Cortesía: F+R Arduino Baglieto – R:.H:. F+R+C Carlos N. del Carpio Palacios
La Navidad es una fiesta tradicional compartida por la mayoría de los
habitantes de la tierra, se celebra con, reuniones, comidas familiares y
regalos. Esto, sumado a las luces de las calles y los adornos de nuestras casas
nos recuerdan un aspecto de la fiesta navideña, quizá el menos importante de
todos y el más superficial, y aunque, como decía Juan Pablo II, no es negativo
“pero corre el riesgo de distraernos del auténtico espíritu de la Navidad.”
De dónde
viene la celebración
“Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado
a su hijo unigénito para que todo aquel que en el cree no se pierda, más tenga
vida eterna” (Juan.3:16).
Estas palabras del evangelio de San Juan, encierran
en sí mismo el verdadero significado de la Navidad, pues nos hablan del
infinito amor de Dios al hombre al entregarle a su hijo único. Según cuenta la
historia, Jesucristo nació en Belén en un humilde establo rodeado de animales,
sus padres José y María, no tenían riquezas materiales, así que tuvieron a su
hijo en medio de una gran pobreza pero llenos de un profundo amor. Más de 2 mil
años después, esta historia sigue conmoviendo los corazones de millones de
personas en todo el planeta.
Pero la Navidad no es simplemente la difusión de
esta historia, se trata de una vivencia que vuelve a repetirse cada año en el
corazón de los creyentes.
Primero
démosle un vistazo a lo que “significa” Navidad
La Navidad (del latín: nativitas, nacimiento) es
una de las fiestas más importantes del Cristianismo, junto con la Pascua y
Pentecostés, que celebra el nacimiento de Jesucristo en Belén. Esta fiesta se
celebra el 25 de Diciembre por la Iglesia Católica, la Iglesia Anglicana, algunas otras Iglesias protestantes y la
Iglesia Ortodoxa Rumana; y el 7 de Enero en otras Iglesias Ortodoxas, ya que no
aceptaron la reforma hecha al calendario juliano, para pasar a nuestro
calendario actual, llamado gregoriano, por el nombre de su reformador, el Sumo
Pontífice Gregorio XIII.
Los angloparlantes utilizan el término Christmas,
cuyo significado es “misa (mass) de Cristo”. En algunas lenguas germánicas,
como el alemán, la fiesta se denomina Weihnachten, que significa “noche de
bendición”. Las fiestas de la Navidad se proponen, como su nombre indica,
celebrar la natividad (es decir, el nacimiento) de Jesús de Nazaret.
Aunque para algunos historiadores la celebración de
la Navidad histórica debería situarse en la primavera (entre abril y mayo), y
para otros, siguiendo el relato de Lucas 2:8, que indica que la noche del
nacimiento de Jesús, los pastores cuidaban los rebaños al aire libre y que el
cielo estaba lleno de estrellas, es poco probable que este acontecimiento
hubiera ocurrido en el invierno (hemisferio norte). La Iglesia cristiana
mantiene el 25 de Diciembre como fecha convencional, puesto que en la primavera
u otoño la Iglesia celebra la Pascua.
Ahora bien para mucha gente todos estos datos tiene pinta de aburridos
pero los puse para establecer algo… PORQUE EL 25 DE DICIEMBRE? Los
historiadores e incluso la Biblia explican que Jesús nació en la noche de
pascuas, en abril supuestamente, ¿porque se eligió esa fecha? En Antioquía,
probablemente en el año 386, Juan Crisóstomo impulsó a la comunidad a unir la
celebración del nacimiento de Cristo con el del 25 de Diciembre, aunque parte
de la comunidad ya guardaba ese día por lo menos desde diez años antes.
En el Imperio romano, las celebraciones de Saturno
durante la semana del solsticio, (El solsticio de invierno se inicia a las 12
am del día 22 de Diciembre y culmina el día 24 a la media noche, durante este
tiempo, el sol pareciera detener su movimiento, de ahí la palabra solsticio,
sol estático, para luego el día 25 volver a levantarse, renacer) que eran el
acontecimiento social principal, llegaban a su apogeo el 25 de Diciembre. Para
hacer más fácil que los romanos pudiesen convertirse al cristianismo sin
abandonar sus festividades, el papa Julio I pidió en 350 que el nacimiento de
Cristo fuera celebrado en esa misma fecha.
