Significado de la Palabra AMÉN
“Revista “El Rosacruz” Noviembre
1985”
Cortesía: CARLOS NAPOLEON DEL CARPIO
La forma como se emplea la palabra
“Amen” en las doctrinas y la literatura cristiana, a menudo ha llamado la atención
de los místicos y ha despertado muchas especulaciones entre los estudiantes de
esoterismo. Y cuando uno observa que en la Biblia Cristiana uno de sus autores
da al Maestro Jesús el nombre de “El Amen, el origen, autor, príncipe, y rey de
todas las criaturas del cielo y de la Tierra”, nos damos cuenta de que esta
palabra encierra un significado mucho mas profundo del que se infiere del uso,
ya sea correcto o incorrecto, que generalmente se da a este termino.
La palabra “Amen” es muy
antigua. Es una palabra vital, poderosa, porque es la expresión de ciertos
sonidos vocales y produce vibraciones que son fundamentales para la vida y el
poder. Al igual que muchas palabras empleadas por los antiguos con plena
comprensión y total conocimiento de su aplicación, fue adoptada por movimientos
religiosos posteriores y, finalmente, su significado verdadero se perdió al
igual que se ha perdido el de muchos términos. Quizás ninguna otra palabra es
empleada en la religión cristiana, con tanta frecuencia como esta, es un
sentido puramente ritualistico y con muy poca apreciación sobre su origen,
intención, propósito y posibilidades.
Después de varios meses
de investigar el origen de esta palabra y de analizar su significado, uno se
enfrenta al hecho indiscutible de que la palabra “Amen” es una contracción de
la antiquísima y mística palabra “Aumen”. Al darse cuenta de este hecho, el
investigador se siente mas tranquilo. Esto hace más fácil e interesante el
análisis posterior de la palabra. Como punto de partida nos da un pensamiento
prístino, una idea pura. Si dividimos la palabra en sus dos silabas llegamos a
los principios elementales.
En el antiguo lenguaje
sanscrito, el lenguaje del cual se derivaron todas las lenguas de la raza aria,
la palabra “Aum” no solo era una palabra sagrada, sino que también era una
palabra muy significativa, Se entonaba reverentemente en todas las convocaciones
sagradas, y su extraordinario sonido era usado una y otra vez para producir
ciertos efectos vibratorios que los iniciados de los Grados superiores
reconocen fácilmente.
Los antiguos asignaban a la letra “A” el número 1, y a la letra misma
significaba Shiva, el Padre, el Preservador, el Creador – el numero y principio
del cual se derivan todas las cosas. Su sonido es abierto y claro. Su nota
musical es “LA” natural.
A la letra “U” se le
asignaba el numero 3 (en el mismo sistema numérico presentado por Pitágoras) y
significaba la expresión Trina de la forma humana – el cuerpo el alma y la
mente en una sola unidad – el hijo hecho carne. Es difícil describir su sonido
en letras impresas, y solo un Maestro lo transmite a la mente de otra persona
mediante una demostración discreta y cuidadosa.
A la letra “M” se le
asignaba el numero 4, el cuadrado, y representaba el Espíritu (Brahma). Su
sonido es también ,uy peculiar y se produce juntando los labios, conteniendo la
respiración y expeliendo el aire por la ventana izquierda de la nariz mas
fuertemente que la ventana derecha. (Debe tenerse presente que el uso apropiado
de este sonido precisa que se controle el uso de las dos ventanas nasales, es
decir, una independientemente de la otra. La persona no “Iniciada” tal vez lo desconozca,
pero lo cierto es que todos nosotros respiramos diferentemente a través de las ventanas
de la nariz, según nuestras condiciones físicas, psíquicas y mentales.
