Aclarando el Concepto de Orientación Masónica y La Posición de las Columnas en el Templo Masónico y El Templo de Salomón (3 de 3)
Autor: Julio Villarreal III
La Orientación en
Arquitectura
La Orientación, en arquitectura es la
disposición de la planta de los
edificios con criterios astronómicos. Es muy importante para la iluminación y ha sido objeto
de consideración a lo largo de la historia en distintas culturas por cuestiones
religiosas. En la Prehistoria, la arquitectura megalítica tenía en cuenta estos criterios, e incluso se interpreta
alguno de sus más destacados ejemplos (Stonehenge) como historia, mecanismos
de observación y predicción de los movimientos del sol, la luna y las estrellas.
La arquitectura egipcia, desde
la época predinástica,
responde a una cosmovisión astronómica, en que al Oeste (donde
muere el sol diariamente) está la ultratumba o mundo de los
muertos. Las tumbas estaban
orientadas en función del cuerpo de los difuntos, con la cabeza mirando
al Oeste. En los templos egipcios, el lugar
elegido y su orientación eran fundamentales para su construcción. Se construían
sobre un eje orientado de Este a Oeste, lo que hacía que el sol saliera
por el lugar más sagrado (la cámara del dios) y se pusiera entre los pilones de la entrada; no obstante, existen
algunas excepciones, como es el caso del Templo de Luxor, puesto que la
orientación podía ser más compleja e incluir otras consideraciones.
El trazado Norte-Sur del Nilo hace que la orientación
también se dé entre sus dos orillas: las tumbas se preferían situar en el lado
Oeste (Valle de los Reyes).
En cuanto a las ciudades romanas (cuya
planificación fue muy importante, sobre la base del campamento romano), el mismo
Vitrubio recoge que su orientación preferente, siguiendo el eje Norte-Sur, debe
alterarse para oponer los muros a los vientos dominantes y así evitar que
transcurran longitudinalmente a las calles.
Desde el cristianismo primitivo, la oración litúrgica se
practicó mirando hacia el este (fuera o no esa la dirección de Tierra Santa), y la
orientación arquitectónica de las iglesias se hace
con la cabecera hacia el
Este de modo que la luz de la mañana ilumina el altar mayor en cualquier
parte del mundo. Tal costumbre puede entenderse como herencia de determinadas
prácticas de la religión romana (Ex Oriente Lux -"del Este viene la Luz"-), e incluso un Padre de la Iglesia como Tertuliano recoge
esta posibilidad de interpretación (una continuidad sincretica de los cultos solares), aunque
sea para negarla. También puede entenderse como herencia de la religión judía (la
orientación de la oración y las sinagogas hacia el Este -mizrah). En la hermeneutica bíblica no se
interpreta esta dirección como la de Jerusalen, sino como la del "Sol
Naciente", que desde el siglo III se identifica simbólicamente con Cristo como "Luz del mundo" o
"Sol de justicia" (Malaquías 4:2, Lucas 1:78 y Juan 8:12), al quien
el cristiano espera durante su vida terrena (identificada con la noche),
confiando en su venida gloriosa. Las Constituciones apostólicas prescriben que las iglesias deben construirse con sus
cabeceras hacia el Este. Algunos autores especularon sobre el lugar al
que se dirige esa orientación: Para Gregorio de Nisa es el Paraiso Terrenal; para Tomas de Aquino es el lugar
donde Cristo vivió y murió, que será también el lugar de donde vendrá para
juzgar a la humanidad.
Vitrubio ofrece distintas soluciones de
orientación para los templos romanos, aunque destaca
las ventajas de la orientación que tenga en cuenta la salida del sol:
La orientación de los templos de los dioses inmortales debe establecerse de
la siguiente forma: si no hay ningún obstáculo y si se presenta la oportunidad,
la imagen sagrada, que será colocada en la cella, se orientará hacia el occidente, con el fin de que quienes se acerquen al
altar para inmolar o sacrificar víctimas, miren hacia el oriente y hacia la
imagen sagrada situada en el templo; así, quienes dirijan sus súplicas
contemplarán al mismo tiempo el templo y el oriente y dará la impresión de que
las mismas imágenes son las que contemplan a los que elevan sus súplicas y
sacrifican sus víctimas, por lo que es preciso que los altares de los dioses
queden orientados hacia el este. Si el lugar presentara un serio obstáculo,
debe entonces cambiarse la orientación siempre que desde el templo pueda
contemplarse la mayor parte de la ciudad. Si, como sucede en Egipto junto al
Nilo, va a levantarse un templo junto a un río, se orientará hacia las márgenes
del río. De igual modo, si van a situarse cerca de las vías públicas,
levántense de modo que los viandantes puedan contemplarlo de un golpe de vista
y hacer sus reverencias.
