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domingo, 14 de febrero de 2016

Hashem: Un ensayo de teología supraconfesional avanzada para masones 2

Hashem: Un ensayo de teología supraconfesional avanzada para masones. 
Parte 2 de 2

Mesiaj o Mesías es una palabra hebrea que significa UNGIDO lo mismo que jristos, como se explicó antes. Todos los reyes de Israel y todos los sacerdotes son mesiaj, o ungidos. Pero Jesús lo es directamente por el Espíritu Santo, los demás lo son indirectamente, por la mediación del aceite y por la bendición del mismo ungüento hecha por la palabra y las manos de un profeta o de un sumo sacerdote. Por eso Jesús es el Ungido o el Mesiaj por excelencia, sin mediadores o intermediarios humanos ni angélicos. De allí que el poder que demuestra ante los hombres también es superlativo. Tal vez sólo Moisés y Elías se le acercan en nivel de excelencia espiritual, y por eso se aparecen en el monte Tabor durante la transfiguración.

Así pues, Jesús se considera a si mismo como la Piedra Ungida por el Patriarca Vidente Jacob-Israel, y así como ese patriarca tuvo doce hijos, el escoge a doce discípulos de entre muchos que le siguen, para que sean Apóstoles, es decir, embajadores enviados por el rey a una misión de proclamación del reino de los cielos con poder y visión profética, por eso les dice que VERAN LOS CIELOS ABIERTOS. Ezequiel ya usa ese lenguaje para describir cómo su mirada interior se abre hacia una dimensión de la realidad por encima del tiempo y del espacio.

Por esa identificación con la piedra, el propio príncipe de los apóstoles, en la Primera Epístola de Pedro, hace un llamado y plantea una enseñanza muy masónica, diciendo, en el primer capítulo: ACERCAOS A EL, PIEDRA VIVA, DESECHADA CIERTAMENTE POR LOS HOMBRES, MAS PARA DIOS ESCOGIDA Y PRECIOSA. VOSOTROS TAMBIÉN, COMO PIEDRAS VIVAS, SED EDIFICADOS COMO CASA ESPIRITUAL Y SACERDOCIO SANTO, PARA OFRECER SACRIFICIOS ESPIRITUALES ACEPTABLES A DIOS POR MEDIO DE JESUCRISTO. POR LO CUAL DICE LA ESCRITURA: HE AQUÍ PONGO EN SION LA PRINCIPAL PIEDRA DE ANGULO. ESCOGIDA, PRECIOSA. Y EL QUE CREYERE EN EL NO SERA AVERGONZADO. PARA VOSOTROS, PUES, LOS QUE CREEIS. EL ES PRECIOSO, PERO PARA LOS QUE NO CREEN, LA PIEDRA QUE LOS EDIFICASDORES DESECHARON HA VENIDO A SER LA CABEZA DEL ÁNGULO Y PIEDRA DE TROPIEZO Y ROCA QUE HACE CAER. Porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes, a lo cual fueron también destinados. (Versículos 4 al 8).

Lo dicho por Simón Pedro nos demuestra, una vez más porqué no es posible sacar la Biblia ni a Jesús de la masonería. El lenguaje arquitectónico y el mensaje constructivo y constructivista del nuevo testamento es insoslayable. Debe incluírsele en la doctrina masónica moral y ritual. Cristo es masónico. Es el maestro de maestros.

El es el Logos que se hizo carne o se hizo hombre. La humanización de lo Divino es inseparable del proceso en el cual el hombre se diviniza. Pitágoras y otros adeptos griegos y egipcios nos hablan de una teosis al final del sendero de perfección, pero siempre es necesario que Alguien dramatice objetivamente lo que sucede en ese proceso. Si no fuese así es posible que la humanidad se quedara en la oscuridad respecto de sus posibilidades evolutivas y de la plenitud que le es accesible en el Plan del Divino Arquitecto. Es el rol de los Avatares o manifestaciones de la Divinidad en cuerpo físico.

