LOS MASONES Y LA INDEPENDENCIA DEL PERU
Y AMERICA LATINA.
Herbert Oré Belsuzarri.
José de San Martín ingresó a Lima el
12 de julio de 1821, venía como un verdadero libertador, no para conquistar por
las armas el Perú sino para ganar una guerra de ideas. Por ello, alguna vez se
preguntó: ¿Cuánto puede avanzar la
causa de la independencia si me apodero de Lima, o incluso del país entero,
militarmente?… Quisiera que todos los hombres pensaran conmigo, y no quisiera
avanzar un paso más allá de la marcha gradual de la opinión pública.
¿Estaba en lo cierto? Lamentablemente, el tiempo no le daría la razón.
Los peruanos y los masones que
radicaban en ella redactaron y firmaron un acta de independencia el 15 de julio
de 1,821 a escasos tres días del ingreso de San Martín a la Ciudad de Lima,
documento que es redactado y rubricado en el Cabildo de Lima.
El texto del Documento histórico de
dicha fecha a la letra dice:
En la ciudad de Los Reyes, el quince
de Julio de mil ochocientos veintiuno. Reunidos en este Excmo. Ayuntamiento los
señores que lo componen, con el Excmo. e Ilmo. Señor Arzobispo de esta santa
Iglesia Metropolitana, prelados de los conventos religiosos, títulos de
Castilla y varios vecinos de esta Capital, con el objeto de dar cumplimiento a
lo prevenido en el oficio del Excmo. Señor General en jefe del ejercito
Libertador del Perú, Don José de San Martín, el día de ayer, cuyo tenor se ha
leído, he impuesto de su contenido reducido a que las personas de conocida
probidad, luces y patriotismo que habita en esta Capital, expresen si la
opinión general se halla decidida por la Independencia, cuyo voto le sirviese
de norte al expresado Sr. General para proceder a la jura de ella. Todos los
Srs. concurrentes, por sí y satisfechos, de la opinión de los habitantes de la
Capital, dijeron: Que la voluntad general está decidida por la Independencia
del Perú de la dominación Española y de cualquiera otra extrajera y que para
que se proceda a la sanción por medio del correspondiente juramento, se
conteste con copia certificada de esta acta al mismo Excmo. y firmaron los
Srs.:El Conde de San Isidro- Bartolomé, Arzobispo de Lima, Francisco Javier de
Zárate- El Conde de la Vega de Ren- El Conde de las Lagunas-Toribio
Rodriguez-Javier de Luna Pizarro-José de la Riva Aguero-El marquez de Villa
fuerte…”
San
Martín, el 28 de Julio de 1821 reúne el
Cabildo Abierto en Lima, declarando junto con el pueblo la Independencia del
Perú de la dominación española y de cualquier otra dominación extranjera. Don
José de San Martín proclama y jura la Independencia del Perú en la Plaza Mayor
de Lima con las siguientes palabras:
EL PERU DESDE ESTE MOMENTO ES LIBRE E INDEPENDIENTE
POR LA VOLUNTAD GENERAL DE LOS PUEBLOS Y POR LA JUSTICIA DE SU CAUSA QUE DIOS DEFIENDE.
¡VIVA LA PATRIA!
¡VIVA LA
LIBERTAD!
¡VIVA LA
INDEPENDENCIA!"
Esta
misma proclama es repetida en varias plazas de Lima, a fin de que la población
limeña pueda darse por enterada, así una testigo de este acto trascendental
dira: "...El 28 del mes anterior se
juró en esta capital la Independencia del Perú. No he visto en América un
concurso ni más lucido ni más numeroso. Las aclamaciones eran un eco continuado
de todo el pueblo... Yo fui uno de los que pasearon ese día el estandarte del
Perú independiente... Jamás podría premio alguno ser más lisonjero para mí, que
ver enarbolado el estandarte de la libertad en el centro de la ciudad más
importante de esta parte de América, cumpliendo el objeto de nuestros trabajos
en la campaña (...). En esa misma noche se dió refresco y baile en el cabildo.
