MITHRA EN ORIENTE.
1.Los orígenes del dios.
El documento más antiguo que atestigua la presencia
y culto al dios Mithra data del año 1380 a.C. Se trata de un acuerdo o pacto que se sella entre dos reyes de la región de Asia Menor. El rey de Mitanni,
Mativaza, firma un acuerdo de paz con el rey hitita, Subbiluliuma. Como testigos
de este acuerdo son nombrados
los dioses principales del panteón de Mitanni: Varuna, Mithra, Indra y los dioses
gemelos Nasatya.1 Este testimonio nos remite a la protohistoria 2 del culto a Mithra,
en el sentido
que nos ofrece el revelador dato de una fecha de partida,
unos dioses con quienes comparte un panteón y un lugar destacado dentro de un estado
como lo fue Mitanni.
La tardía fecha del siglo XIV a. C., nos remonta a la Edad del Bronce dentro del marco geográfico del Próximo Oriente Asiático, en un momento en el que se está produciendo el movimiento de un importante
contingente poblacional, las tribus indo-arias, que atraviesan la región desde Armenia hasta la zona del Indo
y entran en contacto con las distintas poblaciones
1 La inscripción donde aparece esta dedicación fue hallada en 1907 en Boghazkennii, (Turquía), en los archivos
reales de la antigua capital hitita a 150 km. de Ankara.
Podemos encontrar una traducción al francés
de dicho texto en Labat, R. et alii. 1970: Les Religiones du Proche-Orient, Textes et traditions
sacrés babyloniens-ougaritiques-hitites. Paris. 505. El informe
del hallazgo y de la excavación se encuentra
en Winckler, H. 1907: Vorläufige Nachrichten über die Ausgrabungen in Boghaz-Köi im Sommer
1907.1. Die Tontafelfunde, MDOG, 35. Para un estudio del texto véase Turcan, R.
1992: Les Cultes Orientaux
dans le monde romain. Paris. 194; Cumont, F. 19561903: Les mystères de Mithra, Bruselas,
1-3 y Frye, R. 1965: La Herencia de Persia, Madrid. 45.
2 Tomo prestado este concepto de R. Turcan para intentar
definir el período
amplio que comienza desde la fecha de esta inscripción hasta los siguientes testimonios escritos
en donde aparece
Mithra. Estos serán en plena monarquía persa aqueménida, lo que habrá supuesto
casi nueve siglos oscuros, en los cuales va madurando
el culto y la personalidad
de este
dios.
mesopotámicas y semitas.3 El problema de las poblaciones indo-arias ha suscitado un profundo debate historiográfico, principalmente a la hora de intentar establecer la trayectoria que siguieron
en su devenir por la zona4. Desde la región
mítica de Airyanem
Vaejah, comenzaron a emigrar, fortaleciendo su identidad en torno a dos grandes
poblaciones, la irania y la india. El hecho de que podamos
encontrar estas divinidades de origen indo-ario en Mitanni,
permite reforzar la idea de que este reino fue un punto de poblamiento ario importante5 y logró un desarrollo estatal destacado cuando el resto de los arianos
aún se movían por parámetros tribales y de jefaturas. Mithra aparece
aquí como testigo y valedor de un pacto o tratado de amistad, un elemento
que como veremos más adelante se va convertir en rasgo significativo de las atribuciones que son conferidas a esta divinidad. Además, está acompañado de otras divinidades indo-arias importantes: Varuna e Indra, que en el posterior panteón védico tendrán un protagonismo destacado. Y, por último, es importante, también el contexto
real en el que se establece el pacto, ya que nos va a indicar
la relación que desde sus orígenes
se estableció entre Mithra
y la realeza.
El origen de la divinidad que estamos estudiando se remonta a un momento anterior
a
esta fecha
que hemos
encontrado en Mitanni,
en
el
3 Boyce, M. 1984: Textual Sources for the Study of Zoroastrianism. Manchester. 8-9; también,
Curtis, J. 1993: Early Mesopotamia and Iran, contact
and conflict. c. 3500-1600
B.C. London.