Destacados ejemplos de la arquitectura paleocristiana de época de Constantino el Grande presentan los ábsides en su extremo occidental: En Roma Basílica de San Juan de Letran, San Pedro del Vaticano, San Pablo Extramuros - en su
configuración original - y la Basilica de San Lorenzo Extramurtos; en Oriente la Basilica de la Resurrección de Jerusalén y las basílicas de Tiro y de Antioquía. No se
ha establecido con seguridad la causa de ello (podría responder a la liturgia
de la época - el oficiante se disponía de cara al pueblo y no al contrario,
como se estableció posteriormente-, o a otras razones). Fueron construcciones
posteriores las que fijaron el modelo orientado al Este: la remodelación de San
Pablo Extramuros, San Pietro in Vincoli y las basílicas de Ravena.
Esta orientación de las iglesias cristianas hacia el Este
se mantuvo durante la Edad Media, y se mantiene
todavía en el cristianismo oriental. En el occidental no se
tiene en cuenta desde el siglo XVI (Reforma protestante y Contrarreforma católica).
En la arquitectura monástica, los claustros y las dependencias que les rodean
se suelen situar en el lado sur de las iglesias, lo que determina la
orientación general del conjunto. Lo mismo suele ocurrir con los claustros
anejos a las catedrales y otras iglesias
no monásticas.
En el Islam la orientación es particularmente importante:
la gibla (la dirección en
la que debe hacerse el salat - oración
islámica - y el muro de la sala de oraciones de las mezquitas) es la dirección
hacia La Meca.
En la cosmología hinduista hay
conceptos de la orientación astronómica basados en el cuadrado y el octógono,
con ocho dioses guardianes. El yoni del
cero, y en segundo lugar su opuesto, el del cuatro (que significan la orientación
hacia el Este o el Oeste), son considerados los más favorables para un templo
hindú, aunque los cálculos son mucho más sofisticados.
Dado
todo lo anterior, cuando se trata del tema de Orientación, de la derecha y de
la izquierda, es de necesidad el tener siempre el mayor cuidado de precisar en
relación a qué se consideran; así, cuando se habla de la derecha y de la
izquierda de una figura simbólica, ¿se quiere entender realmente las
de esa figura, o bien las de un espectador que la mira colocándose frente a
ella?
Los dos casos pueden presentarse de hecho: cuando
se trata de una figura humana o de algún otro ser vivo, no hay apenas duda
sobre lo que conviene llamar su derecha y su izquierda; pero ya no es lo mismo
para otro objeto cualquiera, para una figura geométrica por ejemplo, o también
para un monumento, y entonces, lo más ordinariamente, se toma la derecha y la
izquierda colocándose en el punto de vista del espectador. Pero, no obstante, no es siempre forzosamente
así, y puede ocurrir también que se atribuya a veces una derecha y una
izquierda a la figura tomada en sí misma, lo que corresponde a un punto de
vista naturalmente inverso del punto de vista del espectador; a falta de
precisar de qué se trata en cada caso, uno puede ser llevado a cometer errores
bastante graves a este respecto.
De ahí vienen, por ejemplo, en el simbolismo
masónico, las divergencias que se han producido sobre el tema de la situación
respectiva de las dos columnas colocadas a la entrada del Templo de Jerusalén;
no obstante, la cuestión es fácil de resolver remitiéndose directamente a los
textos bíblicos, a condición de saber que en hebreo, la «derecha» significa
siempre el Sur y la «izquierda» el Norte, lo que implica que la orientación se
toma, como en la India, volviéndose hacia el Este. Este mismo modo de
orientación es igualmente el que, en Occidente, era practicado por los
constructores de la edad media para determinar la orientación de las iglesias.
Un tema común a todos los Ritos es el de las dos
columnas del templo salomónico, Jakin y Boaz, situadas a la entrada de la logia
y de las que hay una descripción en varios pasajes bíblicos (1 Reyes VII, 21;
II Reyes XXV, 13-17; Jeremías LII, 20-23 y II Crónicas III, 15-17), además de
la que nos ha dejado el historiador judío Flavio Josefo (siglo I después de
Cristo) en sus Antigüedades judaicas. De las citadas columnas dice el Zohar
(III, 58a) que "los dos ríos secundarios que tienen su origen en el río
principal, (río Vida) se bifurcan en dos direcciones, que son los nombres de
las dos columnas del Templo erigido a Salomón: Jakín y Boaz". Todos esos
ríos circulan en un mismo grado, llamado el "Justo", como está
escrito: "Y el Justo es la base del mundo". Jakín aparece en el
Antiguo Testamento como hijo de Simeón, el cual es a su vez hijo de Jacob
(Génesis XLVI, 10), mientras que Boaz es el marido de Ruth, ancestro de David y
Salomón (Ruth IV, 13 a 22).
