Protagonistas de la Independencia americana
Garaycichea
Independencia de México
Nadie sabe muy bien para qué futuro se está preparando durante la etapa decisiva de su propia infancia y adolescencia, sobre todo en épocas tan convulsas como el final del siglo XVIII, en las que todo lo que hasta poco antes se daba por seguro, se altera de pronto. Por mayor conocimiento que se tenga de las circunstancias contemporáneas, no hay forma de predecir el futuro (si es que habrá de existir alguno). Los futurólogos, invención del siglo XX, han demostrado repetidamente la escasa confiabilidad de las predicciones. ¿Cómo podía imaginarse de la Independencia, antes de que comenzara a convertirse realidad, cuando lo habitual era la hipótesis de que nada en el mundo conocido iba a cambiar nunca?
El surgimiento de una identidad criolla, de una conciencia colectiva que separó a los españoles nacidos en el Nuevo Mundo de sus antepasados y primos europeos. Sin embargo, tal fue una identidad que encontró expresión en la angustia, la nostalgia y el resentimiento. Desde el principio, los criollos parecen haberse considerado herederos desposeídos, robados de su patrimonio por una Corona injusta y por la usurpación de inmigrantes recientes, llegados de la Península. (David Brading)
Durante el desorden social prolongado que acompañó a la Independencia del continente americano, aquellos que bajo el régimen colonial hubieran podido aspirar, en el mejor de los casos, a posiciones subordinadas, se revelaron de un día para el otro como gobernantes, ideólogos, jefes militares, financistas y legisladores del nuevo régimen, mientras otros, nacidos bajo condiciones similares, que optaron por defender a la corona española, quedaron desubicados.
Jean-Jacques Dessalines
Jean-Jacques Dessalines nació en Guinea, África. No se sabe cómo llegó al Nuevo Mundo, pero lo hizo en la condición de esclavo. Posiblemente fue capturado por los piratas negreros que se dedicaban a capturar jóvenes sanos y de buen aspecto. Después de cruzar el Atlántico, fue vendido al dueño de una plantación de azúcar, en la parte francesa de Santo Domingo. Allí sufrió maltratos y explotación, como era habitual que le sucediera a quienes estaban en su situación, allí también adoptó el apellido de quien se consideraba su dueño, hasta que decidió huir y sumarse al ejército de otros ex esclavos, organizado por Toussaint L`Overture tras el comienzo de la Revolución Francesa. Pasar de ser un objeto a jefe militar y conductor de una nación: eso era posible en la lucha por la Independencia.
Juan Martín de Pueyrredón
En otro extremo del continente, Juan Martín de Pueyrredón había nacido en el seno de una familia pudiente de Buenos Aires, de origen español, que exportaba frutos del país (cueros y sebo) a los puertos españoles que las estrictas leyes de comercio permitían. Pueyrredón conocía de cerca los no despreciables privilegios que el régimen colonial concedía a unos pocos y a veces eran desaprovechados. A los diecinueve años, sin haberse preocupado de concluir los estudios que podía cursarse en su ciudad natal, viajó a España, con la misión de encargarse de los negocios de su padre. Pueyrredón cumplió esa tarea con habilidad y aprovechó la permanencia en Europa para viajar y conocer de primera mano, la etapa más radical de la Revolución Francesa.
De regreso a su lugar de origen, cuando se produjo la primera invasión inglesa al Río de la Plata en 1806, Pueyrredón organizó un ejército de voluntarios decididos a oponerse a quienes hubieran podido despojarlos de sus patrimonios y privilegios. Fueron derrotados por el ejército profesional del enemigo, pero eso no impidió que poco después Pueyrredón se aliara con Santiago de Liniers y reconquistaran la ciudad, estableciendo un precedente de la Independencia que no sería olvidado. Las autoridades coloniales habían huido. Los nativos eran capaces de defenderse solos. ¿Qué les impedía entonces gobernarse por sí mismos?
José María Morelos
El sacerdote mexicano José María Morelos, hijo de un modesto artesano, comenzó a estudiar en la escuela de su abuelo, José Antonio Pavón. Al llegar a la adolescencia, se ganó la vida como arriero y vaquero. El encontronazo con un toro le dejó una cicatriz en la cara que lo acompañó el resto de su vida. Nada parecía entonces más ajeno a Morelos que la vida religiosa. Su incorporación a la causa independentista se planteó como una defensa de los principios de su fe y el derecho de Fernando VII a ocupar el trono de España, usurpado por los hermanos Bonaparte.
