El
Porqué Del Éxito y El Fracaso
Un
Punto De Vista Místico
CARNAP
Todo aquel iniciado en alguna Orden Fraternal que ingresa
al conocimiento Místico y Filosófico, debe ser un H:. equilibrado que este o
haya cubierto la Col:. del signo de la balanza o para ser más preciso la Col:.
del signo de Libra. Una de las metas perseguidas por el H:. místico, es el ser
Creador de su destino, acorde con su capacidad y no esclavo del mismo. Pocos
son los que alcanzan este objetivo…. ¿Por qué?.... con el presente Tra:.
Trataremos de analizar alguna de las causas más importantes.
En todos los sistemas de estudio místico, si ellos son auténticos y buscan
el progreso del H:., el desarrollo de su consciencia, un sincero bienestar,
etc. Tienen un sustento fundamental: LA FE implícita, pero real y firme en la LEY O EL SISTEMA y el ORDEN que rigen el
todo, en el cósmico – incluyendo el universo físico que es parte del mismo –
esto es así para todo tipo de manifestación, causa, efecto o resultado, sean
estos físicos, mentales, psíquicos o espirituales.
LEY O SISTEMA: – en el sentido de aquí – es una regla obligatoria y
necesaria, una condición derivada de la naturaleza de las cosas o
circunstancias. La verdadera Ley o Sistema, es constante, invariable y forzosa,
por que no se origina en la voluntad del hombre, por lo tanto, éste no la crea,
no puede alterarla, evadirla ni suprimirla.
ORDEN: implica una disposición metódica de las cosas,
regularmente clasificadas; en todos los contrarios o confusión o caos – del
griego Khaos, abertura – que implica desorden.
La FE del místico, es
la LEY o el sistema y el ORDEN, implica
comprensión y certeza, se REQUIERE CERTEZA
ABSOLUTA, que deriva del
conocimiento Y COMPRENSIÓN DE LAS Leyes Naturales o Divinas creadas por Dios. En esto se
diferencia de la fe religiosa, pues en la religión, la fe implica la creencia,
aún cuando el hombre no comprenda aquello en lo que esta creyendo.
Dios o el Cósmico o como se le desee llamar, es Orden, se rige por las
Leyes y en consecuencia el místico al conocerlas, sabe que en virtud de ellas
las mismas causas o las mismas acciones aplican el principio adecuado, realiza
la acción correcta y se produce el resultado querido, la manifestación no
falla.
Es fundamental comprender que toda manifestación física
tiene una contraparte o aspecto psíquico y un aspecto espiritual, estos últimos
no son físicamente perceptibles y por ello en la mayoría de las cosas se
desconocen, pero, la circunstancia de
que los ignoremos no les quita existencia ni actualidad, simplemente les
quita realización para nosotros. ¿Rige el mismo principio para las
manifestaciones psíquicas y espirituales? ¿Tienen ellas su contraparte física?
… Este aspecto lo dejamos en suspenso, para la meditación del H:. por que nos
apartaría del objetivo del presente Tra:.
Es factible la obtención de grandes logros o éxitos materiales – ejemplo,
económico – con un total desconocimiento o ignorancia de las leyes psíquicas y
espirituales. Esto ocurre por que las últimas citadas pueden estar aplicándose
en forma inconsciente en el caso. También es posible que simplemente no sean
visibles en ese momento.
El poder del místico, reside en su CONOCIMIENTO integral
de las leyes divinas o naturales, lo que le permite asegurarse el ÉXITO en obtener el
resultado o manifestación deseada, mediante un accionar también integral,
aplicando no solamente las leyes físicas, sino también las psíquicas y
espirituales correspondientes.
Pero EL FRACASO en el H:. estudiante de misticismo es habitual especialmente cuando desea
un resultado de tipo material ¿Por qué? Hay varias causas y podemos señalar
aquí las siguientes:
En algunos casos, el H:. estudiante de misticismo no ha llegado aun a la
comprensión y aplicación integral de las leyes. Esto ocurre independientemente
de los años de estudios, aplicación de las teorías estudiadas que tenga, además
del grado. Puede haberlo logrado en un aspecto y faltarle otros.
Consecuentemente su vida no se desarrolla místicamente, es decir integrando en
todo accionar los aspectos físicos, psíquicos y espirituales. El H:. que desea
aplicar un procedimiento místico para un objetivo determinado, es por que ya
falló físicamente, el ego, intenta allí aplicar el conocimiento que es
exclusivo (psíquico, mental o espiritual) y no respeta ni aplica las leyes que
rigen el aspecto material, minimizando la importancia de estas últimas,
cometiendo así un grave error.
