GRAN LOGIA DE NUEVO LEON
E N S A Y O
“EL APORTE DE LAS LOGIAS MASÓNICAS,
EN LA INDEPENDENCIA DE AMERICA”
JOSE VALDEMAR PORTILLO LOPEZ
O:. DE
GRAL. BRAVO N.L. OCTUBRE 10 DEL AÑO 2004
“La masonería, es una asociación, de carácter mundial, filantrópica, filosófica, ecléctica y progresista, que procura fomentar en sus adeptos,
el amor a la verdad,
el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes, desarrolla en el corazón
humano, los sentimientos de abnegación, caridad y filantropía, la tolerancia religiosa, los deberes de la familia, extermina, o al menos pretende, los odios de raza, los antagonismos de nacionalidad, de opiniones, creencias e intereses, anhela unir a todos los hombres, por los lazos de la solidaridad y tiene por divisa: libertad, igualdad y fraternidad”.
Atraves de la historia, la masonería ha enseñado a sus miembros a luchar primero consigo mismos, para limar sus asperezas y fortificar sus almas,
les ha mostrado el camino de la convivencia fraterna, el respeto mutuo, la dignidad y el heroísmo, ha inflamado sus corazones con el amor a sus semejantes y la indignación contra
la injusticia y la tiranía.
En su seno se han gestado, tantas iniciativas trascendentales para el adelanto de la humanidad y de ella han surgido de tiempo en tiempo, grupos fuertes y de gran cohesión que han logrado imprimir a sus naciones
y al mundo, los más importantes impulsos evolutivos y mantiene una lucha
permanente contra sus enemigos vitalicios, la ignorancia, la envidia y la ambición.
Debemos los masones propender, a que la historia, como memoria colectiva de los pueblos, no se reduzca simplemente a narraciones, fechas,
datos, referencias de nombres, generalidades y divulgación de tradiciones de costumbres o en el otro extremo,
en una simple “quimera”,
pues en ambos, se obvia, los hechos verdaderos, que se suscitaron a través de los tiempos, como por ejemplo en aquellos años finales del siglo xviii y comienzos del siglo xix, donde epónimos masones incubaron en la conciencia de américa, la necesidad de la libertad.
Precisamos en razón
de ello, que estas luchas sean divulgadas, en la forma más imparcial posible, destacando, principalmente su rol protagónico que le tocó vivir a la masonería mundial y la de algunos de sus connotados miembros de aquel entonces.
En nuestros días,
tenemos una masonería anglosajona, con derivaciones en el mundo germano, tributaria de los que fueron sus padres fundadores: clérigos, pastores presbiterianos, pequeños burgueses, aristócratas ilustrados y unos años después de su constitución oficial de 1717, se agregó la nobleza, con su entorno aristocrático, a la que se sumó además, la gran burguesía
de aquella época, enriquecida desde los primeros atisbos de la revolución industrial.
En dichos
países europeos, coincidentes en su mayoría, con las prácticas de las diversas modalidades de la religión
cristiana, tales como la católica, la ortodoxa, la protestante, etc., y por el origen social de casi todos los miembros de sus cúpulas,
de la llamada masonería especulativa o moderna, creció y se desarrolló la masonería, como una fuerza eminentemente conservadora, íntimamente ligada a los poderes eclesiástico y temporal
y por lo tanto, sin verse sometida a persecuciones de ninguna clase, ni tener problemas de índole alguno para su desarrollo y consolidación.
Que en la mayoría de los estados europeos, que eran católicos o anglicanos, predominaba la asociación estado- iglesia.
