Autor: Herbert Oré Belsuzarri.
Para los sumerios las semillas fueron un regalo de Anu a la Tierra desde su Morada Celeste. El trigo, la cebada y el cáñamo bajaron a la Tierra desde Nibiru. La agricultura y la domesticación de animales fueron regalos que Enlil y Enki, respectivamente, hicieron a la Humanidad. Por lo menos es lo que dice los escritos de “Las Hazañas y Proezas de Ninuta” luego que los anunnakis por conveniencia aceptaron a los sobrevivientes que había protegido Enki encabezados por Ziusudra.
¡Ahora, el sustento es nuestra mayor preocupación!
¡Examinemos la Cámara de la Creación sellada; quizás
todavía encontremos las simientes de Nibiru!
Así le dijo Enlil a Enki, recordándole los granos una
vez creados.
Al lado de la plataforma, apartando algo de lodo,
encontraron el pozo de tiempos remotos, sacaron la piedra que lo bloqueaba,
entraron al santuario. Las arcas de diorita estaban selladas, hicieron abrir
los sellos con una llave de cobre.
¡Dentro de las arcas, en vasijas de cristal, estaban
las simientes de los cereales de Nibiru!
Una vez fuera, Enlil le dio las simientes a Ninurta, a
él le dijo así:
¡Ve a la terraza de la ladera, que los cereales de
Nibiru provean de pan una vez más!
En las Montañas de los Cedros, también en otras
montañas, Ninurta represó las cascadas, construyó terrazas, le enseñó a
cultivar al hijo mayor de Ziusudra. A Ishkur, su hijo más joven, Enlil le
asignó otra tarea: ¡Allí donde se hayan retirado las aguas, ve y encuentra los
árboles frutales que queden!
Para él, se asignó al hijo más joven de Ziusudra como
cultivador de frutas: el primer frutal que encontraron fue la vid, que había
traído Ninmah; de su jugo, como el célebre elixir de los Anunnaki, Ziusudra
tomó un sorbo.
Entonces, Enki ofreció un regalo a los Anunnaki y a
los Terrestres: descubrió el arca que Ninagal había llevado, anunció a todos su
sorprendente contenido:
Las esencias vitales y los huevos de vida se pueden
combinar en las matrices de los animales cuadrúpedos de la embarcación de
Ziusudra, las ovejas se multiplicarán, por su lana y su carne; todos tendrán
ganado vacuno, por su leche y por sus pieles, ¡después, con otras criaturas
vivas poblaremos la Tierra!
En esta misma
versión Enki explica por que salvo a Ziusudra:
¡Todo Terrestre tenía que perecer!, gritó con furia;
se abalanzó sobre Enki iracundo, estaba dispuesto a matar a su hermano con las
manos desnudas.
¡Él no
es un simple mortal, es mi hijo!, gritó Enki señalando a Ziusudra.
Por un momento, Enlil dudó. ¡Rompiste tu juramento!, le gritó a Enki. ¡Le
hablé a una pared de juncos, no a Ziusudra!, dijo Enki, después le relató a
Enlil la visión-sueño.
Por otra parte la
presencia de los nefilim y sus llegadas periódicas desde Nibiru, coinciden con las
tres fases cruciales de la civilización postdiluviana del hombre: la agricultura
alrededor del 11.000 a.C; la cultura neolítica alrededor del 7.500 a.C; y la
repentina civilización del 3.800 a.C, todas con intervalos de 3.600 años.
Por esta razón,
para Sitchin, todo hace suponer que los nefilim, le pasaron conocimientos al
Hombre en dosis medidas, con intervalos que se corresponden con los periódicos
retornos de Nibiru a las inmediaciones de la Tierra.
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