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lunes, 10 de septiembre de 2018

LA MASONERIA EN EL CUSCO

LA MASONERIA EN EL CUSCO.

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RESEÑA HISTORICA:

La historia de la masonería en el Cusco podría empezar en la Época Preinca, de comprobarse lo que afirma el R:.H:. Mariano Delgado Neira, en su libro: "Korikancha Imperial: sello masónico", al referirse a la "figura esotérica de un pentagrama donde se trasluce el Compás y la Escuadra", en una hermosa portada de piedra que se aprecia en la calle Romeritos de nuestra ciudad.

O muchísimo antes, según reflexiones del R:.H:. Oscar Tejeira Cabrera, quien infiere que siendo la obra de liberación evolutiva o arquitectura anímica una Ley Kósmica, la gran obra masónica es una réplica perenne e ininterrumpida de la Creación. Concluyendo que en vano filósofos, historiadores, acuciosos hermanos investigadores buscan en las páginas del tiempo los orígenes de nuestra augusta orden: su origen está en la misma Creación, principio de todo lo que existe y vive, desde el átomo hasta la gigantesca galaxia. Pues todo vibra, late, piensa y siente el ímpetu ineludible de su evolución.
Nuestro Planeta Madre también vibra en este anhelo, y con mayor fuerza en el Tronco Andino o Columna Vertebral de la Tierra. Según reza el axioma: “Así como arriba es abajo; como abajo, arriba”, en el pequeño pero complejo cuerpo físico del ser humano la columna vertebral es conducto obligado de la circulación nádica, o impulsos bioeléctricos del cerebro, la Cordillera Andina es el cauce obligado de las energías telúrico-mentales emanadas del Logos Solar, para la vida y creación-evolución del planeta. De allí que el Cusco, asentamiento natural (“o programado por jerárquicas entidades”) en pleno plexo solar chacrico de la Cordillera Andina es centro de poderosa circulación energética de necesidad evolutiva y de recta conducta. Bajo este concepto, afirma, que es obvio pensar que la verdadera y auténtica masonería, primigenia y netamente kósmica, se instituyó y evolucionó dentro de la cuenca milenaria de los Andes.

Y desde los Andes se extendió a otros confines, cuyas huellas podemos reconocer, por ejemplo, en el misterioso alfabeto RUNICO de los países nórdico-europeos; que proviene del término RUNA (RU = letra y NA = ser o persona) que es de origen Quchua. Igualmente, en las sagas de Oriente y Occidente el JINA es un ser dotado de poder y sabiduría, que todo lo puede o hace; y en Quechua, en modos imperativo y potencial, JINAN = así es, JINA CACHUN = así sea.

Finalmente, el saludo andino, como AMA LLULLA y su respuesta JINALLATAQ QAMPAS, no son otra cosa que palabras masónicas de PASE. Así: AMMA LLULLA (no seas mentiroso o no mentir) para el primer grado; AMA SUA (no robar) para el segundo; AMA QUELLA para el tercero; AMAQHUCHI (no ser perezoso) para el cuarto y AMA QHELLE (no ser lujurioso ni sucio) para el quinto. Los demás se traducían en vivencias o experiencias.

En el tiempo de los Incas es cierta la existencia de grupos de personas escogidas para la construcción de monumentales fortalezas, palacios y templos. Constructores que aprendieron los secretos de pulir la piedra bruta bajo la dirección del Amauta APU HATUM RUNA, y que eran sometidos a rigurosas pruebas de conocimiento y actitudes morales para hacerse dignos de pasar a grados superiores: coincidencias sorprendentes con nuestros ritos y costumbres.

Es posible que logias masónicas -como las actuales- funcionaran en nuestra ciudad a partir del Virreynato. Una de ellas debió funcionar en la casa del Marqués de Valle Umbroso, en la Cuesta del Almirante. Otra, en la calle Muttuchaca, ahora Av. Sol, donde actualmente se ubica el Banco de Crédito, y antes el Banco Gibson; lugar en el que, al ser derruido por vetusto, gracias a la diligencia masónica del Q:.H;. Miguel Maldonado, entonces administrador del Banco Gibson, se encontraron, guarnecidas en dos columnas, antepechos de ventanas, que resultaron ser dos hermosas tallas de madera, una con la insignia del 2do. Grado y la otra del 3er. Grado, que actual¬mente erigen la tribuna del H:. Cap:. en nuestro Templo de las Américas; al ser entregadas por éste, al entonces V:.M:. Pedro Navarrete. Se cree que a ese taller habría asistido a las tenidas el H:. José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II.