Por el contrario, en las colonias
americanas de la corona española ( antiguos virreinatos, capitanías, gobernaciones y audiencias ), existía una sociedad
o realidad distinta, es decir, un mundo diferente, dominado por la iglesia católica, principalmente por la orden llamada compañía de Jesús ( conocida popularmente como jesuitas ), y por su brazo secular la “iglesia católica”, como también, el de las monarquías absolutistas, es por ello, que la masonería especulativa, nació y creció en estos territorios, como
hija
ilegítima y prohibida, formada por ciudadanos ansiosos de libertad, de estudiantes plenos de inquietudes intelectuales y de revolucionarios, precursores de las actuales democracias.
La masonería americana, nació de esta clase pensante, de los que luego serían conocidos
como los enciclopedistas, librepensadores y más tarde,
se les llamo liberales, conjurados o insurgentes, entre otros nombres despectivos.
Desde los primeros momentos de la aparición pública de la masonería especulativa, los ideales de libertad, que en los países latinos e hispanoamericanos eran generadores
y abanderados los masones, principalmente nacidos en las colonias, hizo que estos, chocaran abiertamente con otros masones conservadores, de los viejos regímenes y con las monarquías totalitarias, de las que la propia iglesia católica formaba parte y era una suerte de adalid, con poder, para coronar emperadores y legitimar dinastías, amparándose, en que los reyes, tenían una inspiración divina para realizar todos sus actos.
La confrontación de ideas entre estos dos mundos, a un lado el viejo régimen, al otro la democracia, de la que la masonería americana ya era génesis, desencadenó en las persecuciones y bulas papales,
desde los primeros años del siglo xviii, contra la masonería, dando lugar, a que la masonería americana, en especial la hispanoamericana, se viera obligada a mantenerse oculta, secreta y políticamente activa contra los totalitarismos, fueran estos seglares o eclesiásticos.
La masonería en la independencia de las trece colonias americanas.
Las ideas
de libertad, proclamadas por la masonería, prendieron rápidamente en las trece colonias inglesas del norte de américa.
Muy pronto, las logias masónicas de aquel territorio, en aquel entonces de composición social, muy distinta a las de Inglaterra, se convirtieron en el foco y cuartel general de la revolución naciente, contra la dominación de la corona británica, en sus colonias del nuevo continente.
La participación de la masonería, llegó a ser
tan decisiva en la independencia de las colonias británicas en norte américa, que las principales figuras independentistas, fueron masones destacados, lo mismo que lo fueron en casi su totalidad, los firmantes de la famosa
declaración de su independencia, del 4 de julio de 1776.
El 4 de julio de 1776, los delegados de los trece estados de nueva Inglaterra, proclamaban la declaración de independencia de los estados unidos de américa.
De los firmantes del acta de independencia, los más destacados masones eran: ellery, franklin, hancock, hewes, hooper, paine, stockton,
walton y whipple.
Idéntica condición compartían, nueve de los trece delegados que rubricaron los artículos de la nueva confederación: adams, carroll, dickinson,
ellery, hancock, harnett, laurens, roberdau y bayard smith, así como también los firmantes de la constitución estadounidense: bedford, blair, brearley, broom, carroll, dayton, dickinson, franklin,
gilman, king, mchenry, paterson
y washington.
La gran mayoría de los congresistas, que ratificaron dichos acuerdos, eran igualmente miembros de la hermandad masónica, lo mismo que prácticamente la totalidad de los
altos mandos del ejército republicano, que combatió a las tropas realistas de la metrópoli inglesa.
La influencia de la masonería,
se haría patente desde el principio, en todos los ámbitos del incipiente nuevo estado, modelando sus componentes ideológicos y políticos e inspirando buena parte de su simbología y mística patriótica.
Inmediatamente después de proclamar la declaración de independencia, el congreso norteamericano, reunido en la ciudad de filadelfia, adoptó una resolución, encargando a tres destacados masones, John Adams, Benjamín Franklin
y Thomas Jefferson, la confección del sello oficial del nuevo estado.
A tal efecto, cada uno de los tres miembros del comité sugirió un diseño para el sello de la unión.
Jefferson, propuso una imagen
que representase al pueblo de Israel, marchando hacia la tierra prometida.
