¿Murió Jesús en la Cruz?
CARLOS NAPOLEON DEL CARPIO
Nota muy importante: Os presento con el debido respeto a los diferentes cultos y creencias religiosas de las personas que leerán en adelante los siguientes Ttra:. referidos a la parte mística y esotérica de la Pasión y Muerte de nuestro Redentor Jesucristo... Indudablemente los Ttra:. que en adelante os enviaré son el resultado de años de estudio de los libros sagrados de las 4 principales religiones: Judaica, Cristiana, Budista y Musulmana, generadas por las Escuelas de los Misterios del Antiguo Egipto; así como de los textos o pergaminos del Mar Muerto o Pergaminos de Cumram, La Comunidad Esenia, La Santa Cabala de la Biblia y otros. Algunos son de mi autoría, otros son estudios compartidos con HH:. Mas:. y Fr. R+C
Fraternalmente
Carlos Napoleón....
De
acuerdo con los estudios místicos y esotéricos, Jesús fue crucificado pero no
murió en la cruz. No obstante, es
verdad que esa crucifixión fue el punto culminante de un proceso místico fuera
de lo común: La Redención y a enfocar sobre las leyes cósmicas que le hicieron
posible.
La Redención
De
acuerdo con los estudios místicos y esotéricos de muchas organizaciones
iniciáticas, Jesús no murió en la cruz.
Su cuerpo fue bajado de la cruz, en estado de profundo letargo y
confiado a José de Arimatea, que lo curo con el auxilio de otros Esenios y con
la ayuda de los conocimientos de Curación que ellos practicaban. A pesar de eso, no hay como negar que un
fenómeno excepcional se produjera mientras él estaba en la cruz. Bajo el efecto, no de su sufrimiento, sino
de su elevadísimo nivel de evolución y de la compasión infinita que él sentía
por todos los hombres, él hizo una fusión momentánea entre su alma colectiva de
la humanidad. Durante esa fusión,
integró a su propia consciencia el karma negativo del mundo y lo neutralizó por
medio del influjo Crístico que le había sido transmitido durante su Iniciación
en Egipto. Ese es el fundamento
esotérico de la Redención.
Mientras estaba en la cruz, Jesús no se limitó a neutralizar el Karma
negativo de toda la humanidad. Él también le dio un impulso espiritual sin
precedente e imprimió en su consciencia colectiva el deseo de elevarse para
ideales superiores, fundamentados en el respecto por los otros y en la
veneración a Dios. En otras palabras, implantó una aspiración religiosa y
mística en el inconsciente colectivo de los hombres. De manera general, podemos
decir que su crucifixión, máximo evento y último de su ministerio público,
marcó el fin de la Era de Aries y el inicio de la Era de Piscis o la transición
entre dos ciclos de evolución cósmica para la humanidad. También es interesante
observar que el emblema de los primeros cristianos era un pez. El propio Cristo
era frecuentemente designado por el hombre de “Ichtus”, que en griego significa
“Pez”. Todavía debemos agregar que las letras que componen esa palabra (Ichtus” son las iníciales de la frase “Iesous Christos Theou Uios Soter” que
quiere decir “Jesús Cristo Hijo de Dios,
Salvador”.
Es bueno recordar que Jesús no fue el único avatar que asumió el papel de
Redentor. Otros Grandes Iniciados,
especialmente los que dieron origen a diversas religiones, también desempeñaron
ese papel. Sin embargo, la Redención que ellos trajeron al mundo, no constituyó
el propósito principal de su ministerio.
Por otro lado, esa Redención fue apenas parcial. En otras palabras,
ellos sólo neutralizaron una parte del Karma negativo de la humanidad, en
cuanto que el Cristo lo anuló totalmente. Agreguemos que él cumplió su obra
redentora con perfecta consciencia y conocimiento de causa. En eso, él fue no
solamente el Maestro fuera de lo común, sino también un puro agente del Poder
Divino. Fue por esa razón que los Esenios lo consideraron el Logos, es decir,
la Encarnación del Verbo Divino (leer también los Evangelios de San Juan). De cualquier forma, su misión fue
excepcional y se inscribe en una dimensión universal.
¿Qué sucedió después de que Jesús fue curado?
Jesús
bajado de la cruz y después de haber sido curado por José de Arimatea y sus
hermanos esenios, fue llevado al monasterio del Monte Carmelo, donde había
pasado gran parte de su infancia.
Después de haber reposado por algún tiempo, reunió a sus 120 discípulos
y durante una Iniciación de la más alta importancia, los nombró a cada
uno. Esto quiere decir que les otorgó
la autoridad necesaria para que pudiesen hablar y actuar en su nombre, suceso
del que la religión cristiana hizo la fiesta denominada “Pentecostés”. Investidos de esa autoridad y del influjo
espiritual correspondiente, denominado “Espíritu Santo” en el cristianismo, ellos partieron por el
mundo para cumplir su propia misión. En
el plano exotérico, fueron encargados de hacer conocer la misión Crística a los
judíos y a los pueblos vecinos. En el
plano esotérico, su papel fue contactar a los miembros de las Escuelas de los
Misterios y trasmitirles las doctrinas secretas que Jesús les había enseñado.
Gozando del ambiente tranquilo y sagrado del Monte Carmelo, Jesús dedicó el
resto de su vida a registrar por escrito la mayor parte de sus enseñanzas y a
trabajar espiritualmente al servicio de la humanidad. Fue en ese elevado lugar que él pasó por la
muerte, rodeado de sus hermanos esenios.
Según fuentes de otras organizaciones iniciáticas, Jesús contaba con 72
años. ¿Será que algún día podremos
descubrir en una sala inaccesible del Vaticano (actualmente conocimientos
custodiados por HH:. Masones y Fra. Rosacruces, razón por la cual existen y
existirán Papas pertenecientes a esta ordenes fraternales – leer Los papas
Masones); o en una de las bibliotecas esotéricas del mundo, los manuscritos que
fueron escritos por las manos de Cristo? Sea como fuera, la esencia de su
doctrina no fue perdida. Gracias a la
obra misionera de sus discípulos que fue trasmitida a las Escuelas de los
Misterios de la época.
Antony Gonzalez Figueroa
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