"Dioses sois" dice Jesucristo en el Evangelio de san Juan.(cap. 10,34) haciendo una referencia al misterioso versículo 2 del salmo 82. Y agrega que el Profeta David, bajo inspiración divina, llamó dioses a quienes vino la Palabra de Dios. Esta palabra es Dabar, el Logos de Dios, la Sabiduría de Dios que penetra en el alma humana, la posee y la transforma en un ser glorioso, en un ser que irradia la luz divina, es decir, un dios, pues en la india y en Grecia, los Dioses son Devas, o seres inmortales que irradian luz de su propio ser interno.

Desde luego aquí no estamos hablando de lo que muchos sociólogos y antropólogos materialistas denominan la divinización efectuada por la "vox pópuli" o por aclamación de los pueblos. Los dioses u hombres inmortales verdaderos no dependen de la popularidad para ser lo que son por esencia. Los adeptos del Himalaya son dioses cuando llegan a su meta de perfección. Y viven en soledad, rara vez aparecen ante la luz pública. Lo mismo los sufíes del Islam, los santos del Cristianismo, los adeptos egipcios antiguos, como también los profetas de la Biblia, y algunos de los poderosos hombres-medicina de los pueblos aborígenes de Norteamérica.


El es el Verbo Divino o la Sabiduría de Dios que se hizo hombre, como dice el Evangelio de san Juan 1,14. Es el mismo Verbo que como Dios en Su Segunda Persona se ha manifestado en todas las demás religiones como luz salvífica y ordenadora del cosmos, como difusor del Dharma, tal como ocurre con el rol de Vishnu y Sri Krishna. O como la Palabra Nombre (sat guru nam) que se revela al gurú Nának, o como el Amitabha, o el Budha de la Luz Infinita o Ilimitada, equivalente al Ein Sof Aur de los kabalistas. Él es quien dijo en el capítulo 8,12 del Evangelio de san Juan YO SOY LA LUZ DEL COSMOS, EL QUE ME SIGUE NO ANDARA EN TINIEBLAS, SINO QUE TENDRA LA LUZ DE LA VIDA. (Ein Sof Aur en hebreo significa LA NO COSA QUE ES LUZ ILIMITADA O INFINITA).

Las palabras hebreas de Ein Sof Aur letra por letra tienen el valor numérico o gemátrici de 414, es decir 9 al volver a sumarlas. Pero también podemos relacionarlas con los CUATRO VERTICES INFERIORES DEL CUBO, SU PUNTO CENTRAL Y LOS CUATRO VERTICES SUPERIORES DEL MISMO CUBO SAGRADO. De allí surge el llamado Cubo de Mitatrón. (Ahora con "i" , no con "e" en la segunda letra como se la escribió anteriormente en relación con el 314).


La palabra hebraica Mitatrón tiene el valor numérico de 324, cifras que al volver a sumarlas nos da nueve. Igual que el 414 de las palabras Ein Sof Aur. E Igual que EMET en hebreo, o la Verdad, que tiene el valor gemátrico de 441. Es decir, la luz ilimitada es la verdad y está manifestada por Mitatrón y por el cubo sagrado. Igual que el cubo del lugar santísimo del templo de Salomón y el cubo de la Nueva Jerusalén.


Obsérvese que hay seis esferas exteriores y siete esferas interiores en el cubo menor. En total 13 esferas. Recuérdese un 13 es Ahaba o Amor, y otro 13 es EJad, el Uno, en hebreo. La suma de ambos es 26 , la cifra de las letras de Yahveh. Por eso el propio Jesucristo dice que Dios es UNO y san Juan agrega que Dios es Amor, en Marcos 12,29 y en la Primera Carta de Juan 4,8 y 4,16.

La idea de un cubo interior a un cubo exterior que lo contiene viene de la kábalah, donde el Ángel Mitatrón ha sido sometido a exhaustivos estudios. En esa particular interpretación esotérica de la Biblia se dice que Mitatrón es el Yahvéh menor y Dios es el Yahvéh mayor. El doble cubo que vemos es un desarrollo volumétrico de la Estrella de David, igual que las trece estrellas que aparecen junto a un prolijo simbolismo masónico en el billete de un Dólar de los Estados Unidos de Norteamérica.