Ninguna tropa logró contener la aglomeración de gente y no pudo lucir el
ambiguo que se preparó para los convidados (...). En la noche siguiente se dió
en el palacio del general un baile, al que asistieron todas las señoras, esto
requeriría una descripción particular para lo que no tengo tiempo. La
compostura con que se presentaron aquellas era elegante(...). Yo bailé mi
contradanza de etiqueta con una señora y me separé con mis amigos a analizar
los efectos de la política del gobierno antiguo" (Carta de Tomás Guido
- amigo de San Martín - del 6 de agosto de 1821, a su esposa Pilar Spano).
La independencia del Perú y las Logias estuvieron
muy ligadas y sobre todo con las llamadas sociedades secretas conectadas con
las Logias Lautarinas y con las Junta de las Ciudades y Provincias de la
América Meridional.
En el Perú fueron ciudades muy especiales donde se
desarrollaron estas Logias, así tenemos, Lima, Trujillo, Tacna, Lambayeque y
Arequipa. Todas tuvieron su rol en la lucha contra España.
La llegada y posterior
partida de San Martín antes de que se concluyera en forma efectiva la
independencia del Perú y con él la independencia de todos los países de América
del Sur que estaban bajo la dominación española, tuvo diversos episodios donde
los masones tuvieron roles protagónicos, así tenemos la reunión de San Martín y
Bolívar en Guayaquil.
Escritores e intelectuales
Argentinos cuando tratan sobre la reunión de San Martín y Simón Bolívar en
Guayaquil y sobre lo que trataron en ella dicen:
A. J. Pérez Amuchástegui, argentino, publicó La carta
de Lafond y la preceptiva historiográfica:
–En la entrevista hubo algo
público y algo secreto.
-Hubo acuerdo completo. San Martín no
podía dominar a la anarquía ni terminar la guerra en Perú sin destruir al
partido nacionalista, que era su partido, pero Bolívar sí podía hacerlo. El
libertador argentino no iba a emplear mano de hierro contra sus propios
paisanos:
1). La permanencia de San Martín era incompatible con ese objeto.
2). En su momento, Colombia auxilió a Perú.
3). Bolívar eliminó al grupo que había ejercido el poder con San Martín.
4). San Martín permanece en América hasta que se aseguró la hegemonía de Bolívar.
5). Las tratativas con los realistas fueron para que retiren las tropas éstos y se reconozca la independencia.
6). San Martín, en Europa, trabajó para que se reconozca la independencia por Inglaterra.
7). El distanciamiento fue aparente, para facilitar el plan entre miembros de una misma logia.
1). La permanencia de San Martín era incompatible con ese objeto.
2). En su momento, Colombia auxilió a Perú.
3). Bolívar eliminó al grupo que había ejercido el poder con San Martín.
4). San Martín permanece en América hasta que se aseguró la hegemonía de Bolívar.
5). Las tratativas con los realistas fueron para que retiren las tropas éstos y se reconozca la independencia.
6). San Martín, en Europa, trabajó para que se reconozca la independencia por Inglaterra.
7). El distanciamiento fue aparente, para facilitar el plan entre miembros de una misma logia.
Pérez Amuchástegui hace conjeturas, no se basa en
documentación, en todo lo que afirma. Ricardo Font Ezcurra, sostiene que el plan
común fue impuesto por la masonería (decía que preparaba una obra al respecto pero
muerto en 1959 no apareció escrito alguno).
¿Era auténtica la carta de Lafond del 29 de
setiembre de 1822?
Sí, según Julio César Chávez, porque San Martín
repitió los mismo términos al general Miller y al Mariscal Castilla.
Ariosto González, uruguayo, en su trabajo Autenticidad
de la carta de Lafond, dice lo mismo: coinciden sus términos con los hechos y San Martín tuvo
conocimiento del texto que publicó Lafond y lo aceptó; coincide, en fin, con
los demás documentos y testimonios de San Martín.