4 Desde principios de los
años ochenta ha dejado
de tener vigor la tesis
de las invasiones iranias que habrían irrumpido en la zona. Al contrario, cobra más sentido la posibilidad de establecer una penetración progresiva con unos orígenes mucho más remotos. Las áreas de procedencia podrían
establecerse entre el Asia Central,
el Cáucaso y el Caspio.
La población que se encuentra en la región del Irán a fines del II Milenio
a.C. es de composición mixta, ya que el protagonismo medo-persa no se producirá hasta fines del s. VIII a.C. En contra de la tesis del invasionismo, se argumenta la continuidad material que se comprueba
en la zona, en el tránsito
de la Edad del Bronce a la Edad del Hierro, lo que confirma
la presencia de un elemento iranio desde el s. XIII que irá evolucionando en interacción con las otras culturas
de la zona. Cfr. Ghirshman, R. 1977: L’Iran et la migration
des Indaryens et des Iraniens.
Leiden; Medveskaya, I. 1982:
Iran: Iron Age I. Oxford.
5 Los testimonios arqueológicos han demostrado cómo se produce, a partir de la mitad del II Milenio,
una penetración de la nobleza aria, que combatía en carro, en los órganos de poder de la monarquía
hurrita de Mitanni. Esto habría posibilitado el que encontremos a estas divinidades indo-arias dentro del panteón de Mitanni.
Garelli hace un estudio sobre este grupo de nobles guerreros, destacando principalmente la presencia
de nombres de origen védico entre los
reyes de Mitanni. Cfr.
Garelli, P. 1982: El Próximo
Oriente Asiático. Barcelona. 106-107.
contexto de las tribus indo-arias. Se trataría
de la deificación del concepto abstracto
de contrato, confiriéndole progresivamente una entidad
espiritual y posteriormente una imagen antropomórfica.6 Dentro de las sociedades tribales con un marcado componente bélico, como es el caso
de la indo-arias, ocupa un papel significativo el concepto de juramento
y de fidelidad
al mismo. En sánscrito “Mihr” significa
contrato o pacto y este concepto
es el que viene a encarnar
el dios Mithra. De los pocos testimonios escritos en relación con el Mithra oriental
que disponemos, el Décimo Canto del Avesta (conocido como del Xº Yasht o Mihr Yasht)7, muestra a través de su lectura entre líneas, una serie de elementos
que nos permiten
descifrar cuáles pudieron ser algunos de los rasgos de Mithra antes del Zoroastrismo. Sundermann ha ofrecido una interpretación esclarecedora sobre algunas atribuciones
que recibe Mithra en el Xº Yasht y que hacen alusión directa a una serie de funciones
que
pudo ejercer el dios en una época tribal.8 Mithra es el señor de la casa, del clan, de la tribu, del país (Xº Yasht, 17, 99).9 Es significativo también el lazo de unión que se percibe en este dios en relación
con el poder real. La divinización del juramento, de la fidelidad
debida a estos y de la posibilidad de atraer sobre sí un castigo cuando
el juramento fuese incumplido encontraba un beneficiario directo en la figura del jefe. Éste hallaba un aliado divino a la hora de garantizarse la fidelidad
de sus guerreros. Todo esto nos lleva a pensar en el carácter central que pudo ocupar
Mithra dentro del conjunto de divinidades reverenciadas por los indo-arios en su período de formación como nación. Mithra recibe junto con sus atribuciones sobre los juramentos, rasgos
guerreros y progresivamente es tenido como el garante
de la soberanía
aria sobre las
6 Altheim
lo atribuye a la fantasía
mitopoyética de los pueblos que les lleva a divinizar este tipo de conceptos. Cfr. Altheim, F. et alii. 1987: Las Culturas
Superiores de Asia Central
y Oriental
I. Madrid. 177.
7 Ya tendremos ocasión en el epígrafe
segundo de este capítulo
de estudiar más profundamente este texto fundamental. Baste sólo como adelanto, que aunque su recopilación data del siglo III de nuestra
era, sigue la tradición
zoroastriana del siglo VI a. C. y a su vez, recoge elementos
que se remontan a este período
del que estamos
hablando ahora.