Mitatrón es san Mikjael arcángel, el instructor de Moisés. Y el defensor de Israel a través de los siglos. Es el ángel de la Espada que combate al Maligno, que se aparece también a Josué, a Daniel y a san Juan, en el libro del Apocalipsis. Es invocado por los esenios y por la tradición rabínica junto a Gabriel, Rafael y a Uriel. Y también es mencionado en la tradición rosacruz kabalística británica del Ilustre hermano Roberto Fludd Andros, muy respetado por los masones ingleses.

En esta fase del ensayo iremos refundiendo algunos contenidos del primer ensayo de teología supraconfesional para masones latinoamericanos con el presente documento.

En aquel lugar decíamos que la palabra teología ya era usada por los filósofos griegos desde cuatrocientos años antes de la Era Vulgar, especialmente por Aristóteles y por Platón. Por eso todos los estudios académicos de filosofía incluyen la asignatura de teología, tanto como una doctrina natural como revelada. Y la teosofía moderna incluye el estudio de las religiones comparadas.

PERO, OJO, NO PARA DESTRUIRLAS O DENIGRARLAS, como hacen los ateos militantes e ignorantes, sino como el fundamento seguro que permite al espíritu humano vislumbrar aquella verdad inmortal y trascendente que está más allá o por detrás de las confesiones religiosas de Oriente y de Occidente. Ese es el sentido de los viajes de los nueve maestros que buscan a Hiram por los cuatro puntos cardinales y que señalan sus restos con una rama de Acacia.

Pero esos restos mortales e inmortales de la leyenda Hirámica NO ESTAN EN NINGUNO DE LOS CUATRO PUNTOS CARDINALES, pues en realidad están en EL CENTRO del cosmos de la logia. Es decir, en el mismo lugar de la Divina Presencia ya mencionada en páginas anteriores de este ensayo. (Lucas 17,21). El Reino de Dios está dentro de vosotros, dice el texto, o en medio de vosotros, o entre vosotros.

El parlamento explicativo del grado de maestro dice que cuando un masón se pierda a si mismo, en la ilusión, en el error o la ignorancia, deberá encontrarse EN EL CENTRO DE LA CIRCUNSFERENCIA, ES DECIR EN EL PUNTO QUE REPRESENTA AL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO, A DIOS, EN EL CENTRO DE SU SER.

Lo cual nuevamente nos indica que no hay masonería sin Dios, ni masonería sin Biblia. Los místicos judíos, seguidores de la kábalah y del sendero de la mercaba, dicen que La Nueva Jerusalén está en sus propios corazones. Y esa Jerusalén es el verdadero tabernáculo de Dios dentro del ser humano. Ya no hay templo ni arca, sino que toda la Jerusalén interior está llena de la luz de Dios, tal como la describe el Apocalipsis de san Juan. Eso es lo que debe explicarse en los misterios del Cuarto Grado Masónico y en los grados de espíritu templario del 19 en adelante, del rito escocés antiguo y aceptado.

También los cinco puntos de perfección del abrazo entre maestros masones tiene relación con ese centro supremo en el corazón. El pecho de ambos hermanos debe tocarse para reconocer que EL DIOS QUE ESTA EN TU CORAZÓN ES EL MISMO QUE ESTÁ EN MI CORAZÓN. Ambas cámaras del medio se unen en ese abrazo ceremonial. Y no sólo se unen sino que se debe proteger con las manos ese sagrado centro interior de comunión mística.

Por ser cinco puntos de perfección y no cuatro ni tres, y por el hecho de no haber encontrado señales de Hiram en los cuatro puntos cardinales, ese quinto punto alude a la Quinta Esencia, al Espíritu central que gobierna a los cuatro elementos, al divino cinco en medio del cuaternario. Al Hiram, al Hermes secreto, al Cristo interno. Y ese centro divino de la cámara del medio interna del alma no es diferente del que está en el corazón del otro hermano a quien abrazo.

