BOLIVAR MASON
Por: Jorge Mier Hoffman
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco nace en Caracas la medianoche del 24 de julio de 1783, quien fue Q.´.H.´. Masón, fiel y practicante, llegando al Grado 33º de la Masonería.
Simón Bolívar, el “Alfarero de Repúblicas”, el Genio de América, el fundador de ”Conciencia Ciudadana” y el Libertador de siete Repúblicas: Venezuela, La Florida, Colombia, Panamá, Ecuador, Perú y fundador de Bolivia, fue un ilustre masón que fundamentó su lucha por la independencia enarbolando los valores de Libertad, Igualdad y Fraternidad, como resumió en uno de sus pensamientos:
“El que lo abandona todo por ser útil a su patria, no pierde nada, y antes gana cuanto le consagra”
Séptimo en la generación de una de las familias aristocráticas más influyentes y adinerada del Continente. Fueron sus padres: Juan Vicente Bolívar y María de la Concepción Palacios, de rico abolengo mantuano afectivos a la Corona, y por consiguiente defensores de los derechos del rey de España, al igual que sus dos hermanas: María Antonia y Juana Nepomucena Bolívar. No así su hermano mayor Juan Vicente, quien murió en un naufragio en 1811 de regreso de Estados Unidos a Venezuela.
Huérfano de padre a los tres años de edad, fue influenciado por el maestro Simón Rodríguez, de ideas revolucionarias y apasionado lector del filósofo y masón, el Francés Juan Jacobo Rousseau, quien sembró en el joven Simón, desde muy joven, los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que seguramente practicaba su maestro, puesto que, aunque no ha sido asegurado, Rodríguez fue un hermano masón que lo llevó de la mano para introducirlo en la fraternidad allá en Europa.
Simón Bolívar quedó huérfano de madre a los nueve años de edad, y bajo la tutela de su tío Carlos Palacios, hombre ambicioso, quien lo envió a Madrid en 1799, para ser tutelado por el Marqués de Ustariz, quien lo introdujo en la sociedad española donde conoció a María Teresa del Toro y Alayza, con quien contrajo matrimonio en 1801. De regreso a Venezuela, infortunadamente, en 1802, la fiebre del trópico acabó con la vida de su joven esposa María Teresa.
Simón Bolívar regresa por segunda vez a Europa, con la misión de llevar a su suegro, Don Bernardo, las prendas de su fallecida esposa. Algunos estudiosos aseguran, que Simón Bolívar ingresó a la Masonería a los 21 años, en Cádiz, en su segundo viaje a Europa, en enero de 1804, ya viudo de María Teresa del Toro. Al respecto parece poco probable, ya que su aflicción y pesadumbre, por su viudez, lo había consumido espiritualmente, razón por la cual fue en busca de su antiguo maestro Simón Rodríguez quien trabajaba en Viena.
Se sabe, que en una reunión en París, en la casa de Fanny Duvillard, Bolívar conoció al sabio naturalista Alexander de Humboldt, quien quedó fascinado por la mente brillante del joven Simón, luego de lo cual le regaló un libro sobre “Los Altos Grados de la Masonería”; lectura que debió despertar su interés por las Sociedades Secretas, lo cual fue muy alentador para el venezolano, ya que en la Masonería, y en la Orden de los Templarios, conoció a grandes personalidades de la ciencia, la política y la filosofía universal, donde se podían discutir temas vedados por la inquisición católica que adoctrinaba las monarquías europeas.
Bolívar hizo intensa vida masónica en París, donde participó activamente en la Logia San Alejandro de Escocia, seguramente llevado de la mano de su maestro Simón Rodríguez luego que ambos hicieron un recorrido a pie desde París hasta Milán, donde vio la coronación de otro ilustre masón: Napoleón Bonaparte. Y como se sabe… de acuerdo al rito francés, para entrar a la Logia debía ser de la mano de un masón.