Gerhard Masur, profesor de la Universidad de
Virginia, refutó a quienes consideraron falsa la misiva (Cristóbal L. Mendoza y
Vicente Lecuna), en su trabajo La carta de San Martín Bolívar del 29 de
agosto de 1822 (Eduardo Giarlandini, Guayaquil San Martín – Bolívar ¿Pacto o
Discordia?, Pág. 18).
José Carlos
Mariategui, anota en su más popular libro lo siguiente: Tuvo el Perú un clero liberal y patriota desde las primeras jornadas de
la revolución. Y el liberalismo civil, en muy pocos casos individuales se
mostró intransigentemente jacobinos y, en menos casos aún, netamente
antirreligiosos. Procedían nuestros liberales, en su mayor parte, de las logias
masónicas, que tan activa función tuvieron en la preparación de la
independencia, de modo que profesaban casi todos el deísmo que hizo de la masonería,
en los países latinos, algo así como un sucedáneo espiritual y político de la
reforma. (José Carlos Mariátegui, Siete Ensayos de Interpretación de la
Realidad Peruana, Pág. 155).
Durante
el periodo de Independencia surgieron masones peruanos que participaron en la
independencia de los pueblos de América, tenemos
incluso a los masones que gobernaron en la República de Argentina como Ignacio
Alvarez Thomas, Toribio de Luzuriaga, José Darregueira, o a Juan Egaña en Chile
quien llego a ser Ministro y Diputado y al cura Melchor de Talamantes en
Mexico. (Ponencia II Convención Nacional de Grandes Logias Masónicas del
Perú Octubre 2005, del R:.H:. Juan Velásquez Calderón)
En otro interesante
trabajo del Mason Francisco José Del Solar:
LAS CORTES DE CADIZ Y LA MASONERIA, anota: El ilustre hermano masón, jurista, político
y poeta peruano José Gálvez Barrenechea (Tarma 1885-Lima 1957) escribió: “La
independencia fue labor de masones y los fueron todos y casi todos los que
conoces y veneras por Padres de tu Patria, y entre ellos, como descubrirás, más
tarde, hasta sacerdotes hubo” (...) “La masonería sirvió maravillosamente a la
labor de la libertad.”
Esta
absoluta verdad siempre ha sido soslayada por los historiadores oficiales,
oficialistas y, máxime, por los católicos dogmáticos que dueños de sus propios
temores no han querido tratar científicamente este tema, al margen de que
favorezca o no a la masonería. (Jose GÁLVEZ
BARRENECHEA, “Estos terribles masones”).
Los masones limeños
así como los masones de las provincias participaron activamente en la
independencia del Perú:
También
integraron la masonería los patriotas tacneños Francisco de Zela y Enrique
Pallardelli; el poeta y mártir Mariano Melgar; Manuel Pérez de Tudela –redactor
del Acta de la Independencia–; el ideólogo de la libertad americana Manuel
Lorenzo de Vidaurre; el mártir cusqueño José Joaquín Ladrón; José Toribio de
Luzuriaga y José de Rivadeneira, gestores de la independencia de Argentina,
Chile y el Perú; José Vásquez de Acuña, primer abanderado de la naciente
República peruana; y José Baquíjano y Carrillo. Asimismo, Francisco Javier de
Luna Pizarro, presidente del Primer Congreso Constituyente del Perú; José de la
Riva Agüero, líder de la emancipación americana; Francisco Javier Mariátegui,
Antonio José de Sucre, Vicente Morales Duárez y Gregorio Escobedo, entre otros.
Algunos
miembros de la orden participarían en la confección de los símbolos patrios.
José Gregorio Paredes, diseñador del Escudo Nacional; José de San Martín, José
de Torre Tagle, Bernardo Monteagudo, Francisco Javier Mariátegui, Tomás Guido,
Hipólito Unanue, Simón Bolívar y Andrés de Santa Cruz participaron en su
oportunidad en los decretos referidos a la Bandera. El Himno Nacional fue
cantado por primera vez por Rosa Merino, madre del que fue primer gran maestro
de masones, Antonio Arenas Merino.
