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sábado, 16 de febrero de 2013

El Lago Titicaca: Misterios Y Contactos Extraterrestres ( 2 )


Ruinas subacuáticas

Si bien desde tiempos inmemoriales se construyeron mitos sobre posibles metrópolis en los alrededores del lago, a partir de 1956, luego de la primera exploración arqueológica subacuática, se encontraron restos que sugerían la existencia de construcciones sepultadas por las aguas del Titicaca por razones que aún se desconocen.
El profesor Rubén Vela, del Instituto Arqueológico de Tiahuanaco, elabora una hipótesis para entender el origen de los vestigios encontrados: “Estas ruinas tienen un carácter sagrado. Su construcción hace pensar en un templo lacustre que habría constituido el punto de reunión de una peregrinación religiosa muy importante”. Otros investigadores complementan esta teoría al sostener que las ruinas sumergidas son una prolongación de los muros del Templo del Sol que se encuentra en el sector norte de la isla y que existían previamente al Titicaca. Para los yatiris (sabios chamanes), en las profundidades del lago se encuentra el Taypi Qallta, el origen del universo aymara.
Según una investigación realizada por un grupo de buzos argentinos en 1966, se hallaron muros y recintos en forma de U con la parte abierta señalando hacia el centro del lago. También se encontró un camino empedrado de unos 30 metros de longitud en perfectas condiciones, similar a los caminos del inca que pueden encontrarse en distintas zonas de Perú. Y no faltan las versiones que hacen referencia a una Atlántida o ciudad perdida en las profundidades del Titicaca, y a la existencia de un grupo de laberintos sagrados (conocidos como chinkanas) de varios kilómetros, que en su tiempo podrían haber servido como conexión con Cuzco y Machu Picchu.
Si bien los pobladores de la Isla del Sol se muestran reacios a prestar información sobre las ruinas, diversas exploraciones como las de Cousteau y otros investigadores, en las que se hallaron oro, vasijas y construcciones pertenecientes a períodos muy arcaicos, han fomentado la creencia en la existencia de una ciudad perdida.
En 1848, las ruinas tiwanakotas que se hallan próximas a La Paz fueron visitadas por Bartolomé Mitre, quien apuntó en sus notas de viaje las siguientes palabras: “Se extendía a mis pies una llanura inmensa y árida y teníamos sobre nuestras cabezas el cielo más espléndido y transparente del universo. Casi en el centro de este llano andino yacen las famosas ruinas de Tiahuanaco, que por su antigüedad y sus misterios, así como por la originalidad de su arquitectura, ha sido llamada la Babel americana”.

La leyenda de los mil escalones

Saxamani es el principal puerto de la Isla del Sol y está en el sector sur. A escasos pasos de allí se encuentra una escalinata empedrada con mortero de barro (técnica milenaria perteneciente a los tiwanakus) de aproximadamente 60 metros de altura, rodeada de bellos jardines. Al ascender a su punto máximo se encuentra la Fuente de las Tres Aguas, donde confluyen tres chorros de agua que representan la purificación, la vida y la juventud. Los lugareños afirman que quienes beben de ella sanarán su alma y prolongarán su vida eternamente.
Cuenta la leyenda que el líder inca era subido por seis sacerdotes del imperio hasta la cúspide de los mil escalones de Saxamani, en un trono de oro, para beber el agua sagrada. Por esta razón es común que algunas interpretaciones señalen que la fuente representa las tres leyes máximas de los incas: ama sua, ama llulla y ama khella, que significan no robes, no mientas y no seas flojo.

