Desde la antigüedad, los escritos y tradiciones orales, narraban que los dioses y semidioses vivieron con los hombres.
La versión del Libro de la creación en el Génesis Bíblico,
posee una serie de afinidades con la leyenda Babilónica del Enuma Elish. Este
poema data del 2000 a 2600 a.C., mucho antes de cualquiera de las versiones del
Génesis Bíblico.
El Enuma Elish
cuenta que Marduk (Dios Babilonio) creó el Universo. Primero, emanó luz de los
Dioses Babilónicos para iluminar su trabajo. Luego, Marduk creó el firmamento,
un duro y claro “techo” que se sostiene por encima del cielo. Luego, Marduk
creó la tierra seca, por debajo del firmamento, y luego creó las luces de los
cielos. Finalmente, Marduk creó a los humanos, y en el día final los Dioses
descansaron y celebraron. El orden de la narrativa en el Génesis sustenta
signos inequívocos de la influencia del Enuma Elish (Enuma Elish,
significa en acadio “cuando
en lo alto”, y son las dos primeras palabras de un poema babilónico que
narra el origen del mundo.
Tablillas
del Enuma Elish, Museo Británico, Londres
El paralelismo se encuentra también entre el Génesis y la leyenda épica Babilónica de la Epopeya de Gilgamesh, escrita alrededor del 2000 A.C. En Gilgamech, encontramos la historia de Utnapishtim, un hombre al que la Diosa Ea le informa que la tierra será destruida por el Dios Enlil en un rapto de cólera, ahogándolo todo en un gran diluvio.
En respuesta, Utnapishtim fabrica un gran barco de madera, y lo carga con si mismo, su familia, y toda clase de animales vivos. Grandes lluvias azotan la tierra por seis días, todo es inundado y ahogado excepto Utnapishtim y su bote. Luego que las aguas “bajan”, Utnapishtim envía a una paloma, luego una golondrina, y por último a un cuervo a encontrar tierra seca. Luego del diluvio, Utnapishtim y su esposa son recompensados por los Dioses y hechos dioses a si mismos, y son llevados al cielo. (Al Noé bíblico no le llevaron al cielo). Demás está decir que las similitudes entre este poema y la leyenda de Noé son inconfundibles. Es muy probable que parte del Génesis se redactado bajo el influjo de la tradición sumeria y babilónica.
LOS DIOSES
Y SEMIDIOSES ANTES DEL DILUVIO.
La escritura más antigua hallada, es la sumeria,
por lo menos hasta ahora, tienen narraciones verdaderamente asombrosas, y de
ser ciertas estas, muchas creencias y afirmaciones científicas, tendrían que
ser revisadas y modificadas.
Para los investigadores de la cultura
sumeria como Zecharia Sitchin, Samuel Noah Krammer, William Bramley y otros, las tablillas muestran conocimientos
verdaderamente impactantes, algunos de ellos afirman, conforme a las escrituras
estudiadas, que el hombre no es producto de la evolución, tampoco fue creado
por dios, sino que es el producto de la manipulación genética del hombre-simio
que vagaba en las llanuras del África por los extraterrestres, por “los que del
cielo bajaron” o más comúnmente denominados anunnaki. Por otra parte el Libro
de Génesis de la Biblia recogió e hizo suyas muchas de las tradiciones sumerias
que están escritos en tablillas de barro, como veremos en esta.
Para Sitchin, los anunnaki venían de Nibiru,
un planeta del sistema solar, para explotar el oro del área del territorio de
Shumer (Tierra de los observadores) más conocido como Sumer en la actual Irack.
Estos extraterrestres estaban liderados por Enlil (Señor del Comando).
La narración de la manipulación genética
ocurrió de la siguiente manera: Enlil y los anunnaki sacaban oro en las tierras
del África, a donde llegó en un viaje de inspección y hubo un motín. Los
Anunnaki salieron de las minas, tiraron sus herramientas en el fuego, se
dirigieron para la casa donde Enlil estaba y la cercaron, gritando:
"Basta”.
Enlil entró en contacto con Anu y se
ofreció para desistir del comando y volver a su planeta. Anu (El Gobernante de
Nibiru) vino a la tierra. Se montó una corte marcial. Enlil exigió que el
instigador del motín fuera condenado a muerte. Los Anunnaki, como un todo,
rechazaron a divulgar su identidad. Oyendo los testimonios, Anu concluyó que,
en verdad, el trabajo era demasiado duro. Pero ¿Como interrumpir la minería del
oro?
Fue entonces que Ea ofreció una solución.
Contó que, en el sudeste de África, vagaba un ser que podría ser entrenado para
ejecutar algunas de las tareas de minería, siempre que la "marca de los
Anunnaki" pudiera ser colocada en ellos.
Ea se refería a los hombres y mujeres que
habían evolucionado en la
Tierra , pero que aún estaban en un nivel de evolución muy
distante del alcanzado por los habitantes de Nibiru. Después de mucha deliberación,
él recibió carta blanca: “Crea un Lulu, (“un trabajador primitivo”), que él
soporte el yugo de los Anunnaki".
Según el relato épico “Cuando los dioses”, los dioses llamaron a la Diosa
del Nacimiento (la Diosa Madre, Ninhursag) y le pidieron que realizara el
trabajo:
Todos los textos sumerios afirman que los dioses crearon al Hombre para que
hiciera el trabajo de ellos. Explicado en boca de Marduk, la Epopeya de la
Creación da cuenta de la decisión:
Engendraré un Primitivo
humilde;
«Hombre» será su nombre.
Crearé un Trabajador
Primitivo;
él se hará cargo del
servicio de los dioses,
para que ellos puedan estar
cómodos.
(*) Es autor de varios libros, artículos y monografías que se publican en diferentes medios como las Revistas Fenix News, Hiram Abiff y en Bibliotecas en Línea:
Puede Ud leer el libro completo en:
Herbert Ore - Vivieron Los Dioses Entre Los Hombres by HERBERT ORE BELSUZARRI
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