AMIGOS DEL BLOG

martes, 9 de abril de 2013

¿DE DONDE LLEGARON LOS HOMBRES BLANCOS Y BARBADOS DE LAS LEYENDAS INCAS? 3


CARAL Y OTROS CONSTRUCTORES DE PIRAMIDES.
Herbert Oré Belsuzarri.


Pero en esta parte del continente, no solo son los Tiahuanaco, también son los Incas, quienes atraen la atención con sus monumentales ruinas y leyendas. Recientemente ha concitado la atención mundial, las pirámides de Caral, cuya antigüedad demostrada por el método del carbono 14 es de 5,000 años (3,000 a.C) con lo que en forma certera se puede decir que es la civilización más antigua de América, mucho antes a la de los mayas de Centro América.

Se ha planteado que Caral fue sede de una comunidad formada por varios linajes y dirigida por las cabezas o representantes de dichos linajes, donde uno de ellos sería el "principal" y los otros sus contrapartes. Los Curacas de estos linajes conducirían y organizarían la vida de los habitantes de las diversas ciudades y pueblos contemporáneos a Caral como Aspero, Allpacoto, Miraya, Kotosh y La Galgada entre otros. Todos ellos compartían una misma tradición y formaron una amplia y bien organizada red de reciprocidad e intercambio. Caral fue la cabeza de toda esta red.

La arqueología mundial considera que el inicio de la civilización en Mesopotamia, Egipto, India o China se originó a partir del uso de la agricultura como soporte de la subsistencia, lo que permitió a los grupos humanos asentarse en un solo lugar y construir ciudades. Sin embargo, para algunos arqueólogos como Michael Moseley (1975) y Robert Feldman (1985) en el Perú la sedentarización y la construcción de ciudades en la costa estuvo ligada a la explotación de los recursos marinos que son abundantes por la corriente marina de Humbolt y es pródiga en peces y mariscos. Este es el caso de Áspero, Allpacoto, Galgada, Caral y otros, que gracias a la pesca y el marisqueo pudieron sustentar una vida permanente y sedentaria con una economía que generó excedentes que fueron usados para entablar relaciones sociales con otros grupos humanos sedentarios en la costa y hacia el interior del valle y formar finalmente una civilización. (La Atlántida y el Nuevo Mundo:

Los caralinos: “Tenían la certeza popularizada que los dioses les enseñaron a preparar sus chacras, trazar sus canales, sembrar las plantas y construir sus hitos; por lo cual era necesario realizar rituales propiciatorios y cumplir con el calendario de ceremonias y ritos al sol, al agua y a la tierra. Todas las actividades, domésticas de producción, construcción, administrativas y gubernamentales, estaban relacionadas con ofrendas, ceremonias, rituales y sacrificios”.
  
En las distintas edificaciones, ya sean residenciales o públicas, se puede observar la presencia de fogones, usados para la quema de ofrendas; costumbre generalizada que consideraba al fuego como medio de comunicación con los dioses. La gran cantidad de templos y las constantes remodelaciones que se observan evidencian un sistema religioso dinámico, en constante renovación y, al mismo tiempo, el poder social de la religión y el voluminoso trabajo invertido por los pobladores para alcanzar el favor de los dioses.

Estas pirámides son idénticas a los zigurats sumerios, la diferencia estriba en que los sumerios lo edificaron con ladrillos de barro cocido, y los caralinos con piedras. La tecnología y diseño constructivo son similares.

Asi mismo los sumerios a sus zigurats denominaban la “casa de dios”, es decir el lugar donde vivían sus dioses. Por el contrario los habitantes cercanos a caral tenían una veneración y miedo a las pirámides, pues algunos decían que eran la casa del “supay” (Diablo). De allí que cuando quedo deshabitada, borraron todo signo de su existencia en sus tradiciones orales.

La cantidad de pirámides construidas tanto en caral como en otras localidades cercanas, ponen en evidencia la importancia que tuvieron para los habitantes de esta zona. Fue sin duda el centro de poder político-religioso, su importancia llego a influenciar poblaciones ubicadas en la sierra y selva de su época.

Las pirámides de Caral tienen una similitud constructiva a sus coetáneos de sumeria y Egipto que son las más antiguas. Asi las sumerias se edificaron con mastabas de ladrillo de barro cocido, las egipcias se hicieron de piedra. Para no abundar en estos temas ya tratados ilustramos nuestra afirmación con fotos.

La fascinación de la era moderna por descubrir sus antepasados nos ha llevado a desempolvar huellas e indicios, para poder formular hipótesis, reconstruir la historia y desentrañar los misterios que nos llenan de intriga. Es así que, en la actualidad, la ciencia y sus avances hacen posible saber con certeza y exactitud cómo vivieron nuestros antepasados. (http://es.scribd.com/doc/65020630/HERBERT-ORE-CARAL).

Pero no solo son las pirámides de Caral que nos inquietan, también están las pirámides de la Cultura Moche de la Costa Norte del Perú.

Las pirámides moches se caracterizaron por estar construidos con adobes. Los adobes para la construcción de las pirámides de la Huaca del Sol y la Luna, la de Sipán o El Brujo tienen 2 características importantes: eran hechos con moldes y tenían la marca del fabricante. La fabricación con moldes permitía tener adobes con las mismas dimensiones y calidad. En la cara superior del adobe se hacían unas marcas. Estas eran puntos y rayas, o aspas. Se cree que las marcas corresponden a la comunidad que los fabricó, y que servían para controlar la cantidad de adobes con los que contribuían en la construcción de la Huaca. En El Sol se han encontrado por lo menos 96 marcas distintas.

