SAQQARA, DJOSER E IMHOTEP
La pirámide escalonada de Saqqara (en egipcio, Dyeser Deyeseru, “la más sagrada”) cuenta con una característica particular: es la primer gran pirámide de la civilización egipcia. Es la precursora entre todas, sirviendo de modelo para las de Giza, ya que además fue la primer pirámide hecha en piedra en vez de ladrillo. Representa también el punto de inflexión entre las antiguas mastabas y las grandes pirámides. Se trata posiblemente de la estructura de grandes dimensiones más antigua del mundo.
Mapa del Bajo Egipto
Fue encargada por el faraón Neterierjet (“más divino que el cuerpo de los dioses”), posteriormente llamado Djoser o Zoser (“el prestigioso, el admirable, el sagrado”), primer gobernante de la III dinastía de Egipto y que reinó del 2.665 AEC al 2645 AEC. El arquitecto y constructor de este majestuoso monumento fue Imhotep, que además ostentaba los títulos de sabio, filósofo, médico y mago.
Complejo de Zoser (Saqqara)
El emplazamiento de Saqqara fue dado a conocer en Occidente en 1821 por un general prusiano, Von Minutoli. El ingeniero S. Perring empezó las exploraciones en 1837. El arqueólogo alemán Richard Lepsius realizó una primera exploración sistemática entre 1842 y 1843, y el francés Augusto Mariette descubrió el Serapeum en 1851. El conjunto de Zóser empezó a despejarse de arena en las campañas de 1924 hasta 1927, llevadas a cabo por Cecil M. Firth. El arqueólogo francés Jean-Philippe Lauer empezó a trabajar en Saqqara en 1926.
Pirámide de Saqqara
La pirámide escalonada
La pirámide mide 140 metros de largo por 118 metros de ancho, con una altura de 60 metros y un ángulo de 22º. Sus lados están orientados a los puntos cardinales. La pirámide se realizó a partir de las clásicas mastabas, a las que añadieron encima otras de menor tamaño hasta conseguir una forma piramidal, con seis mastabas superpuestas. Para ello, el proyecto inicial se fue modificando, ampliando la base de la primera mastaba varias veces hasta conseguir el resultado final.
Plano Pirámide de Saqqara
Es absolutamente maciza, colocada justo encima de los pasadizos excavados en el suelo de los que surgen corredores hacia diversas cámaras. En su interior, once pozos de 32 metros de profundidad dan acceso a galerías excavadas en la roca que conducen a una verdadera ciudad-laberinto con galerías, pasillos y habitaciones de diversos tamaños. En sus cámaras interiores se encontraron no menos de 40.000 vasijas de alabastro, pizarra, diorita, dolerita, y granito.
Plano subterráneo
La cámara del sarcófago está situada en el centro de la pirámide, a 28 metros de profundidad, construida con granito macizo recubierto de yeso y sellada con un cierre de rastrillo con un gran bloque de granito de 3500 kilos.
Plano subterráneo ampliado
El complejo monumental
El recinto ocupa 15 hectáreas. La muralla que lo rodeaba medía más de 1.500 metros de longitud y 11 metros de altura, con una única entrada al este.
Complejo de Saqqara
A través de ella se penetra hoy en el espacio cubierto de columnas más antiguo que se conoce en toda la Tierra. Mide 54 metros de largo y está bordeado por 40 columnas. De allí se sale a la gran explanada del lado sur de la pirámide.
Columnas del complejo
En el ángulo sudoeste hay una pared rematada con un friso de cobras (“uraei”, que tenían la misión de alejar las fuerzas nocivas).
Friso de cobras
Las estelas describían al rey con el flagellum (distintivo de gobierno) en una mano y el mekes (estuche que contenía el “testamento” por el que los dioses legan al faraón la tierra de Egipto) en la otra.
Serapeum
En Saqqara mismo existe un enigmático lugar subterráneo al que llaman el Serapeum, palabra griega que se refiere al lugar de culto del buey Apis. El arqueólogo Mariette, padre de la egiptología, hizo el hallazgo en 1851.
