El solsticio de invierno.
Vicente Alcoseri
En el solsticio de invierno, cuando el Sol del pasado año ha completado su jornada y alcanza el grado máximo de declinación austral se encuentra en el signo zodiacal Sagitario. Con referencia al Génesis 49:24 cuando Jacob agonizante habla del arco de José, es bien fácil identificarlo con el signo Sagitario que está representado por un centauro en el momento de lanzar una flecha, de suerte que la historia de Jacob muriendo en Egipto con José, se efectúa cada año cuando el Sol muere en el signo Sagitario en el solsticio de invierno. La historia de Sansón es otro aspecto del mito solar.
Mientras el cabello de Sansón era largo y seguía creciendo, su fuerza aumentaba; Sansón es el Sol y sus rayos representan el cabello de aquél. Desde el solsticio de invierno en diciembre hasta el solsticio de verano en junio, los rayos solares van creciendo y ganando en fuerza cada día. Esto aterroriza a los "poderes de las tinieblas", los meses invernales, los Filisteos, porque si ese Dador de Luz continuara reinando, su reino (el de los Filisteos) terminaría; y entonces se complotan contra Sansón para descubrir en qué consiste su fuerza. Se aseguran la cooperación de la mujer Dalila que es el signo de Virgo, y cuando Sansón, el Sol, pasa a través de este signo en septiembre se dice que dejó su cabeza en el seno de la mujer y le confió su secreto. Entonces ella le corta los cabellos, porque en ese entonces los rayos del Sol se debilitan. Entonces los Filisteos o meses invernales vienen y se llevan al debilitado gigante a su prisión: los signos australes en los que está el Sol, en el invierno. Le sacan los ojos, o sea que le quitan su luz, y por último lo llevan a su templo, y en el solsticio de invierno lo someten a infames indignidades, creyendo haber vencido a la luz completamente, pero con su fuerza restante el gran gigante solar derrumba el templo aunque muere en su esfuerzo, pero se sobrepone a sus enemigos, dejando así lugar para el nuevo Sol que nacerá para salvar a la humanidad del frío y del hambre que seguirían si se quedara siempre limitado por los poderes de las tinieblas, los Filisteos, los meses invernales. Las vidas de todos los salvadores de la humanidad están también fundadas sobre el pasaje del Sol en torno del círculo zodiacal, que describe las ordalías y los triunfos del Iniciado, y por este hecho se ha llegado a la errónea conclusión de que esos salvadores no existieron nunca, siendo esas historias simples mitos solares. Eso es erróneo. Todos los instructores divinos enviados al hombre son caracteres cósmicos, y el orden de sus vidas está de acuerdo con la marcha de los astros, los que contienen, por así decirlo, una biografía anticipada de sus vidas. Todos vinieron con luz divina espiritual y con conocimientos de igual índole para ayudar al hombre a encontrar a Dios, y por lo tanto los acontecimientos de su vida estaban de acuerdo con los acontecimientos que el portador físico de luz, el Sol, encuentra en su peregrinaje a través del año. Los Salvadores han nacido de una Virgen inmaculada, cuando obscuridad era mayor entre la humanidad, así como el Sol de cada año nace, o comienza su jornada, en la noche más larga del año, cuando el signo zodiacal Virgo, la Virgen, se mantiene sobre ¿horizonte oriental en todas las latitudes entre las 1 0 y las 12 p. m y permanece tan inmaculada como siempre, aún después de haber dado a luz un hijo-Sol; de ahí que veamos a la diosa egipcia Isis sentada en una Luna creciente, nutriendo a su hijo divino, Horus; A Astarté, la inmaculada señora de Babilonia con su hijo Tamuz y una corona de siete estrellas sobre su cabeza; a Devaki en la India con su hijo Krishna, y a nuestra propia Virgen María ando a luz al Salvador del mundo occidental bajo la estrella de Belén. Por todas partes la misma historia: La Madre inmaculada, el Hijo divino y el Sol, la Luna o las estrellas. Así como el Sol material es débil y tiene que huir de los poderes de las tinieblas, así también todos esos divinos dadores de luz la perseguidos y se ven obligados a huir de los poderes del mundo; y como el Sol, siempre escapan. Jesús huyó ante Herodes. El Rey Kansa y el Rey Maya son sus contrapartes en otras religiones. El bautismo ocurre cuando el Sol pasa a través del signo Acuario, el aguador, y cuando pasa por el signo Piscis, en marzo, tenemos el ayuno del Iniciado, porque Piscis es el último de los signos australes, y todos los almacenes otrora llenados por los dones del Sol del año anterior están casi exhaustos, y el alimento del hombre escasea. El alimento de pescado de la cuaresma, que tiene lugar en ese tiempo, es una corroboración más del origen solar del ayuno. Cuando en el equinoccio el Sol "cruza el ecuador", tiene lugar la crucifixión (1), porque entonces el Dios Solar comienza a dar su vida como alimento a sus adoradores, madurando el trigo y las uvas, de los que se hace el "pan y el vino". Para efectuar eso es necesario que deje el ecuador y siga su marcha ascendente por el cielo. Similarmente la humanidad no se beneficiaría nada, espiritualmente hablando, si sus Salvadores permanecieran con ella, y por consiguiente se van hacia los cielos como "hijos" (o soles) de justicia y rectitud, alimentando a los fieles desde arriba, así como lo hace el Sol con el hombre cuando se eleva en el cielo. El Sol alcanza su punto máximo de declinación boreal en el solsticio de verano; entonces se sienta en "el trono de su padre", el Sol del año anterior; pero no puede quedarse allí más de tres días; entonces retorna hacia abajo hasta su nodo occidental.
