LOS INTERMEDIARIOS.
“La Epopeya de Etana” descifrada
de las tablillas, proporciona luz de las deliberaciones que tenían lugar entre
los dioses. En los días que siguieron al Diluvio, dice:
Los grandes Anunnaki que decretaban el destino
se sentaron para intercambiar opiniones respecto a la
tierra.
Ellos, que habían creado las cuatro regiones,
que levantaron los asentamientos, que supervisaron la
tierra,
eran demasiado elevados para la Humanidad.
Los nefilim
llegaron a la conclusión de que necesitaban un intermediario entre ellos y las
masas de seres humanos. Ellos eran, así lo decidieron, los dioses -Elu en acadio-,
que significa “los nobles”, “los elevados”. Asi pues, como puente entre ellos,
los señores, y la Humanidad, introdujeron la “Realeza”, el “Reino” en la
Tierra, nombrando un soberano humano que asegurara el servicio de la Humanidad
a los dioses y canalizara las enseñanzas y las leyes desde los dioses hasta el
pueblo.
Tanto los textos
sumerios como los acadios dicen que los nefilim retuvieron el “señorio” sobre las tierras,
e hicieron que la Humanidad reconstruyera primero las ciudades antediluvianas
exactamente donde habían estado originalmente, y tal como habían sido
planificadas: “Que los ladrillos de todas las ciudades se pongan en los lugares
que les corresponden, que todos [los ladrillos] descansen en lugares sagrados”.
Eridu, por tanto, fue la primera en ser reconstruida.
Después, los
nefilim ayudaron a los humanos a planificar y construir la primera ciudad real,
y la bendijeron. “Que la ciudad sea el nido, el lugar donde la Humanidad
repose. Que el Rey sea un Pastor”.
Hasta hace unos
cincuenta años, no se sabía nada de la primera civilización indoeuropea importante.
Pero, en estos momentos, esta plenamente aceptado que, en tiempos muy antiguos,
hubo una avanzada civilización en el valle del Indo, con grandes ciudades, una
agricultura desarrollada y un floreciente comercio. Según creen los expertos,
esta civilización apareció unos mil años después del comienzo de la
civilización sumeria.
Tanto los textos
antiguos como las evidencias arqueológicas atestiguan los estrechos lazos culturales
y económicos que había entre estas dos civilizaciones de valles fluviales por
una parte y la civilización sumeria por otra. Además, existen evidencias, tanto
directas como circunstanciales, que las civilizaciones del Nilo y el Indo no
solo estaban conectadas entre si, sino que eran, además, descendientes de la
civilización mas antigua, la mesopotámica.
Se ha descubierto
que los monumentos mas impresionantes de Egipto, las pirámides, son, por debajo
de su “piel” de piedra, imitaciones de los zigurats mesopotámicos, y existen
razones para creer que el ingenioso arquitecto que diseño los planos de las
grandes pirámides y superviso su construcción era un sumerio al que se veneraba
como un dios.
El antiguo nombre
de Egipto en su propio idioma era el de “Tierra Levantada” y en su memoria prehistórica
se afirmaba que “un dios muy grande apareció en tiempos antiguos” y encontró aquella tierra
bajo el agua y el lodo. Este dios llevo a cabo grandes obras de restauración,
levantando literalmente a Egipto desde debajo de las aguas. La “leyenda”
describe con pulcritud el bajo valle del Nilo después del Diluvio; este dios de
antaño, no fue otro que Enki, el ingeniero jefe de los nefilim.
La civilización del
valle del Indo, también veneraban el doce como numero divino supremo al igual
que los sumerios, que representaban a sus dioses como seres de aspecto humano
que llevaban tocados con cuernos, y que reverenciaban el símbolo de la cruz.
Si estas dos
civilizaciones eran de origen sumerio, por que son diferentes sus lenguajes
escritos? La respuesta es que los lenguajes no son diferentes. Esto se
reconoció en 1852, cuando Charles Foster (The One Primeval Language) demostró que todas las lenguas antiguas descifradas entonces, incluido el
chino primitivo y otras lenguas del lejano oriente, provenían de una única
fuente primitiva -que, después-, resultaría ser el sumerio.
Así pues, tenemos
un único lenguaje escrito que, por algún motivo, se diferencio en tres lenguas:
mesopotámica, egipcia/camita e indoeuropea. Es posible que esta diferenciación
acaeciera por si misma con el tiempo, la distancia y la separación geográfica,
pero los textos sumerios afirman que ocurrió como consecuencia de una decisión
deliberada de los dioses; una decisión auspiciada, una vez mas, por Enlil. Las
historias sumerias sobre el tema se corresponden con la bien conocida historia
bíblica de la Torre de Babel, en la cual se nos cuenta “que toda la Tierra era
de un mismo lenguaje y de las mismas palabras”. Pero, después de que la gente
se estableciera en “Sumer”, de que aprendiera el arte de hacer ladrillos, de
construir ciudades y de levantar altas torres (zigurats), planearon hacerse un shem y una torre de
lanzamiento. Entoces dios “el Señor embrollara la lengua de la Tierra”.