Francmasones
que se alzaron.
1805. Cusco: Gabriel Aguilar y Manuel Ubalde.
1811. Tacna: Francisco Antonio de Zela.
1812.
Huánuco, Panatahuas y Huamalíes: Juan
José Crespo y Castillo, Domingo Berrospi y Juan Antonio Navarro.
1813.
Tacna: Enrique Paillardelle y Pedro
Calderón de la Barca.
1814. Cusco, Arequipa: José, Vicente y Mariano Angulo, Mariano Melgar y Matías Pumacahua.
1814. Cusco, Arequipa: José, Vicente y Mariano Angulo, Mariano Melgar y Matías Pumacahua.
1818.
Callao: José Gómez, Nicolás Alcázar y
Casimiro Espejo.
1819.
Lima: José de la Riva Agüero, Mateo y
Remigio Silva.
Entre
1821 y 1825:
Informaron
a San Martín todo lo relacionado con su avance de Paracas-Pisco. Luego le
dieron personal y logística en su avance por los valles de Ica, Chincha y
Cañete.
Facilitaron,
a través del francmasón José Faustino Sánchez Carrión, la llegada y las
posteriores victorias de Bolívar.
La
aprobación como lema oficial del Perú en 1825 del “mote”: “Firme y feliz por la
unión”, que fue santo y seña de los ejércitos independentistas, así como su
posterior acuñación en las primeras monedas peruanas de oro y plata. (Información
Masónica del Perú editada por la R:.L:.S:. Fénix No. 137-1 Jurisdicción de la
Gran Logia Constitucional del Perú. Protagonistas de la Independencia Peruana
Pertenecieron a Logias Francmasónicas”, julio 28, 2007).
Contrario a lo que
afirman los historiadores masones, otros estudiosos dicen: Si bien es cierto, la masonería existió en el Perú antes de 1820, no se
le puede atribuir un rol que no le cupo, aunque los historiadores masónicos
hablen de ello sin aportar datos (Pascual 1995). En ese sentido, nos parece
esencial, desvirtuar las afirmaciones que se han venido y vienen aún difundiendo.
Podemos concluir entonces que esta sociedad secreta –Se refiere a las Logias Lautaro del Perú, Argentina y Chile-, acaso la más célebre pero quizá no la única
que se constituyó, fue la expresión política de sectores de la sociedad
criolla, que viéndose desplazados de los puestos de mando, vieron en las logias
la oportunidad de asociarse para apoderarse del poder político, procurando
retenerlo todo el tiempo que les fue posible. Empeño vano, pues Lautaro,
sociedad que se proyectó a Argentina, Chile y el Perú, se disolvió prontamente
por la disparidad de intereses y opiniones que representaba, ante el
beneplácito de la aristocracia que vio en Lautaro a un grupo que despreciaba
sus ideales y la alejaba del poder político. (Frías 1950: 276). (Jorge Luis Castro Olivas, Sociedades Secretas y Masonería en el Proceso
de Emancipación Peruano, La Logia Lautaro en el Perú, Pág. 142).
En
conclusión, la tan mentada influencia de la masonería inglesa sobre los
próceres de la independencia de Sudamérica ha sido completamente exagerada.
