El misterio de las vírgenes negras
Saray García
A lo largo de los primeros tiempos del cristianismo, la nueva religión hubo de superar épocas convulsas y momentos de peligro para la recién estrenada fe. Algunos de ellos, si bien es cierto que no todos, fueron superados adaptando elementos de las tradiciones anteriores a los nuevos preceptos doctrinales. En este sentido, y por poner tan sólo un ejemplo, antiguos lugares de peregrinaje o donde se localizaban templos a las divinidades paganas, fueron asumidos por el cristianismo y acogidos como propios.
Otro paradigma de ello lo encontramos en las llamadas vírgenes negras, imágenes que representan a la Virgen María pero le otorgan un atributo especial: están caracterizadas con una tez de color oscuro, incluso llegando a ser en muchos casos de color absolutamente negro.
La explicación a esto la podemos encontrar en el hecho de que, en la Antigüedad, se daba culto a lo que se denominaba las divinidades femeninas de la fertilidad. Asociadas a la cualidad propiamente femenina de poder ser madres, y vinculadas desde siempre por esta característica a la naturaleza siendo incluso personificadas en varias ocasiones como Madre Tierra, algunas de estas son las conocidas diosas Ningursag, Isis, Cibeles o Artemisa.
Obviamente el color negro, además, está cargado de un fuerte simbolismo y está rodeado tanto por concepciones benéficas (el misterio, lo indecible o el conocimiento) como de un carácter más oscuro (las tinieblas, la ceguera o la relación con el diablo). Las vírgenes negras estarían encuadradas en el primero de los aspectos y están relacionadas con tres conceptos importantes:
– Carácter ctónico: el color negro está íntimamente ligado a la tierra, no sólo a su superficie (habitualmente de este color) sino de una forma más espiritual a su interior, su “seno”, lleno de misterios como las grutas o las cavernas, lugares donde suele aparecerse la virgen, y que en un plano más filosófico se relacionan claramente con el seno materno.
– Piedras negras: O, de forma más científica, rocas provenientes de meteoritos que fueron conservadas por los antiguos en la creencia de que poseían poderes divinos. Del mismo modo que la Virgen María es el principio de la vida del hijo de dios, estas rocas simbolizan el principio del universo, por eso las vírgenes negras tienen también este color y esta acepción.
– Por último, es necesario mencionar el color negro como la “tierra del alquimista” y que evoca el carácter espiritual de María. Para entender esto, hay que saber que las vírgenes negras se localizaban en las criptas de las catedrales, sitios donde los alquimistas encontraban la materia con la que trabajar. La virgen negra nos enseñaría que, bajo la tierra (al igual que si estuviésemos en una cripta) se encuentra la verdadera luz.
https://sobreleyendas.com/2011/07/20/el-misterio-de-las-virgenes-negras/
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