8 Sundermann, W. 1979: The Five Sons of the Manichaean
God Mithra. en M.M, 782-3. En estos pasajes
se da a entender una relación
estrecha entre Mithra y una serie de autoridades tribales
de una época claramente anterior a la de la monarquía
persa y meda.
9 Cfr. Mihr Yasht (Himno a Mithra). Traducido por J. Darmester, en Müller, M. 1993: Sacred Books
of the East. Delhi.
tierras que se están conquistando.10 Lamentablemente, este matiz queda oscurecido por la ausencia directa de datos que existen para poder comprender en conjunto cómo pudo ser el culto de Mithra antes de la aparición de la reforma religiosa
de Zoroastro.
Como
hemos visto, desde el primer momento Mithra aparece acompañado por otros dioses del panteón indo-ario. De todos ellos, debemos destacar
dos con los cuales llega a constituir un binomio. El culto a Mithra en la región de la India aparecerá
asociado a la figura de Varuna,
con quien ya lo habíamos visto en el texto de Mitanni; en el Irán, será la diosa Anahita la que forme pareja
divina con nuestro dios. No es nuestra intención profundizar
en la estructura que caracteriza el panteón védico,11 aunque debemos destacar que en la cúspide
se encuentran Mithra y Varuna.
Estas dos divinidades constituyeron una pareja complementaria en la cual se encarnaban las contradicciones cotidianas de la naturaleza: una simboliza
la claridad (Mithra)
la otra la oscuridad
(Varuna). Ambos son responsables del cielo y la tierra,
con atribuciones con respecto a la vegetación y la naturaleza.12 Es en la literatura védica donde se desarrolla la metáfora de interpretar el significado de Mithra como representación de la “amistad”.13 También fue estrecha
la relación que se estableció entre Mithra y el dios guerrero
védico Indra; hasta el punto, que
10
Varenne, J. 1989: Zoroastro, el profeta
del Avesta. Madrid. 23.
11
Los estudios sobre la religión
indo-aria en estos tiempos
remotos son deudores del trabajo realizado por G. Dumézil.
Partiendo de su premisa,
el motivo central de la ideología
indoeuropea es la concepción según la cual el
mundo y la sociedad
no pueden vivir sino es por la colaboración armoniosa de las tres funciones
superpuestas de soberanía, fuerza y fecundidad (Cfr. Dumézil, G. 1990: El destino del guerrero, Madrid. 16); presentó
una sistematización funcionalista de los dioses que constituían el panteón védico-iranio pre- zoroastriano: en el primer nivel de la teología
védica, los dos principales dioses soberanos, el mago todopoderoso Varuna, y Mitra, el contrato personificado; en el segundo nivel, Indra, el dios
fuerte; en el tercer nivel, los gemelos Nasatya. Ibidem, 17.
12 Varuna y Mithra se encuentran en la base originaria de la religión de los antiguos
iranios constituyendo divinidades centrales. Ambos llegaron a ser identificados bajo el apelativo “Mitravarunau”. Las características que definieron el culto de estos dos dioses en la tradición védica son estudiadas por Campbell,
J. 1991: Las Máscaras
de Dios, mitología
occidental. Madrid,. 292-4 y Turcan, R.
1989: Mithra et le
Mithriacisme. Paris. 13-14.
13 Más adelante
analizaremos los diferentes significados etimológicos que pudo encerrar
la palabra “mithra”
y sus múltiples
variantes. Sin embargo, la identificación de Mithra como personificación de la “amistad” benéfica para los hombres, fue un rasgo importante que definió
al dios y que fue tenido muy presente
en el Mithra venerado en Occidente. Cfr. Scialpi,
F. 1979: Mithra en el
Mondo Naturale (un dio
grande e amico). en M.M. 824.
llegó a ser identificados en Persia. La ausencia de testimonios sobre nuestro dios en el período
anterior a la monarquía persa sólo es superada
gracias a unas cuantas inscripciones en Persa Antiguo, en las cuales aparece Mithra junto con otra divinidad
femenina denominada Anahita. Esta diosa de la fecundidad y del amor, recibió un culto importante en las regiones más occidentales del Irán.14 Mithra y Anahita aparecen en este contexto como dos dioses con un fuerte peso dentro de las capas populares, lo que nos lleva a situarlos como dos divinidades principales del panteón iranio pre-zoroastriano.