La narración de
este pasaje lo encontramos en “Las Hazañas y Proezas de Ninurta” en la
Duodecima Tablilla:
Suficiente ha sido mi humillación!, le gritó Marduk a
su padre Enki.
Inmediatamente, exigió de Enlil una ciudad sagrada
para sí mismo en el Edin.
Pero Enlil no tuvo en cuenta la petición de Marduk, y
Marduk tomó en sus propias manos el hado.
Consideró un lugar que había sido seleccionado para la
llegada de Anu, antes de que se decidieran por Unug-ki, llamó a Nabu, a los
Igigi y a sus descendientes desde sus tierras dispersas, ¡para fundar una
ciudad sagrada para Marduk, un lugar para naves celestes!
Cuando sus seguidores reunidos en el lugar no
encontraron piedras con las que construir, Marduk les mostró cómo hacer
ladrillos y cocerlos al fuego, para que sirvieran como piedras; con todo esto,
empezaron a construir una torre cuya cima pudiera alcanzar los cielos.
Enlil se apresuró en ir al lugar para frustrar el
plan, intentó aplacar a Marduk con palabras de calma; pero no consiguió detener
a Marduk y a Nabu en su empresa.
Enlil reunió a sus hijos y nietos en Nibru-ki;
consideraron todos qué podían hacer.
¡Marduk está construyendo un Pórtico al Cielo no
permitido, se lo está confiando a los Terrestres!
Así dijo Enlil a sus hijos y nietos.
¡Si permitimos que esto ocurra, nada de cuanto se
proponga la Humanidad dejará de alcanzarlo!
¡Hay que detener este malvado plan!, dijo Ninurta;
todos coincidieron en ello.
Era de noche cuando, desde Nibru-ki, llegaron los
Anunnaki enlilitas, desde sus naves celestes dejaron caer sobre la torre en
construcción fuego y azufre; a la torre y a todo el campamento dieron fin por
completo. Entonces, Enlil decidió dispersar al líder y a sus seguidores, Enlil
decretó confundir sus consejos en lo sucesivo, destruir su unidad:
Hasta ahora, todos los Terrestres tenían un solo
lenguaje, en una única lengua hablan.
¡En lo sucesivo confundiré su lenguaje, para que no se
comprendan entre sí!
Todo esto sucedió en el año trescientos diez desde que
comenzara la cuenta de los años de la Tierra: En cada región y en cada tierra
hizo hablar a la gente en lenguas diferentes, después le dio a cada pueblo una
forma diferente de escritura, para que no se pudieran comprender unos a otros.
Veintitrés reyes reinaron en Kishi, durante
cuatrocientos ocho años fue la Ciudad del Cetro; también fue en Kishi que un
amado rey, Etana, fue llevado a un viaje celestial
Con el transcurso
del tiempo, los dioses guardaban celosamente cada uno de ellos su territorio,
la industria o la profesión sobre la cual se les había dado dominio. Los reyes humanos
eran los intermediarios entre los dioses y una humanidad que seguía creciendo y
expandiéndose. Las demandas de los antiguos reyes para que fueran a la guerra,
conquistaran nuevas tierras o sojuzgaran a pueblos distantes “por orden de dios”
no se podían tomar a la ligera. Los dioses conservaban los poderes para dirigir
los asuntos exteriores, pues estos asuntos involucraban a otros dioses en otros
territorios, de modo que tenían la última palabra en materias de guerra o paz.
Con la
proliferación de pueblos, estados, ciudades y villas, se hizo necesario
encontrar formulas para recordarle al pueblo quien era su señor o “elevado”
particular. En el Antiguo Testamento resuena el problema de hacer que la gente
se adhiera a su dios y no “se prostituya con otros dioses”. La solución consistió en
establecer muchos lugares de culto, y en poner en cada uno de ellos los
símbolos y la semejanza de los dioses “correctos”. La era del paganismo había
comenzado.
Los textos sumerios
nos dicen que, después del Diluvio, los nefilim sostuvieron prolongadas reuniones
para sopesar el futuro de los dioses y del Hombre en la Tierra. Como resultado
de estas reuniones, “crearon cuatro regiones”. En tres de ellas -Mesopotamia,
el valle del Nilo y el valle del Indo- se instalo el Hombre.
La cuarta región
era “sagrada” -un termino cuyo significado literal original era “dedicado, restringido”.
Dedicado solo a los dioses, era una “tierra pura”, una zona a la que solo se podía
acceder con autorización; entrar en ella sin permiso podía llevar rápidamente a
la muerte, propiciada por fieros guardianes con “armas terroríficas”. A esta
tierra o región se le llamo TIL.MUN (literalmente, “el lugar de los
misiles”).
Puede Ud. leer el texto completo en:
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