Análogamente los Salvadores de la humanidad ascienden hasta el trono del Padre, para renacer de vez en cuando para el bien de la humanidad, cuya verdad está encerrada en el credo Niceano: "y de allí volverá". El movimiento conocido bajo el nombre de "precesión de los equinoccios" por el que el Sol cruza el ecuador el 21 de marzo en un punto diferente cada año, determina el símbolo del Salvador. Cuando nació Jesús, el Sol cruzó el ecuador por el grado 5º de Aries, el cordero. Por consiguiente Cristo fue "el cordero de Dios". Sin embargo, hubo una disputa, porque algunos creían que debido a lo que se llama la órbita de influencia, el poder del Sol estaba realmente en el signo Piscis, los pescados, y que el símbolo de Cristo debía ser un pez. Como reliquia de esa disputa tenemos que hoy en día la mitra del obispo tiene la forma de la cabeza de En inglés: At the vernal equinox the Sun "crosses the equator" and that time the "crossification" or crucifixion occurs... (N. del T.) un pez. Cuando nació Mitras, el Salvador Persa, el Sol cruzaba el signo Tauro, y de ahí que veamos a Mitras montado en un toro, y eso fue también la base de la adoración del Buey Apis en Egipto. Actualmente el equinoccio está en el grado 10 más o menos de Piscis, los peces, así que si un Salvador naciera ahora sería un "Pez- Hombre" como Oannes de Nínive (Nineveh), que por corrupción se transformó en Jonás. Las cuatro letras que se dice se pusieron en la cruz de Cristo y la manera de fijar la Pascua Florida en commemoración de ese acontecimiento, también muestran un carácter cósmico del asunto; las letras I. N. R. I., se supone generalmente que significan Iesus Nazaranus Rex Judaeorum, pero son también las iniciales de los nombres hebreos de los cuatro elementos Iam, agua; Nour, fuego; Ruach, aire o espíritu; Iabeshad, tierra. Sería también absurdo fijar el aniversario de la muerte de un individuo según se fija la Pascua Florida por el Sol y la Luna, pero se hace debidamente, pues es una fiesta solar de carácter cósmico, relacionada al Sol como dador de luz espiritual y como luminaria física. Cuando el Sol abandona su trono en el solstício de verano, el 21 de junio, y pasa hacia el nodo occidental, entra en el signo Virgo a fines de agosto.
Entonces tenemos la fiesta católica de la "Asunción", el 15 de agosto, en Leo, de aquí avanza a su nodo oeste y entra en el signo de Virgo alrededor del 22 de agosto. De este modo la Virgen nace del Sol por así decirlo. Esto nos trae la solución astronómico de ese pasaje de la Revelación que dice. "Yo vi una mujer vestida con el Sol y con la Luna a sus pies". Ese fenómeno ocurre en el mes de septiembre justamente después de la Luna nueva; porque visto desde nuestra Tierra, el Sol cubre o viste al signo Virgo todo el mes de septiembre, y como la Luna está abandonando su conjunción con el Sol, parece estar debajo de los pies de la Virgen. Cuando se representa a Juan el Bautista diciendo respecto de Cristo que "él debe aumentar pero yo debo disminuir" está simbolizando al Sol en el solsticio de verano, cuando comienza a disminuir su luz durante el siguiente medio año, mientras que Cristo por su nacimiento en Navidad está identificado con el Sol nuevo que aumenta la longitud del día hasta mediados del verano. Vemos, pues, que la lucha entre la Luz y las Tinieblas en el mundo físico está relacionada estrechamente en las escrituras de las diversas religiones con la lucha de los poderes espirituales de luz y vida contra los poderes de las tinieblas y de la ignorancia. Y esa es una verdad común a todos los pueblos en todas las edades. Los mitos de los dragones encarnan la misma verdad, cuando los griegos nos hablan de la victoria de Apolo sobre Pytón y de Hércules sobre el dragón de las Hespérides; los Noruegos nos hable de Beowulf venciendo al dragón de fuego; de Sigfrido triunfando sobre Fafner y de San Jorge y el dragón. En nuestra edad materialista esas verdades se han relegado temporariamente al olvido por considerárselas historias fantásticas sin ninguna base de verdad; pero el tiempo vendrá, y no está muy distante, en el que esas reliquias serán restauradas y honradas como encarnaciones de grandes verdades espirituales
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