Dios como geómetra
trazando sobre el abismo, Códice 2544, fol. 1 v (Génesis) Biblioteca Nacional
de Austria
Según ciertas versiones masónicas, estas columnas
son las destinadas a unir de nuevo la tierra y el cielo. El significado de Jakín es fundamento,
erigir, del verbo "consolidar", y el de Boaz es "la Fuerza"
o "en la Fuerza". Se han hecho muchas interpretaciones de las dos
columnas, algunas de las cuales son fruto de versiones muy personales.
El Rito Francés o Moderno, que ha expurgado y
simplificado el Escocismo, ha invertido la situación de las columnas, de manera
que Jakín es emplazada a la izquierda y Boaz, a la derecha. Dicha innovación no
está basada en la tradición, cuya fuente en este caso es el Antiguo Testamento.
Por otra parte, en hebreo, la izquierda es siempre el norte y la derecha, el
sur, lo que implica inequívocamente que la orientación se toma, como su nombre
indica, volviéndose hacia oriente, hacia el este.
No hay duda alguna que en los inicios de la
Masonería Operativa no había Templos Masónicos de la forma en que hoy los
entendemos. Los templos construidos por los obreros fueron las grandes
catedrales de la Edad Media en delante. Los constructores se reunían en las
canteras, y en lugares que recibieron posteriormente el nombre de Logia. En el
inicio de la Masonería Especulativa los Masones ya no eran solamente los
constructores de edificios e iglesias, sino también los Masones Aceptados,
generalmente oriundos de posiciones filosóficas y religiosas diversas, y que no
se reunían en templos determinados, sino generalmente en tabernas. Pero cuando
resolvieron reunirse en un local determinado, cuando intentaron construir un
Templo, intuyeron y dedujeron que debería tener un simbolismo especial, pues
debería el mismo tener un simbolismo que aportara también el simbolismo del
Templo moral y social. ¿Pero, qué Templo podría ser el escogido para este
simbolismo? Obviamente, considerando su formación judeocristiana (de la
mayoría), ningún otro serviría mejor que el templo mandado construir por
Salomón. Este Templo simbolizaría todo el Universo, por cuya perfección
lucharía el Masón. Quedó definitivamente instituido entonces, que el Templo
Masónico sería una réplica del Templo de Salomón. Esta tesis es la abrazada por
todos los mejores autores Masones. Ahora bien, si el Templo es réplica del
Templo de Salomón, las columnas que quedan ubicadas en su entrada deben ser
aquellas descritas en la Biblia. Sin embargo, encontramos hoy en casi todas las
Logias Masónicas la aberración de ver colocadas en su entrada columnas
corintias o similares, que no existían a la época de la construcción del Templo
de Salomón.
En el
primer libro de los Reyes, capitulo VII, versículo 21, la Biblia nos enseña que
las dos columnas de bronce, obra del fundidor Hiram, de Tiro, fueron erigidas a
la entrada del Templo de Salomón, una a la derecha bajo el nombre de B y la
otra a la izquierda bajo el de J. Nunca ha habido duda sobre el sexo simbólico
de estas dos columnas, la primera está suficientemente caracterizada como
masculina por el YOD inicial que la designa comúnmente. Este carácter hebraico
corresponde, en efecto, a la masculinidad por excelencia.
Si estas
dos columnas no hubieran sido transportadas al interior del Templo, sus
colocaciones no serían dudosas, ya que la Biblia coloca J\ a la
derecha y al Sur, y B∴, a la izquierda, al Norte. Esta disposición ha debido
ser respetada en el momento de la colocación de las columnas, pues J∴
corresponde al Sol y B\ a la
Luna, pues en el Oriente el primero de estos astros resplandece al Sur,
mientras que el segundo brilla al Norte.
Otra cuestión conexa a la de la orientación es la
del sentido de las «circumambulaciones» rituales en las diferentes formas
tradicionales; es fácil darse cuenta de que este sentido se determina en
efecto, ya sea por la orientación «polar» o ya sea por la orientación «solar»,
en la acepción que hemos dado más atrás a estas expresiones.