El 7 de enero de 1806 Bolívar hace su juramento ante los iniciadores de la masonería, términos filosóficos que sugiere “Arquitecto de una Moral Universal y Constructor del Templo Espiritual Invisible”:
“Juro por Dios y por San Juan, por la Escuadra y el Compás, someterme al juicio de todos, trabajar al servicio de mi Maestro en la honorable Logia, del lunes por la mañana al sábado, y guardar las llaves, bajo la pena de que me sea arrancada la lengua a través del mentón, y de ser enterrado bajo las olas, allá donde ningún hombre lo sabrá”
ACTA
Con firma autógrafa de Bolívar, donde consta su ascenso a “COMPAÑERO DE LA ORDEN EN SEGUNDO GRADO”
Logia Saint Alexandre D’Escosse, de París.
A la gloria del Gran Arquitecto del Universo, y el undécimo mes del año de la Gran Luz 5805, los trabajos de Compañero han sido abiertos al este por el Respetable Hermano de Latour d’Auvergne, alumbrando el oeste y el sur de los Respetables Hermanos Thory y Potu: La lectura de la última plancha trazada ha sido hecha y aprobada, el Venerable ha propuesto que se eleve al grado de Compañero al Hermano Bolívar nuevamente iniciado a causa de un próximo viaje que está a punto de emprender. El parecer de los hermanos habiendo sido unánime por su admisión y el escrutinio favorable, el Hermano Bolívar ha sido introducido en el Templo y después de las formalidades necesarias ha prestado a los pies del Trono la obligación usual, colocado entre los dos Vigilantes ha sido proclamado Caballero Compañero Masón de la Respetable Madre Logia Escocesa de San Alejandro de Escocia. Este trabajo ha sido coronado por un triple Huze y el Hermano, después de haber dado las gracias, ha ocupado su lugar a la cabeza de la Columna del Mediodía. Los trabajos se han cerrado del modo acostumbrado.
Bolívar tenía alta estima por los individuos que en su rebeldía intelectual buscaban el conocimiento y la verdad, sin importar el veto impuesto por la iglesia; y que en su inquebrantables deseos de superación, se agrupaban en esa Sociedad Secreta conocida como Francmasonería, donde pregonaban la justicia social y la igualdad del hombre, como decían los sabios:
“La francmasonería es una asociación universal, filantrópica, filosófica y progresiva, que procura inculcar en sus adeptos el amor a la verdad, el estudio de la moral universal, de las artes, los sentimientos de abnegación, filantropía y la tolerancia religiosa; que tiende a extinguir los odios de raza, los antagonismos de nacionalidad, de opiniones, de creencias y de intereses; uniendo a todos los hombres por los lazos de la solidaridad y confundiéndolos en un tierno afecto de mutua correspondencia. La Francmasonería es la prédica de la moral universal, una e inmutable, más extendida, más universal que la de las religiones positivas, todas ellas exclusivistas, puesto que califican a los individuos en paganos, idólatras, cismáticos, sectarios… Su objeto puede resumirse en esta palabras: borrar entre los hombres las preocupaciones de casta, las distinciones convencionales de colores, orígenes, opiniones y nacionalidades, combatir el fanatismo y la superstición, extirpar los odios nacionales y con ellos el origen de la guerra. Dentro de su doctrina social, declara el derecho universal y eterno, según el cual cada individuo debe libre e integralmente desenvolver todas su facultades y concurrir en toda la plenitud de su poder al bien de todos, haciendo así del género humano una sola familia de hermanos unida por el amor la ciencia y el trabajo”
La masonería de entonces, respondía a un claro desarrollo intelectual del Ser humano, surgidos de la sociedad, como la congregación por excelencia de individuos, donde los misterios se concentraban en tres puntos: La Sagrada Doctrina, La Moral, y La Ciencia Exacta… Del Grado de Aprendiz se pasaba al segundo sin intermediario; pero una vez llegado al segundo grado de Compañero, largas preparaciones eran necesarias… Era solamente en el tercero de la Iniciación, en el grado de Maestro, que los misterios y la sabiduría eran expuestos para penetrar en el campo de la magia, las fábulas y las fantasías, como dignos representantes de la grandiosa manifestación de la Luz del Conocimiento.