Saqqara
El Serapeum está excavado a doce metros de profundidad y consiste en tres pasajes; el principal tiene 68 m de largo, 3 m de ancho y 4,5 m de altura, con 24 cámaras laterales talladas en la roca, de 6 a 11 m de largo y de 3 a 6 m de anchura.
Serapeum
En cada cámara se depositó un enorme sarcófago de basalto, granito negro, rosado, o piedra caliza, que pesan entre sesenta y ochenta toneladas, la mayoría de unos 4 m de longitud por 2,3 m de ancho y 3,3 m de altura, con su respectiva tapa del mismo material, de aproximadamente 15 toneladas de peso.
Serapeum
De los 24 sarcófagos sólo tres tienen algún tipo de escritura, y pese a que en ninguno de los 24 sarcófagos se encontró que hubiera restos de tales animales, a este lugar se le conoce como la necrópolis de los bueyes sagrados, Apis.
Especulaciones
Entonces resulta que esta gente, al disponerse a construir su primer gran monumento, sin experiencia previa en este terreno, en vez de hacer un gran dolmen de cuatro pilares y una tapa, levantaron una pirámide escalonada de 60 metros de altura. Y en vez de cavar un simple pozo de unos pocos pies de profundidad, realizaron una compleja red de túneles y cámaras subterráneas a 32 metros de profundidad, conectadas con la superficie mediante 11 pozos paralelos. Esta edificación, sinceramente, no parece tener nada de improvisado ni de un primer intento.
Corte de pirámide
Para la arqueología oficial no existe la menor duda de que la pirámide escalonada es el monumento funerario del faraón Djoser, así como toda pirámide lo es de algún faraón. Sin embargo, así como no se encontraron los restos (momia) de Djoser en la pirámide de Saqqara, tampoco se encontraron los restos de ningún faraón en ninguna pirámide de Egipto, lo que induce a pensar que la función de las pirámides en general, y Saqqara en particular, era muy diferente de lo que se cree.
Djoser
En Egipto resulta una constante que los descubrimientos avalen las teorías, cuando debiera ser justo lo contrario: que las teorías surjan de los descubrimientos. Por ejemplo, griegos y romanos coincidieron en llamar tumbas a las pirámides y tal idea ha prevalecido pese a que jamás se haya encontrado resto alguno de los faraones en ninguno de estos monumentos.
Saqqara columnas
Se cree que la ausencia de cadáveres de faraones en las pirámides se debe a que los violadores de tumbas las saquearon todas. Esto tampoco es concluyente dado que los arqueólogos han logrado llegar al interior de varias pirámides que conservaban los sellos intactos y aún así no encontraron momia alguna. Tal es el caso de la pirámide de Sekhemkhet, descubierta por Zakaria Goneim en 1956.
Saqqara
El enigmático Imhotep
Imhotep (2635-2595 B.C.) era hijo de Kanefer, quien ostentaba el título de jefe de las obras del país del sur y del norte, es decir, maestro de obras del reino con talleres en Menphis. “lmhotep” significa, en antiguo egipcio, “el que llega en paz”, y no sólo pasó a la historia como el gran arquitecto que construyó el complejo de Zóser en Saqqara, sino también por ser mago, médico, astrólogo, escritor y filósofo. Poseía además altos cargos administrativos en la corte de su rey, Zóser.
Imhotep-Louvre
Sus títulos aparecen en una solemne inscripción sobre el zócalo de una estatua de Zóser:
“Canciller del rey en el Bajo Egipto, Primero después del Rey, Administrador del Gran Palacio, Noble Heredero, Gran Sacerdote de Heliópolis, Carpintero, Escultor y Fabricante de vasijas de piedra”.
Otros documentos le atribuyen cargos como:
“Jefe de la justicia, Superintendente de los archivos reales, Vigilante de lo que aportan el cielo y la tierra del Nilo, Vigilante de todo el país, Jefe de los magos, y Portador de las fórmulas que hacen eficaces los ritos”.
