu de liberalidad, tratará a ninguna religión (o credo religioso, aún cuando éste no tenga sino un solo adherente sincero) con burla o desprecio, ni excluirá de la fraternidad a ningún hermano que crea en la existencia de Dios, la Hermandad del Hombre, y la Inmortalidad del Alma. Este espíritu católico (liberal y omniabarcante), es la base misma de la Masonería, y cualquier alejamiento de ella es anti Masónico y subversivo en relación con los antiguos Límites (Landmarks) y con el Genio de la Masonería. Por edades, la verdadera Masonería ha sostenido sola la antorcha de la Tolerancia, Equidad y Fraternidad. Los sectarios fanáticos, quienquiera que sean, dividen el mundo en dos clases: aquellos que, con ardor y fe ciega, aceptan sus dogmas; y aquellos que no los aceptan.

“En sus lecciones ritualísticas e instructivas, la Masonería no enseña nada en moral, ciencia, religión o en cualquier otro departamento del conocimiento o del interés humano, que no se predique en otras partes, en las formas corrientes del pensamiento, o por los sabios del pasado. En estas direcciones, no tiene secretos de ninguna clase. Es en los antiquísimos símbolos de la Francmasonería, donde están escondidos sus verdaderos secretos y éstos están tan densamente velados, al Masón como a cualquier otro, a menos que él haya estudiado la ciencia del simbolismo en general y el simbolismo Masónico en particular. En lugar del término Masonería Mística, se podría haber usado muy bien el término Masonería Simbólica; pues precisamente ahí está todo el secreto –un profundo misterio- y pocos Masones hasta la fecha han tenido el interés o la paciencia necesaria para que tales investigaciones pudieran brindarles la revelación. Este es un hecho y no se expresa por crítica o reproche. Si, por carecer del conocimiento del profundo significado del simbolismo Masónico y de su interés e importancia trascendente, los Masones han permitido que toda la organización no solo fracase en su progreso real, sino que degenere, éste es ciertamente un reproche.

Nunca hubo mayor necesidad ni oportunidad que ahora, para que la Masonería asuma su verdadero lugar entre las instituciones del hombre y obligue a que se la reconozca por el simple poder del Amor Fraternal, Caridad y Verdad, basados en una filosofía que no existe en ninguna otra parte fuera de los antiguos símbolos. Si la mayoría de los Masones no se da cuenta del verdadero significado y valor de sus posesiones, hay necesidad urgente de que los que hablan hagan, en la mejor forma posible, lo mejor que puedan por demostrar la verdad, aún ante la desaprobación y la difamación.

Nota: - Cuando se imprimió la primera edición de este libro, el autor fue acusado en todas partes, por cierto grupo de Masones, de intentar revelar o exponer los Misterios Masónicos, a pesar de que todas las afirmaciones se basaban en escritos públicos de la literatura Masónica.

(En cierta gran ciudad donde el autor tenía muchos negocios, los Masones que estaban en buenas relaciones con sus Logias locales, hicieron todo lo que pudieron por destruir su crédito, de manera que las casas comerciales establecidas no hicieran ningún negocio con él, a menos que pagara adelantado. Esto no es el espíritu de la Masonería. Estos hombres eran solo Masones en el nombre; su entrada a la Logia, su iniciación, no había hecho más que darles una idea enfatuada de si mismos. Los
hombres de iglesia y los legos que son mordaces contra las órdenes secretas, a menudo basan sus opiniones en los actos de aquellos hombres que nunca han sido un honor sino más bien una vergüenza para las Ordenes a que pertenecen. Este no es el espíritu de la Francmasonería, sino el de la iglesia de las edades oscuras, que sólo veía demonios en el hombre o la mujer que no les pertenecía, que no estaban dispuestos a aceptar todo lo que se les enseñara tal como se les enseñaba, por aquellos que tenían la autoridad. Con el tiempo, se supo que la mayor parte de esos libros procedían de Masones instruidos, de investigadores y de librerías Masónicas.