Franklin, proyectó una alegoría, en la que aparecía moisés, conduciendo a los israelitas a través del mar rojo.
John Adams, por su parte, se inclinó
por un tema de la mitología griega, que representaba a hércules.
A estas primeras propuestas, se les fueron añadiendo las de sucesivos comités, hasta que, finalmente, fue aprobado el diseño
definitivo, propuesto por el secretario del congreso, Charles Thomson,
maestro masón de una logia masónica de filadelfia, cuyo v:. m:. era benjamín franklin.
Durante la revolución norteamericana, se considera, que se usó por primera vez con un sentido
político, el trilema masónico: libertad, igualdad, fraternidad, el mismo que pasaría a la historia de la humanidad, por ser luego adoptado a través de los franceses, como lema principal de su revolución y en su futuro escudo, al estallar ésta pocos años más tarde, es decir
un 14 de julio de 1789.
En la independencia de las trece colonias británicas de norte américa, tuvo un papel,
no sólo por ser uno de los generales más destacados del ejército de los insurrectos, sino por que además, fue el gran artífice del intercambio y correspondencia masónica entre norte américa y francia, nos referimos a Marie Joseph
Yves Roch Gilbert Motier, más conocido como el Marqués de la Fayette.
Dícese asimismo de la Fayette, que fue él quien inicio en la masonería a Francisco de Miranda
y también que fue la esposa de la Fayette, quien obsequió al general y George Washington, un
mandil masónico bordado a mano por ella misma, el cual utilizó cuando
juramento como presidente de las trece colonias y en la colocación de la primera piedra
de fundación del
capitolio norteamericano.
La masonería y la revolución francesa
La intervención de la masonería en la revolución francesa, realizada de hecho y por la vía de las ideas, explica la imagen creada a la masonería por quienes la combatieron, los gobiernos absolutistas de Europa y la iglesia y poniendo el acento en el ideario de la masonería, reevaluado, aún sin mencionar situaciones latinoamericanas, defensa de los valores de la libertad,
la tolerancia y la apertura en la recepción de los diferentes estratos sociales,
las religiones y las procedencias étnicas.
Asimismo la toma de la bastilla
fue un acto forjado
por masones. Montesquieu, Rousseau y otros destacados franceses de esos tiempos, fueron masones. la consigna
"libertad, igualdad, fraternidad" es eternamente masónica. la letra del himno nacional de Francia, conocido
como “La Marsellesa” fue compuesta por un hermano masón, de nombre Claude Rouget de Lisle.
Hija también de la masonería americana, es la voluntad de independencia de España que, como fruto
de la perfidia personal y la impericia política del rey hispano Fernando VII, se extiende por los virreinatos, capitanías generales, gobernaciones y audiencias, tras la reimplantación en España del totalitarismo borbónico.
Masones ibéricos y americanos serían los inspiradores y líderes del proceso de independencia de la américa hispana.
Los masones independentistas de america
La simbología masónica, basada en el esoterismo, permitió el reconocimiento de sus miembros, en todos los países con los que se reforzó la pretensión universal
y cosmopolita de su doctrina, que se dirigía a todos los hombres por igual sin distinción de clases sociales, nacionalidades, razas, lenguas, religiones o ciencias políticas.
Según las peculiaridades de cada uno y su situación político-religiosa, surgieron varias concepciones tanto en los rituales como en la proyección social y política.
George Washington, Benjamín Franklin, Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, Pablo de Olavide, Francisco de Miranda, Andrés Bello López, José de San Martín, Servando Teresa de Mier, Joaquín Olmedo, Simón Bolívar, Antonio de Sucre, Hipólito Unanue, Faustino Sánchez Carrión, Juan Manuel
Iturregui, etc...,
considerados luego “padres de las futuras nuevas naciones”, todos ellos eran masones, pero también fueron las mentes que planearon e iniciaron las revoluciones e independencia de las colonias más importantes de toda américa.