Pues el Dios inmanente que vive en mi no es distinto del que habita en otros o en ti. Es posible que TU CONCEPTO DE DIOS SEA DISTINTO, pero el Dios-Luz real e inmortal es el mismo. La realidad de Dios siempre desborda a los conceptos del intelecto humano, eso lo saben todos los teólogos y teósofos, pero los hombres no pueden caminar sin conceptos por la vida. Los conceptos espirituales sobre la divinidad son como las vasijas del agua de la vida. Tienen distinta forma y tamaños, pero el agua que contienen es lo importante.

Lo mismo pasa con las Sagradas Escrituras del mundo. Hay una divina esencia común a todas ellas, tanto en sentido metafísico como moral. Pero la superioridad de la biblia es su simbolismo arquitectónico y su numerología esotérica asociada con los nombres divinos, al grado de ser verdaderas ecuaciones matemáticas. Esos datos están muy disminuidos o francamente ausentes en otras sagradas escrituras. Por eso la masonería utiliza la biblia en sus aras. NO POR MERAS RAZONES HISTORICAS O ARQUEOLÓGICAS.

Para ir culminando y redondeando los conceptos de este ensayo de teología masónica avanzada podemos retomar el asunto del Delta luminoso de los templos masónicos, ya tratado en la el ensayo previo a este trabajo. Así veremos que con ese triángulo equilátero con el Ojo Divino ocurre lo mismo que con la Biblia. Si se sacara de los talleres ya no tendríamos masonería.

A la mayoría de las personas y de los iniciados en logias les queda claro su relación con el número 3, o el ternario cristiano, o con las trilogías filosóficas o con los ternarios de otras religiones. Y SIN EMBARGO, SIN NEGAR ESE HECHO ESO, FUE DISEÑADO PARA RECORDARNOS AL NUMERO CUATRO, AL TETRAGRAMA HEBREO Y A LA TETRADA PITAGORICA. Es decir, para recordarnos al misterio del 3 y de 4. Y eso tal vez sorprenda a más de algún hermano.

Pero la intención de nuestros ilustres maestros fundadores de los ritos y mis palabras quedarán claras cuando recordamos que a ese símbolo del oriente de los templos se le denomina precisamente EL DELTA LUMINOSO. La palabra Delta es griega, Y ES LA CUARTA LETRA DEL ALFABETO GRIEGO, y vale 4, y cuando se dibuja en su forma mayúscula es un triángulo.


Letra Delta mayúscula.

Valor numérico 4. ( En griego como en hebreo y en árabe cada letra vale un número ).


El Ojo fue agregado a interior del Delta justamente para recordarnos el cuatro, o el cuarto punto, para que la vista del mero triángulo no nos recuerde solamente el número 3. Así tenemos obligatoriamente que pensar en el sagrado cuatro, o en la Tetractis pitagórica, en el Sagrado Tetragrama, y en todos los cuaternarios del universo.


Aquí se refunden perfectamente la sagrada tetractis pitagórica con el nombre de Dios de cuatro letras, recordando de paso que Pitágoras nombraba a Dios como Zeus, nombre griego que tiene cuatro letras, cuyos números al sumarse nos dan 612, y si los volvemos a sumar son 9. Y para rematar la cosa y no dejar duda alguna hay que decir que el genitivo de Zeus es Dios, que en griego se escribe tal cual como en español. (Pero con una Delta mayúscula al inicio del nombre, no con zeta). Y también nueve es el resultado de la suma de 7+2.

Por esa razón los pitagóricos JURABAN CON SUS MANOS SOBRE LA TETRACTIS, TAL COMO LOS MASONES JURAN SOBRE LA BIBLIA, DONDE SE NOMBRA A DIOS CON EL SAGRADO TETRAGRAMA.

Por eso la Biblia y el Delta luminoso están irremediablemente unidos, y como ya se dijo en páginas anteriores, la Biblia nos habla claramente sobre el Ojo de Dios en numerosos textos de los salmos, en el libro del profeta Ezequiel, en Crónicas y Reyes, como ya se dijo en relación con el sueño de salomón. Incluso en el libro del Profeta Zacarías se menciona UNA PIEDRA ESCOGIDA CON SIETE OJOS. Y en Isaías se nos dice que Yahveh es la Piedra o la Roca de los siglos, o de la eternidad.

