AMIGOS DEL BLOG

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Vicios y Virtudes

Vicios y Virtudes
Mitatrón

Resultado de imagen para vicios en masoneria

Encarar este tema constituye un gran desafío ya que el gran problema se relaciona a las Instituciones que tienen un propósito constructivo y racional, pero los hombres que la integran no son racionales ya que si entendemos la psicología actual, el hombre es el máximo símbolo del conflicto y la paradoja. Es indispensable comprenderlo teniendo en cuenta las contradicciones inherentes a la naturaleza humana.

Los diccionarios ofrecen bastantes respuestas para describir el concepto virtud y me temo que esa es la causa por la que muy fácilmente produce en los seres humanos una confusión y sobre todo cuando es utilizado por clericales. De igual manera, cuando se trata de describir el concepto de vicio, los diccionarios ofrecen muchas interpretaciones que no siempre se van a ajustar puntualmente a la descripción que se hace cuando afirmamos que alguien es vicioso.

Ambos conceptos resultan un tanto complicados de analizar para que sirva a todos la explicación y esto general mente nos lleva al análisis personal que no siempre estará libre de una descripción con matices de fanatismo.

Para determinar la distancia existente entre virtud y vicio bien vale la pena tratar de encontrar una definición para cada uno y que resulte sencillo entender a que se refiere cada concepto en su máxima expresión para discernir sobre él.

La palabra “virtud” deriva del “latin” virtus, virtutis, que significa fuerza, poder o potestad. Es por lo tanto una capacidad espiritual, una fuerza esencial divina, por excelencia, que crece y se aviva con la actividad, y por lo tanto alienta al iniciado y lo capacita para la lucha interior, contra las bajas pasiones y tendencias, los malos hábitos y las inclinaciones negativas. Para realizar el bien y perfeccionar la naturaleza inferior, el camino de la virtud es absoluto por cuanto conduce a una realidad espiritual que lleva el signo de la perfección.

Vicio deriva de la lengua latina “vitium”, como voz que significa imperfección; defecto físico o moral; es el hábito que se adquiere para obrar mal, se refiere también, a la falsedad, al engaño o a la mentira para emitir cualquier opinión o hacer alguna proposición; es el acto de ejecutar una acción frecuentemente o en demasía; es la afición por determinadas costumbres, que incitan a excederse en el goce de los deleites. El tema está presente en el código moral de todas las religiones y generalmente se asume como sinónimo de pecado dentro del vocabulario profano, que a fin de cuentas por su definición, “pecado” es un hecho, dicho, deseo, pensamiento o acción contra la ley de Dios.

Por lo que respecta a la definición masónica, de lo que es el vicio, se refiere precisamente al acto de contentar nuestras insanas pasiones; es el hábito que pervierte a los instintos humanos; y se entiende también, como al acción de saciar los deseos, cuando viene la desesperación si no se satisfacen; y por último, es la perversión de la sana moral y de las buenas costumbres sociales. Es de destacar que uno de los principales ideales de la masonería universal es precisamente su erradicación y, por ende, conducir el espíritu del hombre sacándolo del vicio y elevándolo a la virtud.

Aristoteles consideraba que, la “VIRTUD” es el justo medio entre dos tendencias humanas opuestas, que pueden llamarse en general, exceso y defecto. Defecto (cobardía), y exceso (temeridad), pero este justo medio no es un simple término ya que, como el ejemplo mencionado, no es el valor, una tibia mezcla de cobardía y temeridad, que sólo sería una actitud mediocre, si no lo justo que es, a la vez un término medio y un extremo, como si fuera el ángulo vértice de un triángulo ubicado entre dos ángulos de la base, pero superior a ambos. Y así este justo medio no podrá tener ni exceso ni defecto.
Las virtudes sirven de coadyuvantes, y a través de su práctica continua y perseverante, y ello unido al estudio de la propia esencia conduce a la perfección.

Fundamentalmente con el dominio de la voluntad, observación y atención constante sobre sí mismo, y desde el “ser” se llega al dominio de la mente, el cuerpo y las emociones.

Por regla general los hombres piadosos (místicos) e iniciados de todas las épocas, han luchado por un lado contra las tentaciones (pasiones) por medio de la oración, el ayuno, las mortificaciones, etc. Y por el otro, el ejercicio completo de la voluntad a fin de reducirlas a la obediencia, mediante una ascesis que asume el significado de esfuerzo metódico; y que permite una armonización de dichas pasiones supeditándolas a los dictámenes de la razón y la voluntad.