Para el joven Bolívar fue gratificante saber, que la masonería tuvo una clara influencia en la revolución e independencia Norteamericana y en la redacción de su Constitución por parte de Washington, Jefferson y Benjamín Franklin, como insignes masones… Es por esta razón, que en el billete de UN DÓLAR, está representado con todo su esplendor el símbolo de la masonería: la pirámide, el ojo de Horus, y el Nuevo Orden Mundial, como la meta de la realización y consumación de un gobierno.
También la masonería fue determinante en la Revolución Francesa de 1789, donde participaron destacados líderes de la Orden y que extrajo de la Logia su ornato simbólico: Libertad, Igualdad y Fraternidad; términos que también enarboló la Revolución Bolivariana
Bolívar participó en un momento culminante de esa Sociedad Secreta, cuando su participación en el campo filosófico era invalorable, filantrópica y con un sentido general sin caer en la particularidad de los individuos, quienes, como en muchas organizaciones de hombres, terminaron infiltrando la Francmasonería para satisfacer sus más bajos instintos, lograr sus más oscuros deseos, y satisfaciendo sus aberrantes ambiciones personales… Como bien reconoció Bolívar
“En el seno de la masonería vi a muchos hombre de mérito”
Entre 1804 – 1805 fue, en efecto, la época más brillante de la masonería: Los príncipes, los militares, los mariscales de Francia, los oficiales, los magistrados; y en general todos los hombres notables por su gloria o considerables por su situación, ambicionaban ser iniciados. Es por ello que podemos afirmar, que Bolívar fue masón a toda honra, y que todo lo que se ha dicho para inventar una aversión a la Gran Logia, no es más que el producto de la guerra informativa que siempre ha emprendido la iglesia, para justificar el adoctrinamiento católico y restar crédito a la cristiandad y los sanos principios filantrópicos y llenos de sabiduría, que tuvieron un lugar preponderante en los orígenes de las Sociedades Secretas, en momentos en que el catolicismo torturaba y llevaba a la hoguera a millares de seres humanos en procura de lograr la ignorancia del individuo.
En la Logia Masónica de San Alejandro de Escocia, Bolívar pudo comparar el extraordinario desarrollo del Nuevo Mundo en contraste a las maravillosas pirámides de Egipto descritas por Napoleón… No obstante el veto que imponía la iglesia a la Masonería, ante la amenaza de ser excomulgado “a quién osase pertenecer a ese grupo de paganos”, Bolívar estaba inmerso en un mundo de conocimiento y sabiduría propios de su personalidad…
Una nueva concepción de la historia y la religión surge por su mente brillante: Atón, Moisés, David, Salomón, Saúl, José, Buda, Mahoma, daban crédito a la fe, siempre y cuando se hiciera a través de su propio dios, mientras que para las extintas culturas americanas: Quetzalcoatl, Kukulcán, Virakocha, entre muchos otros dioses, también profesaban la misma fe religiosa…
La Logia Masónica contraria al catolicismo, no se fundamentaba en la ignorancia de sus seguidores, sino todo lo contrario, en la búsqueda del conocimiento, de allí el rechazo de la iglesia.