El
estudio del dios Mithra
en este período nos sitúa ante un elemento complicado: el significado de su nombre y las
múltiples variantes que se utilizan
para referirse a él; cuestión que no resulta banal puesto que en los años setenta hubo una polémica
en la cual, se decía que el Mithra adorado en Irán era diferente
al Mithras de los Misterios.15 Ya hemos indicado
que el sentido etimológico original de la palabra védica mithra es el de “contrato”, de donde se deriva la interpretación de este dios como la deificación de esta función.16
14 En torno a los orígenes de Anahita,
se han vertido diferentes teorías. Aunque en el texto del Avesta, aparece un tanto desdibujada y claramente en un segundo plano, las evidencias anteriores hacen pensar en un papel destacado
antes de la reforma
zoroastriana. Su origen podría proceder de las regiones
de Armenia y parte occidental del Irán (donde recibía el nombre de Anahit).
Encarna el papel de garante de la fertilidad, en consonancia con el culto de las Grandes Diosas del Próximo Oriente.
En tal sentido, las conexiones con Istar y con Nanaia
son aceptadas. Su culto pudo estar asociado
con el planeta Venus (Anahiti en iranio), lo que también
le habría conferido atribuciones sobre el amor y la salud. La importancia que pudo tener esta diosa en el período
que estamos estudiando, como luego
veremos para Mithra, queda manifiesta
en
el hecho de que Zoroastro
se ve obligado a reubicarla dentro de su panteón reformista. El arraigo
popular de Anahita,
especialmente en la región más occidental del Irán, posibilitó que su culto se mantuviera dentro de la religión
mazdeísta. Boyce ha sugerido una hipótesis sobre el origen de Anahita y su conexión con el planeta Venus. Cfr. Boyce, M. 1970: On Mithra´s Part in Zoroastrism, Bulletin of the School of Oriental
and African Studies, 33. London 22-38. Para una visión de conjunto
sobre Anahita, De Jong, A. 1997: Traditions of the Magi. Zoroastrianism
in Greek & Latin Literature. EPRO 133, Leiden.
103-106.
15 Fue S. Wikander (1951: Études sur les mystèries de Mithras, I, Lund) quien argumentó esta oposición, frente a la teoría de Cumont, sobre el protagonismo de los magos en la exportación de Mithra a Occidente. Su argumento
se apoyaba en las diferentes formas que utilizaron los autores
griegos para referirse
a este dios (MiqraV). Geo Widengren
desautorizó este razonamiento y reforzó la conexión
ineludible entre el Mithra Oriental
y el Mithra Occidental. Cfr. Widengren, G. 1980: Reflections on the origin of the Mithraic Mysteries. en AA.VV.
Perennitas.
Studi in onore di A. Brelich. Roma. 645-7.
16
A. Meillet en 1907 fue quien estableció por primera vez esta interpretación del vocablo
y planteó la posibilidad de entender a Mithra como la divinización del contrato. Cfr. Meillet,
A. 1907: Le dieu indo-iranien
Mitra, en J.A.. 143-159.
