El escritor y autor masón Herbert Oré Belsuzarri nos entrega información sobre el conocimiento que tenían los antiguos peruanos sobre los solsticios, incluso antes que existiera el Imperio Incaico.
Y ese es el caso de Chanquillo:
“La adoración del Sol y las costumbres cosmológicas de Chankillo tal vez hayan ayudado a legitimar la autoridad de una clase de elite, como ocurrió con el imperio inca dos milenios después”.
El principal componente de Chankillo es la llamada 'fortaleza', una imponente estructura de 300 metros de largo, ubicada en la cumbre de una colina y fuertemente defendida por murallas, accesos restringidos, parapetos y posiblemente un pozo seco. Para el arqueólogo Iván Ghezzi este edificio no sería una fortaleza, sino más bien un templo fortificado.
En otra zona de Chankillo se aprecian otros edificios en los que destacan 13 torres construidas con piedra canteada y mortero. La hilera de torres tiene una orientación norte-sur, pero las tres últimas construcciones ubicadas hacia el sur presentan un cambio de orientación hacia el sudoeste.
"Vistas desde la parte baja, las torres forman un horizontes artificial dentado con picos y valles dispuestos a intervalos regulares".
Con la utilización de diversos equipos, entre ellos un GPS portátil, los investigadores y su equipo determinaron que las torres fueron levantadas con el fin de seguir la trayectoria del Sol en aquella época (hace unos 2.300 años). Así, los antiguos habitantes de la zona podrían regular eventos estacionales, como fiestas religiosas o para mantener un calendario solar empírico.
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