Los misteriosos ojos del tesoro de Tel Asmar en Iraq
Según algunos arqueólogos, el rostro parece perder importancia para sus escultores y es reemplazado por la mirada que reflejaría la escencia del alma
- La Gran Época
En Tel Asmar, un antiguo montículo situado en la llanura deDiyala en el actual Estado de Irak, se encontraron evidencias de una antigua civilización que vivió 2.500 a.C., época del período de dinastía temprana entre 3.000 y 2.350 a.C. Corresponde a un total de 12 estatuillas de hombres y mujeres en pie que llaman la atención por sus enigmáticos grandes ojos resaltados con conchas y piedras de colores.
Con sus caras vueltas hacia arriba y las manos entrelazadas, estas estatuillas hechas de alabastro son las más representativas de estas particulares características, en que el rostro parece perder importancia y es reemplazado por la mirada.
La estatuilla más grande del tesoro de Tel Asmar, es de 30 pulgadas [73,6 cm] y es de aspecto masculino. Se cree que representa al Dios Abu, con los ojos más grandes y profundos, y que en esa época era considerado como el Dios de la vegetación. Le sigue la Diosa madre.
Se piensa que el tamaño era de un significado jerárquico y los más pequeños serían los fieles.
“Las dos deidades se distinguen del resto no sólo por su tamaño, sino también por el mayor diámetro de las pupilas de sus ojos, aunque los ojos de todas las figuras son enormes. Su mirada insistente se destaca por incrustaciones de colores, que aún están en su lugar”, informa la Organización All Art.
Ellos creen, que para los que las esculpieron, los ojos y la mirada eran “las ventanas de alma” y los devotos eran representados por las estatuas más pequeñas, ante los dioses.
Las caras, casi no eran esculpidas como si no fueran necesarias, informa All Art, como para no distraer la comunicación entre los fieles y sus divinidades, de la vegetación, o del Cielo.
Según el Museo Metropolitano MEP de Estados Unidos, los arqueólogos estiman que estas estatuas encarnan la esencia misma de la comunicación entre estos fieles y sus Dioses. Todos estaban con las manos entrelazadas, de derecha a izquierda, en el pecho o la cintura en un gesto de atención.
A nivel de escultura, los brazos y las piernas tienen redondez y son tubulares, y las faldas largas usadas por todos eran suavemente curvas, como si hubieran sido hechas en un torno. Incluso en épocas posteriores, cuando la escultura mesopotámica había adquirido un repertorio mucho más rico de formas, esta calidad se impuso una y otra vez, informan los arqueólogos.
El tesoro de las esculturas de Tel Asmar se encontró bajo el suelo del templo de la Plaza, de la dinastía temprana, informa Arqueology.
En esta zona, que se excavó entre 1930 y 1936 a cargo del Instituto Oriental de Diytala, se encontraron también los restos de adobe de numerosas estructuras residenciales, de antiguos palacios y templos, como el Templo de Abu y el Templo de la Plaza.
Con una datación de 500 años antes de las figuras de Tel Asmar, se encontró una imagen de una cabeza de mujer con grandes cavidades en los ojos en Uruk o Warka, en Iraq, hecha 3.500 a 3.000 años a.C. y se cree que representaba alDios del Cielo. Los grandes ojos también se revelaban con incrustaciones de colores. A diferencia de las figuras de Tel Asmar, esta cara tenía facciones femeninas y armoniosas.
Según el MEP, aunque no iguales, se descubrieron otras estatuillas en Jafache, y Tell Agrab cerca del río Diyala, un afluente importante del río Tigris en el este de la Mesopotamia.
Son de diversos tamaños y generalmente talladas en yeso o piedra caliza. Ellos representan a hombres vestidos con faldas de lana con flecos o con bucles, y las mujeres llevan vestidos con flecos o mechones que cae sobre un hombro.
Algunas estatuas sostienen tazas o ramas de la vegetación. Las figuras de pie, a menudo dan un paso adelante con el pie izquierdo. Los jefes varones se muestran con frecuencia calvos, pero a veces llevan barba, mientras que las figuras femeninas pueden tener una variedad de cortes de pelo o tocados.
Tel Asmar se cree que más tarde fue la capital de la provincia de Eshnunna, durante el período de Ur en Babilonia entre 2065 y 1762 a.C., según Arqueology.
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