Algunos mantienen que el 25 de Diciembre fue
adoptado solamente en el siglo cuarto como día de fiesta cristiano después de
que el emperador romano Constantino I el Grande se convirtió al cristianismo
para animar un festival religioso común y convertir a los paganos en
cristianos. La lectura atenta de expedientes históricos indica que la primera
mención de tal banquete en Constantinopla no sucedió sino hasta 379, bajo San
Gregorio Nacianceno. En Roma, puede ser confirmado solamente cuando se menciona
un documento aproximadamente del año 350, pero sin ninguna mención de la
sanción por el emperador Constantino.
Los primeros cristianos celebraban principalmente
la Epifanía, cuando los Reyes Magos visitaron al Niño Jesús. (Esto todavía se celebra
en México, Argentina, Armenia, España, Ecuador, Perú, Paraguay, Puerto Rico,
República Dominicana, Colombia, Uruguay, Venezuela y Chile). Para las Iglesias
Orientales la Epifanía es más importante que la Natividad, ya que es ese día
cuando se da a conocer al mundo, en la persona de los extranjeros.
Algunas tradiciones de la Navidad, particularmente
las de Escandinavia, tienen su origen en la celebración germánica de Yule, como
son el árbol de Navidad. Allí la Navidad se conoce como Yule (o jul).
Osea que, si lo piensan bien, cada vez que festejan
el 25 de Diciembre le están festejando… AL PLANETA SATURNO? Y que paso
con Papa Noel (Santa Claus)? Los renos voladores? El oso polar de Coca-Cola?
El
nacimiento de Papa Noel
Aquí esta la historia de Nicolás de Bari (si yo
tampoco lo podía creer, Papa Noel si tiene apellido): Este hombre fue un santo
que nació en el 280 D.C. y que según cuentan trato de seguir como muchos la
obra de Cristo ayudando a los pobres y, según algunos, realizando milagros.
La
Leyenda
Se cree que esto sucedió alrededor del año 1624. Cuando los inmigrantes
holandeses fundaron la ciudad de Nueva Ámsterdam, más tarde llamada (Nueva
York), obviamente llevaron con ellos sus costumbres y mitos, entre ellos el de
Sinterklaas, su patrono (cuya festividad se celebra en Holanda entre el 5 y el
6 de Diciembre).
En 1809 el escritor Washington Irving, escribió una
sátira, “Historia de Nueva York,” en la que deformó al santo holandés,
Sinterklaas, que en la burda pronunciación angloparlante se transformó en Santa
Claus. Más tarde el poeta Clement Clarke Moore, en 1823, publicó un poema donde
dio cuerpo al actual mito de Santa Claus, basándose en el personaje de Irving.
En ese poema se hace mención de una versión de Santa Claus, enano y delgado,
como un duende; pero que regala juguetes a los niños en víspera de Navidad y
que se transporta en un trineo tirado por nueve renos, incluyendo a Rudolph
(Rodolfo).
Posteriormente, hacia 1863, adquirió la actual
fisonomía de gordo barbudo bonachón con la que más se le conoce. Esto fue
gracias al dibujante alemán Thomas Nast, quien diseñó este personaje para sus
tiras navideñas en Harper’s Weekly. Allí adquirió su vestimenta y se cree que
su creador se basó en las vestimentas de los obispos de viejas épocas para
crear este “San Nicolás”, que en ese momento ya nada tenía que ver con San
Nicolás de Mira.
A mediados del siglo XIX, el Santa Claus
estadounidense pasó a Inglaterra y de allí a Francia, donde se fundió con
Bonhomme Noël, el origen de nuestro Papá Noel, quien tenía parecido físico con
Santa Claus, pero vestía de blanco con vivos dorados. Igualmente a fines del
siglo XIX, a partir de un anuncio estadounidense de la Lomen Company, se
crearía la tradición de que Papá Noel procedería del Polo Norte; y se
popularizarían completamente los renos navideños como medio de trasporte de
Santa Claus.