Tras su muerte fue honrado durante mucho tiempo como patrono de los escribas y escritores. En tiempos de la Dinastía XXVI se confeccionaron estatuillas de bronce con su figura, sentado, con un rollo de papiro sobre las rodillas, la cabeza rapada y vestido con traje largo. Son numerosos los templos y santuarios en su honor. Destacan los de Karnak, Deir el Bahari, Deir el Medinah y Philae. Según un grabado de una losa sepulcral en Saqqara, Imhotep preconizaba la aplicación de presión en las arterias carótidas para calmar el dolor de cabeza, al disminuir el flujo de sangre al cerebro. Imhotep afirmaba que el pulso era un índice del corazón y de las condiciones del enfermo. Como es posible que un individuo haya tenido la capacidad intelectual para profundizar en campos tan disimiles, y más aún, haber alcanzado logros tan abismales en cada uno de ellos? Es físicamente posible dedicar el tiempo suficiente en cada materia para conseguir ampliar el estado de los conocimientos existentes de tal forma?
Imhotep en la mitología griega
Pero la gloria de Imhotep no acabó con el fin de la cultura faraónica, pues, sincretizado en la figura de Hermes Trimegisto, es la piedra basal de todos los escritos herméticos y en los tratados de las llamadas ciencias ocultas. Él, el gran mago, fue el precursor de los alquimistas. Zósimo de Panópolis, el primer alquimista egipcio reconocido documentalmente, redactó un libro dedicado a Imhotep. Durante las últimas dinastías egipcias, bajo la influencia helénica, los griegos identificaron a Imhotep con su propio dios de la medicina, Asclepios, conocido también con el nombre de Esculapio. El dios Esculapio adoptó el emblema de una serpiente (como la “uraei” del friso de cobras) enroscada sobre un bastón, que se convirtió con el paso del tiempo en el símbolo de la medicina occidental.
Imhotep como el José bíblico
Otro de los títulos de Imhotep era El que ve al grande o El mayor de los videntes. Este llamativo título tiene que ver con lo que se encuentra narrado en la llamada “Estela de Famine” (Estela del Hambre), una piedra tallada encontrada en isla de Sehel (muy próxima a Asuán) en 1889 por Charles Wilbour.
Estela de Famine
En ella se detalla lo ocurrido durante el 18vo año del reinado de Necherjet-Dyeser (Zoser), en el que la hambruna asoló el país al no llegar las aguas del Nilo al nivel necesario para regar los campos:
“Todo el palacio real estaba apenado por el luto que regía mi trono… porque Hapi hacía tiempo que no acudía a mi. En un período de siete años, el grano ha sido escaso, y lo poco que había se secó. El hombre robaba a su hermano, los niños gritaban… los corazones de los ancianos eran… templos clausurados, capillas cubiertas de polvo, cada uno de los hombres pedía ayuda… consultó con el profeta sem Imhotep, hijo del que está al sur de su muro (Ptah), él salió y cuando regresó, con él volvió el flujo de Hapi…”
Pero además, ésta cuenta que el faraón Zóser tuvo un sueño en el que el dios Jnum se le aparece y le da, ni más ni menos, que la fórmula para fabricar y moldear piedras con las cuales poder construir templos (y pirámides). De esa forma, al alabar a Jnum, éste devolverá las aguas a los ríos y acabará con los tiempos de carencia y devastación en Egipto. La narración de haber salvado al pueblo egipcio de su período de carencia, luego de 7 años de sequía, mediante las visiones del faraón, nos remite ineludiblemente a la historia bíblica de José. Por su parte el Génesis nos dice que:
Gén.41.15. Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos.
Gén.41.29/30. He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. Y tras ellos seguirán siete años de hambre; y toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra.
Gén.41.34/36. Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia. Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo. Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre.
Quizás, la idea de “templos“, en la historia de Imhotep, podría estar asociada a la de los depósitos de granos, de José. Los once gigantescos pozos bajo la pirámide escalonada, e incluso sus recámaras subterráneas, bien podrían haber servido de grandes depósitos. De hecho, se han encontrado granos al fondo de estos pozos, algo que los egiptólogos han tratado de explicar aduciendo que provienen de los alimentos que se colocaban junto a los fallecidos que fueron sepultados allí. Sin embargo, hasta la fecha no se han encontrado evidencias de que alguien haya sido sepultado allí.