Tres años duró la guerra norteamericana de la independencia de sus trece colonias que tuvo a su vez, un gran impacto en toda américa.
Casi doce años después llegó la revolución francesa, que generó el republicanismo y divulgo los axiomas masónicos
de "libertad, igualdad, fraternidad", cuyo eco atravesó el atlántico llegando a exaltar, fuerte
e irresistiblemente, el espíritu revolucionario en las colonias españolas de américa.
Entre los años de 1750 a 1800, toda la américa hispana ya era principalmente mestiza, pero entre los mismos mestizos
había una disparidad
entre su emergente minoría de ricos comerciantes y administradores de hacienda, y la aún más emergente mayoría mestiza en la pobreza.
En el último eslabón social estaban los indios nativos,
que cual indomables de espíritu,
siempre acariciaban
el día de su propia libertad y guardaban su odio al blanco al cual culpaban de todas sus tribulaciones.
Toda la masa mestiza e india comenzó a reclamar más compartimiento político y económico en todo el territorio hispanoamericano a España, a veces por medio de las armas.
La masonería en la independencia del Perú
En el altiplano del Perú,
y paralelamente a la insurrecciones antes nombradas, se gestaron otros movimientos infructuosos como el de los hermanos Catari y el de Julián Apaza, éste último en honor de Túpac Amaru y de los hermanos Catari, utilizo
un seudónimo, llamándose luego en el fragor de las luchas como
“Túpac Catari”.
Fue el gran oriente de francia, el que dio por aquellas épocas, las cartas patentes a logias y grandes logias de Venezuela, Perú y Chile y que en todos los barcos donde viajaban ciudadanos franceses
eran estos propagandistas entusiastas de logias y de la difusión de sus ideas políticas y filosóficas.
La nueva españa se sintió entonces amenazada.
Para empeorar la situación de descontento popular, los altos
cargos políticos, militar y religioso eran exclusividad de los "peninsulares", las tierras
y producción podían ser de los criollos, pero el comercio
internacional eran exclusividad de España, como los principales cargos públicos políticos.
A los mestizos no se les permitía poseer
propiedad privada,
el más alto cargo que un mestizo podía esperar era administrador de hacienda, los indios eran esclavos sin derecho a poseer nada.
Pero fue, el menosprecio de los peninsulares hacia los criollos, lo que procreó odió y envidia.
Los criollos, imbuidos por sus condescendientes de estados unidos, astutamente comenzaron apoyar las justas aspiraciones de mejoría que pedían los mestizos e indios y hábilmente agregaron una idea más a propósito a sus intereses, independencia de España.
Con este engañoso paso alcanzaban su principal y único objetivo, el cual era cuidar la integridad y respeto de sus intereses político-económicos y heredar los privilegios que gozaban los peninsulares.
Las justas aspiraciones de mestizos e indios, que enterados someramente de la independencia de las trece colonias británicas y la filosofía de libertad, igualdad, fraternidad y la reciente formada república de los revolucionarios enciclopedistas
franceses, les motivó
a expresar su malestar e inició
la mecha por independencia de España.
Las masas
estaban allí, dispuestas, pero no había planeamiento, ni líderes.
Entonces fue que, a iniciativa de algunos masones, empezaron las luchas reivindicativas.
Vale la pena destacar que la famosa
“estatua de la libertad” ubicada en nueva york, fue creada por el masón
francés Anthony Bartholdi, y donada por el pueblo francés en 1876 a los norteamericanos, al cumplirse el centenario de la independencia de sus trece colonias y para recordar asimismo la estrecha colaboración de ciudadanos franceses en su mayoría masones en la lucha independentista norteamericana.
En el pedestal de la referida estatua, existe una placa recordatoria con la grabación
alusiva de un mensaje masónico.