Luego, a comienzos del siglo XX en 1902, el libro
infantil “The Life and Adventures of Santa Claus” de L. Frank Baum, se origina
la historia de cómo Claus se ganó la inmortalidad, al igual que su título de
santo.
Igualmente, ya en el siglo XX, la empresa Coca-Cola
encargó al pintor Habdon Sundblom que remodelara la figura de Santa Claus/Papá
Noel para hacerlo más humano y creíble. Esta versión data de 1931. En este punto, sin embargo
hay que aclarar que es solo una leyenda urbana la creencia de que el color rojo
y blanco de Santa Claus tenga su origen en los anuncios que la marca Coca-Cola
empezó a hacer a partir de 1931, aunque sí es cierto que contribuyeron a la
popularización de estos colores y del mito mismo. Hay muchas ilustraciones y
descripciones casi fidedignas anteriores al anuncio como la de Thomas Nast
(1869) o St. Nicholas Magazine (1926), entre otras; eso sin considerar además
las antiguas representaciones religiosas del obispo San Nicolás de Mira ó San
Nicolás de Bari, en las que es común el color rojo y blanco de la vestimenta
religiosa, si bien es cierto que desde mediados de 1800 hasta principios de 1900
no hubo una asignación concreta al color de Santa Claus, siendo el verde uno de
los más usados. Por lo tanto, se considera que la campaña masiva de Coca-Cola
fue una de las principales razones por las cuales Santa Claus terminó vestido
de color rojo y blanco, pero estos publicistas no fueron los primeros en
representarlo con estos colores.
En cuanto a la morada de Papá Noel, como la leyenda
se originó en el Hemisferio Norte, a principios del siglo XX se esparció la
idea de que viviría en el Polo Norte; sin embargo igualmente hay que recordar
que existen otros lugares cercanos postulados como su hogar, los cuales son:
Laponia sueca, Laponia finlandesa y Groenlandia; puesto que el Polo Norte está
en medio del Océano Ártico.
Ahí lo tienen… yo se que este artículo para mucha
gente no tendrá mucho sentidos, pero explica mucho acerca de los origines de la
festividad más famosa del mundo hoy, y de que es lo que le queremos enseñar a
nuestros hijos sobre el pasado, porque en algún punto, van a decir que el trineo
lo tiraban los osos polares y todos tomaban Coca Cola para mantener fuerzas.
El mejor
regalo
En lo que si concuerdo con La Navidad es que se ha
convertido, y con toda la razón, en la fiesta de los regalos, y el regalo más
grande recibido por la humanidad: el nacimiento de Jesucristo. Muchas veces nos
entristece no recibir regalos y aún no entendemos que el más grande y
maravilloso regalo nos lo dio Dios hace más de 2 mil años.
Lo material no es lo más importante, pues “lo mejor de la vida son las
ilusiones de la vida”, escribió Balzac. Aun así, no hay navidades ideales,
pero si decidimos pensar y reflexionar sobre nuestros valores, sobre nuestros
deseos, nuestros afectos y nuestras tradiciones, bienvenida sea está
celebración.
La Navidad está en nuestras manos, la vida está en
nuestras manos y este mundo, a veces tan complejo, tan ingrato y a la vez tan
prometedor, también está en nuestras manos. Depende de nosotros convertir cada
día en Navidad, haciendo las cosas con amor, con fe y siendo mejores humanos,
con la esperanza que el mundo puede cambiar para bien.
Que la cena, los regalos las piñatas y todo lo
demás no sean tu verdadero propósito en esta Navidad. Sino el recibir a Cristo
en tu corazón.
“Porque no envió Dios a su hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan. 3:17).
Aprovechemos
esta Navidad para perdonar a todos aquellos que nos ofendieron de palabra y de
obra. Empecemos el Año Nuevo con el corazón aligerado por el perdón y
enriquecido por el Amor. Compartamos nuestra alegría y nuestra mesa con alguien
que esté solo, que no tenga familia o que se sienta triste. Ese invitado
representará la figura de Cristo. Y que este sea tu verdadero espíritu
navideño.