Esto no quiere decir que Inglaterra no haya ejercido ninguna influencia. La
ejerció y fue poderosísima. Pero los intereses de la corona británica en
Sudamérica fueron dirigidos directamente por Lord Castlereagh, Secretario de
Relaciones Exteriores, y no por la Gran Logia de Londres, que era presidida por
el Duque de Sussex, la “oveja negra” de la familia real inglesa. La masonería
en la Inglaterra tory nunca tuvo la importancia que tuvo en Francia bajo la
revolución y el imperio napoleónico. Sin duda hubo masones ingleses, tal el
caso de Sussex o el general Sir Robert Wilson, que apoyaron la independencia
americana, pero lo hicieron desde la oposición y sus esfuerzos fueron
neutralizados por el gobierno. Al elegir a Inglaterra como la aliada natural de
la causa independentista, Bolívar y San Martín no obedecían órdenes de la logia
de Londres sino sus propias convicciones. En cuanto a su apoyo al sistema
monárquico, éste quizás fue producto de cierto pragmatismo. Mas de uno pensaba
entonces que la independencia de la América española era “una quimera” bajo
cualquier otra forma de gobierno. Recordemos que días antes de la declaración
de la independencia, el propio Manuel Belgrano declaró en una sesión secreta
del Congreso de Tucumán, “que había acaecido una mutación completa de ideas en
la Europa en lo respectivo a la forma de Gobierno. Que como el espíritu general
de las naciones en años anteriores era republicano todo, en el día se trataba
de monarquizarlo todo.”Sea cual haya sido la verdadera causa de su monarquismo,
como observó un distinguido historiador, Bolívar y San Martín “quedaron
burlados en sus planes y los dos llevaron a la tumba, como justo castigo de su error, el pesar de un
triste desengaño.”
Si
hubo influencia de la masonería en la independencia de América, ésta provino de
la masonería francesa, primero revolucionaria y luego bonapartista, que se
extendió no sólo en España sino también por todo el continente americano. Su
ideología estaba inspirada por la Revolución Francesa y su influencia
disminuyó, pero no cesó, luego de Waterloo. Recordemos que José Bonaparte vivió
en Estados Unidos cerca de quince años, y
contrariamente a lo afirmado por algunos de sus biógrafos, no se dedicó
solamente a diseñar los jardines de su palacete en Trenton, Nueva Jersey, como
lo prueban sus frecuentes contactos con José Miguel Carrera durante 1816. Su
influencia y la de su hermano más famoso sobre los eventos políticos que
sacudieron a Europa y América a partir de 1815 es poco conocida, aún entre los
historiadores.
El
debate, a veces tan agitado, respecto a si tal o cual prócer fue masón, ha
contribuido a soslayar una discusión mucho más interesante sobre las verdaderas
causas del cisma que se produjo entre las dos facciones que propugnaban la
independencia de las colonias españolas. Además de un choque de personalidades,
este cisma fue causado principalmente por dos factores externos: en primer
lugar, la lucha ideológica que se desató en Europa entre el “legitimismo” y los
principios de la Revolución Francesa, y en segundo lugar, y no menos
importante, las intrigas del gabinete inglés para mantener su supremacía marítima
y comercial en ambos lados del Atlántico. El establecimiento de varias
monarquías constitucionales en la América española era la solución preferida
por Castlereagh si Fernando VII rechazaba la mediación inglesa y no conseguía
someter a sus súbditos americanos. El ascenso del partido liberal francés al
poder en 1819 y la revolución liberal en España al año siguiente complicaron
sus planes. Quizás la historia hubiera sido distinta si Castlereagh no se
hubiera suicidado a mediados de 1822. Su muerte produjo el advenimiento de una
política exterior inglesa más liberal bajo George Canning. En parte gracias a
Canning, eventualmente la solución republicana triunfó en todo el continente.
La excepción fue Brasil, donde los liberales que apoyaron la independencia bajo
una monarquía constitucional al poco tiempo se llevaron la desagradable
sorpresa de que Pedro I era tan
despótico como sus parientes europeos (Emilio Ocampo, Inglaterra, la
Masonería y la Independencia de América, Pág. 23 al 25).
Como se podrá percibir la historia se puede haber redactado de
diferentes formas, pero la realidad es única. Es innegable la participación de
los masones y la importancia de ella ha quedado perennizada en sus diferentes
actos que la historia no ha podido soslayar, aunque aún le cuesta reconocer.
TOMADO DEL LIBRO: LOS MASONES Y LA INDEPENDENCIA DEL PERU.
No hay comentarios:
Publicar un comentario