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lunes, 14 de enero de 2013

LIBERTAD DE CONCIENCIA Y LAICIDAD


Reseña crítica de las ponencias sobre separación de las Iglesias del Estado, delitos cometidos por ministros de las religiones, y apostasía, expuestas en la mesa sobre Libertad de Conciencia y Laicidad del Congreso de Librepensadores de las Américas realizado en noviembre de 2012.

Ponentes: Albert Riba, Jaime Muñoz y Diego Casera

La libertad de conciencia está vinculada íntimamente con la laicidad pues la primera supone un ejercicio íntimo, y un derecho propio de todo ser humano, para decidir en su fuero interno sobre la definición, adhesión o no adhesión, a concepciones de cualquier tipo, mientras que la laicidad implica la institucionalización estatal del deber social de respetar ese derecho individual de todas las personas, evitando que las concepciones diferentes entren en conflicto y que algunas de ellas pretendan imponerse sobre las demás y determinar las políticas del Estado.

Pero como esa defensa de la libertad de conciencia por parte de la laicidad no es fácil cuando hay quienes no aceptan que sus concepciones estén en plano de igualdad con las demás, y pretenden imponerlas a toda costa, es importante conocer y debatir sobre lo que sucede al respecto en el mundo, y es por esto que considero se trató el tema “Libertad de conciencia y laicidad del Estado en Argentina, Latinoamérica y el mundo: luchas, logros y horizontes” en la Mesa 1 del Congreso de Librepensadores de las Américas, organizado por la Asociación Internacional de Libre Pensamiento (AILP) en Mar del Plata, Argentina, el pasado mes de noviembre de 2012.

Esta Mesa estuvo presidida por Raúl Bula, Presidente de la Asociación Uruguaya de Libres Pensadores, AULP, y trató sobre “La separación de las iglesias del Estado: motivos y métodos”, “La financiación pública de las religiones”, “Delitos y crímenes cometidos por quienes se amparan bajo sus ministerios religiosos”, “Hacia una ley de libertad de conciencia y equidad institucional”, y “La apostasía como herramienta laica del librepensamiento”. 

Para facilitar una visión de conjunto, resumo a continuación tres de estas ponencias, que son las que dispongo, pero recomiendo su lectura integral, para lo cual remito a los textos completos de las mismas.

“La separación de las Iglesias del Estado: motivos y métodos”. 

Ponente: Albert Riba, Portavoz de la AILP para España, Ateos de España.
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A raíz de la Ilustración, con la Revolución Francesa y desde mediados del siglo XIX a mediados del XX, cobraron fuerza los derechos de las personas y los ideales de una sociedad justa, fraternal e igualitaria, pero las religiones cristianas se han opuesto a la libertad de conciencia, la democracia y los avances sociales, y también hemos tenido guerras, revoluciones y fascismos. Los librepensadores pensamos se consolidaría un cambio de mentalidad, pero, por ejemplo, en Rusia, en la que durante decenios no existió apoyo estatal a las religiones, ahora los ortodoxos se han recuperado económica, política y socialmente.  

Se formó la Asociación Internacional de Librepensamiento en 1880, y un triunfo fue la Ley de Separación francesa, pero la primera guerra mundial hizo languidecer las organizaciones librepensadoras y la propia asociación internacional. ¿Qué errores se cometieron y cuáles fueron sus causas?: No se hizo un análisis correcto de la realidad, ni se defendieron los logros por no enfrentarse al dogmatismo y fundamentalismo, hubo dispersión de planteamientos y enfrentamientos internos, se buscaron alianzas en el campo contrario y se tergiversaron análisis para que coincidan con intereses. Nos creimos que los conservadores y las iglesias se habían vuelto demócratas, librepensadores y tolerantes y nos dejamos arrastrar hacia estados liberales, que han sido comparsas del capital financiero con apoyo de las religiones. 

Las religiones se vieron afectadas por la revolución científico técnica y la ideológica iniciada con la Ilustración, pero el negocio les hizo poner en marcha su propia revolución burguesa y pasar al capitalismo, y darse cuenta que nuestra auto complacencia nos estaba desarmando. La izquierda se estaba adaptando al sistema y los librepensadores y progresistas nos vimos arrastrados a ella. Pero las religiones han renovado sus técnicas, estructuras, métodos y contenidos, y se han diversificado las corrientes. En ciertos países las religiones han recuperado poder político, en forma directa e indirecta. Y nuestros padres y abuelos no pudieron cambiar la mentalidad de la ciudadanía y se les colaron sinvergüenzas que arruinaron el prestigio progresista. 