Saqqara
Asimismo, el texto de la estela continúa con el decreto de Zóser, dictaminando las ofrendas para el dios Jnum, análogamente a lo que recomienda hacer José con el excedente de granos de los primeros 7 años de abundancia:
Los campesinos que trabajan sus campos con sus trabajadores, y que traen el agua a sus tierras fértiles, almacenarán su cosecha en su granero, exceptuando lo que adeudan. Todos los pescadores y cazadores, yo les digo que deben una décima parte de lo que adeudaban. Cada becerro nacido de las vacas en aura, serán dado a los establos y serán parte de la ofrenda diaria…
En cuanto a los cargos y poderes, describen prácticamente a la misma posición jerárquica. El zócalo de la estatua de Zóser habla de Imhotep como:
“Canciller del rey en el Bajo Egipto, Primero después del Rey, Administrador del Gran Palacio, Noble Heredero, Gran Sacerdote de Heliópolis, Carpintero, Escultor y Fabricante de vasijas de piedra”.
Mientras tanto el Génesis habla de José de la siguiente forma:
“Quedarás a cargo de mi palacio, y todo mi pueblo cumplirá tus órdenes. Sólo yo tendré más autoridad que tú, porque soy el rey. Así que el faraón le informó a José:—Mira, yo te pongo a cargo de todo el territorio de Egipto. De inmediato, el faraón se quitó el anillo oficial y se lo puso a José. Hizo que lo vistieran con ropas de lino fino, y que le pusieran un collar de oro en el cuello. Después lo invitó a subirse al carro reservado para el segundo en autoridad, y ordenó que gritaran: «¡Abran paso!» Fue así como el faraón puso a José al frente de todo el territorio de Egipto. Entonces el faraón le dijo:—Yo soy el faraón, pero nadie en todo Egipto podrá hacer nada sin tu permiso” (Génesis 41:40-44).
Imhotep es el médico más antiguo del que se tenga registro, y aunque la Biblia no menciona que José haya sido médico, sí menciona un párrafo por demás significativo:
Gén.50.2. Y mandó José a sus siervos los médicos que embalsamasen a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel.
Aquí se afirma que los médicos estaban directamente subordinados a José. Si bien por ser el segundo al mando todos serían sus subordinados, pero en este caso habla de “sus siervos”, como a cargo de aquel grupo de médicos, por lo que José parecería ser una suerte de maestro o autoridad de aquellos. Asimismo, la Toráh también menciona que, tal como era costumbre en Egipto con las grandes personalidades de su tiempo, José fue embalsamado, luego de su muerte a los 110 años de edad, más luego sus restos fueron llevados por Moisés:
Gén.50.26. Y murió José a la edad de ciento diez años; y lo embalsamaron, y fue puesto en un ataúd en Egipto.
Gén.50.25. E hizo jurar José a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis llevar de aquí mis huesos.
Éxo.13.19. Tomó también consigo Moisés los huesos de José, el cual había juramentado a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis subir mis huesos de aquí con vosotros.
Casualmente, uno de los misterios más grandes de la egiptología es precisamente la inexistencia de la tumba de Imhotep. Aunque se supone que debería estar ubicada en algún lugar de Saqqara, esta simplemente no aparece por ninguna parte. Finalmente, en ambos casos destaca su sabiduría. A Imhotep, luego de su muerte, se le tenía como un hijo del dios Ptah, patrono de los artesanos, y de la diosa Sekmet. Con ello llegó a tener la más alta consideración, la concedida a un verdadero hijo de dios, y fue venerado hasta el final de la cultura faraónica. Mientras que en el caso de José, la Torah nos dice que:
Gén.41.39. Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú.
Se trata realmente de una cantidad de similitudes muy particulares entre estos dos personajes. Será acaso que la historia de José está basada en la de Imhotep, o más aún, hablarán de la misma persona?