Los estudios filológicos han llegado a establecer la raíz de esta palabra *mei-, común entre las
lenguas indoeuropeas, que
hace referencia a la idea
de
“unión, juntar”, pero también al “intercambio”; de donde podría derivar la otra interpretación de la palabra en relación con la amistad.17 Si bien Mithra va a ser la manera más utilizada para referirse a esta divinidad, esta palabra no deja de ser una expresión conservada de la lengua de los medos, una de las familias arias. La forma para el persa antiguo es *Missa, atestiguada en nombres elamitas y arameos.18 También se
conocen otras muchas variantes
que están en la raíz de la mayoría de los nombres teofóricos relacionados con el dios: Mihr, Mehr, Meitros,
Meher, etc.19 De todas, Mihr cobrará un especial protagonismo ya que en persa significa “sol”. En el proceso que iremos viendo más adelante por el cual Mithra va recibiendo atribuciones lumínicas que lo identifican con el astro solar,
la palabra Mihr será la utilizada
para hacer referencia a esta connotación. Todas estas expresiones están relacionadas directamente con la raíz *mei, pero también podemos encontrar un conjunto de palabras que hacen referencia al dios Mithra, haciendo alusión a otras características o atribuciones de su divinidad. Sobre todas ellas destaca
la expresión Baga (dios). En la región de Sogdiana,
al noreste del Irán, se han encontrado varias inscripciones en las cuales
Mithra es honrado bajo el nombre de Baga.20
La religión irania anterior a Zoroastro
estaba formada por dos grupos principales de divinidades conocidas por los apelativos de ahuras frente a los daevas. Los primeros eran fuerzas
divinas beneficiosas para la humanidad,
17
Cfr. Turcan, R.
1993: op. cit. 11-12.
18
De Jong, A.
1997: op. cit. 173
19 D. Fingrut aporta estas variantes para referirse
al culto oriental
de Mithra, si bien luego hace una amplia relación de lugares
donde supuestamente fue venerado,
sin ofrecer argumentos que lo avalen, por ejemplo
China. Fingrut,
D. 1993: The Legacy of the Roman Empire’s Final Pagan
State Religion. Toronto.
20 Un estudio sobre esta identificación y la materialización que tiene
en el calendario y los festivales de la región de Sogdiana
y Bactria lo encontramos en Sims-Williams, N. 1991: Mithra the Baga,
Bernard, P. et Grenet,
F (dirs). Histoire et Cultes de l’Asie Centrale
Préislamique. Paris. 177-185.
estando al frente de ellos el binomio ya comentado
de Mithra-Varuna.21 Vemos así cómo Mithra debe ser entendido
como una de las divinidades centrales del pueblo iranio,
ocupando un lugar destacado hasta
la llegada de la dinastía persa aqueménida. Contrariamente a lo que A. Griffith afirma,22 sí podemos hablar, a través de los testimonios indirectos que las fuentes escritas nos ofrecen, de un culto específico relacionado
con el dios Mithra.
Como hemos comentado,
es el dios que preside
los juramentos y los contratos establecidos entre la población irania. Se sabe que recibía un culto oficial, en el cual se le realizaban ofrendas de trigo que eran recogidas por los magos medos, quienes le dirigían oraciones.23 De su relación con Indra, también ha ido asumiendo una serie de rasgos que lo vinculan
con el estamento guerrero y es invocado como dios que asegura las victorias de sus fieles.24
Por otra parte, es tomado como patrono de una sociedad de guerreros nobiliarios iranios, que realizaban un culto de carácter secreto. Sabemos de la existencia de este culto vinculado
a Mithra, porque Zoroastro
en su programa religioso se dedicará
con especial virulencia a la persecución de aquellos “que sacrificaban el toro”.
Este grupo centraba su culto en torno a dos prácticas principales: el sacrificio del toro y el consumo del haoma. La acción de matar un toro y posteriormente consumir
su carne y su sangre se entendía como un acto de hermanamiento entre los miembros del grupo; al igual que el consumo
21
Esta es la composición originaria del panteón
iranio. La reforma de Zoroastro, como luego veremos, primará a uno de estos ahuras, Ahura-Mazda, intentando eliminar
o limitar la presencia
de los otros dioses.
22
En su artículo Essays on Ancient Rome: Mithraism, difundido en Internet
a través de la Ecole Initiative, [http://eawc.evansville.edu/essays/mithraism.htm] esta autora afirma
que Mitra/Mithra nunca tuvo su propio culto y lo limita a ser sujeto nombrado en invocaciones y protagonista de un canto del Avesta. Esto no deja de ser una ligereza
por su parte, ya que manifiesta un desconocimiento grandes del papel destacado
que desempeñó Mithra en la época pre-zoroastriana. De igual manera, el reconocimiento por su parte de la existencia de himnos donde este dios era el protagonista, se convierte en la afirmación de ciertas prácticas
cultuales vinculadas en exclusiva a Mithra.
