Hace algunas noches, un hermano vino a mi casa, y mientras estábamos sentados en mi porche fumando cigarros, bebiendo whisky y disfrutando de una agradable tarde de otoño, la conversación inevitablemente se entretejía en la masonería. Durante la conversación, el hermano me transmitió cómo algunas personas (no masones) estaban asombradas de que realmente pudiéramos ir a Lodge y sentarnos al lado de personas de casi cualquier religión, raza o entorno social, y sentirnos totalmente cómodos a su alrededor. Si bien esta capacidad de "encontrarse en el nivel" entre sí es un sello distintivo de nuestra fraternidad, desafortunadamente no siempre se pone en práctica, e incluso cuando lo es, con demasiada frecuencia lo aprovechamos al no llegar a conocer realmente a las personas con las que nos sentamos en Logia con un nivel personal e íntimo.
Los movimientos de las Grandes Logias de Tennessee y Georgia son particularmente inquietantes, porque la Logia ha sido durante mucho tiempo un refugio seguro para aquellos que buscan un lugar de aceptación e ideales de iluminación. Esta es la razón por la cual nuestros rituales contienen advertencias de que son las calificaciones internas y no las externas las que hacen que un hombre sea apto para ser masón, y que no debe existir desarmonía o conflicto entre hermanos.
La Logia simplemente no es un lugar donde exista una disputa sobre religión, raza u orientación sexual. La Logia debe ser un lugar de armonía, reflexión y crecimiento espiritual, y para lograr ese ideal noble y fundamental, las divisiones arbitrarias como la raza, la orientación sexual o los antecedentes sociales no deberían interferir en la difusión del vínculo de amor fraternal. Nunca.
La mayoría de las asociaciones negativas que las personas tienen sobre las minorías, la comunidad LGBT y las religiones distintas del cristianismo provienen de un lugar de miedo e ignorancia. El miedo es una reacción y emoción humana natural a cosas que nos son desconocidas. Es lo que evitó que nuestros ancestros antiguos fueran devorados por leones y tigres; sin embargo, la ignorancia impulsa el miedo se transforma en fanatismo, y el fanatismo cede ante la tiranía. La ignorancia, el fanatismo y la tiranía son la antítesis de la Francmasonería, y nunca se debe permitir que arraiguen en nuestros sagrados salones.
Para los hombres que se supone que trabajan en nuestros sillares internacionales, el miedo no tiene cabida, especialmente el miedo que nace de la ignorancia. La única cura para la ignorancia es el conocimiento, y nuestra fraternidad tiene la bendición de tener una vasta reserva de sabios y diversos hermanos dentro de nuestras filas. Para aprovechar esta vasta reserva de sabiduría, primero debemos tomarnos el tiempo para conocer a nuestros hermanos en un nivel personal e íntimo, ya sea que el hermano sea homosexual, heterosexual, blanco, negro, hispano, cristiano o no. Cristiano ... Cualquier Hermano. Solo después de difundir el cemento del amor y afecto fraternal, podemos abrir las puertas de nuestros corazones para que podamos aprender unos de los otros.
Para encontrarse verdaderamente en el nivel, debemos estar dispuestos a practicar activamente los ideales que propugnamos, y no cerrar las puertas de nuestros corazones, o nuestros Logias, a aquellos que no encajan en una ordenada caja homogénea. Debemos tomarnos el tiempo para aprender de nuestros hermanos, aquellos que se sientan junto a nosotros en Logia, y aquellos que se sientan en Logia a cientos o miles de millas de distancia. Sobre todo, debemos ser verdaderamente abiertos a nuevas ideas y conceptos. Después de todo, tener una membresía única y diversa es lo que siempre ha hecho grandiosa a nuestra fraternidad. Cada uno de nosotros sostiene en alto nuestra propia Luz que hemos reunido y nutrido en nuestros propios viajes personales y espirituales, y las Luces más únicas que podemos reunir a nuestro alrededor, más iluminado se convertirá el camino para todos los artesanos.
http://www.thelaudablepursuit.com/articles/2015/9/26/who-do-you-sit-by-in-lodge
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