Este acto de rebeldía en contra de aquella Iglesia Católica que dominaba el conocimiento y la enseñanza, demuestra que Bolívar era un hombre de convicciones. Para él la lógica estaba por encima de la razón, y el conocimiento, a diferencia de la ignorancia, es un derecho del hombre que no podía estar vedado por Ley alguna, aún cuando ésta se invoque en nombre de un Dios…
Para Bolívar, la mente adquiere profundidad frente a la banalidad de su existencia… El yoga, la meditación y la metafísica, constituyen los ejercicios espirituales que cada mañana practicaba con su maestro Rodríguez, ante introducirse en la lectura y la reflexión de sabios filósofos, que profundizaron en la vida y la existencia de individuo que escribieron la historia… La vida adquiere para él una nueva dimensión, otro sentido, y comienza un proceso de inmortalidad, si la existencia y la vida misma se transforman en hechos trascendentales, capaces de cambiar el orden de las cosas… Prueba de ello, es esta reflexión de Bolívar poco conocida:
“Aquel que asegura su honor dedicando su vida al servicio de la humanidad, a la defensa de la justicia y al exterminio de la tiranía, adquiere una vida de inmortalidad al dejar el marco de la materia que el hombre recibe de la naturaleza. Una muerte gloriosa triunfa sobre el tiempo y prolonga la sublime existencia hasta la más remota posteridad… La vida no se acaba con la muerte… No discuto entrar en la Metafísica, cuando el tema descansa sobre bases falsas… Me basta saber y estar convencido de que el alma tiene facultades de sentir; es decir, de recibir las impresiones de nuestros sentimientos, pero que no tiene la facultad de pensar, porque no admito ideas innatas…”
Continúa Bolívar: “El hombre tiene un cuerpo material y una inteligencia representada por el cerebro igualmente material, y según el estado actual de la ciencia, no se considera a la inteligencia sino como una secreción del cerebro; llámese, pues, este producto alma, inteligencia, espíritu; poco importa ni vale la pena discutir sobre ello; para mí, la vida no es otra cosa, sino el resultado de la unión de dos principios a saber: de la contractilidad, que es una facultad del cuerpo material, y de la sensibilidad, que es una facultad del cerebro o la inteligencia. Cesa la vida, cuando cesa aquella unión; el cerebro muere con el cuerpo, y muerto el cerebro, no hay más secreción de inteligencia”… Simón Bolívar
La tarde del 15 de agosto de 1805, en el Monte Sacro, una de las siete colinas de Roma, junto a su Maestro, don Simón Rodríguez, habría de reiterar su juramento y su fervor libertario de consagrar su vida a la causa de la Independencia Hispanoamericana.
“Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”
El escenario físico de la acción de Bolívar en Venezuela, La Florida, Colombia, Panamá, Ecuador, Perú y Bolivia. fue de más de 5 millones de kilómetros cuadrados, equivalente a 23 países de Europa o al doble de los desplazamientos de Napoleón… Bolívar participó en más de 400 batallas y cabalgó el equivalente a tres vueltas y media al planeta tierra en 20 años de lucha y sacrificio. Recomendaba una marcha promedio de 10 leguas por día (55 km.). Y como estadistas dejó más de 8 mil documentos, 2 mil cartas y 193 proclamas.
La vida masónica de Bolívar fue intensa como su obra de vida, donde supo dejar huellas profundas e indelebles.
Bolívar nos llevó a la gloria y a la grandeza en inmortales batallas como Araure, Los Frailes, Bomboná, Pantano de Vargas, Boyacá, Carabobo, Pichincha, Junín y Ayacucho.
Su vida fue efímera pero su obra inmortal desde 1826 hasta su muerte en 1830.
El 6 de diciembre de 1830, Bolívar muere fusilado por hermanos que traicionaron el juramento masón, aun cuando la historia barró la conspiración con la mentira de una tuberculosis del 17 de diciembre en San Pedro Alejandrino, a cinco kilómetros de Santa Marta, en Colombia, adonde se dice que había llegado el día primero en el bergantín nacional “Manuel”, desembarcando a las 7:30 de la noche… Otra mentira más de los fatuo-historiadores, puesto que la Bitácora de una nave de guerra de Estados Unidos, “La Grampus”, tienen una anotación muy distinta donde se devela la Conspiración para su asesinato ordenado por otro hermano masón, el Presidente de Estados Unidos Andrew Jackson, tal cual denuncié en mi Libro La Carta “que cambiará la historia”, luego de develar una Carta, con signos masónicos, que escribió el Libertador al borde del sepulcro.
Se dice que José María Vargas, otro hermano masón, y quien fuera el Presidente de Venezuela entre 1835-1836, va a ser su albacea testamentario, y quien fue el Presidente de la Comisión para su Repatriación desde Santa Marta hacia Caracas en 1842.