La cruz trazada en el círculo marca la dirección de
los cuatro puntos cardinales. El Norte puede estar situado en lo alto. Pero
también en el Sur según otra opción simbólica. El primer sentido es aquel en el
que, mirando hacia el Norte, se ven girar las estrellas alrededor del polo. Por
el contrario, el segundo sentido es aquel en el que se efectúa el movimiento
aparente del Sol para un observador que mira hacia el Sur. La circuambulación
se cumple teniendo constantemente el centro a su izquierda en el primer caso, y
al contrario a su derecha en el segundo (lo que se llama en sánscrito
pradakshinâ); este último modo es el que está en uso, en particular, en la
tradición hindú y tibetana, mientras que el otro se encuentra concretamente en
la tradición islámica. Quizás que no carezca de interés hacer observar que el
sentido de estas circumambulaciones, que van respectivamente de derecha a
izquierda y de izquierda a derecha, corresponde igualmente a la dirección de la
escritura en las lenguas sagradas de estas mismas formas tradicionales.
En la Masonería, bajo su forma actual, el sentido
de las circumambulaciones es «solar» pero parece haber sido, al contrario,
«polar» primeramente en el antiguo ritual operativo, según el cual el «trono de
Salomón» estaba situado al Occidente y no al Oriente, para permitir a su
ocupante «contemplar el Sol en su salida».
A esta diferencia de sentidos se vincula igualmente
el hecho de avanzar el pie derecho o el pie izquierdo el primero en una marcha
ritual: considerando todavía las mismas figuras se puede ver fácilmente que el
pie que debe ser avanzado primero es forzosamente el del lado opuesto al lado
que está vuelto hacia el centro de la circuambulación, es decir, el pie derecho
en el primer caso y el pie izquierdo en el segundo; y este orden de marcha se
observa generalmente, incluso cuando no se trata de circumambulaciones hablando
propiamente, como para marcar de alguna manera la predominancia respectiva del
punto de vista «polar» o del punto de vista «solar». La inversión que se ha
producido respecto a este orden de marcha en algunos ritos masónicos es tanto
más singular cuanto que está en desacuerdo manifiesto con el sentido de las
circumambulaciones.
A continuación algunos ejemplos de estructuras
antiguas y famosas que están orientadas de tal manera que siempre toman en
cuenta el movimiento solar.
Q\H\ Julio
Mario Villarreal III
R\I\F\Logia
Chiriquí N° 10
Valle de Chiriquí, Oriente de Panama
Referencias:
· Del Tabernáculo al Templo, R:.H:. José Schlosser, Respetable Logia
Simbólica La Fraternidad No. 62, Grand Lodge of the State of Israel.
· René Guenón, La Gran Triada, capítulo VII.
· Oscar Wirth, Las Dos Columnas
· Joaquim Villalta, Las Columnas del Templo - En Defensa de una Tesis
· Pere Sánchez Ferré, Tradición Hebrea en la Masonería
· La
orientación de los templos egipcios. La
orientación estelar de los templos egipcios
· La
orientación de los templos fenicios del sur peninsular apunta un mismo culto, La Información, 20/05/2013.
Citado en Vetus Religio
La orientación de estructuras en la arquitectura romana
· http://www.uned.es/dpto-hdi/museovirtualhistoriamasoneria/index.htm
· Apologeticus pro Christianis, cap. XVI, New York: Robert Appleton Company, 1913,
//en.wikisource.org/wiki/Catholic_Encyclopedia_(1913)/Orientation_of_Churches
· "Mizrah" (1997). Encyclopedia Judaica.
· II, 7, citado en «Orientation of Churches», Catholic Encyclopedia, New York: Robert Appleton Company, 1913,
//en.wikisource.org/wiki/Catholic_Encyclopedia_(1913)/Orientation_of_Churches
· «Orientation of Churches», New York: Robert Appleton Company, 1913,
//en.wikisource.org/wiki/Catholic_Encyclopedia_(1913)/Orientation_of_Churches
· Summa
Theologiae, II-II, Q. lxxxiv, a. 3, citado en «Orientation
of Churches», New York: Robert Appleton Company, 1913,
//en.wikisource.org/wiki/Catholic_Encyclopedia_(1913)/Orientation_of_Churches
· «Orientation of Churches», New York: Robert Appleton Company, 1913,
//en.wikisource.org/wiki/Catholic_Encyclopedia_(1913)/Orientation_of_Churches
· The Eschatological Dimension of Church Architecture: The Biblical Roots
of Church Orientation. Fuente citada
en: Versus populum y en: Ad
orientem
Cosmología hinduísta
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