No hay duda de que este simbolismo del Ojo de Dios nos conecta también con el Ojo de Ra, o con el Ojo de Horus, de la religión egipcia, como también con el Ojo Búdhico y el Ojo de Shiva, y con el concepto teológico de la Omnisciencia divina. Y con la clarividencia de la glándula Pineal de nuestro cerebro y la misma de los cerebros de los Tuatara de Nueva Zelanda. Esa cualidad de Omnisciencia que posee el Alma Universal es transferida a los iluminados de todas las épocas, en diversos grados y formas.

Esos grados van desde la misma conciencia de vigilia normal, pasando por la inspiración poética y científica, la percepción telepática y la telestesia, las experiencias extracorpóreas, la premonición común, la clarividencia, la memoria extracerebral, la profecía de largo plazo como la de los profetas de la Biblia, y la conciencia cósmica misma de seres de la talla de un Jesucristo o de un Sri Krishna. Es una participación del alma humana en la infinita conciencia de Dios, que es Luz sin límites, o Ein Sof Aur.

Así como la conciencia individual es una participación en la Omnisciencia de Dios, también la Inmortalidad del alma es una participación en la Inmortalidad de Dios. Ello se deduce de un versículo muy importante de la primera Carta de San Pablo a Timoteo, en el capítulo 6,16, donde, hablando el apóstol acerca de Dios, nos dice: "EL UNICO QUE TIENE INMORTALIDAD, QUE HABITA EN LUZ INACCESIBLE, A QUIEN NINGUNO DE LOS HOMBRES HA VISTO, NI PUEDE VER, AL CUAL SEA LA HONRA Y EL IMPERIO SEMPITERNO. AMEN".

En rigor los hombres no tienen inmortalidad por derecho propio, independientes de Dios. Sólo la tienen en forma condicional, en virtud de la unidad con la Divinidad que les sea posible alcanzar en el sendero de perfección. Es una POSIBILIDAD EVOLUTIVA, que se puede perder si no se obedecen los mandamientos de Dios. Eso es así pues el verdadero concepto de la Moral o de la Etica religiosa es que ella es UN SISTEMA DE REGULACIÓN DE LAS ENERGIAS HUMANAS encaminado hacia la Perfección del Ser en el seno de Dios. De allí el énfasis del permanente discurso masónico en torno de la virtud, y del rechazo del vicio.

En latín virtus es fuerza, vigor, virilidad. El que posee virtudes tiene energías o poder a su disposición. El vicio, por el contrario es debilidad. En buenas cuentas el hombre de voluntad fuerte es el único capaz de virtudes que lo unifican con la Voluntad Omnipotente del Creador. Así pues, un gran Yogui como Paramahansa Yogananda decía, en la primera mitad del siglo XX que nuestra voluntad humana es un reflejo de la Omnipotencia Divina, y que es vital que el hombre desarrolle su voluntad para ser mejor persona. De allí también se deriva el discurso permanente de los yoguis y de las cartas de los apóstoles acerca del dominio propio.

Respecto de la supuesta imposibilidad de la Visión de Dios, planteada por el versículo de Pablo recién mencionado tres párrafos atrás, se debe hacer notar que esa imposibilidad de se refiere sólo al hombre como criatura caída, sumida en el pecado y en la ignorancia. Pero los que han nacido dos veces, como Osiris Ani, en el libro de los Muertos, y como dice el Evangelio de Juan en su tercer capítulo, pueden ver a Dios, gracias a la iniciación que crea en ellos una segunda naturaleza en Cristo. Lo mismo dicen los Brahmanes de la India. Por eso usan un doble cordón colgando de su cuello, para indicar su carácter de Nacido dos veces, una en la carne y la segunda en el espíritu.

Autor:
Profesor Fernando Laredo Cárter

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