La Isla de los Uros: Una respuesta a tantas preguntas

En los márgenes del Titicaca, alejado de las grandes comunidades de la Isla del Sol, se asienta uno de los pueblos más antiguos de América. Los uros o puquinas, a pesar del mestizaje con quechuas y aymaras, persisten en sus costumbres al desarrollar las mismas tareas que sus antepasados.
Contemplar el islote en el que viven es capturar un momento detenido en el tiempo. Aún construyen embarcaciones con paja de totora (la planta sagrada que crece en los pantanos del Titicaca), levantan sus viviendas sobre islas flotantes (todas hechas con totora), y viven de la caza y de la pesca.
La comunidad de los uros tiene un valor histórico fundamental, ya que podría ser la respuesta a millones de interrogantes, como el basamento y el inicio de la civilización tiwanacota. Al igual que, ante las pirámides egipcias, muchos se cuestionan las causas de su edificación, los arqueólogos que estudian a los incas se preguntan cómo fue posible mover y transportar los pesados cantos de andesita sobre los que se cimentan los templos en Tiahuanaco. Todo parece indicar que a través de las aguas del Titicaca, a bordo de inmensas naves de totora, se lograron trasladar los materiales necesarios para construir dichas edificaciones.
La raza de los puquinas va camino a extinguirse, ya que progresivamente pierde su linaje y su población disminuye en número año tras año, de manera considerable.

Conexiones Con Extraterrestres:

Las antiguas culturas existentes en el Perú como la Tiahuanaco y la Inca han dejado un legado inmenso de construcciones, artefactos y utensilios que, sin duda, nos demuestran el increíble avance en tecnología, astronomía e ingeniería que se tuvo en aquella época. Todos estos increíbles vestigios han dado a conocer al mundo la majestuosidad y el gran nivel que tuvieron todas estas antiguas culturas peruanas, muchas veces subestimadas. Pero también han surgido muchos cuestionamientos muy lógicos que hacen deducir que los antiguos peruanos estuvieron estrechamente relacionados con supuestas razas extraterrestres.
Antes de dar a conocer los hechos a más detalle quisiera dejar claro que no dudo del gran potencial de nuestros antepasados, y ni de su vasto conocimiento, teniendo en cuenta la época en que vivían; sin embargo existen evidencias ‘innegables’ que parecen afirmar que se recibió asesoría o ayuda de seres extraterrestres en el pasado.

La cultura Tiahuanaco

Según los historiadores la cultura Tiahuanaco se desarrolló en Bolivia, 1,500 años a.C., cerca de la actual ciudad de La Paz. Esta cultura se expandió hasta el sur del Perú y el Norte de Chile y su apogeo se dio entre los siglos IV y X de nuestra era. Misteriosamente Tiahuanaco se extinguió, alrededor del siglo XII.
La puerta del sol
Tiahuanaco duró aproximadamente 2,500 años, pero a pesar del tiempo de vigencia que tuvo se sabe muy poco de ella. Lo poco que se sabe ha sido obtenido gracias a los restos arqueológicos existentes hasta hoy en día. Estas reliquias dan cuenta de una extraordinaria civilización con sorprendentes técnicas arquitectónicas y desarrollados conocimientos en astronomía e hidráulica.

Increíbles e inexplicables evidencias

Uno de los hechos más inexplicables, y que están presentes en casi todas las culturas que dejaron construcciones en piedra, son los precisos y tan perfectos cortes logrados en los bloques de piedra; piedras que además presentan diseños geométricos nunca antes vistos en la región.
Otra de las impresionantes construcciones realizadas por los Tiahuanaco es la llamada “Puerta del Sol”, que nos hace pensar en una posible puerta dimensional utilizada por antiguos seres extraterrestres ligados sin duda al dios Wiracocha, el cual aparece tallado en la “Puerta del Sol”.
Investigaciones del arqueólogo Arthur Posnanky han demostrado que en templos de la cultura Tiahuanaco se han encontrado bloques de piedra pulida con hileras de pequeños agujeros redondos, los cuales se cree que podrían haber servido para sujetar algo. Años más tarde en1943, durante una conferencia de prensa Posnanky presentó en un loque de piedra de Tiahuanaco con cinco clavos de oro incrustados. Posnanky concluyó que aquellos clavos servían para sujetar grandes y pesadas láminas de oro las cuales cubrían las paredes de los templos Tiahuanaco.