Saqqara
La teoría de las piedras artificiales
Una teoría expuesta por el Dr. Joseph Davidovits en su libro “The pyramids, an enigma solved“ del año 1990 explica el gran problema que suponía en el Antiguo Egipto transportar y elevar tantos millones de bloques de piedra. Según Davidovits, las piedras no eran naturales, no fueron extraídas de las canteras, sino que fueron fabricadas con una especie de hormigón. Davidovits investigó fotografías microscópicas realizadas a muestras de rocas provenientes de la Gran Pirámide, y observó la presencia de materiales imposibles de existir en el interior de rocas procedentes de las canteras, entre ellos: un pelo humano de 20 cm de largo, además burbujas de aire, restos de hilos y fibras textiles e incluso hasta una uña humana. Para Davidovits, los constructores de las pirámides no eran canteros, sino químicos. Su teoría además se apoya en la ya mencionada “Estela de Famine” (Estela del Hambre), la cual describe a Imhotep enumerando diversas rocas y minerales de la región de Elefantina y su propósito de utilizarlas para construir la morada de los dioses:
Hay un macizo rocoso en la montaña, en su región del este, que contiene todos los minerales, todas las piedras preciosas y todas las cosas necesarias para construir las moradas de los dioses.
Aprende el nombre de las piedras que se deben recoger en el vientre de la montaña rocosa, que está al Este y al Oeste, que está en la isla del rio, que está en el interior en el desierto: Bejen, nemi, metbejteb, raqes, uteshi-hedsh en el este, perdjem en el oeste y también en el río. Aprende los nombres de las piedras que están río abajo, a una distancia de unas cuatro millas: oro, plata, hierro, lapislázuli, turquesa, tehen, jenem, menu, hebegti, temi, estas son las clases de piedras que se encuentran en el vientre de la montaña. Mehi, maki, ibehti, gesanj, herdes, sehi, mem, saphen, en esa parte de la ciudad.
En la misma estela, en el sueño del faraón, el dios Jnum le transmite:
Yo soy Jnum…Te pediré los minerales más antiguos que existen, aquellos que jamás se han usado para levantar santuarios, y reconstruirás una capilla para tu señor.
Pero no solo la Estela de la Famine nos detalla los elementos para la fabricación de piedras artificiales, sino que la llamada Estela de Irtysen parece apoyar dicha teoría, afirmando la existencia de un conocimiento químico de fabricación artificial de bloques pétreos.
Estela de Irtysen
Irtysen fue jefe de los artesanos, escriba y escultor bajo el reinado de Nebhepetre Montouhotep, soberano de la XI Dinastía 2033-1982. La traducción de sus jeroglíficos efectuada por parte de eminentes egiptólogos como Masero (1877) Petrie (1895) M.Madsen (1909), revelaron sus dichos:
“Yo conozco las partes que pertenecen a la técnica de la colada que moldea, el nombre, el peso de los ingredientes de acuerdo a su receta exacta, la fabricación del molde, para que cada fragmento vaya a su lugar“.
Teorías esotéricas: La Escuela de Misterios de “El Ojo de Horus”
René Adolphe Schwaller (1887 – 1961) fue un egiptólogo, matemático y ocultista francés. Fue conocido por el estudio que realizó sobre la arquitectura y el arte del Templo egipcio de Luxor durante 15 años, escribiendo un famoso libro llamado El Templo en el Hombre (The Temple In Man). En base a sus investigaciones y a su particular enfoque esotérico, Fernando Malkún Rojas realizó una serie sobre la Escuela de Misterios de “El Ojo de Horus”, en la cual aporta su particular mirada mística sobre la civilización egipcia, sus creencias y el uso de las pirámides:
Ojo de Horus
La Escuela de Misterios de “El Ojo de Horus”, fue una cerrada organización sacerdotal que dirigió los destinos del pueblo Egipcio, durante miles de años. Los sacerdotes Egipcios planearon la manera de elevar el nivel de consciencia de su pueblo, construyendo durante miles de años, una serie de laboratorios / observatorios (erróneamente llamados “templos” en la actualidad) a lo largo del Nilo. Los utilizaron como “libros vivos” o enciclopedias de conocimiento, para transmitir la información acumulada sobre el funcionamiento del universo durante muchas generaciones a su pueblo. Los templos también sirvieron como polos que impulsaron el desarrollo de su civilización.