Al unir las tres letras
tendremos la palabra “Aum”. El significado de esta trinidad es Padre, Hijo y
Espíritu (o el Aliento Sagrado). Aquí encontramos inmediatamente el origen de
la Sagrada Trinidad tal como fuera adaptada mas tarde. El estudiante se
beneficiaria mucho si consulta en cualquier enciclopedia importante el tema de
“La Trinidad” y lee en dos líneas, y entre líneas, el significado de esta
antiquísima doctrina.
La terminación de la
palabra, “en”, se relaciona con el resto de la palabra en la misma forma en que
se añade comúnmente un sufijo a un termino empleado con raíz para darle un
significado final. Se han realizado muchos esfuerzos para dar a la silaba “En” un significado místico, pero ha habido
gran especulación en estos esfuerzos.
Finalmente, cuando la
palabra “Aumen” o “Amen” se pronuncia correctamente, tiene cierta relación con
los tonos musicales que preceden (y en este caso se usa como cadencia autentica
o final, como un acorde de Séptima de Dominante, seguido del acorde sobre la
tónica) o produce dos notas musicales propias y definidas.
El efecto que produce la
palabra, conjuntamente con la respiración apropiada, fija o estabiliza ciertas
vibraciones previamente creadas en el éter circundante, y tiene como objeto
crear o producir una Manifestación Cósmica.
En este sentido es algo
así como si detuviéramos súbitamente los discos de una maquina que estuvieran
pintados con segmentos de colores y giraran en movimiento de revolución.
Cualquier diseño que se formara al momento de parar los discos, quedaría fijo.
Por lo tanto, después de
una ligera corrupción en su uso, la palabra “Amen” se utilizo para expresar
nuestra idea de “¡Así se hará!” o “¡Qué así sea!” empleada adecuadamente, no
implica una petición o una esperanza, ni tan siquiera un mandato. Es
simplemente – y poderosamente – un decreto que contiene un poder para
“manifestar” tal decreto.
¡Cuan apropiadamente se ha llegado a emplear una palabra de tanto poder, debido a las formalidades y
a la ignorancia sobre su origen! Pero, ¿No sucede lo mismos con muchas palabras
místicas? y ¿No estamos descubriendo rápidamente los estudiantes iniciados de
nuestros errores?.....
Amen (Amón -"el Oculto"), aparece por vez primera en los Textos de las Pirámides del Imperio Antiguo. Junto con Amaunet formaba una pareja de dioses en la doctrina de la creación de Heliópolis. Por lo menos desde el Imperio Medio fue el dios local de Tebas, y formó con Mut y Jons una familia de dioses. En esta época se fundió con Ra, el dios del Sol, para convertirse enn Amón-Ra y de este modo alcanzó el carácter de dios creador universal. En su condición de Amóm-Ra reunió en sí todos los atributos de un dios rey y por ello se le consideró el "rey de los dioses". Amenemhet I, cuyo nombre significa "Amón está a la cabeza", fue el fundador de la XII Dinastía y el primer faraón que incorporó el nombre del dios a su nombre propio. Al comienzo del Imperio Nuevo, hacia el año 1550 a.C., Tebas se convirtió en el centro religioso de Egipto; junto con Ra y Ptah, Amón pasó a ser el dios del Imperio, quien elegía o incluso engendraba al faraón. Amenofis IV-Akhenatón veneró durante su reinado a Atón como dios único. A lo largo de ese período, Amón perdió su posición dominante, su nombre fue borrado y sus imágenes destruidas. Con Tutankhamón, Amón recuperó su anterior preeminencia.
El templo de Amón en Tebas (Karnak) fue desde la XIX Dinastía el mayor santuario del país y en nuestros días sigue siendo uno de los complejos religiosos más grandes del mundo. Si bien Tebas fue perdiendo importancia en los siglos siguientes, Amón no dejó de ser una divinidad significada, como lo demuestra el hecho de que Alejandro Magno se hiciera legitimar como faraón por el oráculo de Amón en Siwa. Las representaciones de Amón lo muestran en general con figura humana, piel azul y una corona alta de doble pluma. También puede adoptar la figura de un carnero o de un ganso.
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