Los Annunaki y su conexión con Tiahuanaco

Los Annunaki se supone que fueron un grupo de extraterrestres que llegaron a la tierra hace miles de años en búsqueda de oro; estos serían los mismos extraterrestres que se habrían establecido en las cercanías al lago Titicaca, en donde se habría erigido una increíble civilización basada en la extracción y en el procesamiento de oro y otros valiosos metales. Según Zecharia Sitchin, defensor de la teoría de los antiguos dioses Annunaki, el objetivo de la explotación minera en aquella región habría sido revestir los muros del templo de Kalasasaya con oro para dar una majestuosa bienvenida a Anu, gran jefe Annunaki, y el utilizar dicho mineral para salvar la atmósfera de su planeta Nibiru. Además Kalasasaya habría servido, entre otras cosas, de observatorio astronómico para determinar el regreso a la Tierra del líder de los Annunaki.
Culturas Tiahuanaco e Inca, compartiendo un mismo origen
Se ha logrado establecer por medio de historiadores y manuscritos antiguos que la cultura Tiahuanaco habría sido la predecesora de la gran cultura Inca.
La leyenda de la fundación del imperio incaico afirma que el primer Inca Manco Cápac y su pareja Mama Ocllo salieron de las profundidades del lago Titicaca y establecieron el mencionado imperio al hundir un bastón de oro en el terreno aledaño. Este relato o más bien, como yo suelo llamarle, metáfora podría dar cuenta de dos seres, supuestos extraterrestres, que luego de salir de alguna base submarina en el lago Titicaca habrían fundado el famoso imperio.

Otros supuestos orígenes y conexiones extraterrestres de la cultura Tiahuanaco e Inca

Según el conocido cronista Inca Garcilazo de la Vega, en su obra “Comentarios reales” narra como el Padre Sol, por amor a sus hijos, envió a la tierra a su hija, en un rayo de plata. Este ser femenino descendió sobre la Isla del Sol, en el Lago Titicaca; y con el objetivo de ayudar a los habitantes de esa zona y enseñarles a urdir la lana, mejores técnicas de siembra y un mejor y apropiado uso de los metales.
Por otro lado el Biólogo español García Beltrán, descendiente directo del anteriormente mencionado Inca Garcilaso de la Vega, del cual se dice habría heredado todos los documentos inéditos pertenecientes anteriormente a su antepasado, dio a conocer sorprendentes hechos que según él le pertenecían a Garcilazo.
Este sería uno de los extractos de los que dio a conocer García Beltrán y que vale la pena difundir por las reveladoras frases que contiene:
“En la era Terciaria, cuando ningún ser humano existía aún en nuestro planeta, poblado sólo de animales fantásticos, una aeronave brillante como el oro viene a posarse sobre la Isla del Sol del lago Titicaca”.
”De la nave descendió una mujer, que se parecía a las mujeres actuales de los pies a los senos; pero tenía la cabeza en forma de cono, grandes orejas y manos palmeadas de cuatro dedos”.
“Su nombre era “Orejona” y venía del Planeta Venus, en donde la atmósfera es más o menos análoga a la de la Tierra”.
“Sus manos palmeadas indicaban que existía agua en abundancia en su planeta original y desempeñaba un papel primordial en la vida de los venusinos”.
” (…) Un día, cumplida su misión de formar una nueva raza, Orejona volvió a emprender vuelo en su astronave. Sus hijos, ulteriormente procrearon, dedicándose sobre todo al destino de su padre tapir, más en la región del Titicaca una tribu que permaneció fiel a la memoria de Orejona desarrolló su inteligencia, conservó sus ritos religiosos y fue el punto de partida de las civilizaciones pre incaicas”.
“He ahí lo que está escrito en el frontispicio de la puerta del Sol en Tiahuanaco.”
Seres de piel blanca y cabellos rubios presentes en el Perú antiguo previo a la conquista
En la tradición andina siempre se habla, también, de que en torno a Tiahuanaco existió una gran cultura formada por una casta de hombres blancos que dejaron descendencia en el linaje de los incas.
Uno de los cronistas de la conquista del Perú, don Pedro Pizarro, comenta al respecto:
“Las mujeres nobles son gratas de verse; se saben hermosas y en efecto lo son. Los cabellos de hombres y mujeres son rubios como el trigo y ciertos individuos tienen la piel más clara que los españoles”…
“En esa comarca he visto una mujer y un niño, cuya piel era de una blancura inhabitual. Pretenden los indios que se trata de descendientes de los ídolos (dioses).”
Y, en los “Comentarios Reales”, el Inca Garcilaso de la Vega, insiste en que los hijos del Dios Sol fueron reconocidos como divinos por los indios “por sus palabras y por su tez clara”.
De lo narrado por los cronistas de la conquista y por sus comentaristas, se desprende que a Tiahuanaco se le reconoce una gran antigüedad, que sería la primera civilización propiamente tal que hubo en la Tierra; que en su fundación habrían intervenido seres llegados de otro planeta —específicamente Venus—; que necesitaban vivir a gran altura sobre el nivel del mar; que dichos fundadores de Tiahuanaco eran de raza blanca; que habría existido una mítica ciudad subterránea bajo Tiahuanaco para permitir adecuadas condiciones de vida a sus habitantes, dada la frialdad de la temperatura. De atender a la tradición indígena, dichos habitantes tuvieron para ellos calidad de dioses.
Además, está ya comprobado que las personas que viven a gran altura tienen un color de sangre más azulado, debido a la escasez de oxígeno que allí existe. Entre los mitos de casi toda la humanidad, siempre se ha hablado que la nobleza es de “sangre azul”.
Estas son solo algunas de las abundantes evidencias que revelan una conexión existente entre nuestras culturas antiguas y razas extraterrestres, que al parecer el paso de los siglos ha ocultado; pero como descendientes y herederos de este gran legado es nuestro derecho conocer la verdadera historia y nuestro deber difundirla.