Otra causa de fracaso es la carencia o falta de una verdadera confianza en
las leyes. Esta confianza debe siempre ser derivada de su conocimiento,
comprensión y prueba. Cuando se aplica un principio, una ley, etc. Y el
resultado o manifestación no se produce o no es el esperado, aparece en el H:.
estudiante la duda. Podemos ser conscientes de la duda, pero que puede quedar
en el subconsciente del H:. y entonces pasa desapercibida – pero está -. Cuando
se aplica en otra oportunidad el mismo u otro principio o ley,
inconscientemente, esta “duda” trabaja en contra del fin perseguido y por ende
el fracaso no tarda en manifestarse, por la certeza o la fe interior del
fracaso y no del éxito, ello independientemente de que objetivamente se
manifieste certeza de éxito o de derrota. En este caso está en actuar
objetivamente en un sentido y psíquicamente en otro opuesto. Para conseguir el
éxito, el H:. deberá seguir los principios de la “Alquimia Espiritual”
polarizando sus pensamientos. Muchas veces para el H:. estudiante poder
determinar en principio la causa de fracaso y es únicamente él quien puede
hacerlo. En esta etapa se recomienda como primera medida el evitar todo
sentimiento de inferioridad, de fracaso o de menosprecio hacia sí mismo y que
mantenga una actitud tranquila reflexiva; luego debe analizar los pasos dados
hasta allí, en la parte psíquica, mental, espiritual y material. Si hay dudas,
si no podemos a ciencia cierta como habíamos hecho las cosas, debemos aplicar
atentamente de nuevo cada paso (leyes y principios). Si la aplicación fue
correcta y el resultado no es el deseado, seguramente o nos falló contemplar
algún aspecto o, en alguno o más de ellos se eligió un accionar, ley o
principio equivocado; en este caso hay que analizarlo a consciencia y probar
otros que resulten adecuados a la necesidad.
Los estado de decepción, rebeldía y otros parecidos, deben ser
manifestación (por ejemplo la energía eléctrica se transforma en luz, calor,
etc.).
Existen varios órdenes de existencia, no sólo existimos físicamente, sino
también psíquica y espiritualmente, también tenemos aspectos que proyectan su
efecto en los otros. El Cósmico es “UNO”
o es la llamada “UNIDAD” y todo
lo que existe es parte de Él; el misticismo es el camino para conocer y
emprender este hecho, pero no basta con un mero conocimiento intelectual,
debemos lograr la CONCIENCIA DE UNIDAD.
Es la creencia del H:. de ser algo separado u opuesto al resto del Universo
a pesar que nos consideramos un microcosmos, lo que impide muchos de sus
logros, y sobre todo le impide alcanzar la Consciencia Cósmica.
TODO PENSAMIENTO es un “HECHO INTERIOR”, cuya
influencia afecta fundamentalmente “LA
ACCIÓN” aunque no lo haga en el momento.
Cada uno tenemos nuestro propio Universo del cual somos el centro y por
ende el punto inicial de cualquier cambio o manifestación en el mismo
(recordemos una de nuestras herramientas de un grado simbólico: el punto y el
círculo). Esto significa que si queremos aplicar nuestro “Poder” para lograr un
resultado, primero debemos introducir como ya lo dije anteriormente: LA ALQUIMIA ESPIRITUAL, que trae
consigo mediante la LEY DE ATRACCIÓN,
EL CAMBIO, (TODO LO QUE PIENSAS SE ATRAE) en nosotros. De igual forma la
“Armonización Cósmica” no puede realizarse en “El Todo” o con el Universo, es
una forma independiente de nuestra relación con nuestro propio universo, con
nuestro microcosmos; el cambio adecuado es lograr armonizarnos primero con
nosotros mismos, de allí, extendemos a nuestros alrededores contiguos, aquellos
que nos rodea: familia, trabajo, amigos, HH:. Logia, y todo con lo que
diariamente estamos en contacto. Si olvidamos esto creamos un abismo insalvable
que nos impide el avance conduciéndonos al fracaso.
Cómo epílogos, podemos decir en términos generales, que: El hombre es el
único autor de sus éxitos y de sus fracasos; también nuestro microcosmos,
nuestro medio ambiente, es fruto de nuestra creación o cuando menos de nuestra
elección.
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