23 Dandamaev, M et Lukonin, V. 1980: Cultura
y Economía del Irán
Antiguo. Madrid. 453.
24 Cfr. Widengren, G. 1980: art. cit. 654. También se menciona
esta relación entre los guerreros
y Mithra en F. Grenet,
1991: Mithra au temple principal d’Ai Khanoum? , Bernard, P et Grenet,
F (dirs). Histoire et Cultes de
l’Asie Centrale Préislamique. Paris. 147-153.
del hongo alucinógeno del haoma.25 Sus efectos concretos son desconocidos, aunque es de suponer que potenciaría la experiencia de fraternidad y de unión mística. La importancia del haoma (que en la India fue conocido como el Soma) fue tal, que llegó a ser tenido como un dios y así fue como tuvo que integrarlo posteriormente Zoroastro en su reforma
religiosa.
Es importante
tener en cuenta las vinculaciones que Mithra mantenía con los elementos
relacionados con la luz y el fuego. Hemos establecido la región en la cual se establecen estas poblaciones indo-arias desde antiguo, insinuando los contactos
que pueden llegar a tener con las culturas del entorno.
En este proceso, no puede quedar a un lado el elemento religioso y la religión irania recibió
una serie de aspectos procedentes de Mesopotamia. Entre ellos destaca principalmente el carácter
astral en
relación
con
la
divinidad. Mithra fue vinculado con Shamash, el dios solar mesopotámico;26 de tal modo que nuestro dios recibe toda una serie de aspectos lumínicos que lo llevan a ser tenido como un genio de la luz, al mismo tiempo que se inicia su especial relación (que en muchos momentos
llega a confundirse con una identificación) con el astro solar. También se establece
un emparejamiento con el fuego: los juramentos que invocan
a Mithra como su garante,
son declarados ante el fuego sagrado, de ahí que sea tenido como Señor del Fuego.27
25
El haoma era mezclado
con la sangre del toro con la intención de fabricar
la poción de la inmortalidad. Cfr. Puech, H.C. 1979: Las Religiones del Mar Mediterráneo y Oriente
Próximo
I. Madrid. 81-2.
26
Cumont, F. 19871906: Las Religiones Orientales y el paganismo romano. Madrid. 129. Sobre el carácter solar de Mithra
ha habido desde siempre
un arduo debate,
con la intención
de aclarar, por un lado, hasta qué punto se debía entender
como dios solar, y también
en qué momento puede hablarse de Mithra como divinidad
de la luz. G. Gnoli, en su artículo de 1979: Sol Persice
Mithra, en M.M 725-740, hace un balance sobre las diferentes posiciones respecto
al carácter solar de Mithra. Gnoli es contrario
a la tesis de Gershevitch, quien ponía objeciones a la influencia mesopotámica para el carácter solar de Mithra,
ya que él es partidario de primar
el carácter lumínico de Mithra surgido de su relación
con la astrología caldea. Scialpi se centra más en destacar cuáles son las posibles atribuciones que se podían
desprender del carácter solar de este Mithra iranio. Como divinidad solar, transmite connotaciones de prosperidad, benefactor, longevidad... cfr. Scialpi, F.
1979: art.
cit. en M.M.830-840.
27 Cfr. Boyce, M. 1975: On Mithra,
Lord of Fire. Acta Iránica
IV. Teheran-Liège. 69-76.
Para acabar de definir esta imagen del dios Mithra en la etapa anterior
a la aparición
del Zoroastrismo, sólo nos queda mencionar un aspecto que estará muy marcado
en el Mithra avéstico: como dios principal del panteón iranio, y, probablemente, como consecuencia de las atribuciones solares que ha ido recibiendo, es
posible plantear la relación que
pudo tener con el concepto de
la muerte y de la Otra-Vida.28 Los lazos que ya hemos comentado
con el estamento militar,
lo presentan como garante
de las victorias, pero, además, debe entenderse
el compromiso
(que más
adelante veremos
claramente desarrollado, incluso con oraciones
expresas)
que adquiere Mithra
de proporcionar una recompensa para aquellos que caen en el campo de batalla.
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