El Lago Titicaca

Hace mucho tiempo, el lago Titicaca era un valle fértil poblado de hombres que vivían felices y tranquilos. Nada les faltaba; la tierra era rica y les procuraba todo lo que necesitaban. Sobre esta tierra no se conocía ni la muerte, ni el odio, ni la ambición. Los Apus, los dioses de las montañas, protegían a los seres humanos.
No les prohibieron más que una sola cosa: nadie debía subir a la cima de las montañas donde ardía el Fuego Sagrado.
Durante largo tiempo, los hombres no pensaron en infringir esta orden de los dioses. Pero el diablo, espíritu maligno condenado a vivir en la oscuridad, no soportaba ver a los hombres vivir tan tranquilamente en el valle.
Él se ingenió para dividir a los hombres sembrando la discordia.
Les pidió probar su coraje yendo a buscar el Fuego Sagrado a la cima de las montañas.
Entonces un buen día, al alba, los hombres comenzaron a escalar la cima de las montañas, pero a medio camino fueron sorprendidos por los Apus.
Éstos comprendieron que los hombres habían desobedecido y decidieron exterminarlos. Miles de pumas salieron de las cavernas y se devoraron a los hombres que suplicaban al diablo por ayuda. Pero éste permanecía insensible a sus súplicas.
Viendo eso, Inti, el dios del Sol, se puso a llorar. Sus lágrimas eran tan abundantes que en cuarenta días inundaron el valle.
Un hombre y una mujer solamente llegaron a salvarse sobre una barca de junco.
Cuando el sol brilló de nuevo, el hombre y la mujer no creían a sus ojos: bajo el cielo azul y puro, estaban en medio de un lago inmenso. En medio de esas aguas flotaban los pumas que estaban ahogados y transformados en estatuas de piedra.
Llamaron entonces al lago Titicaca, el lago de los pumas de piedra.

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