Entonces cambiaron las opiniones y ellos se manifestaron muy dispuestos a encontrarse con el autor, cometiendo de nuevo el error de creer que éste temía la crítica y la condenación, o que aceptaba el adulo. ¿Es que algún Masón inteligente se imagina que las hermandades de Masones operativos de un siglo y medio atrás originaron la Orden de la Francmasonería? Naturalmente había entre ellos Arquitectos y Maestros constructores, pe ro la mayor parte de los Masones eran mucho más ignorantes (como sirvientes de mano) que la mayoría de esos constructores en la actualidad).

“La Francmasonería está modelada en el plan de los Antiguos Misterios, de Osiris. Véase: Los Misterios de Osiris o la iniciación Egipcia. Philosophical Publishing Co. Quakertown. Pa.), con sus glifos y alegorías. Esto no es mera coincidencia; pues las parábolas están trazadas de masiado juntas. Albert Pike llegó a la conclusión, después de larga y paciente investigación, que ciertos Filósofos Herméticos habían participado en la construcción de la organización de los Masones Libres y Aceptados; y si ellos abarcaron en su simbolismo algo más de lo que aparece al exterior, y verdades mucho más profundas de las que el estudiante superficial pudiese adivinar fácilmente, es evidente que se tuvo en vista el que las generaciones futuras descubrieran y usaran estos profundos secretos.

“'Resumiendo, tenemos que los verdaderos secretos de la Francmasonería están en sus símbolos; y que el significado de los símbolos revela una profunda filosofía y una Ciencia Universal, que jamás ha sido trascendida por el hombre. “Hay una cadena de tradiciones que relaciona la Masonería moderna con los más viejos Misterios de la Antigüedad. Los antiguos Límites (Landmarks) pueden descubrirse en cualquier nación y época. “A pesar de la existencia de una conexión tan evidente”, dice el Dr. Rebold, “entre los Antiguos Misterios y la Francmasonería de nuestros días, la última debiera considerarse más bien ua iniciación que no una continuación de esos antiguos Misterios; porque la iniciación en ellos implica la entrada a una escuela, donde se enseña arte, ciencia, moral, leyes, filosofía, filantropía y la admiración y culto de la naturaleza”. Dr. Buck, Masonería Mística.

La ciencia universal y la sublime filosofía que se enseñaba en los Misterios Mayores de la Atlántida, Egipto, Caldea, Persia e India, han sido, sin duda alguna, letra muerta en las logias de la Francmasonería moderna pero esta ciencia y filosofía no se han perdido ni destruido, como tantos, aún entre los estudiantes parecen pensar. Ellas se conservan cuidadosamente en los archivos de las Fraternidades más antiguas y están siempre a la disposición del aspirante sincero que está dispuesto a estudiar, a aprender a vivir la vida. Nada de los Antiguos Misterios se le negará al estudiante sincero, que sea bastante liberal y de una mente lo suficientemente pura, para ver belleza en la concha más tosa. Solo la indignidad del hombre le priva de levantar el velo de los Misterios, según el dicho de la antigua y muy cierta máxima: “Nada de lo exterior puede hacerte daño; teme solo aquello que está dentro de ti”. Que bueno sería si todos los hombres comprendieran el espíritu de este dicho y se dispusieran a vivir en ese espíritu; que “decadencia” de reformadores habría en el siglo veinte, - de aquellos fanáticos e hipócritas que pretenden hacer buenos a los hombres (afeite exterior) por medio de la promulgación de incontables actos legislativos que requieren un ejército –en el lenguaje callejero- de traficantes y políticos cortesanos – que deben ser mantenidos a costa de una ciudadanía desgraciada pero honrada. “Debiera tenerse en cuenta que en la Masonería moderna, en los Antiguos Misterios y en todas las verdaderas grandes Religiones, siempre ha existido una parte exotérica dada a las masas –los no iniciados-, y una doctrina esotérica reservada para los iniciados (que a aprecien y la respeten), que se revela por grados al candidato, según la capacidad que demuestre para recibir, ocultar y usar correctamente el conocimiento que se le imparta. Quizá muy pocos de los que profesan el credo Cristiano, se dan cuenta que tal fue el caso del Cristianismo durante las dos o tres primeras centurias”. Dr. Buck, Masonería Mística.

