El cerro Chena pudo ser un centro astronómico en el gran Santiago incaico
Fue construido a semejanza del Cuzco, donde la planta de los edificios forma la figura de un puma sagrado
La Gran Época -
Mar, 19 Feb 2013 08:19 +0000
Mapa con las coordenadas claves delos incas incluyen en su eje Sur, el cerro Chena ( Museo Nacional de Historia Natural)
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Estudios realizados por el arqueólogo Rubén Stehberg en elcerro Chena, ubicado en la comuna de San Bernardo, del gran Santiago, en Chile, destacan que además de cumplir un importante papel defensivo, en épocas prehispánicas existía también una fortaleza en su cumbre usada como huaca para eventos astronómicos y rituales de los incas.
Se encuentra en el vecino valle del Maipo y su orientación mira hacia el sur y “las excavaciones arqueológicas no han precisado la presencia de grupos diaguitas preincaicos”, por lo que “toda la evidencia disponible, apunta a que ellos llegaron durante elperíodo Tawantinsuyu (imperio Inca)”, dice en su informe publicado este año por el Museo Nacional de Historia Natural.
Los primeros hallazgos fueron hechos en 1976. Primero se pensó que era una típica fortaleza inca del tipo militar defensivo, pero en el lugar también encontraron material correspondiente a múltiples funciones.
“Abundante fragmentación cerámica, los profusos huesos de camélidos, las conchas de moluscos marinos y dulceacuícolas, el fragmento de una flauta de combarbalita y una hoja de hacha de cobre, resaltan la visión de la existencia de un activo asentamiento dentro de los muros de la fortaleza que estarían reflejando múltiples actividades y funciones, más allá de la puramente defensiva”, describe Stehberg, en el informe del 2006 para la Universidad Central, de acuerdo a hallazgos de Gonzales Godoy en el 2000.
Sería como un indudable contenido simbólico de poder, donde la altura cumple un papel central, convirtiéndolos en auténticos focos difusores del imperio inca, señala el arqueólogo.
“Su instalación estaría ajustada a las prácticas de sacralización de la geografía y estaría formando parte de un paisaje ritualizado. Su disposición morfológica respondería no sólo a claves zoo-mórficas sino también claves astronómicas”.
De acuerdo a los análisis que realizó el grupo integrado por Carlos González, Maxime Boccas, Carlos Monsalve y Patricio Bustamante, citados por Stehberg, el contorno de muros de 1,60 metros de altura, muy extendidos en la parte superior del cerro, podrían corresponder a un lugar sagrado, ocupado por sacerdotes y que también contaba con un observatorio astronómico.
Según dicho informe el contorno de los muros tiene forma de un animal, un puma que tiene sus patas cortas hacia el Oeste. El resto del animal contaba con órganos genitales femeninos y masculinos, representados por recintos y pasillos. La cola estaba orientada al Sur.
“Así el pucará de Chena es construido a semejanza del Cuzco, la planta de los edificios forma la figura de un puma sagrado”, señala el informe citado por Stehberg.
A su vez el eje Este-Oeste sigue la línea solar del equinoccio, y el primer rayo del Sol del día del equinoccio atraviesa la puerta del recinto numerado 3 y continúa por el pasillo al Oeste hasta el recinto 7.
Al atardecer esto se invierte y es el último rayo del sol el que regresa por el pasillo hasta el recinto 3.
Cuenta también con un trazo de norte a Sur y un tercer trazo que da el amanecer de solsticio de invierno, y su sombra se proyecta donde se pone el Sol seis meses después, en el solsticio de verano.
En el solsticio de verano el Sol atraviesa los recintos 3, 4 y 5 simultáneamente. Por seis meses el sol recorrerá el camino opuesto visto al atardecer en el solsticio de verano.
En el pucará de Chena además se observa la característica típica de las construcciones incas con muros tripartitos que definen el mundo inferior o subterráneo, el mundo humano o central y el mundo superior.
Otras figuras de animales se pueden observar analizando el cordón montañoso de Chena, además de una zona más militarizada, usada para protección del lugar.
En el último estudio de Stehberg, sobre la ciudad inca que existía en las riberas del río Mapocho para la llegada de los españoles, el arqueólogo plantea la existencia de orientaciones astronómicas en el Gran Santiago, que no solo existían en el Cerro Chena, y de las cuales se valían los incas.
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