La masonería hispanoamericana en el siglo XVIII
En el siglo xviii, en Londres, gran Bretaña, se crea la primera asociación política-secreta bajo el nombre de “gran reunión americana” donde se iniciaron o afiliaron un buen número de futuros próceres sudamericanos, fueron patrocinadores de ella miranda, O’Higgins, Bello, Mariño, Rocafuerte, Olmedo, Caro y otros
más.
Se indica
a través de la historia, que los dos más grandes libertadores sudamericanos, Simón Bolívar y José Francisco de San Martín, prestaron un juramento ante esta “asociación”, que era hacer realidad la causa de la emancipación de Sudamérica, a pesar de que ambos paladines, tenían distintas personalidades, pero en ellos obraba la misma sagrada misión.
Si verificamos bien la historia
de américa en general
y repasamos los pocos
y antiguos documentos existentes, entre ellos los de cuadros logiales, con júbilo notaremos
que en todas las naciones, ubicadas al norte, centro y sur, los principales precursores, próceres y héroes
de las mil batallas o combates, llevaban junto a la espada, lanza o fusil, el mandil, la escuadra y el compás.
Conclusiones preliminares
La masonería estuvo ligada a la revolución democrática burguesa de los siglos xviii y xix, nadie puede negar esta realidad, los objetivos se cumplieron con las revoluciones democrático liberales e independentistas.
El influjo
de la masonería en la independencia de las colonias españolas de américa, fue puramente ideológico y como se diría ahora, coyuntural, puesto que los ideales masónicos, eran el sustento
espiritual de los progresistas, en una época en que el fracaso del viejo orden autocrático y dogmático imponía la necesidad de dar al mundo un orden nuevo con base en la libertad y la democracia. eran la utopía de ese entonces...
Las logias masónicas aportaron las ideas de sus principios y fundamentos, que inspiraron luego decididamente a sus miembros, para que cumplieran con el supremo
hacedor del universo, para con sus semejantes y para consigo mismos, reafirmando por siempre el trilema masónico
de libertad, igualdad y fraternidad.
La independencia de México
Un día primero de noviembre en el año de 1765, llegó a México el primer documento con ideología liberal.
Fue el conde de Aranda, gran maestro de la gran logia de España, quien trajo de ese país las liturgias y arreos de la masonería, con el propósito
de practicar el rito yorkino, que había cobrado gran auge en la madre patria, procedente de las logias inglesas que se habían infiltrado en la península ibérica.
En efecto, bajo los auspicios de la gran logia de Inglaterra del rito de york, se habían establecido
en España, en 1728, cuatro logias: dos en Gibraltar, una en Madrid y una en Cádiz, de estas logias, salieron los primeros masones que llegaron
a la nueva España en la época de la colonia.
La primera logia mexicana, fue fundada en el año de 1806, por el español don Enrique Muñi, en la casa de don Manuel Luyando, regidor del ayuntamiento, también de origen español, en el callejón de las ratas no. 5 que actualmente, es un predio en una calle perpendicular a la calle de bolívar, colonia centro,
delegación Cuauhtémoc, México, D.F.
Los fundadores de esta logia fueron el marqués de Ulupa, el Lic. Primo de Verdad, el coronel Ignacio Moreno,
el Lic. Miguel Domínguez y otros
tres más, cuyos nombres
no se conservan en los documentos
históricos exotéricos.
Los forjadores de la doctrina
independentista fueron influidos por la ideología de la revolución francesa, pero de manera
fundamental, por la filosofía de la francmasonería, ambas corrientes ideológicas, fueron determinantes en el acontecer político, económico
y social de la nueva España.
El cura del pueblo de dolores,
don miguel hidalgo y costilla, don ignacio allende y el primer canónigo de la catedral de Guadalajara, don ramón
cardeña y gallardo, solicitaron ingresar a la masonería.
Fueron aceptados y la ceremonia de su iniciación se llevó a cabo a las 7 de la noche del miércoles 9 de abril de 1807.
