EURITMIA
Para la curación de
enfermedades y para que nuestro sistema alcance toda la preponderancia que
merece, no sólo son bastantes nuestros preparados con los Arcanos de las
Plantas, que ya de por si dan la vida a la falta de equilibrio que en nosotros
origina la enfermedad, sino que también es preciso verificar un estudio acabado
de cada enfermo, de su personalidad, de su carácter, del ritmo de su
organización y de la propia tonalidad a que esté sometido.
Concentración y
meditación son factores que debe enseñar el médico a su enfermo y llevarlo a un
training autógeno del organismo, usar así la voluntad como agente curativo.
Para curar no hay que ser unilateral sino que hay que valerse de todos los
factores señalados y ser eclécticos.
Karma y reencarnación
son dos factores de una importancia capitalísima. Sin conocer sus efectos no se
puede ser médico; es una ilusión, muchas veces, pretender curar una enfermedad
sin conocer o por lo menos, sospechar los antecedentes kármicos. Se ha querido
suplantar la falta de esos conocimientos con lo que llamamos los efectos
hereditarios, pero sin resultado definitivo.
De este modo nos será
fácil aconsejar a cada uno llevándole por el sendero conveniente en el sentido
de su propia Euritmia particular para ofrecerle la combinación más armoniosa
que ayude a los Medicamentos a organizar la justeza de todas sus facultades.
Hay medios
complementarios matemáticos para comprobar la influencia psíquica sobre nuestro
organismo.
Se pone sobre una
balanza de precisión una persona de tal manera que el centro de gravedad de su
cuerpo esté fijado con la aguja que marca el peso. Luego se le da un problema
aritmético por resolver, y en el acto que principia a pensar fuertemente cambia
el centro de gravedad. Se le dice: piense en volar, y ese centro de gravedad se
mueve hacia la cabeza, y para hacerlo cambiar de dirección a los pies basta
pensar en andar.
¿Cómo se explica
esto? Pues es muy sencillo: Al pensar, en el cerebro se produce cierta
reacción, que a su vez hace llevar el empuje nervioso un aumento de circulación
sanguínea en la parte del cuerpo en que se piensa. Así, por ejemplo, al pensar
en los pies se va más sangre por las piernas o en la cabeza aumenta la
circulación por el pecho, y eso hace cambiar naturalmente el centro de
gravedad.
Con esto mis enfermos
comprenderán cuando a lo Coué les aconsejo ciertas frases y los hago pensar en
la parte enferma para recuperar la salud.
En nuestras Obras
anteriores, hemos subrayado la importancia del Logos, de la Palabra Creatriz,
del Verbo en nosotros que es la causa y principio de toda formación. Pero es
ahora cuando menos pensamos olvidar este principio básico, al tratar de la
curación de los males humanos, por tratarse de un punto de apoyo que ha de
servirnos luego como medio eficaz bien poderoso.
En relación con lo
expuesto, afirmamos que existen Mantrams especiales tanto para el Medico
Iniciado como para el uso del enfermo mismo; sin embargo, en ello hay un grave
inconveniente... Es preciso reconocer que nadie nace sabiendo y, por
consecuencia, no es fácil encontrar a cada paso quienes sepan pronunciar un
Mantram. De ahí el error en que están ciertos Teósofos al suponer que diciendo
AUM... AUM... AUM... consiguen algún fin, o el de los Sudha Mandalam
esforzándose en vomitar palabras y sílabas sin sentido... no es esto posible.
Un Mantram sólo tiene efectos en los labios de aquel que haya sabido deletrear
como dice el Ritual Masónico, es decir, de aquel que haya practicado ejercicios
de vocalización.
Pero he aquí que en
los casos de enfermedad, no es posible aguardar a que esto suceda o a que
encontremos una persona preparada para ello. Es necesario obrar con urgencia
antes de que el enfermo se agrave o se muera. La Palabra, duerme
silenciosamente dentro de nosotros, y ya dijimos en escritos anteriores que
estamos formados de Vocales, de Tonos hechos materia... Pero como esos están
refrenados, paralizados o retardados en nuestro interior, es preciso, para
sustituir al verdadero vocalizador de Mantrams, despertarlos haciendo que se
suelten en nosotros mediante los movimientos gimnásticos que corresponden a
cada letra o vocal...
Las Danzas religiosas
en los Misterios Antiguos, como los de Eleusis, tenían esa misión. Con su ritmo
bello y perenne, su música adecuada y las armoniosas contorsiones de los
danzarines despertaban la Euritmia y con ellas las fuerzas espirituales del
Logos. Basta estudiar la figura de muchas letras de los Alfabetos antiguos para
reconocer que encerraban un elocuente simbolismo. Tal, es Aleph de los Hebreos.
De que la Iglesia
católica dio siempre un lugar sagrado a los bailes, reminiscencias de los
antiguos misterios, es prueba que hasta hoy día en algunas Iglesias se baila
frente al Santísimo expuesto. En Sevilla conocemos el baile de los seises,
niños de coro que, vestidos lujosamente de seda azul y blanca, bailan y cantan
tocando castañuelas en la Catedral de Sevilla.
La Danza, el baile,
sin duda alguna es un medio curativo si se sabe practicar religiosamente, pues
la Música toda está como animada o acurrucada en nosotros. Luego nos serán
convenientes ciertos ejercicios como los de la Ambidextria, descripta en
nuestro Libro Quirología Médica, y aun otros similares, para conseguir fases y
aspectos que nos llenarían de asombro como verdaderos milagros.
