La masonería y Dios
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lectores » La masonería y Dios 31
de Marzo del 2013 - Víctor Guerra (Gijón)
Esta “Carta al
Director del “Diario La Nueva España” fue motivada por las
declaraciones que realizó el Soberano
Comendador del Supremo Consejo del Grado 33 del REAA (GLE)
Jesús Soriano que daba este titular: “ENTRAR EN LA MASONERÍA ES MUY FÁCIL, HAY QUE CREER EN DIOS
Y NADA MAS” y que contrasta con lo expuesto en la
pagina web del Supremo donde habla de “libertad de culto y de conciencia”.
Foto de Pepe Rodríguez a Jesús Soriano,
que ilustra la entrevista ante el monolito a otro conocido masón “adogmatico”
que fue miembro del Gran Oriente de Francia, ubicado en las antípodas masónicas
de Jesús Soriano y su masonería se trata de José Maldonado, que fue
el último Presidente de la República Española en el Exilio.
VGG
Realmente
cuando se leen este tipo de titulares uno no sabe si es que el profano
periodista ha cogido el rábano por las hojas o ha sido una astuta maniobra de
entregarle de esa manera el rábano esperando que ello contribuya de manera
efectiva a eso de barrer para casa.
Y es que el
titular que se dio o se escribió en una entrevista en la sección
«Conversaciones en Primavera» con el francmasón Jesús Soriano,
Soberano Gran Comendador General del Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado, vinculado a la Gran Logia de España, padece de una miope mirada; por
un lado, porque a estas alturas de la historia no se puede hablar de Masonería,
sino de Masonerías, y no se puede poner de pronto a primeras eso de entrar en masonería
es la creencia en un Dios, porque la masonería es además otros muchos, una
sociedad fraternal donde se pueden hacer buenos amigos, y ejercitar la
beneficencia, puede ser todo ello..., pero lo que sí es seguro es que es un
fuerte compromiso intelectual.
Pero para
explicar el porqué de ese titular habría que decir que:
Hay un
masonería llamada «regular y dogmática» en la cual es condición «sine quanon»
ser «creyente y por tanto tener un Dios» entre otras cuestiones que se exigen y
que rigen los distintos landmars que demandan algo más que una simple creencia
y que a nivel mundial representa la Gran Logia de Inglaterra; y luego hay otra
gran familia masónica, la denominada «liberal ya dogmática», en la que no es
necesario la creencia; es más, llega a tanto el respeto, que a nadie que entre
en esa masonería se le preguntará si cree o dejar de creer, ya que ello compete
al ámbito personal del individuo, esta masonería en el continente europeo
estaría representada por el Gran Oriente de Francia.
Decir que casi
siempre con este tipo de entrevistas pasa lo mismo, y al final cuando uno lee
el resto de las afirmaciones del entrevistado uno se da cuenta de que no ha
sido un desliz del periodista, sino que hay un pretendido deseo de
patrimonializar el hecho masónico para su propio lindero.
Y digo esto
porque en España la mayoría de los masones pertenecen a la rama «creyente», o
sea, a la llamada «regular dogmática» que capitaliza casi en solitario una sola
Obediencia la Gran Logia de España; pero en el otro lado de la balanza, hay
otra masonería más estratificada en distintas Obediencias, en la que no es
necesario ser «creyente» y se denomina: «Masonería liberal y adogmática», y si
quitamos los Hermanos ingleses y alemanes bajo el auspicio de la Gran Logia de
España, pues digamos que esa masonería liberal adogmática, que no exige la
creencia, casi que podemos decir que es mayoritaria, aunque más estatificada.
Pero no sólo es
eso, sino que esa masonería que se presenta como «cenital» por parte de Jesús
Soriano no es precisamente la que se enraíza, al menos en la masonería azul,
con la tradición masónica española y asturiana de nuestra historia hiramista
más inclinada hacia las tesis liberales, y que durante el siglo XIX y el primer
tercio del siglo XX digamos que mayoritariamente era más tendente hacia un
claro anticlericalismo, que hacia la creencia en «divinidades» tal y como Jesús
Soriano, que además se contradice con lo que fueron manifestando las distintas
logias en sus aposturamientos, y hasta sus grandes maestres, como el caso de
Alberto de Lera, o personajes masones como Melquíades Álvarez, mientras estuvo
en masonería, de huir de esa «divinización masónica».
No se puede
negar que el tema de la deidad, y del GADU, es un tema central, como así vengo
exponiendo en los blogs que edito, «Masonería Siglo XXI», en los cuales queda
patente que hay muchas estructuras masónicas que han obviado ese tema del GADU
ya desde 1877; es más, en estos momentos en el blog «Rito Francés», estoy
publicando «El GADU en la tradición masónica francesa, problemas históricos y
malentendidos», pero aunque la masonería «regular» se empeña en poner ahí el
acento, éste está por encima de todo en el compromiso intelectual que se le
pide al profano cuando entra en masonería, y además ese quehacer y preocupación
luego van a tener ese respaldo en las temáticas que se tratan en las tenidas, y
que el propio entrevistado apuntaba de compromiso social.
Víctor Guerra.
MM.:. e
historiador del CEHME. Villaviciosa
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