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lunes, 23 de junio de 2014

Significado de la Palabra AMÉN

Significado de la Palabra AMÉN

 “Revista “El Rosacruz” Noviembre 1985”

Cortesía: CARLOS NAPOLEON DEL CARPIO


La forma como se emplea la palabra “Amen” en las doctrinas y la literatura cristiana, a menudo ha llamado la atención de los místicos y ha despertado muchas especulaciones entre los estudiantes de esoterismo. Y cuando uno observa que en la Biblia Cristiana uno de sus autores da al Maestro Jesús el nombre de “El Amen, el origen, autor, príncipe, y rey de todas las criaturas del cielo y de la Tierra”, nos damos cuenta de que esta palabra encierra un significado mucho mas profundo del que se infiere del uso, ya sea correcto o incorrecto, que generalmente se da a este termino.



La palabra “Amen” es muy antigua. Es una palabra vital, poderosa, porque es la expresión de ciertos sonidos vocales y produce vibraciones que son fundamentales para la vida y el poder. Al igual que muchas palabras empleadas por los antiguos con plena comprensión y total conocimiento de su aplicación, fue adoptada por movimientos religiosos posteriores y, finalmente, su significado verdadero se perdió al igual que se ha perdido el de muchos términos. Quizás ninguna otra palabra es empleada en la religión cristiana, con tanta frecuencia como esta, es un sentido puramente ritualistico y con muy poca apreciación sobre su origen, intención, propósito y posibilidades.

Después de varios meses de investigar el origen de esta palabra y de analizar su significado, uno se enfrenta al hecho indiscutible de que la palabra “Amen” es una contracción de la antiquísima y mística palabra “Aumen”. Al darse cuenta de este hecho, el investigador se siente mas tranquilo. Esto hace más fácil e interesante el análisis posterior de la palabra. Como punto de partida nos da un pensamiento prístino, una idea pura. Si dividimos la palabra en sus dos silabas llegamos a los principios elementales.

En el antiguo lenguaje sanscrito, el lenguaje del cual se derivaron todas las lenguas de la raza aria, la palabra “Aum” no solo era una palabra sagrada, sino que también era una palabra muy significativa, Se entonaba reverentemente en todas las convocaciones sagradas, y su extraordinario sonido era usado una y otra vez para producir ciertos efectos vibratorios que los iniciados de los Grados superiores reconocen fácilmente.

Los antiguos asignaban a la letra “A” el número 1, y a la letra misma significaba Shiva, el Padre, el Preservador, el Creador – el numero y principio del cual se derivan todas las cosas. Su sonido es abierto y claro. Su nota musical es “LA” natural.

A la letra “U” se le asignaba el numero 3 (en el mismo sistema numérico presentado por Pitágoras) y significaba la expresión Trina de la forma humana – el cuerpo el alma y la mente en una sola unidad – el hijo hecho carne. Es difícil describir su sonido en letras impresas, y solo un Maestro lo transmite a la mente de otra persona mediante una demostración discreta y cuidadosa.

A la letra “M” se le asignaba el numero 4, el cuadrado, y representaba el Espíritu (Brahma). Su sonido es también ,uy peculiar y se produce juntando los labios, conteniendo la respiración y expeliendo el aire por la ventana izquierda de la nariz mas fuertemente que la ventana derecha. (Debe tenerse presente que el uso apropiado de este sonido precisa que se controle el uso de las dos ventanas nasales, es decir, una independientemente de la otra. La persona no “Iniciada” tal vez lo desconozca, pero lo cierto es que todos nosotros respiramos diferentemente a través de las ventanas de la nariz, según nuestras condiciones físicas, psíquicas y mentales.