En las postrimerías del régimen colonial, cuando el Gral. San Martín proclamaba la Independencia del Perú en Lima, el ejército realista se repliega y establece como postrera Capital del Virreinato al Cusco. En diciembre de 1821 llega el Virrey José de la Serna y permanece hasta octubre de 1824, en que marcha a ser derrotados por los patriotas en las pampas de Ayacucho. La Serna, ilustre H:. masón español, posiblemente apoyó la actividad masónica en este valle, pues coincide en el tiempo con el levantamiento de columnas de la R:.L:.S:. CONSTANCIA PERUANA Nro. 4. (Según parece del rito Escocés, según el libro: "San Martín, la Logia Lautaro y la Franc-Masonería" del historiador Fabián Onzari).

En la época auroral de nuestra Independencia, con la semilla ya fecundada del espíritu masón en el Cusco, en 1826, levanta columnas la R:.L:.S:. SOL DE HUAYNA CCAPAC Nro. 5 (Igualmente, del rito Escocés, de acuerdo al folleto: "Freemasonry in Perú", del R:.H:. Arthur M. Wholey).

Posteriormente, en el año 1937, los QQ:.HH:.. de esa época: Gral. EP Jorge Vargas, Prefecto del Cusco; José Ángel Escalante, Director del diario El Comercio del Cusco; Comandante Pedro Navarrete Arredondo; Dr. José Wagner, Director del Colegio Nacional de Ciencias; César Ugarte; Alfredo Griffen Clárendon; Carlos Lira, Administrador de la Casa Gibson; Carlos Delgado y otros, gestionaron la autoriza¬ción para levantar columnas de la R:.L:.S:. CUSI-CCOILLOR, fundándola en el solsticio del 24 de junio de 1937. Lamentablemente, esta Logia que trabajó con el rito escocés, tuvo efímera vida.

Finalmente, llegaron a este valle los HH:. Germán Navarro Gereda y Enrique Carranza, quienes supieron cumplir con entusiasmo el encargo que habían recibido del G:.M:. de M:. del Perú, M:.R:.H:. Augusto Solari Saco, de levantar columnas de una Logia en el importante Vall:. del Cusco. En octubre de 1941, organizaron un refrigerio de familia en el entonces Hotel Colón con los HH:.: Abel Revoredo Barreda, Enrique Pellegrín, Pablo Navarrete Arredondo, Manuel Quiñones Díaz, Leoncio Pérez Yáñez, César Ugarte, Miguel de Sousa Pinedo, Andrés Chávez Quintanilla, Juan P. Ochoa, Oscar Díaz y Carlos Delgado Álvarez; donde trataron la posible conformación de un Taller. El 7 de diciembre del mismo año, vuelven a reunirse en familia; esta vez se hicieron presente nuevos HH:.: Erasmo Baca (Prefecto del Cusco), Amadeo Repetto, Alberto Calle, Alfredo Griffen, Leonidas Aguilar Astete, Héctor Bejarano, Bruno Gayoso, Gregorio Reynoso, Francisco del Castillo y Arnaldo Noguera. Unos refrigerios más y, por fin, el 15 de enero de 1942, se formaliza una reunión preliminar en la casa Nro. 48, de la calle Mesón de la Estrella, ocupada por el H:. Enrique Pellegrín, y bajo el mallete regulador del R:.H:. Germán Navarro Gereda, dando así nacimiento a la R:.L:.S:. KORIKANCHA Nro. 40.

En nuestra Carta Constitutiva, de fecha 15 de abril de 1945, figuran como HH:. peticionarios, los siguientes: GERMAN NAVARRO GEREDA, ERASMO ROCA, LEONCIO PEREZ YAÑEZ, ANDRÉS CHÁVEZ QUINTANILLA, ENRIQUE PELLEGRIN, MIGUEL DE SOUSA P., ABEL REVOREDO, ALFREDO GRIFFEN, ALBERTO CALLE y CESAR UGARTE

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