Los antiguos sacerdotes estructuraron una sociedad basada en dos conceptos fundamentales: la Reencarnación cómo método divino para que el espíritu del hombre evolucione al adquirir información sobre el universo y la Iluminación como paso final de este proceso. Para los Egipcios, el hombre vive un proceso evolutivo que toma 700 reencarnaciones. Las experiencias de esas vidas transforman un ser instintivo e ignorante en un superhombre, un animal inocente y primitivo en un sabio inmortal. Según ellos, Dios organizó un plan divino basado en la reencarnación, para que el hombre, al experimentar en carne propia, comprendiera cómo funciona el universo.
Además de Templos construyeron enormes pirámides para concentrar energía en cámaras focalizadoras, que elevaban la frecuencia vibratoria de los discípulos más avanzados de la escuela de misterios. Esto ampliaba el rango de percepción de sus sentidos y les permitía adquirir nueva información sobre otras dimensiones de la realidad. Eran cámaras de exploración metafísica.
También en los días del equinoccio, utilizaban toda la energía acumulada en la Pirámide, para impulsar a un alto iniciado a vibrar en altísima frecuencia hasta que sus átomos se abrían como flores, liberando la luz contenida en el interior de sus núcleos. Así se producía una “iluminacion” temporal del discípulo, durante la cual podía viajar conscientemente por el tiempo o el espacio.
Las pirámides Egipcias fueron construidas en una pequeña área del enorme territorio, sobre uno de los centros neurales de la red electromagnética del planeta. Construidas con bloques de piedra hecha por el hombre, eran gigantescos cristales que vibraban al unísono con la frecuencia de la tierra. Los bloques de piedra contienen quarzo. Las moléculas de quarzo al vibrar fricciónan sus superficies, cargándose eléctricamente en un fenómeno que hoy conocemos como “Piezoeléctrico”. La energía electrostática así acumulada era la utilizada para inducir estados de percepción alterada.
En resumen, describen que este tipo de complejos serían grandes centros de meditación para elevar los niveles de conciencia y que las pirámides serían enormes generadores de energía para inducir a los iniciados a estados de percepción más profundos. El capítulo 6 de la serie de documentales “La Escuela de Misterios de El Ojo de Horus” se refiere precisamente a Saqqara: “La máquina cuántica”.
Otras vertientes interpretan que esa misma energía es lo que habría posibilitado el transporte de los pesados bloques de piedra dado que tendrían un efecto de anulación de la masa – y por tanto el peso – de los mismos. Asimismo, otras teorías indican que, lejos de tratarse de tumbas, las pirámides podrían haberse tratado de centros de rejuvenecimiento. De acuerdo a la poca información que se tiene de la ceremonia de El Heb Sed o Fiesta de renovación real, su propósito parece haber sido la renovación de la fuerza física y la energía del faraón. Duraba alrededor de cinco días y uno de los rituales más importantes era el enterramiento de una estatua personificando al viejo rey.
Levantando el Djed
La parte central de la celebración estaba vinculada con el pilar djed, que si bien no se ha podido descifrar exactamente en que consistía, tenía que ver con la revitalización del cuerpo y la consciencia.
Djed
Las paredes de las cámaras subterráneas de la pirámide están revestidas de una suerte de azulejos, delicadamente colocados, como si fuesen las láminas metálicas de un vibráfono.
Azulejos
En la parte superior de las paredes se conforma lo que parece una serie de djed, interconectados en serie, de forma similar a lo que hoy serían torres de alta tensión.
Detalle superior
La idea de la vibración a alta frecuencia, energía taquiónica, neutralidad eléctrica, ausencia de masa y de peso aparecen en alguna medida en las diferentes teorías esotéricas. La figura del Djed está muy presente en toda la cultura egipcia con una gran cantidad de aplicaciones decorativas y en forma de amuletos.
Djed
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