Ser masonicamente conscientes
Primero debemos conocer nuestro objetivo en Masonería: conocer nuestra meta masónica. Sin ello, nada es posible. Debemos ser capaces de expresar nuestra meta con palabras fijas, para estar seguros de alcanzarla. Si nuestra meta masónica es vaga, no está segura, seguro nos la pasemos fastidiando a los demás en Logia. Si está segura, siempre podremos expresarla. Las palabras verdaderas nunca cambian; ¿Acaso cambian las palabras de la Liturgia masónica? ¿Cambian las palabras con que nos dirigimos a nuestros padres, la palabra son o no vida? Debemos ser estables, saber nuestra meta y ser capaces de formularla, y lo mejor aún compartirla a nuestros hermanos, así nos comprometeremos a cumplirla.
Debemos siempre tener preguntas sobre todo, y las adecuadas respuestas. Tan pronto como dejemos de tener preguntas, nos estancamos. Debemos siempre tener preguntas, pues cada vez que tenemos una pregunta, nos viene la respuesta adecuada.
Toda pregunta verdadera halla su respuesta verdadera, simplificada para nuestra comprensión. Si nos mantenemos abiertos y objetivos, veremos cuan sencillo es mantenernos como buenos masones, pues sólo los malos masones dañan la sana marcha de un taller masónico.
En masonería las circunstancias y el conocimiento autentico se desarrollan ahora a tal velocidad que debemos mantenernos alertas para captarlos. Es posible tener ideas vagas, pero no progresar, sin una enseñanza sólida que nos ayude a digerir lo que ya sabemos internamente, y ayudarnos a comprender lo que es el Trabajo masónico verdadero.
No es posible lograr esto sin antes adquirir una conciencia masónica. Esta es la Armonía Consciente. Sin un Trabajo masónico real , la armonía es imposible. Alguien tiene que explicarla a los demás.
Para ser masónicamente conscientes no se comienza fuera de nosotros, sino muy dentro de nosotros. Todo aquello que principie muy dentro de nosotros comienza sin egoísmo. Con la conciencia traemos lo que esta no está fuera sino adentro, a fin de captarlo. No podemos captar lo de fuera sin entender lo de dentro de nosotros.
Si fuésemos verdaderamente poderosos reflejaríamos aquello que viene de dentro, de muy dentro y el mundo sería luz. Pero no siendo verdaderamente poderosos aún, no nos es posible trabajar sobre como proyectar luz al mundo y modificarlo, porque no sabemos aún como proyectar nuestro ser interior de luz al mundo. Si siempre trabajamos para bien la humanidad, seriamos poderosos, y entonces podríamos fácilmente saber que es necesario proyectar nuestra luz interior a la Humanidad. El Trabajo masónico verdadero es comprensión, en todo momento, en toda situación. Un corazón fraternal tiene conciencia.
Ser verdaderamente conscientes no es darnos cuenta de que “ de las cosas exteriores”. Ser masónicamente verdaderamente conscientes es poner toda la atención de uno en las necesidades de otros. Si cuando hablamos con alguien, toda nuestra atención va hacia la otra persona, entonces estamos siendo conscientes. Si nos concentramos egoístamente en nosotros mismos, no podremos estar conscientes de nada. Pero si amamos fraternalmente a los demás, ello significara que somos masónicamente conscientes
Fraternalmente Vicente Alcoseri
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