En base a los estudios de la arcilla de los adobes, se ha determinado que secciones enteras de la Huaca del Sol y la Luna están construidas con adobes provenientes de una misma cantera, y tienen un mismo tipo de marca.

Las pirámides de Túcume son notables por su extraordinario tamaño: según estimaciones, más de 130 millones de ladrillos de adobe secados al sol fueron necesarios para construir la más grande de 450 m de largo, 100 de ancho y 40 de altura.

Según mitos y leyendas, cada peldaño representaba una fase de desarrollo en la vida humana, la cual tenía que ser disfrutada plena e integralmente. La subida era penosa y al llegar a la cima, se lograba un espíritu elevado y la ceremonia en aquel tiempo era un acontecimiento festivo en la vida de aquellos seres humanos.


La cultura Moche se desarrollo principalmente en la costa Norte del Perú en los departamentos de Lambayeque y La libertad, Aunque sus manifestaciones llegan hasta los departamentos de Piura por el Norte y Ancash por el Sur. Se trata de una cultura básicamente costera, que se asienta en una región única en el Perú donde la costa es bastante mas ancha que en el resto del litoral peruano, donde los valles suelen ser bastante angostos y de poco potencial agrícola.

Al ser esta costa de mayor tamaño permite la formación de valles sumamente productivos por la cantidad de agua y facilitando la aparición de manifestaciones culturales de gran envergadura como las Moche. (La Atlántida y el Nuevo Mundo:

Nuevamente debemos remarcar que las pirámides descritas son similares a los zigurats sumerios, esta vez ambos son de ladrillo.
  
Pero esta zona también tiene una leyenda que fue recogida por el cronista Miguel Cabello de Valboa, dentro de su obra Miscelánea Antártica (1586). Esta tradición oral fue narrada al cronista español por Martín Farrochumbi, cacique de Túcume. Debemos advertir que la transcripción es tal conforme se halla en el original, incluido los errores ortográficos.

Dicen los naturales de Lanbayeque (y con ellos conforman los demas pueblos a este valle comarcanos) que en tiempos muy antiguos que no saben numerarlos vino de la parte suprema de este Piru con gran flota de Balsas un padre de Compañas, hombre de mucho valor y calidad llamado Naimlap y consigo traia muchas concubinas, mas la muger principal dicese auerse llamado Ceterni trujo en su compañía muchas gentes que ansi como á capitan y caudillo lo venian siguiendo, mas lo que entre ellos tenia mas valor eran sus oficiales que fueron quarenta, ansi como Pita Zofi que era su trompetero o Tañedor de unos grandes caracoles, que entre los Yndios estiman en mucho, otro Ñinacola que era el que tenía cuidado de sus andas y Silla, y otro Ñinagintue a cuio cargo estaua la vevida de aquel Señor a manera de Botiller, otro llamado Fonga sigde que tenia cargo de derramar polvo de conchas marinas en la tierra que su Señor auia de Pisar, otro Occhocalo era su Cocinero, otro tenia cuidado de las unciones, y color con que el Señor adornava su rostro, a este llamauan Xam muchec tenía cargo de bañar ál Señor Ollop-copoc, labrava camisetas y ropa de pluma, otro principal y muy estimado de su Principe llamado Llapchiluli, y con esta gente (y otros infinitos oficiales y hombres de cuenta) traia adornada, y auturizada su persona y casa.

Este señor Naymlap con todo su repuesto vino á aportar y tomar tierra á la boca de un Rio (aora llamado Faquisllanga) y auiendo alli desamparado sus balsas se entraron la tierra adentro deseosos de hacer asiento en ella, y auiendo andado espacio de media legua fabricaron unos Palacios á su modo, a quien llamaron Chot, y en esta casa y palacios convocaron con devocion barbara un Ydolo que consigo traian contra hecho en el rostro de su mismo caudillo, este era labrado en una piedra verde, a quien llamaron Yampallec (que quiere decir figura y estatua de Naymlap). Auiendo vivido muchos años en paz y quietud esta gente y auiendo su Señor, y caudillo tenido muchos hijos, le vino el tiempo de su muerte, y porque no entendiessen sus vasallos que tenia la muerte jurisdicion sobre el, lo sepultaron escondidamente en el mismo aposento donde auia vivido, y publicaron por toda la tierra, que el (por su misma virtud) auia tomado alas, y se auia desparecido. (http://es.scribd.com/doc/51183921/Herbert-Ore-La-Atlantida-y-El-Nuevo-Mundo). 
  
Los pueblos costeros recordaban las leyendas de unos dioses que guiaron a sus antepasados a las tierras prometidas y de unos gigantes que les robaron las cosechas y violaron a sus mujeres. Los pueblos del altiplano, de los cuales los incas eran los dominantes en la época de la Conquista, reconocían la guía divina en todo tipo de actividades y oficios, en el crecimiento de las cosechas, en la construcción de las ciudades. Contaban los Relatos del Comienzo -los relatos de la creación- de los días turbulentos, de un arrasador Diluvio. Y atribuían el inicio de su realeza y la fundación de su capital a los poderes de una varita mágica de oro que portaba Manco Capac.

TOMADO DE:

No hay comentarios:

Publicar un comentario