¿Cómo abordar el futuro? No es fácil, aunque hay objetivos que siguen, como conseguir un Estado laico. Podemos actualizar contenidos y el lenguaje y mejorar nuestras actuaciones: una labor educativa profunda explicando nuestra propuesta; implicar a la ciudadanía en la elaboración de las estrategias y su ejecución, y obviar todo recurso a la violencia; mantener los objetivos de promoción de la cultura, defensa de la libertad, impulso de la laicidad, fomento del progreso y promoción de la educación pública gratuita y no discriminatoria; nunca dar por conseguidas las metas de libertad, democracia, laicismo, que son atacadas si no se defienden diariamente; y seguir criticando fondo y forma de las religiones siguiendo la máxima de que las personas son respetables pero las ideas son criticables; y sabiendo que nos atacan con el famoso delito de blasfemia. 

Se justifica la recuperación de la Asociación Internacional del Librepensamiento para cumplir nuestros objetivos, pero se deben buscar fórmulas de colaboración con otras organizaciones, y recoger experiencias de quienes luchan por la laicidad, la libertad de conciencia, los ateos, los agnósticos y quienes comparten nuestros ideales, sin identificarnos con una tendencia política concreta. Propone continuar la campaña contra el delito de blasfemia, iniciar la campaña sobre las iglesias y el dinero público, y retomar el avance hacia una enseñanza laica, pública, sin adoctrinamientos ni dogmas.

"Delitos y crímenes cometidos por quienes se amparan bajo sus ministerios religiosos”.

Ponente: Jaime Muñoz, Portavoz de la Asociación Ecuatoriana de Libre Pensamiento. Ponencia leída por Richard Salazar, por enfermedad del ponente.
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Hacia 1123 se impuso el celibato a quienes quisieran oficiar de sacerdotes. Se podrían manejar muchas hipótesis sobre las causas por las cuales frailes de la Iglesia Católica han cometido y cometen crímenes sexuales, pero la explicación más idónea es la condición aberrante a que somete a sus ministros la jerarquía vaticana, y resulta artificiosa la explicación de Juan Pablo II que atribuye estos abusos sexuales al "misterio del mal", según el cual "el clima de pansexualismo y de libertinaje sexual que se ha creado en el mundo" es el responsable. La Historia conoce los crímenes sexuales cometidos por los sacerdotes desde que se impuso el celibato y es más bien la apertura de la mente de los feligreses, los últimos años, la que devela estos secretos, considerados "pecados" y no delitos, los que terminan en la impunidad vía perdón. 

El celibato no es abstención sexual sino soltería y ya fue recomendado por Saulo de Tarso (san Pablo), lo que muestra la moral contra natura de este personaje, desvirtuando la naturaleza revolucionaria del cristianismo primitivo, de lo que echó mano el jefe de la Iglesia para conseguir su verdadero objetivo: asegurar que los bienes de los clérigos engorden las arcas eclesiales, pues de aceptarse el matrimonio de los sacerdotes, sus bienes terrenales pasarían a mano de sus herederos. Parece ser que esta es la causa fundamental de la conducta sexual del clero católico. Y devaluar a la sexualidad al convertirla en pecado, equiparándola con lo sucio y repudiable, sin argumento válido alguno, conduce inevitablemente a la desviación de esa energía poderosa de la vitalidad humana: la libido. Junto con los daños, a menudo irreparables, causados a pequeños y pequeñas, no pocas veces son víctimas, también, mujeres engañadas, seducidas, víctimas del abandono de ellas y de sus vástagos.  

Para encontrar “causas de las causas” hay que señalar la organización de la iglesia católica como institución, que tuerce su condición de comunidad fraterna en una institución manipuladora de las conciencias, cerrada y constituida por sujetos a los que les considera diferentes de los demás, pretendiendo que su condición célibe les otorga una suerte de naturaleza angelical. Además, el Vaticano se ha constituido en aliado del poder económico y se ha coludido con regímenes fascistas y dictaduras. Pero sería injusto no mencionar las excepciones de frailes que combatieron y combaten por la liberación de los pueblos, como Arnulfo Romero, Frei Betto, Leonidas Proaño, Carmilo Torres. 