En la Masonería operativa el trabajo consiste en actuar sobre la individualidad psíquica. Lo que se define como “devastar la piedra bruta”, es decir: actuar volitiva e intencionalmente sobre los aspectos más oscuros de la individualidad humana con el propósito de transformarlas en fuerzas de bien.

Equivale esto a un descenso a los infiernos (ad-inferus): a la más inferior que hay en nosotros; tal descenso es el V.I.T.R.I.O.L, tan necesario para poder intentar la elevación a los “Cielos”. Después de haber agotado todas las posibilidades.

La vida del iniciado debe de estar orientado a la búsqueda del conocimiento; y, por consiguiente, a la persecución constante de la virtud. Si el camino de la virtud es absoluto, no hay lugar a transigir con quienes no desean seguirlo, y menos aún con quienes lo denigran o niegan su existencia. Por ello se distingue entre el árbol que da buenos frutos y aquel que da los malos, y se dice que este último será cortado y arrojado al fuego.

En síntesis, el deber de todo iniciado es conquistarse a sí mismo; y ese primer paso exige un esfuerzo de voluntad continuo y verdadero; el cual necesita una regla de vida que comporte una serie de actos espirituales necesarios que se cumplan escrupulosamente. El iniciado debe actuar por convicción, por que cree en la verdad y la justicia más no por conveniencia; su comportamiento debe ser correcto esté solo o acompañado, y de una regla de conducta que marque en él un carácter indeleble, jamás desmentido. Debe “ser” porque el alma es inmortal, por que lo dicta como algo natural y desea eternizarse buscando su propia naturaleza.

La masonería entiende por virtud la capacidad de hacer el bien en su más amplio sentido y el cumplimiento de nuestros deberes para con la sociedad y la familia sin egoísmo ni vanidad. La masonería enseña a practicar la virtud como calidad suprema de la moral y como lealtad de la conducta para el ideal, que debe conducir hasta el sacrificio cuando sea necesario para el cumplimiento del deber. Considera la virtud como una realización siempre perfectible, porque sabe que el hombre no es inaccesible a las tentaciones y debilidades; pero el permanente esfuerzo del espíritu se convierte en eficaz baluarte de la virtud. Un hombre virtuoso siempre procurará el bienestar o la tranquilidad de quienes le hayan perjudicado o causado algún mal, tomando en cuenta que para él no existen rencores, enemistades ni venganzas en contra de las personas cuya maldad sea manifiesta en todos sus actos. Por ese motivo debemos también admitir que solamente entre las personas que poseen un alma noble y fuerte, es donde indudablemente se alberga la virtud y en donde se puede encontrar algo de perfeccionamiento.

Entonces, puedo concluir que no es tanto la naturaleza del ser humano lo que lo hace presa del vicio, tampoco el instinto animal, dado su origen y evolución dentro de las especies en este plano terrenal, si no lo que arrastra al hombre al vicio, al pensamiento errático, al mal uso de la lengua, a la deformidad de sus actos; es la ignorancia. Esto me deja claro que para conocer el bien antes es necesario conocer el mal. Esto ha sido comprobado, el blanco es decir la pureza, solo es distinguible en presencia de un contraste de color. Todos hemos en alguna etapa de nuestra vida conocido el vicio; todos en algún momento hemos errado, sea cual sea la naturaleza del error; la diferencia estriba en el conocimiento y reconocimiento de nuestros actos, con el fin de que estos no sean repetidos y con ello avanzar hacia la perfección.

Lo que distingue la vida masonica a la vida profana, es que no solo se lucha para combatir el vicio y con ello acercarse a la virtud de los actos, lenguaje y pensamientos; sino que se desarrolla la inteligencia necesaria para anticipar situaciones que puedan acercar hacia el vicio y el error. Para ello solo hay un medio, vencer la ingnorancia. Recordemos, la razón por la que se fundó la masonería es para adquirir la virtud y huir del vicio. Y nos reunimos en logia para levantar templos a la virtud y ahondar pozos sin fondo a los vicios.

Finalmente, considero propicio recordar a todos, tener siempre presente uno de los tantos conceptos que dice, la masonería es una organización iniciática, esotérica, filantrópica, de carácter universal, conformada por hombres libres y de buenas costumbres, que practican un sistema de moralidad perfectamente definido, enalteciendo la práctica de las virtudes para lograr una transformación próspera de su personalidad, alejándose progresivamente de los Vicios que destruyen al hombre.

LIBERTAD IGUALDAD FRATERNIDAD

http://mitatron.blogspot.pe/2012/11/vicios-y-virtudes.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario