El
Conocimiento: ¿Alquimia?
CARNAP
El Objetivo de
todo Mas:. Es adquirir el Conocimiento a través de la instrucción y el estudio
continuo y profundo no solamente de lo que nuestra augusta Orden nos brinda,
sino también de otras Órdenes Iniciáticas de tal de volvernos un Agente de las
Leyes Divinas y del G:.A:.D:.U:. En concordancia con el presente Tra:. Os
presento una cita de una de las obras de San Juan de la Cruz, místico español:
“El conocimiento que se refiere a Dios nunca toma en
cuenta las cosas particulares, ya que está en relación con el Altísimo y en
consecuencia no puede ser explicado, a menos de que se hable de una verdad menor
que puede ser descrito por el hombre. Ese Conocimiento Divino es inefable,
profundo e incondicional. Solamente una alma en unión con Dios es capaz de
acceder a éste, ya que entonces sólo forma una Unidad con Dios y comparte su
Sabiduría.
Por lo tanto el Conocimiento verdadero consiste en un
mayor contacto del alma con Dios (El C:. sobre la E:.), y es Dios mismo quien
es sentido y percibido, aunque en forma no manifestada, ni distinta, como se
produce en la Gracia. Pero ese Conocimiento es tan fuerte y tan profundo que penetra
en la sustancia más íntima del alma. En cierta medida, tiene el perfume de la
Esencia Divina y de la Vida eterna, y nada puede simular algo tan grande.”
La
Masonería así como la Orden Rosacruz AMORC, se distinguen principalmente de las
religiones por el hecho que sus enseñanzas están fundadas en el Conocimiento y
no en la creencia. No se nos pide que no creamos en tal o cual principio o en
la enseñanza de tal o cual persona, tan elevado como pueda ser su nivel
espiritual. Más bien nos presentan elementos de reflexión a partir de los
cuales debe forjarse una filosofía personal basada en la experiencia. Al
respecto, cada uno es su propio Maestro y debe buscar en él mismo los
fundamentos de su búsqueda. El Kalama
Sutra, antiguo texto del Budismo, muestra perfectamente el camino. Dice, en
efecto: “No crean en la fe de las
tradiciones, aunque sean la honra desde hace largas generaciones y en muchos
lugares. No crean en una cosa porque muchos hablan de ésta y dicen que es
verdad. No crean en la fe de los sabios de tiempos pasados. No crean en lo que
se imaginaron, pensando que Dios les inspiró. No crean nada bajo la sola
autoridad de sus maestros o sacerdotes. Después de analizarlo, crean lo que
ustedes mismos hayan experimentado y reconocido razonablemente siendo conforme
a su bienestar y al de los demás.”
Esta
cita contiene indicaciones primordiales para todo místico sincero. Ésta insiste
sobre el hecho que no hay que creer ciegamente en tal o cual precepto, con el
pretexto de que emana de una tradición o de un sabio, sin importar que tan
grande pueda ser el renombre de esa tradición o de ese sabio. Naturalmente, eso
no quiere decir que las enseñanzas tradicionales o la sabiduría de los Maestros
del pasado sean inútiles y deben ser ignoradas o rechazadas. Por el contrario,
hay tantos elementos que pueden permitirnos asimilar mejor ciertos aspectos del
Conocimiento. Lo que otros, más evolucionados que nosotros, enseñaron, puede
sernos de gran valor, con la condición, no obstante, hagamos la experiencia personal
de los principios implicados. Este es el camino que debemos seguir, ya que a
partir de las enseñanzas que perpetúa, corresponde a cada uno experimentar y
llegar a sus propias conclusiones. Al respecto, nada reemplaza lo vivido.
Siguiendo
con el texto que acabo de citar, recomiendo no poner una confianza absoluta en
lo que podríamos interpretar como un mensaje de Dios o de un Maestro que se
interese en nosotros. Aquí también, no se trata de rechazar las inspiraciones
que se nos puede otorgar durante nuestras meditaciones, sino ser prudentes al
respecto y no ilusionarse, en el sentido sicológico del término. La ilusión es,
en efecto, una gran trampa en el sendero del misticismo y puede conducirnos a
grabes errores sobre la opinión y el comportamiento. Mientras no hallamos
recibido verdaderamente la iluminación de la consciencia como resultado de una
alquimia espiritual, debemos mostrar mucho discernimiento antes de dejar
suponer que Dios o un Maestro se expresa a través de nuestras palabras y
nuestras acciones. Eso significa que toda experiencia que juzgamos mística debe
ser pasada por el tamiz de la razón y confrontada con nuestro sentido crítico
más elevado, aquél que rige las reglas morales más sagradas.
Es
evidente que el acceso al Conocimiento no es el fruto de una actitud pasiva.
Implica que nos comprometamos en cuerpo y alma con la vida, que seamos
confrontados a las tentaciones de la existencia, que vivamos en contacto con
los demás. Al respecto, el mundo es el laboratorio, o el Crisol de nuestra
evolución espiritual. Es por esa razón que debemos movilizar todas nuestras
facultades físicas e intelectuales, a fin de actuar sobre los eventos
cotidianos y no dejarnos dominar por ellos. Eso supone igualmente que seamos capaces
de alejarnos en relación con las circunstancias y, por un análisis lúcido,
actuar positivamente para hacer de éstas lo que queramos que sean. Así, el
Conocimiento resulta de la puesta en práctica de un saber adquirido por la
experiencia. Cuando esta puesta en práctica se haya vuelto constante, el
Conocimiento se vuelve Sabiduría y sólo se aplica a ideales elevados. Al
respecto les presento una cita de Said, filósofo persa del siglo XIII: “Quienquiera que adquiera el conocimiento y
no lo ponga en práctica se asemejará a aquél que trabaja el campo y no lo
siembra. Cualquiera que sea la importancia de sus lecturas teóricas, sino las
aplica, es un ignorante. No es ni un filósofo, ni un sabio, sino un animal de
carga con un bulto de libros: ¿Y cómo una acémila sin consciencia puede saber
si transporta libros o un haz de leña?”
La
vida cotidiana no es siempre fácil. Como todos lo sabemos, nos afecta
constantemente. Solamente el estudio de las Leyes Inmutables que rigen la
existencia humana puede permitirnos dominarla y volverla constructiva en todos
los niveles, tanto como para nosotros mismos como para el prójimo. Esas leyes
son de un orden general, mientras que la manera en las que las aplicamos es de
dominio personal. Es por esa razón que nuestras reacciones personales no pueden
en ningún caso afectarlas en el plano cósmico. Nuestras elecciones se limitan
simplemente a vivir en plena armonía con ellas u oponernos a ellas. En el primer caso, creamos una vida
feliz, basado en un perfecto equilibrio entre nuestra naturaleza
terrestre y nuestra naturaleza divina. En el segundo caso, sufrimos los efectos
negativos de la discordancia que creamos entre nuestro Yo objetivo y nuestro Yo espiritual. De
esta manera, nuestra existencia es el resultado de acciones y de reacciones que
se contraponen constantemente. Ya sea que califiquemos esas fuerzas contrarias
de positiva y negativa, de bien y mal, de luz y oscuridad, no son siempre los
dos aspectos de una de las numerosas leyes cósmicas que rigen la condición
humana.
Conocer
la dualidad que se manifiesta en todos los planos de la existencia es
indispensable para vivir una Paz Profunda. Así cuando nos dejamos llevar por
los pensamientos negativos, podemos fácilmente determinar la naturaleza de los
pensamientos positivos con los que
debemos sustituirlos llegando de esta forma a una forma de alquimia. Dicha
sustitución crea en nosotros mismos el hábito de pensamiento de una manera
constructiva y nos acerca cada vez más a la Armonía Cósmica o Armonía con el
G:.A:.D:.U:. Haciendo esto, desarrollamos
progresivamente en nosotros un estado mental y emocional que y no deja lugar a
las malas tendencias. Como ejemplo, sabemos que el orgullo corresponde a un
poder dinámico cuya naturaleza es diametralmente opuesta a la que se expresa a
través de la humildad. Conscientes de eso, se vuelve evidente que el mejor
medio de aprender a ser humilde no consiste en luchar contra el orgullo, sino
más bien es acostumbrarse a mostrar humildad. Como analogía, no se trae la
claridad en una habitación oscura tratando de disipar las tinieblas. Se logra
permitiendo que la luz se manifieste.