La gimnasia sueca y
todos los demás ejercicios que como gimnasia moderna ofrecen los Sistemas
Médicos, es el producto de un materialismo absurdo. Sólo el Rosa Cruz Gnóstico,
sabe como han de hacerse esos movimientos y en qué sentidos para conseguir la
divina Euritmia tan interesante en la curación de enfermedades serias. Sólo nos
es posible mencionar este método, ya que el tamaño del Libro no nos permite
entrar ahora en pormenores.
Por esta falta de
conocimientos de la naturaleza del Hombre, que sólo es peculiar de nuestra
Escuela, Kneipp, Kuhne y Bilz fundaron el Sistema Naturalista a base
exclusivamente de baños fríos, sin darse cuenta que, aunque éstos sean un
resultado innegable, no pueden ser aplicados de una manera general. Allí donde
los baños fríos no hicieron efecto, hubo que aplicar baños calientes y aun aplicaciones
como en los casos de dolores de muelas y neuralgias de todas clases.
La digestión es un
fenómeno de fermentación, y toda fermentación aumenta con el calor. De ahí que
muchas afecciones del estómago puedan ser curadas con sólo tomar una copa de agua
caliente un cuarto de hora antes de las grandes comidas y con fomentos sobre el
estómago después de ellas. Con fomento de calor pueden curarse también las
afecciones del Hígado, la Ciática y el Reumatismo. Las Hemorragias nasales,
Arterioesclerosis, inflamaciones de los ojos y dolores de cabeza, pueden ser
atacados con baños en los pies. Hasta heridas se curan más rápidamente con
aplicaciones de calor; si bien no es preciso que éstas sean húmedas. Las
aplicaciones secas dan un resultado sorprendente, porque calor es vida y es
luz, aunque manifestada en otra vibración...
Jamás la Medicina
materialista, en este punto de la Euritmia, distinguió entre medicinar a un
hombre o a una mujer. Un remedio de la Farmacia ha de servir igual para uno que
para el otro, en el caso de la misma enfermedad. Para los Médicos no hay
diferencias entre ambos sexos; y, sin embargo, para nosotros es algo muy
esencial. Las hembras requieren remedios femeninos, como los varones requieren
masculinos. Hay también remedios neutros en nuestro Sistema dedicados para
casos especiales.
La diferencia capital
estriba en que el Hombre tiene Glándulas de que carece la Mujer, mientras que
la Mujer tiene condiciones de retención de que no disfruta el Hombre. Estas
diferencias no pueden ser olvidadas por un buen Médico. Cuando hace muchos años
nos dimos cuenta del camino equivocado que llevaba la Medicina Oficial, abrimos
los ojos a la espiritualidad, teniendo ocasión entonces de catalogar muchas
experiencias que nuestros compañeros no sospechan aún. Si como Médicos
Militares que fuimos hallamos la ocasión de estudiar las enfermedades en el
Hombre, no menos cuidado hubimos de aportar en el estudio de las de la Mujer en
los tiempos en que éramos ayudantes de dos eminencias Médicas: von Barbeleben y
Lippmann.
Un ejemplo que da a
conocer elocuentemente estas diferencias, es el siguiente: Centenares de
hombres han tratado de atravesar el Canal de la Mancha a nado, y sólo hasta
ahora han podido lograrlo dos mujeres. Los hombres se acalambran de frío. Las
mujeres, no. Y es que ellas tienen internamente depósitos de grasas
caloríferas. Es decir, Calor y Vida más que en el hombre, pues lo necesitan
para criar a sus hijos. Todo el funcionamiento del cuerpo de una mujer, desde
el nacimiento, es de preparación para ser madre. Este es el objeto íntimo de
todo organismo femenino, y esa fuerza grasa de la mujer, la tenemos que
calcular como hemos de hacerlo en el hombre con las hormonas de la Próstata de
las que la mujer carece. Por eso no somos iguales. La Próstata encierra el
poder de crear y las capas grasosas de la mujer el de conservar, de imitar.
Esta es la razón porque la mujer no tiene acceso a la Magia al faltarle dicha
glándula.
Hombre y mujer, en
cuanto a la Euritmia, son dos vehículos preparados de muy distinta manera. Cada
uno de ellos tiene su fin en la vida, y cada uno ha sido creado para un objeto
distinto. Ambos, sólo en la unión íntima, en la unión sexual, es cuando forman
el ser andrógino perfecto. Por eso en ese acto, si lo elevamos a la categoría
de culto, de un tributo rendido a Dios dentro de la Creación, podemos alcanzar
el reino de los Cielos al imitar al Creador Supremo en esta operación genésica
que es similar en todas sus partes al Gran Coito divino, mediante el cual ha
tenido existencia y ha podido venir a la vida manifestada desde lo más ingente
hasta lo más pequeño...
¿Por qué los Rosa
Cruces Gnósticos nos esforzamos tanto en relacionar Macrocosmos y Microcosmos?
Porque el Alpha de lo primero está en el conocimiento de lo segundo como reflejo
fiel de esa infinita inmensidad cósmica.
NOSCE TE IPSUM,
dijeron los antiguos y en esta frase encarnaron todo el secreto de la
Creación... Por eso, si la Creación es Armonía, ritmo acompasado del alma de
todas las facultades existentes, no es dudable que Pitágoras oyera el son de
las Músicas Celestes después de haber oído su propia música individual, Música
o ritmo que como una serpiente, está enroscada dentro de nosotros y es la
divina Euritmia que hemos de despertar por la misericordia de Dios.
Otra cosa: Hay
ciertos puntos o centros magnéticos, desde los cuales como por medio de la
telegrafía inalámbrica se envían fuerzas. Son los templos donde residen los
Iniciados. Desde Berlín actuamos sobre enfermos, y ellos sienten los efectos
cuando duermen y se logran a veces verdaderos milagros a distancia.
TOMADO DE: PLANTAS SAGRADAS
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