Doce años después, sus restos fueron sepultados en la Caracas de su país natal, el 17 de diciembre de 1842, en la segunda Presidencia del general Páez, otro hermano masón que traicionó el juramento de Libertad, Igualdad y Fraternidad que le obligaba a favor de la independencia americana y lealtad al Libertador; traición que fue acompañada de otros hermanos de la fraternidad cono Carlos Soublette, Santiago Mariño, Leocadio Guzmán, Juan Bautista Arismendi y José María Vargas, entre otros ilustres masones.
El historiador masónico venezolano, Celestino B. Romero, con fehaciente documentación, comprobó que en 1823, por intermedio del Gran Comisionado Joseph Gernau, el Soberano Gran Consistorio de Jefes de la Alta Masonería de Estados Unidos otorgó el Grado 33º de Simón Bolívar, como escribió otro insigne hermano masón, el escritor Miguel de Unamuno:
“El quijotesco amor a la gloria, la ambición, la verdadera ambición, no la codicia, no la vanidad del pedante, no el deseo de obtener pasajeros aplausos, sino la alta ambición quijotesca de dejar fama perdurable y honrada, le movía. (….) Bolívar se preocupaba de lo que de él dijera la historia, como los héroes homéricos y como también los condenados dantescos”
BOLÍVAR DEJÓ DE SER MASÓN..?
Es un tema que ha sido cuestionado como respuesta al atentado del 28 de septiembre de 1828, cuando hermanos masones se confabularon para asesinarlo.
En respuesta al atentado, el 8 de noviembre de 1828, el Libertador emitió un decreto prohibiendo la masonería en Colombia, alegando que las Sociedades Secretas de Nueva Granada, servían solamente para preparar los trastornos públicos, turbando la tranquilidad y el orden establecido; que ocultando ellas todas sus operaciones con el velo del misterio, hacen presumir fundadamente que no son buenas, ni útiles a la sociedad
Este decreto fue promulgado 1 mes y 13 días después del atentado en Bogotá… y luego de haberse publicado en el órgano de la Logia de esa ciudad, se encontró una nota que decía:
“Puede ser que Obando haga con Sucre lo que nosotros no pudimos hacer con Bolívar”
El cumanés Antonio José de Sucre, El Gran Mariscal de Ayacucho, tal cual como decía la Nota Amenazante, luego fue asesinado en la ruta de Berruecos el 04 de junio de 1830, en momento en que Simón Bolívar se dirigía a Santa Marta al frente de un ejército de dos mil hombres para invadir a Maracaibo, en diciembre de ese año… Sucre fue un hermano masón, como otros próceres que pertenecían a la Francmasonería, como Bernardo O’Higgins en Chile, y José de San Martín, el prócer de Argentina, quienes se iniciaron en la Logia de Lautaro. Logia que fundó Francisco de Miranda en Londres en 1797 y que luego estableció en Cádiz España con el glorioso nombre de Logia Lautaro, en honor al caudillo mapuche de nombre Lautaro, quien llamó a su pueblo a sublevarse contra los conquistadores españoles en Chile, en el siglo XVI. Relato, de rebeldía revolucionaria, que el prócer y hermano masón, Bernado O´Higgins, contó al Precursor Miranda, lo que inspiró al venezolano a bautizar su Logia lautarina que trabajo para los tres grados simbólicos: Aprendiz, Compañero y Maestro.
DECRETO DE BOLÍVAR QUE PROHÍBE LAS SOCIEDADES SECRETAS
Artículo 1º: Se prohíben en Colombia todas las sociedades o confraternidades secretas, sea cual fuere la denominación de cada una
Artículo 2°: Los Gobernadores de las Provincias, por sí y por medio de los Jefes de Policía de los Cantones, disolverán e impedirán las reuniones de las sociedades secretas, averiguando cuidadosamente si existen algunas en sus respectivas provincias.