Cuando
estamos sumidos en la adversidad, a pruebas o circunstancias dolorosas, es
inútil rebelarse o refugiarse en un sentimiento de injusticia. Es mejor tratar
de comprender el origen de las circunstancias desafortunadas a las cuales somos
confrontados. El Conocimiento de las causas nos da el poder de actuar en los
efectos (Ley de Causas y Efectos o la comúnmente llamada Karma) y volvernos más
soportables, o incluso transmutarlos completamente. Todas las experiencias son
útiles en la escuela de la adversidad, ya que, a través de ellas, aprendemos a
sembrar bien para cosechar mejor. De esta manera, el Sendero Místico es como el
Puente de Sirah evocado en el Corán. Es extremadamente estrecho y bordeado de
cada lado por un pozo profundo. Así mismo, es importante tener consciencia de
las responsabilidades de las cuales debemos hacer frente en cada momento de nuestra
vida, a fin de no sumergirnos en las tinieblas de la ignorancia. Este hecho es
tan importante que los budistas no dudan en decir esto que, a priori puede
molestarnos: “Es menos grave pecar a
sabiendas que por inadvertencia”. A primera vista, este concepto puede
parecernos opuesto a la verdad. Sin embargo, muestra que aquel que tiene
consciencia de estar en el error tiene por lo menos el mérito de saber que peca
en relación con la comprensión habitual del bien. Por el contrario, aquél que
siempre está en pecado no tiene consciencia de lo que puede separar el bien del
mal. Por lo tanto se le considera menos evolucionado espiritualmente.
En
gran medida, la plena consciencia de lo que pensamos, decimos y hacemos es la
base del Conocimiento al cual aspiramos. Ahora bien, la consciencia, como lo
dijo Schawaller de Lubiez (1887 – 1961), es:”la identificación de una naturaleza con otra parecida, del ser
especificado con la especificación del otro ser.” Por otra parte, el
sentido etimológico de la palabra “Conocimiento” es “Nacer con”. Esto significa
que es poniéndose en resonancia con una cosa, una persona, un principio o una
ley, que podemos conocer plenamente. Paralelamente, es naciendo en plena
consciencia con nosotros mismos como podemos hacer morir al Hombre Viejo y
hacer renacer al Hombre Nuevo, condición absoluta para acceder al
Conocimiento verdadero Como emanación del Alma Divina, no tenemos nada que
aprender, solamente tenemos que redescubrir la luz que está dentro de nosotros
y reconocer su existencia en los demás, Tal como simbólicamente se representa
en las ceremonias de Iniciación de nuestra Augusta Orden, así como en la figura
que muestro a continuación y que pertenece a los alquimistas, en donde se observa a Boaz como el Hombre Viejo que se
encuentra custodiando el ingreso de una cueva que simboliza la oscuridad o
falta de conocimiento (Algo similar es el simbolismo de nuestra Col:. Boaz).
Como emanación del Alma Divina, no tenemos nada que
aprender. Solamente a través del Conocimiento, tenemos que redescubrir la luz
que está dentro de nosotros y reconocer su existencia en los demás. Para ello,
debemos dejar hablar a la inteligencia del corazón, lo que quiere decir también
aprender a amar, a fin de ser verdaderamente un agente del Amor Universal.
Para
concluir el presente Tra:. Os diré simplemente que todo ser encarnado sobre
esta Tierra está animado del deseo de renacer a su estado original, estado del
cual ha conservado un recuerdo nostálgico y al cual aspira con toda su alma.
Algunos están más conscientes que otros en ese deseo innato, y porque saben que
es el recuerdo de lo que olvidaron en su consciencia objetiva el que les
permitirá encontrar el esplendor de su Estado Prístino.
El
retorno hacia el Conocimiento debe hacerse por medio de la encarnación
terrestre (símbolo del Lin:. XX que trata sobre la Inmortalidad del alma), ya
que solamente ella puede dar al hombre los medios para experimentar el
“Conócete a ti mismo” y las lecciones a partir de las cuales debe forjarse el
despertar de su naturaleza interna.
Carlos del Carpio.
. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
ResponderEliminarEN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años
tengo la impresion de que este articulo es gnostico, sabeis lo que significa, asi que no lo aclaro, pero lo bueno seria no pertenecer a grupo alguno, porque tu estas hablando de la sabiduria que esta encerrada en nuestro interior, que es como decir en nuestro corazon, de alli la necesidad de no tener maestro, ya que el todo se encuentra en nosotros.Gracias por contribuir a que cada dia, despierte al durmiente que se halla en mi.Gratitud por lo aprendido.
ResponderEliminarMi consciencia despierta, gracias por lo adquirido.
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