Los diez mandamientos del Aprendiz Mason.

Los diez mandamientos del Aprendiz Mason.

I. Enséñame Señor, picar mi sillar áspero, que con la práctica adquiriste cortar tu propia piedra.

II. maestro, Enséñame a caminar en marcha de mi grado, en el gran Templo Masónico, que es el mundo ahí, caminando, delante de mí, como mi líder, en los caminos del bien, la verdad y la justicia.

III. Enséñame maestro, ser libre de vanidades, ambiciones y servilismos que menosprecian al hombre, ver que yo estoy en ti, el maestro de esos sentimientos.

IV. Enséñame principalmente, el regalo de perdonar, olvidar y entender las debilidades de todos los hombres, exaltando sus virtudes, para que yo, como su discípulo, también puedo perdonar, olvidar y entender las debilidades de todos los hombres, ensalzando sus virtudes.

V. Enséñame maestro, trabajando como usted trabaja, de forma anónima, por una buena causa, huyendo como huyes, a la frivolidad, al fácil aplausos y honores vulgares.

VI. Enséñame maestro, la moralidad por la que debemos saber cómo escuchar y saber callar en algunos momentos, pero sobre todo el regalo, que debemos luchar a favor de aquellos que claman por el pan y la justicia social.

VII. Enseñame maestro, que como usted está, en todo momento, un ladrillo simple pero fuerte de puente de unión entre los hombres y nunca un punto de contención entre ellos.

VIII. Maestro, Enséñame a crecer en mi corazón, todo el respeto y amor que variedades entre los hombres y sobre todo con su familia, así que usted puede refleja cada vez más en ti, respetan a todos los hombres y aman con toda la extensión de la palabra, mi familia.

IX. Enséñame maestro, toda tu valentía, valentía y honestidad para defender la libertad y la soberanía de nuestro país, de modo que pueda, en cualquier momento, a tu lado y contigo, luchan y morir en su defensa.

X. Enséñame Señor, todo esto, de todos modos, sin ostentación ni vanidades, palabras vanas, perdido en el viento, pero simplemente con sus propios ejemplos, de modo que yo puedo un día ser reconocido como un verdadero maestro de masón.