“Esto, en su pureza, según lo enseñó el mismo Jesús, era la verdadera religión primitiva, como la comunicó Dios a los Patriarcas (y ahora de nuevo a Su Nuevo Mensajero, Manisis). No era una nueva religión (sino la reproducción de la antigua reconstruida y re-interpretada, para ajustarla a las condiciones de la época y a las necesidades de la gente); y su verdadera y perfecta moral, es la moral de (el espíritu de) la Masonería, y también es la moral de todo creo de la antigüedad”. Albert Pike, Moral y Dogmas.

El mismo San Agustín admitió que: “Lo que ahora se llama religión cristiana, existía entre los antiguos y no faltó a la raza humana antes de la venida del Cristo (Jesús), desde cuya época esta religión, que ya existía, empezó a llamarse “Cristiana”. Heckthorne, Sociedades Secretas.

“En los primeros días del Cristianismo, había una iniciación como la de los Paganos. Las personas eran admitidas solo bajo ciertas condiciones. Para llegar a un conocimiento completo de la doctrina, tenían que pasar por tres grados de instrucción (y entrenamiento)”. Albert Pike, Moral y Dogma.

El lado esotérico de las nuevas enseñanzas religiones, que se han llegado a conocer como “Cristianas”, se comunicaban a todos aquellos que querían escuchar y seguir; pero lo esotérico –como lo hizo notar con tanto vigor Jesús cuando dijo: “No arrojéis vuestras perlas a los cerdos, no sea que las pisen y se vuelvan después contra vosotros” – se comunicaba oralmente, durante la Iniciación en los Misterios, y solo a aquellos que estaban dispuestos no solo a escuchar una plática, sino también a vivir como se les enseñaba. Estos Misterios Cristianos derivaron originariamente –como lo admitió el usurpador y destructor Constantino-, de los llamados Misterios Paganos. Los Misterios instituidos por Jesús (o Apolunio de Tiana) recibieron de manos de sus adeptos una nueva y profunda degeneración y, si pudiéramos forjar un término, les dieron una interpretación masculinizadota (o sencillamente de carácter humano) después del primer Concilio de Nicea. A medida que la iglesia fundada por Constantino ganaba fuerza y buscaba el dominio, perdió lo poco del Gran Secreto que había tenido, en el pasado; y desde entonces ha negado, positivame nte, que haya existido esos Misterios reales y deseables, y ha hecho cuanto ha podido para destruir todos los archivos y monumentos que se opusieran a su negación.

Sin embargo, a pesar de todo lo que han hecho los seguidores de Constantino, desde los primeros días de la iglesia hasta la fecha, la Doctrina Secreta y los Antiguos Misterios continúan existiendo. Estos se han enseñado en una línea directa de sucesión, a aquellos estudiantes serios que han estado dispuestos a dejar de lado toda idea preconcebida y opiniones propias, y a aplicar las instrucciones que se les dieran, capacitándose así para descifrar el Misterio de sus propias Almas, y leer en la Luz revelada todo aquello concerniente a Dios y a sus Almas, lo cual, como verdad exacta, es todo lo que por siempre hubo en los Misterios Mayores.

Así como hubo una sucesión continuada de Iniciados Instructores, desde los días anteriores a la historia hasta los de Constantino, así también, no obstante los terrores instituidos por los adeptos de este hombre, -que hizo más que nadie por destruir el espíritu de las enseñanzas del Mensajero de Dios del primer siglo-, esa enseñanza ha continuado existiendo en una línea directa de sucesión en las Fraternidades Secretas.

Ningún poder sobre la tierra, ninguna organización que el hombre pueda instituir, podrá impedir la continuación de esta sucesión, porque siempre habrá hombres tan discretos que no sean capaces de traicionar, y tan osados que encaren la muerte, si es necesario, para servir a Dios y al Alma.

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