Al unir las tres letras tendremos la palabra “Aum”. El significado de esta trinidad es Padre, Hijo y Espíritu (o el Aliento Sagrado). Aquí encontramos inmediatamente el origen de la Sagrada Trinidad tal como fuera adaptada mas tarde. El estudiante se beneficiaria mucho si consulta en cualquier enciclopedia importante el tema de “La Trinidad” y lee en dos líneas, y entre líneas, el significado de esta antiquísima doctrina.

La terminación de la palabra, “en”, se relaciona con el resto de la palabra en la misma forma en que se añade comúnmente un sufijo a un termino empleado con raíz para darle un significado final. Se han realizado muchos esfuerzos para dar a la silaba  “En” un significado místico, pero ha habido gran especulación en estos esfuerzos.

Finalmente, cuando la palabra “Aumen” o “Amen” se pronuncia correctamente, tiene cierta relación con los tonos musicales que preceden (y en este caso se usa como cadencia autentica o final, como un acorde de Séptima de Dominante, seguido del acorde sobre la tónica) o produce dos notas musicales propias y definidas.

El efecto que produce la palabra, conjuntamente con la respiración apropiada, fija o estabiliza ciertas vibraciones previamente creadas en el éter circundante, y tiene como objeto crear o producir una Manifestación Cósmica.

En este sentido es algo así como si detuviéramos súbitamente los discos de una maquina que estuvieran pintados con segmentos de colores y giraran en movimiento de revolución. Cualquier diseño que se formara al momento de parar los discos, quedaría fijo.

Por lo tanto, después de una ligera corrupción en su uso, la palabra “Amen” se utilizo para expresar nuestra idea de “¡Así se hará!” o “¡Qué así sea!” empleada adecuadamente, no implica una petición o una esperanza, ni tan siquiera un mandato. Es simplemente – y poderosamente – un decreto que contiene un poder para “manifestar” tal decreto.

¡Cuan apropiadamente se ha llegado a emplear una palabra de tanto poder, debido a las formalidades y a la ignorancia sobre su origen! Pero, ¿No sucede lo mismos con muchas palabras místicas? y ¿No estamos descubriendo rápidamente los estudiantes iniciados de nuestros errores?.....


 

Amen (Amón -"el Oculto"), aparece por vez primera en los Textos de las Pirámides del Imperio Antiguo. Junto con Amaunet formaba una pareja de dioses en la doctrina de la creación de Heliópolis. Por lo menos desde el Imperio Medio fue el dios local de Tebas, y formó con Mut y Jons una familia de dioses. En esta época se fundió con Ra, el dios del Sol, para convertirse enn Amón-Ra y de este modo alcanzó el carácter de dios creador universal. En su condición de Amóm-Ra reunió en sí todos los atributos de un dios rey y por ello se le consideró el "rey de los dioses". Amenemhet I, cuyo nombre significa "Amón está a la cabeza", fue el fundador de la XII Dinastía y el primer faraón que incorporó el nombre del dios a su nombre propio. Al comienzo del Imperio Nuevo, hacia el año 1550 a.C., Tebas se convirtió en el centro religioso de Egipto; junto con Ra y Ptah, Amón pasó a ser el dios del Imperio, quien elegía o incluso engendraba al faraón. Amenofis IV-Akhenatón veneró durante su reinado a Atón como dios único. A lo largo de ese período, Amón perdió su posición dominante, su nombre fue borrado y sus imágenes destruidas. Con Tutankhamón, Amón recuperó su anterior preeminencia.

El templo de Amón en Tebas (Karnak) fue desde la XIX Dinastía el mayor santuario del país y en nuestros días sigue siendo uno de los complejos religiosos más grandes del mundo. Si bien Tebas fue perdiendo importancia en los siglos siguientes, Amón no dejó de ser una divinidad significada, como lo demuestra el hecho de que Alejandro Magno se hiciera legitimar como faraón por el oráculo de Amón en Siwa. Las representaciones de Amón lo muestran en general con figura humana, piel azul y una corona alta de doble pluma. También puede adoptar la figura de un carnero o de un ganso.

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