Tiradentes
El brasileño Joaquin José da Silva Xavier se formó aprendiz de dentista junto a su padrino, cuando ese oficio se confundía con el de barbero. De manera esporádica, trabajó como minero y luego se incorporó al ejército de Minas Gerais. Su misión era vigilar el traslado del oro y las piedras preciosas que producía la región. Allí pudo comprender que la corona portuguesa explotaba de manera injustificada a la colonia y dejaba a los nativos en la pobreza.
Por más que reclamen contra el despotismo, los pocos hombres que sienten su peso, tendrán que soportarlo, mientras hagan parte de un pueblo que lo soporta sin sentirlo. (Simón Rodríguez)
La Independencia americana es el ámbito más adecuado para el surgimiento de figuras talentosas y carentes de contactos, que no hubieran disfrutado las mismas oportunidades bajo las restricciones del sistema colonial. José Antonio Páez se dedicó desde muy joven a criar y vender ganado en los llanos venezolanos. Al establecerse el primer gobierno independiente en 1810, Páez estuvo entre aquellos que lucharon con los realistas. Tardó tres años en pasarse al bando republicano, donde pronto se destacó por su valentía personal y su evidente capacidad para conducir a la tropa. No pasó desapercibido. Ascendió en el mando y se instaló en la sociedad urbana que hasta entonces desconocía, dialogó de igual a igual con otros hombres que comenzaban a definirse como los nuevos gobernantes y líderes de opinión más consultados en la nación que estaba consolidándose. Era solo el comienzo de una dilatada historia de hombre público, que lo condujo tres veces a la presidencia del país que había contribuido a independizar.
José Gervasio de Artigas
José Gervasio de Artigas parecía destinado a vivir cómodamente de la explotación ganadera que había establecido su familia. Sin embargo, actuaba como un rebelde, incapaz de aceptar las reglas del grupo social de donde provenía. La amistad con los peones (negros y gauchos por igual) que trabajaban en sus tierras, le enseñó a utilizar las armas y los caballos; también le inculcó una visión irrespetuosa de las instituciones.
Don José Artigas era un muchacho travieso e inquieto y propuesto a solo usar de su voluntad; sus padres tenían establecimientos de campaña y de uno de estos desapareció a la edad como de 14 años y ya no paraba en sus estancias, sino una que otra vez, ocultándose a la vista de sus padres. Correr alegremente los campos, changuear y comprar en estos ganados mayores y caballadas, para irlos a vender a la frontera del Brasil portugués, alunas veces contrabandear cueros secos, y siempre haciendo la primera figura entre los muchos compañeros. (Nicolás de Vedia)
Simón Bolívar
De la historia del niño Simón Bolívar, huérfano y millonario, se conoce su paso por las escuelas privadas de Caracas, dirigidas por religiosos, de las que se retiró antes de completar los estudios, por no sentirse cómodo con el encierro que exigían. También se sabe quiénes fueron los profesores particulares que pagó su familia (desde Simón Rodríguez, al todavía más joven Andrés Bello). En esas condiciones, su formación fue la de un autodidacta, ansioso de conocimientos pero carente de sistema, que no acepta la tutela de sus maestros y finalmente hace lo que se lo antoja, porque su fortuna lo exime de la disciplina de concentrarse en aquellos temas que la sociedad de su época considera fundamental.
Francisco de Paula Santander
Francisco de Paula Santander se alejó de las haciendas que eran propiedad de su padre, para estudiar en el Colegio Mayor de San Bartolomé, en Bogotá. Había comenzado a cursar Derecho, cuando se iniciaron las revueltas que iban a conducir a la guerra de la Independencia y la rutina académica fue dejada de lado. Santander se convirtió en abanderado de la Guardia Nacional, ascendió rápidamente y luego fue tomado prisionero por el ejército de Antonio Nariño, que lo envió a servir bajo las órdenes de Bolívar, por entonces un general entre otros conductores de la guerra.
Gaspar Rodríguez de Francia se trasladó para estudiar, de su nativa Asunción del Paraguay, a Buenos Aires y luego a la Universidad de Córdoba. La familia disponía de tanto dinero, que el joven se trasladaba hasta el centro de estudios, por el río Paraná, utilizando un barco que le pertenecía.
Antonio José de Sucre
El joven Antonio José de Sucre abandonó a su rica familia a los quince años, para incorporarse a la campaña militar de Francisco de Miranda, que fracasó y lo condujo a un breve exilio en Trinidad. En medio del optimismo de la época, generado por la idea de que los cambios radicales de la sociedad no solo eran posibles, sino que habrían de ser ejecutados por la generación que había decidido emprenderlos, algunas nociones no tardaron en demostrarse apresuradas o falsas.
No hay revolución sin revolucionarios. Los revolucionarios de todo el mundo somos hermanos. (José de San Martín)
https://ogaraycocheab.wordpress.com/2013/02/12/protagonistas-de-la-independencia-americana/
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