Esta logia se convirtió en un centro de conspiración política
y fue denunciada por un vecino, militar con grado de cabo, de apellido Franco el 11 de mayo de 1808, el templo
masónico fue allanado
y varios masones fueron encarcelados y sentenciados a muerte
por el tribunal
de la santa inquisición. Por
fortuna Hidalgo y Allende no habían
asistido en esa ocasión a los trabajos masónicos.
Los libertadores de la patria, participaron en la formación de diversas logias, que en realidad eran copias de las españolas. En vista
de que el rito Escocés y el rito Yorkino, prohibían la conspiración política,
decidieron trabajar con el rito de Ramsay.
La tendencia de las logias
masónicas, era política
y básicamente estaban impulsadas
por militares inconformes con el virreinato y por políticos inmigrantes de Europa.
Todos querían participar en la repartición del botín que se disputaban españoles y criollos, que querían tomar las riendas de la nueva España y desligarla de Europa.
Vino después, el inicio de la guerra de independencia
a las 11 de la noche del viernes 15 de septiembre de 1810 y posteriormente la consumación
el miércoles 27 de septiembre de 1821.
Al constituirse el México independiente, los países poderosos de esa época, fueron
reconociendo la autonomía de la república federal mexicana y enviaron embajadores.
Los Estados Unidos de Norteamérica nombraron como su embajador, a un diplomático que resultó ser Past-máster de una logia de Louissiana, llamado Joel Roberts Poinsett, quien decidió difundir en nuestro país, el rito Yorkino para lo cual, auspició la instalación de logias masónicas de ese rito.
La fuerza de la masonería americana comenzó a conquistar adeptos.
Varios masones que habían destacado en el campo de la política y del ejército, se pasaron al rito de York, pues consideraron que ofrecía mejores
perspectivas que la de los ritos Escocés y de Ramsay, que se practicaban en nuestro país.
El 29 de septiembre de 1825 se declaró oficialmente instalado el gran oriente del rito de York en la república mexicana.
El rito escocés, es uno de los mas completos y extensos.
En vista de que ambos ritos, tenían la meta de tomar las riendas del estado mexicano, fue necesario conciliar las rivalidades y se creó el rito nacional mexicano.
Los liberales agrupados en el rito nacional mexicano, fueron los que redactaron la constitución de 1857, misma que sirvió de base a la de 1917 que rige ahora.
El 27 de diciembre de 1865 se fundó el supremo consejo del Gran Oriente de México.
Al llegar Francisco Madero González a la Presidencia de
la República, varios masones formaron parte de su gabinete.
La constitución de 1917 fue obra de esforzados paladines mexicanos, pero fueron los altos dignatarios masones, quienes dieron forma y contenido jurídico a los ideales de la revolución mexicana y a las aspiraciones del pueblo, de los 118 diputados del congreso constituyente,
74 eran masones.
Fue así como la filosofía masónica, el
pensamiento liberal y la doctrina de la justicia
social quedaron plasmados en nuestra carta magna.
En la integración de la familia revolucionaria la influencia masónica es incuestionable, la consolidación del sistema político mexicano obedeció a la presencia
de la ideología liberal de militares y políticos.
En la época de Emilio Portes Gil, la masonería y el gobierno estaban tan estrechamente relacionados, que era preciso ser hermano masón para ocupar un puesto de importancia.
Hasta la década de los treinta, para ser político u oficial del ejército se tenía
que ser masón.
El
general lázaro cárdenas del río, que había visto la luz masónica en la Gran Logia
Nacional Mexicana cuya fuerza había decaído considerablemente, decide fundar el
22 de junio de 1927, la gran logia simbólica independiente mexicana, que a
pesar de no ser bien vista ni reconocida por los ritos existentes, gozó de gran
popularidad y se difundió por toda la república, a causa de su trascendente
acción social.
