Los
Illuminati y El
Lindero
XIX
CARLOS NAPOLEON DEL CARPIO
“Numerosas
son las perspectivas que se ofrecen a la mirada
De
quienes han alcanzado la cima de la montaña”
Para ilustrar el conocimiento del pensamiento de los Illuminati voy a
presentaros algunos pensamientos acerca del Lin:. XIX y XX:
“En el principio, cuando Dios, como Inteligencia Universal, creó todo lo
que existe, estableció las Leyes Divinas y principios que constituyen los
procesos físicos y metafísicos que puso en acción para el funcionamiento
sistemático e impersonal del Universo. Esas Leyes y principios constituyen lo
que llamamos como el ·”Cósmico”, y si están ligados a Dios, no son Dios. Más
bien hay que considerarlos como siendo, en sí mismos, una emanación, una
extensión o un reflejo de Dios”.
“Dios nos dio la capacidad de razonar, de llegar a nuestras propias
conclusiones y usar nuestra voluntad para hacer las cosas que hemos decidido
hacer. Pero también creó Leyes de Compensación, fundamento mismo del Karma. El
hombre parece olvidar que su libre albedrío se acompaña de la obligación
voluntariamente asumida, de ser responsable de sus actos. Es por esa razón que
sus lecciones determinan su futuro kármico. Por ello, el hombre sólo puede ser salvado
si comienza por salvarse él mismo.”
“En el mundo de los pensamientos, solamente aquéllos que son constructivos
y verdaderamente en armonía con la naturaleza de Dios y de su Consciencia
pueden transmitirse a través del espacio, de una consciencia humana a otra, de
la Consciencia Divina a la consciencia humana. Todo pensamiento destructivo,
discordante, inarmónico, que un individuo trate de proyectar desde su mente
hacia algún otro individuo sufre un rechazo instantáneo y se disuelve
inmediatamente, ya que es neutralizado por las fuerzas constructivas de la
Consciencia Divina”.
“La reencarnación fundamento del Lin:. XX, permite comprender que los
pecados más grandes que hemos heredado son los que nosotros mismos hemos
cometido en algún momento de nuestra vida o en otras vidas pasadas y de los cuales
somos los únicos responsables. Nos enseña también que los errores que cometemos
a veces, por ignorancia o por falta de comprensión, pueden ser compensados. Nos
enseña a comprender el propósito de la vida y a sacar provecho de todas las
lecciones que nos enseñan nuestras experiencias. Finalmente, nos permite
considerar la muerte sin miedo, ya que sabemos entonces que no significa en ningún caso el final de nuestras
experiencias, sino simplemente el fin de un viaje y el comienzo de otro”.
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