Entre los abusos cometidos por los sacerdotes está la manipulación de las conciencias, modeladas desde el dogma, la obediencia, la resignación, el miedo y el sentimiento de culpa. La respuesta a este fenómeno, junto con exigir la abolición del celibato, es combatir por la liberación de las mentes, el rechazo al dogma, la búsqueda de la verdad. La salida es la frase pronunciada por Goethe antes de su muerte: Más luz. 

“La Apostasía como herramienta laica del librepensamiento”.

Ponente: Diego Casera, Apostasía Colectiva Uruguay.
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Un aspecto laico reconoce la autonomía de lo político y civil respecto de lo religioso. Las religiones han sido vehículo para dominarnos e impedir seamos ciudadanos completos. Especialmente la iglesia católica, con sus intentos de intromisión en la vida del Estado y decisiones políticas, es obstáculo para el avance de nuestras sociedades. La laicidad es herramienta fundamental para proteger la libertad absoluta de conciencia y defenderla del avance de los dogmas. A las creencias aceptadas acríticamente se aferran los individuos pues no alteran el orden establecido. La crítica de su orden constituye un peligro para la iglesia católica. 

La apostasía constituye una herramienta para el librepensamiento, como todo mecanismo que impide que la costumbre tome el lugar de la conciencia. Rechazamos que se someta nuestro pensamiento a una autoridad. La apostasía resulta indispensable para garantizar los derechos ciudadanos. Apostatamos porque no deseamos pertenecer a una institución como la iglesia católica, que aplica presiones fundándose en la cantidad de miembros que figuran en sus registro de bautismo. Cada vez que la iglesia católica manifiesta su oposición al progreso social (esto es: al divorcio, a la despenalización del aborto, al matrimonio entre personas del mismo sexo, entre otros), lo hace basándose en su dogma y en su alto número de integrantes, es decir de bautizados, no a través del grado de adhesión social a sus preceptos dogmáticos.  

Un librepensador puede ser religioso o no, pero rechaza cualquier autoridad que se oponga a la razón. No puede permitir que sus datos estén en poder de aquellos que los utilizan estadísticamente para ejercer presiones. Quienes fuimos bautizados en la iglesia católica, por decisión unilateral de nuestros padres, pero hemos evolucionado en nuestro pensamiento y trabajamos por ser librepensadores, hemos solicitado se nos dé la baja del catolicismo y bregamos para que otros ciudadanos en las mismas condiciones consideren hacer lo propio. El trámite de apóstata debe ser realizado en la órbita de la institución católica, es necesario someternos a sus estatutos para formalizar la apostasía y darnos de baja en virtud de no querer pertenecer a ella.  

No ha sido sencillo utilizar la apostasía porque no existe interés de parte del vaticano en brindar detalles que faciliten el trámite. En Uruguay se nos pusieron todas las trabas posibles. La sociedad en su mayoría no condena la homosexualidad, no es contraria a la despenalización del aborto, es propicia a la educación sexual en el ámbito público, etc. Sin embargo, el catolicismo se arroga la representatividad de la sociedad cristiana, basados en la cantidad de bautismos que figuran en sus registros, para oponerse. Por ello es importante apostatar, lo que en la medida en que nos sumemos será importante, y habremos sido coherentes entre lo que pensamos y sentimos y nuestro accionar. También hay que considerar e informarse sobre el "habeas data". Hay que difundir esta información pero existe resistencia de algunos medios. 

No nos motiva desde ningún punto de vista un espíritu negativo, ni tampoco de confrontación, pero pretendemos dar a conocer los efectos negativos que trae aparejado el hecho de permanecer sumidos en la inacción de mantenernos como activos en los registros de la iglesia católica, la cual tiene información que no le corresponde, por lo que estaremos atentos al uso espurio de esa información. Para terminar cita a Catherine Kintzler: "las que amenazan la laicidad son las religiones que no han renunciado aún a su pretensión de hacer la ley, a reglamentar costumbres y a reglamentar la sociedad civil. Lo que la laicidad reclama no son religiones moderadas, sino religiones amputadas de sus pretensiones jurídicas, que respeten los derechos de los ciudadanos y que acaten las normas legales vigentes"

Las ponencias disponibles de las Mesa 1 "Libertad de conciencia y laicidad del Estado en Argentina, Latinoamérica y el mundo: luchas, logros y horizontes" pueden verse y descargarse desde el siguiente vínculo:

Pulsar sobre esta imagen para acceder a la carpeta de ponencias de la Mesa 1
Agradezco a Antonio Vergara por haberme facilitado estas ponencias.