Artículo 3°: Cualquiera que diere o arrendare su casa o local para una sociedad secreta incurrirá en la multa de 200 pesos, y cada uno de los que concurran, en la de 100 pesos por la primera y segunda vez; por la tercera y demás será doble la multa; los que no pudieren satisfacer la multa sufrirán por la primera y segunda vez dos meses de prisión, y por la tercera y demás será doble la pena.
Parágrafo 1°: Los Gobernadores y Jefes de Policía aplicarán la pena a los contraventores haciéndolo breve y sumariamente, sin que ninguno pueda alegar fuero Cero en contrario.
Parágrafo 2°: Las multas se destinan para gastos de policía, bajo la Dirección de los Gobernadores de las Provincias.
REFLEXIONES DEL AUTOR
Es un error de interpretación simplista, y un claro desconocimiento sobre los orígenes de las Sociedades Secretas, pretender deslustrar la personalidad masónica de Bolívar, aludiendo el Decreto de 1828, por el cual prohibió la masonería, así como argumentar los supuestos comentarios hechos a su edecán Luís Perú de Lacroix, quien también era masón, y cuya supuesta confidencia aparece en su Diario de Bucaramanga del día 11 de mayo de 1828, el cual dice textualmente:
“Pocas ganas tenía el Libertador de irse a dormir y siguió conversando. Habló sobre la masonería, diciendo que también había tenido él la curiosidad de hacerse iniciar para ver de cerca lo que eran aquellos misterios, y que en París había sido recibido de Maestro, pero que aquel Grado le había bastado para juzgar lo ridículo de la tal antigua asociación: que en las Logias había hallado algunos hombres de mérito, bastante fanáticos, muchos embusteros y muchos más tontos burlados: que todos los masones parecen unos niños grandes, jugando con señas, morisquetas, palabras hebraicas, cintas y cordones: que sin embargo la política y los intrigantes pueden sacar algún partido de esa sociedad secreta, pero que en el estado de civilización de Colombia, de fanatismo y de preocupaciones religiosas en que están sus pueblos, no era político valerse de la masonería, porque para hacerse algunos partidarios en las logias se hubiera atraído el odio y la censura de toda la nación, movida entonces contra él por el clero y los frailes, que se hubieran valido de aquel pretexto: que por lo mismo poco podía hacerle ganar la masonería y mucho hacerle perder en la opinión”
Tomar como referencias estos argumentos en contra de la personalidad masónica de Bolívar es un craso error interpretativo… Para esa época de resabio religioso, una personalidad como la de Bolívar era totalmente antagónica a la mediocridad de la iglesia; no así con agrupaciones de individuos llámese como se llame, ocultas o secretas, que compartieran como él, las ansias de conocimiento y el debate de idea, que alimentaba un espíritu filosófico como el del Libertador cuando decía: “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”…
Bolívar por su manera de pensar, de redactar y poner en práctica sus pensamientos, era indiscutiblemente masón
Para quienes no comparten la idea de un Bolívar Masón, argumentando en su defensa: el Decreto y el Diario de Perú de Lacroix, deben tener en cuenta lo siguiente argumentos en su contra:
Como ya fue explicado, el Decreto fue el resultado de una conspiración que se gestaba en Colombia, cuando algunos masones conspiraban en la Logia de Bogotá, a la cual pertenecía el malvado Pedro Carujo, masón en Grado 18, implicado en el asesinato de Sucre y en las tres oportunidades en que quiso asesinar al Libertador: en Soacha, población cercana a Bogotá, lugar donde por cierto fue asesinado el 18 de agosto de 1989 el bolivariano y hermano masón Luís Carlos Galán, candidato presidencial de Colombia; la fiesta de las máscaras donde lo esperaban los hombres disfrazados con puñales ocultos; y el atentado en el Palacio de Gobierno del 25 de septiembre; todos en 1828 cuando la Dictadura hacía mella en la oligarquía colombiana.