Cientos
de talleres masónicos se establecieron, lo que propició la difusión y
penetración de la ideología cardenista, fue la fuerza de estas logias
cardenistas, la que, verdaderamente llevó al poder a don Lázaro, desde luego
con la aprobación y apoyo del hermano mayor grado 33°, el dirigente masón, Soberano
Gran Inspector General de la Orden, Ilustre y Poderoso Hermano, general Plutarco
Elías Calles.
Con el venerable hermano lázaro cárdenas, del río la masonería mexicana vivió su mejor época.
La historia nos señala que casi todos los funcionarios gubernamentales y altos oficiales del ejército eran masones.
Al llegar
el cambio presidencial de don lázaro, las luchas políticas afloraron y los preceptos morales de la orden masónica, la obediencia a los juramentos y el amor fraternal se esfumaron.
Hubo zancadillas, traición, puñaladas por la espalda y difamación, las luchas fratricidas fueron el pan nuestro de cada día, cientos de caínes eliminaron de la política a sus hermanos abeles y la decadencia de la masonería, hizo su aparición.
Con
la llegada al poder del general Manuel Ávila Camacho, masón grado 30º, y del Lic.
Adolfo López Mateos, masón grado 18º, hubo acciones positivas, en favor de la
masonería, pero de los demás presidentes muy poco puede decirse.
La
masonería ha tenido en México, venturosamente, para el desarrollo social,
político y filosófico de nuestro país, preponderancia en
todas sus etapas
que consideramos positivas, como la
independencia, la reforma y la revolución.
Hombres
de la masonería intervinieron en forma definitiva en el logro de estos cambios sociales
en épocas anteriores, pues entre ellos podríamos citar en la independencia al mismo
Hidalgo, a Morelos, a Vicente Guerrero, a Nicolás Bravo, a Mina, a Guadalupe Victoria,
de la reforma están Juárez y la pléyade extraordinaria de hombres que le siguieron
como Ramírez, Ocampo, Prieto, Arriaga, Mata, Zarco y Gómez Farías. Y en la revolución
mexicana: Madero, Carranza, Belisario Domínguez, Serapio Rendón, Calles, Obregón,
Portes Gil, Mújica, Jara, Abelardo Rodríguez, Lázaro Cárdenas.
Concluimos
nuestra humilde y modesta participación expresando lo siguiente:
A
pesar de que el mundo ha producido hazañas científicas y técnicas
extraordinarias, viajes espaciales, trasplantes de órganos, pueblos unidos por la
red internet, la televisión acercando la grandeza del mundo, la humanidad sin embargo,
sufre profundas desilusiones.
El
alunizaje de los masones astronautas ha determinado en el espíritu del hombre la
confianza y la esperanza en un mundo mejor, donde el adelanto de la ciencia ponga
fin a los males angustiantes como el odio, la envidia y la ambición.
Mi
deseo es que reflexionemos, si nuestros principios continúan siendo vigentes, ¿porque?
permanecemos como espectadores del drama de la humanidad, sin seguir el ejemplo
de anteriores generaciones de masones.
Hace
un siglo la masonería era una asociación poderosa, que protagonizaba el proceso
de transformación política, educativa y económica, de la mazonería salían los líderes
que guiaban a los pueblos hacia su libertad y su progreso.
la
masonería se ha mantenido gracias a los pocos masones como Uds. que se interesan
y preocupan por la misma, pero es necesario que todos, nos involucremos en la hermosa
tarea de darle validez y vigencia a sus postulados y principios.
Demosle a la masoneria un nuevo impulso que le permita volver a ser la institucion de vanguardia que la caracterizo en epocas pasadas
y que estoy seguro todos anhelamos que lo vuelva a ser.
Uds. tienen la palabra
Fraternalmente
vuestro
José Valdemar Portillo López
Gran Primer Secretario
O:.
de Gral. Bravo N.L.
Octubre 10 del
año
2004
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