Opinión


Luego de leer y sintetizar estas ponencias, encuentro que uno de los puntos en común es la preocupación por el accionar dogmático e intolerante proveniente de las iglesias, especialmente la católica. Pero esta preocupación no implica que el quehacer de los librepensadores esté supeditado o sea simplemente reactivo frente a ellas, sino que es proactivo al defender los derechos individuales, para pensar libremente, sacar conclusiones propias, y actuar en consecuencia sin que ello afecte a los demás, lo que suele llevar a concepciones diferentes a las que imperan mayoritariamente en nuestras sociedades, y allí es cuando la educación en la intolerancia genera el odio por el diferente. Y es frente a esa intolerancia y rechazo que actúa reactivamente quien practica el librepensamiento, aunque su preocupación principal es propositiva, por el triunfo de la razón, de la libertad, de la tolerancia.

Pero no solo me preocupa la imposición y la intolerancia en materia religiosa y moral, pues hay otras intolerancias graves basadas en el odio al diferente, que se expresan en marginación, violencia y hasta muerte, como la que ocurre contra los miembros de los colectivos LGBT (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales), o las que se ejercen contra opositores políticos e ideológicos. Y además, si bien las imposiciones en materia religiosa son fácilmente identificables, hay otras que no lo son porque se expresan sutilmente, o que al ser actualmente usuales aparecen como normales. Se trata de aquellas que se difunden por el conjunto de medios de comunicación social y cuyos contenidos están dados por los antivalores de la sociedad de consumo, universalizados con la globalización y, que se manifiestan en una mentalidad que considera que lo más importante en la vida es el éxito, entendido en términos económicos, el cual divide a las personas en ganadores y perdedores, habiéndose convertido la palabra "loser" (perdedor), que no siquiera se la dice en castellano, en insulto favorito, especialmente de adolescentes. En mi opinión, todo esto muestra un proceso que supone un verdadero "lavado cerebral" consumista y globalizado, que configura en fenómeno de aculturización, el que considero debe ser materia de preocupación y de enfrentamiento por parte del librepensamiento. 

Respecto de las posibles acciones a seguir, señaladas en las ponencias expuestas, destaco la necesidad de unidad de las organizaciones y personas con puntos en común y afinidad sobre la materia; la defensa permanente de la libertad, la democracia y la laicidad del Estado y sus instituciones; y la educación laica basada en la razón y en la ciencia, todo lo cual también es válido para los campos de acción adicionales que he señalado, y solo agregaría la importancia de la comunicación en general y la comunicación educativa en particular. Queda pendiente conocer y analizar las ponencias sobre la financiación pública de las religiones y sobre la necesidad de leyes de libertad de conciencia y equidad institucional.

En relación a la ideas o propuestas de abolición del celibato y de ejercicio de la apostasía tengo mi propio punto de vista. Pienso que la abolición del celibato es un asunto que compete a los miembros de la Iglesia Católica, empezando por quienes están obligados a adoptarlo. Pero al Estado y a la ciudadanía corresponde velar porque niños y jóvenes no estén a cargo de personas que no sean idóneas para ello, principalmente desde una perspectiva psicológica, ética y profesional, para lo cual deberían considerarse los antecedentes existentes, dar importancia a la transparencia informativa sobre estos asuntos y considerar la necesidad de una veeduría ciudadana. Sobre la apostasía, para determinados países y personas deben resultar válidas las razones, circunstancias y motivaciones que hacen necesario este trámite al interior de la Iglesia Católica. Sin embargo, considero que el certificado de una ceremonia interna de una organización religiosa, como es el bautismo, sobre todo de menores de edad, no tiene ni se le puede reconocer validez jurídica de un carné de afiliación; así como no se puede dar validez representativa a opiniones de líderes religiosos que se atribuyan una representación que no tienen, o que hablen sobre asuntos que no son de su competencia en el marco de la laicidad, por lo que deberían ser desautorizados, especialmente por parte de quienes se sientan afectados. Pero además, deberíamos exigir que las organizaciones religiosas se sometan a las mismas leyes que regulan a todas las asociaciones, y que todas éstas cuenten con un registro de miembros actualizado, suscrito por mayores de edad, que acredite quiénes y cuántos son realmente sus socios activos y cotizantes, y se establezca también un registro de desafiliaciones. 


Quito, 13 de enero de 2013.


Por Guillermo Fuchslocher

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