Perú de Lacroix se suicidó en 1837, y así fue reportado por el dueño de la posada en Francia donde estaba hospedado… Una Nota de Suicidio señala la existencia del Diario de Bucaramanga en poder del Marqués del Toro en Caracas… Hubo que transcurrir 33 años cuando apareció la primera versión del Diario… 42 años más tarde aparecen otros escritos atribuidos a Lacroix… 20 años después son publicados otros manuscritos… hasta que finalmente en 1935, o sea a 98 años del suicidio de Lacroix, el Monseñor Nicolás Navarro, integrante de episcopado y acérrimo enemigo de las Sociedades Secretas, publica una edición del Diario de Bucaramanga que a juicio de los historiadores, presenta omisiones, recortes y enmendaduras a las versiones anteriores, además de pretender influir en la espiritualidad católica del Libertador, como una versión deformada de los hechos y las circunstancias, conforme a la manera de pensar de la iglesia.
CONCLUSIONES
El Diario de Bucaramanga en su versión actual, es un documento apócrifo que hay que leer con muchas reservas y entre comillas, puesto que ha permitido recopilar, además del legado del edecán del Libertador, toda la aversión, envidia, rabia y resentimiento, de muchas personas e instituciones políticas, militares, civiles y religiosa, que encontraron la oportunidad de poner en boca del Libertador la infamia y el resentimiento acumulado durante la guerra de independencia. Por tal motivo, quienes conocemos la pluma de Bolívar, su redacción, la manera de enfocar los episodios de su gesta, pero sobre todo, sus nobles sentimientos que albergaban la universalidad del conocimiento, podemos afirmar, que algunos de los pasajes del Diario no se corresponden con la verdad y fueron incorporados para tergiversar la obra de Bolívar; como lo referido a: el fusilamiento de Manuel Piar, la muerte de su esposa María Teresa, el sacrificio del bogotano Antonio Ricaurte en San Mateo, su aversión a la masonería, su fidelidad a la iglesia, entre otras narraciones que fueron escritas por personas inescrupulosas, interesadas en minimizar la magnanimidad del Libertador; mientras que su otro edecán, Francisco O´Leary, nos presenta una verdad muy diferente llena de elogios y reconocimientos.
El último capítulo de esta historia la escribirá en la Isla de Jamaica, el comerciante inglés establecido en Kingston, señor Maxwell Hyslop, viejo amigo del Libertador, cuando la noticia de su agonía llegó a la isla… Como compañero masón, el comerciante inglés quiso brindarle una postrimera ayuda y al efecto, solicitó del Gobernador de la isla el envío de un médico especialista a Santa Marta, junto con un arsenal de medicinas, en la desesperación de salvar su preciosa vida. De inmediato, el Dr. Michael B. Clare, afamado cirujano y que por cierto era el Gran Maestro de la Logia Masónica, se embarcó en la fragata de guerra “Blanche” hacia Santa Marta, llevando consigo, además, suficiente dinero para cubrir las necesidades de su Excelencia… Pero todo fue en vano..! La embarcación fondeó en el puerto de Santa Marta el 18 de diciembre de 1830, cuando se rendían los últimos honores al Libertador, quién había muerto el día anterior.
Por tres días el cuerpo embalsamado de Bolívar fue expuesto en capilla ardiente, sobre un mesón improvisado que para tal fin se habilitó en el antiguo edificio de aduanas, propiedad de Joaquín Mier… Fue notoria la ausencia del Obispo de Santa Marta, y que al Libertador no se le rindieron los santos sacramentos que manda la iglesia católica… Se argumentaba: que el clérigo estaba enfermo y otras versiones le atribuían estar fuera de Santa Marta… Ni siquiera el cura de la aldea de Mamatoco, quien visitó al Libertador para oír su confesión, hizo acto de presencia en la aduana de Santa Marta… Lo cierto de esta historia parece ser, que Bolívar fue excomulgado por el Vaticano por pertenecer a la Sociedad Secreta de la masonería, organización a quién mucho le deben los pueblos del mundo, que han sufrido una transformación social como resultado de una revolución ideológica.
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